Camino de El Pueyo. Reseda phyteuma y Reseda lutea

No se pueden tener ideas preconcebidas. Este día de noviembre está gris y tengo la sensación de que el rápido  paseo hacia El Pueyo que me he propuesto hacer hoy no pueda deparar mucho. Está todo pardo y gris. A la vuelta de una curva, un aroma de hojas fermentadas me obliga a mirar hacia arriba. El litonero presenta sus amarillas hojas. Su olor es único, afrutado, terroso, refrescante. Varias profundas inspiraciones y sigo adelante con otro humor.  En el tronco de un almendro brilla un tenue color  ámbar. Una lágrima de resina se ha secado. Está todavía tierna, aún conserva un poco de sabor. Al trasluz la resina se ilumina mágicamente, adquiere vida mineral. Veo un retoño de cerollero. Apenas dos palmos. Aunque pequeño concentra en sus aserradas hojas los tonos del otoño, rojos y granates. Alguna bandada de pajarillos vuela entre los olivos. En las márgenes del camino todavía se puede ver alguna pequeña flor, entre ellas las resedas.
Reseda phyteuma
Reseda phyteuma es una pequeña planta que vive en suelos pobres, eriales, barbechos, incluso donde se presenta el yeso. De la familia de las resedáceas, dispone las flores en racimos cilíndricos cortos. Estas flores son hexámeras, con los pétalos pequeños y profundamente divididos, de color blanco, muy vistosos, aunque para apreciarlos será preciso que el caminante no tenga reparos en acercarse al suelo. Es planta que tiende a arrastrarse, elevando solamente las sumidades floridas.
Los frutos, globosos,  quedan colgando.




Reseda lutea



Reseda lutea  forma verticales racimos floridos, curvados en la base, de flores amarillo pálido como su nombre específico indica. Mayor en el porte que la anterior , aunque algo más pequeñas cada una de las flores.
Es una planta que podemos encontrar acompañándonos en los caminos de toda la provincia, pues gusta de las cunetas, colonizando las roturas de los montes  hechas para hacer caminos y pistas.
Reseda lutea

camino de El Pueyo. Hinojo, fenojo. "Foeniculum vulgare"

flores de Foeniculum vulgare
 Aunque archiconocido, no por ello el hinojo  debe quedar fuera de esta relación de plantas que encontramos camino de El Pueyo de Barbastro.
Es planta de la familia de las umbelíferas que desarrolla varas altas, incluso de más de metro y medio si las condiciones son favorables. Sus hojas son lineales, divididas. Las flores, pequeñas y amarillas se agrupan en umbelas dobles.
Al madurar produce semillas con aristas, parecidas en forma y sabor al anís. Aunque dulces al principio amargan un poco después.
Hojas de hinojo, con algún brote tierno
Ha sido planta muy utilizada: Los brotes tiernos de principios de primavera son sabrosos en ensalada. Sus semillas tomadas en infusión arreglan trastornos intestinales, y el baño en los ojos previene de oftalmias. Tanta fama tuvo en tiempos pasados que fue cultivada y exportada. Pío Font Quer relata en su obra "Dioscórides renovado" que se llevó  a Centroeuropa e incluso a la pampa argentina donde todavía se le tiene en gran aprecio. Estas migraciones de las plantas me lleva a otro uso del fenojo, que es en el aliño de los frutos de un árbol importado: el olivo.
Curiosa querencia tienen las caracolas a encaramarse ,cuando llega el frío,
a las ramas de hinojo.
Recuerdo que para estas fechas mi padre realizaba la operación de aliño de las olivas. Previamente las había "matado" con una novena de aclarados en agua y con una salmuera hecha en  proporción de agua y sal hasta que flotaba un huevo. Una vez "matado" las olivas, comenzaba la operación de darles gusto. En este momento entraba en juego el fenojo, convenientemente cortadas las ramas, formando hatillos junto con otra aromática reina de nuestras cocinas, el tomillo.
Rara es la vez que al pasar junto a un hinojo no tome una pequeña hoja y me la lleve a la boca. Su sabor me estimula los recuerdos.



Ripareta de Añisclo

El último domingo de octubre, dimos un paseo por el valle de Añisclo con intención de contemplar el avance del otoño. Todavía no estaban las hayas en su pleno esplendor de colores otoñales, pero aún así la jornada mereció unas cuantas fotos que son las que presento a continuación.

