Sedum acre "arrocetes"

Sedum acre es una pequeña planta de la familia de las crasuláceas que en el entorno de Barbastro encontramos en arenas  y guijarros de espacios secos y soleados junto al río Vero, pero que también veremos en rellanos de roquedo, y  muros construidos con  mampostería  de sillarejo en seco. 
Habitualmente forma conjuntos apretados de individuos, creando cojines vistosos en primavera por sus tonos brillantes. Cuando el verano avance, las hojas se tornarán más oscuras al tiempo que termina la floración.

Las flores son estrelladas, de pétalos agudos y sépalos libres.
Los tallos aparecen cubiertos de pequeñas y ovoides hojas carnosas imbricadas entre sí. 
La forma globosa de las  hojas se debe a que contienen unas células especializadas en la acumulación de agua. Este agua, además de servir de reserva propia para las épocas secas, parece ser que también permite un sistema de refrigeración al más puro estilo del botijo. Controlando la apertura de los poros que se distribuyen en la superficie de la hoja provocan una transpiración y evaporación regulada del agua contenida. La evaporación en superficie supone el enfriamiento en el interior de la hoja, y mediante este proceso se mantiene estable la temperatura interior de la planta, protegiendo así la estructura interna de las células de su destrucción por la exposición prolongada al sol estival.
Estas hojas contienen alcaloides que las hacen levemente tóxicas, pero que tradicionalmente han sido utilizadas, previamente machacadas y en cataplasma, como cicatrizante. El nombre común de la planta, "arrocetes" alude a la forma de las hojas y a los juegos de los niños en la edad predigital. Esa época en la que los infantes disponían de mucho tiempo sin programar y que en ocasiones dedicaban, sobre todo en verano, a corretear sin excesivas tutelas. Hoy en día, en la edad de la "realidad aumentada", se da la paradoja de que muchos niños no conocen la sensación que produce una hoja tridimensional entre los dedos, ni la textura sedosa de su cutícula, ni el olor agrio del líquido que rezuma, ni han sentido al caminar  el suave chirriar de las guijas crujiendo bajo los pies. Estas son realidades que no requieren la tecnología  del silicio para ser disfrutadas y que desarrollan sensibilidades fuera del alcance del mundo bidimensional que se maneja con dos de los veinte dedos que tenemos.


Rallas de Rapún

En las proximidades de Sabiñánigo se sitúa Rapún agazapado y protegido de los vientos del norte por la modesta sierra de Buyán. Como doble protección, las casas se cobijan tras un estrato de arenisca que se eleva verticalmente.
La iglesia de San Félix (s.XII) está un poco separada del núcleo de casas.

La ralla de Rapún sirve de apoyo a los sillares de la iglesia


La ralla de Rapún está formada por un estrato de arenisca, relieve diferencial en el sinclinal que se extiende de este a oeste.

Materiales continentales procedentes de una cuenca fluvial que estaría situada entre Canciás y Oturia son depositados durante el eoceno superior (hace 38 millones de años). Los plegamientos producidos por una fase posterior de la orogenia alpina comprimen estos sedimentos y forman el sinclinal en el que los estratos de Rapún son doblados hasta quedar verticales. La erosión posterior retira los materiales más blandos dejando exhumados los más resistentes que forman una muralla natural: la ralla, cuyo término geológico es hogbacks

La cara sur de la ralla favorece un microclima protegido del norte donde crecen algunas especies de amplio rango de tolerancia a la altura. Estamos a 850m. Legousia scabra es una hierba de tallo rígido y áspero que forma pequeñas pero llamativas flores acampanadas con el ovario alargado

Minuartia hybrida también es planta que está presente a baja altitud y que en montaña aparece junto a roquedos soleados.
Sedum dasyphyllum también nos advierte del ambiente seco y soleado de esta cara sur de la ralla.

La ralla muestra un trazado rectilíneo y paralelo a otras rallas como las que vemos en las laderas de La Fogaza hacia donde luego nos dirigiremos.



























Phagnalon sordidum es una compuesta de brácteas cobrizas muy apretadas y agrupadas en pequeñas cimas. Ahora está sin abrir.


Antes de encaminarnos hacia La Fogaza miramos de nuevo a las verticales arenas fluviales de esta ralla.
Muy cerca del pueblo de Rapún, una peculiar gramínea considerada rara en Aragón: Aegylops ventricosa

Este año es bueno en orquídeas. Esta del género Ophrys dudo si es scolopax o picta
Pastos abiertos, cerca del bosque son adecuados para encontrar la orquídea Anacamptis pyramidalis
La anterior y esta siguiente, Gymnadenia odoratissima, son orquídeas que obligan a arrodillarse para aspirar su dulce fragancia.

Pasamos por la ralla de Ayés, que antes veíamos desde Rapún. Al acercarnos observamos que no está formada por areniscas sino por conglomerado. Entre la ralla de Rapún y ésta de Ayés, completamos los materiales continentales del eoceno conocidos como formación Campodarbe. Material con el que se construyen gran parte de las sierras exteriores prepirenaicas. 


