Pelopín en invierno

13 de febrero de 2019.    El Pelopín es una de esas cimas de modesta altura que se sitúan en  primera fila frente a las imponentes masas calizas de las sierras interiores. No participan de los escarpados relieves que se muestran al norte, y anticipan las suaves formas  construidas sobre materiales de flysch que más al sur se resuelven en la Depresión Intermedia del Pirineo. En el caso del Pelopín se añade la circunstancia de situarse en la divisoria de aguas entre el valle del  Gállego y el del Ara por lo que ofrece unas buenas vistas de la sierra de Tendenera y del macizo de las Tres Sorores.

Pasado el túnel de Cotefablo, si venimos del lado de Biescas, aparcamos en amplia explanada y tomamos inmediatamente la pista que en amplias lazadas gira al norte para después decidirse tomar rumbo al sur. Al ser cara norte, todavía se mantiene la nieve. El intenso anticiclón que ha dominado parte de enero y febrero ha derretido gran parte de la nieve, y por el contrario la que se encuentra en cara norte está dura como la piedra debido a las heladas nocturnas. Tomo nota para que la próxima vez que venga con los esquís tenga en cuenta  aprovechar nieves más recientes.

En pocos metros de desnivel dejamos atrás el bosque y nos situamos sobre el valle de Linás de Broto. Las laderas hacia el sur hace días que perdieron la nieve, y sólo el Mondiniero mantiene ca cabeza cana.

Linás de Broto y algo más allá Viu, dos poblaciones orientadas al calor del mediodía.

Aunque cubierta por la nieve, la pista se intuye cortando las laderas y marcando la dirección hacia el Pelopín, que ya se muestra levemente.

Allí donde llega el sol, la nieve está más amable, pero intuímos que no será así cuando lleguemos a los pacinos  atravesados por los barrancos que vemos más adelante.

Estamos en el collado que separa las cimas del Toronzúe y el Pelopín. Con esta altura ya son visibles las formas de la sierra de Tendenera, y lejos, a la izquierda la Peña Telera.
Peña Telera muestra una inusual silueta desde esta perspectiva.

En dirección Este, comienzan a aparecer las Tres Sorores, y vemos también las laderas del Tozal de las Comas al que hace unos días nos acercamos para ver de cerca la entrada de Ordesa.


Subir y subir... y los horizontes se amplían. Lo que antes eran pequeñas formas adquieren toda su dimensión. Por el flanco sur, la Peña Telera forma el barranco del Puerto, que se cierra en Plan de Usabas. En la vertiente opuesta de este valle elevado se alza  la Punta Burrámbalo, cuya falda boscosa está libre de nieve y sólo está blanca su pequeña pirámide.

Por herbosa ladera llegamos fácilmente a la cima. Lástima que no haya nieve suficiente como para deslizar los esquís en la bajada. Pero la montaña siempre es generosa y nos regala un claro día con diáfanas vistas hacia la Sierra de Tendenera. Peña Sabocos, el Mallo de las Peñas  y la Peña Forato están frente a nosotros 

A continuación de la Peña Forato, la Punta de la Ripera y el Pico Tendenera nos muestran los hitos más altos de la sierra.

Siguiendo con la mirada la cresta de la sierra llegamos a la peña Arañonera o de Otal.

Y como gustamos de recorrer con la mirada los horizontes, reunimos las tres anteriores fotografías.

Como decíamos al principio, el Pelopín inicia la series de montañas suaves. En el sur se intuye la Depresión Intermedia, allá donde se distingue la silueta de la Peña Oroel. El Oturia, a la izquierda.

Siguiendo la mirada por encima de las ondulaciones que llevan al puerto de Yosa vemos a lo lejos la sierra de Guara.

Girando de nuevo la mirada hacia el noreste, nos encontramos con las inconfundibles líneas de las Tres Sorores, así como las fajas y cantiles que bordean el valle de Ordesa. 
Gabieto Norte, Taillón, Brecha de Roldán, el Casco y la Torre, Los Picos de la Cascada, El Cilindro, Monte Perdido y el Pico de Añisclo.

Y desde este modesto lugar, un excelso panorama hacia la tierra del Sobrarbe.

Track y detalles de la ruta en  wikiloc


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