De izquierda a derecha: Mila, Marina, Ana, Marisol, Juan, Ricardo, Lorenzo.








Hace dos años estuvimos por aquí Marisol y yo, llegamos a la Ripareta cuando todavía le daba el sol , esta es la fotografía que saqué aquel día.

Aunque era por las mismas fechas, en aquella ocasión las hayas estaban a punto


Pico Tres Hombres

La montaña comienza su  letargo otoñal. El pico Tres Hombres, en el corazón del dominio esquiable de Formigal está ahora inusualmente tranquilo. Dentro de nada, en cuanto la nieve caiga y los remontes de las pistas comiencen a funcionar, todo a su alrededor cambiará , como si fuera un parque de atracciones.
Ahora podemos caminar por sus laderas sin apenas encontrarnos con nadie. Aún se oyen esquilas del ganado que pasta por las laderas de Tosquera y Tarmañones. Como es un pico fácil y cómodo, optamos por hacer una pequeña ruta circular, subiendo primero directamente  desde el aparcamiento de "Sextas" por los pastos de las faldas de Tres Hombres y bajando por el bosque de hayas que viste de otoño el barranco Furco.
Altitud punto de partida: 1.500mts
Altitud Pico Tres Hombres: 2.271mts.
fecha: 13 octubre 2.012


 Hemos evitado lo más posible la pista que sube a las plataformas superiores de los telesillas, superadas las laderas herbosas, llegamos al collado de Condiana tras el cual se abre un vallecillo subsidiario del amplio valle glaciar de Lana Mayor. Detrás la punta de Condiana, y de fondo la silueta de la Sierra de la Partacua.























Una prolongada linea de lomas conforma la Sierra Condiana en la que dos son los hitos mayores: Tres Hombres y Tres Huegas. De fondo Balaitus, Arrieles, Infiernos...
















Desde la vecina Francia  monta guardia , cercado de brumas, el Midi d'Ossau























Hacia el oeste, la barrera rocosa de la Sierra de la Partacua en toda su extensión. Desde esta privilegiada atalaya contemplamos la amplitud del collado de Bucuesa , y aunque la luz del sol nos dificulta el detalle, al menos apreciamos las torturadas siluetas que forman esta sierra, por lo que merece la pena ponerles nombre.


















La vuelta la realizamos por el otoñal bosque de hayas de Sallent, que despliega toda su paleta de colores.

Camino de El Pueyo. Tribulus terrestris. "abrojo"

Abrojo. Flor de Tribulus terrestris
El abrojo es una planta rastrera, propia de climas cálidos,  que crece en terrenos duros, compactados. La podremos ver fácilmente en la proximidad de Barbastro, junto a la cruz calvario de Santa Bárbara.
La flor tiene simetría radial, con cinco pétalos pequeños pero de llamativo amarillo. 
Fruto del abrojo
Las hojas  son paripinnadas, esto es  que están divididas en segmentos enfrentados en número par. Observadas con detenimiento veremos  el margen recubierto de enhiestos pelos blancos. Es la única especie perteneciente a la familia de las Zygophyllaceae que podremos ver de forma natural por estas tierras de Barbastro.
El fruto es quizá lo más característico de esta planta y  que justifica su nombre. Está provisto de  gruesas espinas, y debido a su forma poligonal, sea cual fuere la posición que adopte al caer en el suelo siempre presenta alguna espina dispuesta a dejar atribulado a quien con estas potentes defensas hiera. Los antiguos romanos tuvieron en estas semillas un buen ejemplo para el diseño de una de sus armas defensivas, el tribulus, consistente en unos trípodes pequeños de hierro terminados en aguzadas puntas que dispersaban por el suelo y así evitar que en los asaltos y asedios los caballos del enemigo se movieran con facilidad. Durante el  asedio que los galos hicieron a la conquistada Alesia se sabe que Julio Cesar utilizó con frecuencia  esta precursora de las minas de tierra.
Una polémica reciente envuelve a esta planta y la supuesta virtud de estimular la producción de testosterona, por lo que es utilizada por quienes quieren acelerar sus rendimientos deportivos. Por más que los estudios clínicos desmienten esta virtud, e incluso avisan de posibles efectos perjudiciales, la venta de productos con esencia de abrojo no disminuye.