En un claro de bosque encontramos Carduncellus mitissimus


Euphorbia nicaeensis es una pequeña lechera de hojas estrechas y espatuladas que crece en el suelo pedregoso.

De sus nectarios en media luna salen las verdosas flores que luego se convierten en frutos ovados y lustrosos.
Hemos subido apenas 300 metros de desnivel hasta que el camino comienza a bajar por la cara norte de esta pequeña sierra, hacia Sabiñánigo Alto. Comienza a tronar y llueve en los alrededores. Vemos desde aquí la silueta de Peña Oroel, muy diferente a como estamos acostumbrados a ver. Es interesante observar cómo Peña Oroel muestra desde aquí los curvos estratos que marcan el buzamiento del sinclinal donde nos encontramos. El barranco de Abena se ha formado siguiendo la orientación del sinclinal, y Peña Oroel es un resalte resistente de este sinclinal que cierra por el oeste el barranco.

Rapún, pueblo y ralla


Saxifraga longifolia curva el tallo hasta depositar la cima de flores en los cementados cantos rodados del conglomerado.


San Felix de Rapún

Track y datos de la ruta en https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/rallas-de-rapun-25682566


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Pusilibro / Puchilibro

El Pusilibro /Puchilibro es un modesto pico (1597m.) de la sierra de Loarre al que se llega sin dificultad ni gran esfuerzo desde el aparcamiento del imponente castillo medieval de Loarre.



Desde Montmesa, en el corazón de la Hoya de Huesca / Plana de Uesca, el Pusilibro se ve como un cerro de cima plana y redondeada. El Prepirineo, a medida que se extiende hacia el oeste, va perdiendo vigor.



Las calizas constituyen el esqueleto de esta sierra. Los relieves carecen de la potencia que caracteriza el Prepirineo más hacia el Este; sin embargo, desde el aparcamiento donde comenzamos la ruta se presentan breves resaltes rocosos. Son escalones calizos que un poco más abajo darán apoyo a los muros del castillo de Loarre.


Durante  mayo y principios de junio los pastos todavía están verdes y bien abastecidos de coloridas flores. Las pequeñas flores de Adonis annua destacan con su rojo escarlata.

Ophrys scolopax es una orquídea amante de estos ambientes soleados


En las proximidades del bosque de pinos de repoblación vemos algunas matas de Geum urbanum, una pequeña rosácea.

Antes de entrar en el bosque volvemos atrás la mirada para contemplar la soberbia estampa del castillo de Loarre, vigilante sobre el llano.


Antirrhinum majus forma nutridos racimos sobre bloques de caliza


Al cobijo de la sombra que hacen los pinos encontramos esta bella orquídea: Cephalantera longifolia

Muy cerca del camino, en un talud herboso otra orquídea, esta menos frecuente: Orchis laxiflora

Hemos sobrepasado el bosque y desde una repisa volvemos a mirar el llano: Loarre, población y castillo y el embalse de Las Navas.

La idea es subir por el lado oeste y bajar por el este. Dirigimos los pasos hacia el Portillo Chara, donde hay unas antenas de comunicaciones al final de una zanja cortafuegos.

Una vez en el Portillo Chara, seguimos una senda que en ocasiones está tapada por erizones y bojes. Esta senda sigue todo el cordal de la sierra en dirección al cerro del Pusilibro, que lo tenemos enfrente

Una vez en el cerro del Pusilibro, volvemos la mirada hacia el Portillo Chara. El cordal rocoso indica por donde está trazada la trocha.

En las rocas del cordal rocoso hemos encontrado algunas plantas características:  Linaria supina, de cáliz glanduloso y espolón curvado.

Alyssum montanum

Donde los erizones no se imponen se forman pequeños jardincillos, en este caso formado por Brimeura amethystina, Helianthemum apenninum y Linaria supina.

Hemos visto durante el camino mucho Anthyllis vulneraria, y más arriba, en zonas más venteadas de la cordal rocosa aparece Anthyllis montana.


La cara norte de la sierra de Loarre

El erizón sirve de protección invernal a Arenaria grandiflora, que sobrepasa con sus flores el cojinete del erizón.

Ya cerca de la cima del Pusilibro, tomamos esta panorámica de la sierra de Loarre. El castillo queda abajo empequeñecido por la distancia. Las nubes van y vienen soltando agua caprichosamente sobre algunos cerros.
























Polygala calcarea

Globularia repens

Ya en la cima contemplamos el valle de Yeste donde se aloja el embalse de la Peña, del cual vemos un recodo tras los estratos verticales de la Foz de Escalete

Hacia el norte, la silueta de la Peña Oroel es lo único que se divisa con relativa claridad ya que las nubes ocultan Collarada y sierra de la Partacua

No obstante, tenemos el atractivo de las luces cambiantes sobre el mosaico de cultivos de la Hoya de Huesca, y el espectáculo de su planicie en contraste con el Prepirineo del que en esta fotografía podemos ver asomar la cima de Gratal.

Track de la ruta y detalles en 


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