Entrados en otoño, extensas comunidades de esta planta se extienden en yermos o bajo los carrascales. Son racimos de apenas dos palmos, con diminutas flores amarillas, en ramas que se separan bruscamente de un tallo recto y erguido.
Si hace una semana apreciábamos el intenso amarillo de las flores, en poco tiempo las flores han madurado y comienzan a marchitar. Así , si el caminante quiere verlas deberá ser diligente, o esperar al otoño próximo.
Como es característico de la familia Schrophulariaceae, la corola presenta tubo, aunque en esta especie es de tamaño mínimo, de manera que tan apenas el tubo sobrepasa el cáliz. Sí destacan los labios de la corola, bien marcados, y el inferior a su vez trilobulado.
El género Odontites, viene prestado del griego odous-odontos, el cual significa diente, que da nombre al género en virtud de una planta que ya Plinio citaba para la curación del dolor de dientes.
Por nuestras tierras del Somontano desconozco si se le ha dado nombre alguno, pero si consultamos la Flora ibérica, ésta anota el popular nombre de Algarabía. Me llama la atención este nombre de procedencia árabe, y que se empleó primero para designar en época de reconquista a la lengua árabe, y después se usa para designar bulla, vocerío. Quizá tenga que ver que en algunas tierras se utilizase para hacer escobas, y por ello su ruido harían cuando se barriese con ellas. Pero no sé, es una ocurrencia del momento.
Cuando subo hacia el Pueyo y las veo allí junto a la cuneta, a veces formando esos extensos grupos, pienso ahora en la algarabía que produce el brillante amarillo de sus flores, como si intentasen desmentir la llegada del pardo otoño.
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