Camino de El Pueyo. Umbilicus rupestris. "cazoletas, embasadores"

Umbilicus rupestris con vástago florido
En el entorno de El Pueyo vemos crecer  Umbilicus rupestris en  vetustos muros aplicados a algunos taludes para sostenerlos .  Se cría en las rendijas y minúsculas repisas que dejan los sillarejos de estos tapiales, abrigándose del frío y del extremo calor. Es una planta pequeña, de tan apenas un palmo. La floración se limita a un alargado vástago del que penden unas flores acampanilladas de color verde claro. En estas fechas podemos contemplar las flores, y en la base observaremos cómo comienza a echar los renuevos de las hojas. El caminante se sentirá tentado de palpar las hojas, pues observará que éstas son carnosas, de tacto suave, y cuando están plenamente desarrolladas tienen una curiosa forma de disco embudado, característica que le valdrá expresivos calificativos como cazoletas, embasadores, o el más poético "ombligo de Venus".Aunque se pueden contemplar unos cuantos ejemplares, no abunda en El Pueyo.
Fue Augustin Pyrame de Candolle, un botánico suizo, quien a principios del siglo XIX definió las características del género Umbilicus en un tratado específico sobre las plantas crasas (Crassulaceae) que habitaban en Francia. Era ya una planta conocida por sus propiedades,especialmente  su aplicación en cataplasmas debido a su acción vulneraria y aceleradora de la formación de piel nueva en yagas, úlceras y heridas, de manera que se utilizaba habitualmente en las boticas antiguas.
Hojas, con forma de cazoleta de Umbilicus rupestris
El hijo de Augustin, Alphonse, también fue famoso botánico. Continuó la labor de su padre y realizó diversos estudios sobre botánica y agricultura, y sobre todo trabajó sobre la nomenclatura botánica.
Alphonse Pyrame de Candolle  protagonizó un debate que fue tanto científico como social. Por aquel entonces Anton Galton  defendía la teoría de que el genio nace, que las características de cada individuo vienen determinadas por la herencia. Ideas como estas, aparentemente de sentido estrictamente científico, tuvieron repercusión social , y sin duda albergaban también concepciones ideológicas ocultas. En ese ambiente victoriano, las ideas de Galton calaron en una sociedad elitista y favorecieron el surgimiento de los planteamientos eugenésicos. El mismo Galton fundó la Eugenetics Society. Unos planteamientos sociales que duraron más allá de los genocidios racistas de Hitler, pues todavía pasados los años 50,  algunos estados  nórdicos imponían  esterilizaciones  a los considerados "no idóneos".
  Alphonse Pyrame de Candolle , en cambio, defendía el papel del ambiente en el desarrollo de cualquier cualidad. Que el ambiente moldea las potencialidades del individuo.  Trasladándolo a la situación social, significaba que con buenos medios  y buena educación un niño del arrabal podía llegar a ser  un genio.Claro está, semejante opinión en una sociedad victoriana rompía con muchas convenciones y privilegios sociales.
Todo eso sucedía en el siglo XIX, pero sonroja contemplar que todavía hoy en día se confunda ciencia con conciencia, que de manera interesada se utilice el principio de autoridad para justificar lo injustificable.Todavía se sigue engañando a la sociedad amparándose en argumentos obtusos que todo el mundo debe creer sin dar la opción de razonar.
Es un tema recurrente buscar explicaciones científicas para ideas preconcebidas, sólo hace falta encontrar el comité de expertos que se preste a ello. 

Camino de El Pueyo: Phlomis lychnitis,"candilera, orejas de liebre"

 No pasará desapercibida al caminante esta mata debido a su porte alto, de más de dos palmos, y sus vistosas flores amarillas que nacen  agrupadas en pisos. Las hojas son largas, opuestas y cuelgan en graciosa curva, por lo que popularmente se le llama oreja de liebre.
Está recubierta de una espesa borra blanca. El cáliz tiene unos llamativos pelos largos que cubren completamente los retoños de flor. Son mecanismos de defensa para protegerse de la radiación ultravioleta y evitar innecesarias transpiraciones, ya que es una planta que encontraremos en las zonas más expuestas al sol. Fácilmente en la cara sur de El Pueyo y también de Valcheladas, no desdeñando rellanos en zonas pedregosas o de rocas. 
Es un endemismo del occidente mediterráneo que tan apenas consigue sobrepasar el Prepirineo  Luis Villar  recoge en el libro "Plantas medicinales del Pirineo aragonés y demás tierras oscenses" , que escribe en colaboración con otros etnobotánicos, su uso como té para aliviar transtornos gastrointestinales. 
También cita que su infusión se aplicaba externamente en cataplasmas como cicatrizante , remedio contra el reuma, o rebajar las inflamaciones. Pero el uso que más me atrae es el que permitía realizar mechas que ,una vez aceitadas, se colocaban en los candiles para iluminar las casas. Me atrae porque me imagino al ser humano en épocas remotas, cuando ni cultivos ni poblaciones formaban todavía parte del paisaje. Me lo imagino machacando con un tosco mortero los tallos, retorciéndolos, dejándolos a secar y conservándolos para cuando tuviera que realizar el mágico rito de la creación del fuego. Desconozco si aquel pretérito antepasado utilizaba este auxiliar u otro para hacer el fuego, pero sí intuyo la relación que tendría aquel individuo con la naturaleza que le rodeaba.
En la actualidad la Naturaleza tiene otro papel en nuestras vidas. Podemos hacer muchas cosas "en" la naturaleza, constantemente surgen nuevas actividades deportivas, lúdicas, que se realizan en la naturaleza. Pero creo que hoy en día  el ser humano hace pocas cosas "con" la naturaleza, y por eso nuestra relación con ella es un tanto demediada. A diferencia de lo que sucede en las películas, no me imagino que fuera tosco aquel ser humano , al fin y al cabo tendría el mismo material genético que cualquiera de nosotros, el mismo número de neuronas, y pienso que similares inquietudes. Sería capaz de darle contenido intelectual a todo lo que le rodea, esto es un nombre, un uso, un significado, una explicación. Si ya tenía sensibilidad para crear música, expresarse a través de cualquier faceta del arte,  pienso que  también se podía quedar embelesado contemplando un espacio de la naturaleza como esta especial flor. Y quién sabe qué más pensaría, además de  usarla para hacer fuego.

Punta Cochata y Punta Tarmañones

26 de mayo de 2013. Excursión fácil, cómoda, con soberbias vistas en pleno corazón del valle de Tena. Un buen lugar alternativo a las altas cumbres, que en estas fechas entrañan más dificultad. Además permite contemplar varias curiosidades geológicas y botánicas. Un espacio donde caminar reposado, de donde sacar contenido a este rincón del Pirineo.
Acer opalus
Comenzamos a caminar desde  la carretera que une Sandiniés con Escarrilla. Una pista cortada al tráfico sube suavemente , primero entre prados que ya están dispuestos para el ganado. La gente de la montaña ya ha tendido los pastores eléctricos y las vacas están dando cuenta de la primera hierba, cercana al pueblo, antes de subir  a los pastos alpinos.
Junto a la pista algún acirón presenta sus discretas flores.


Diferentes castas de Dactylorhiza sambucina motean los prados con sus diferentes colores.


Un pequeño hayedo sombrea la pista.
Al pie de las hayas, comienzan a salir las pequeñas flores de Oxalis acetosella, adornadas con un delicado diseño de venas rosa púrpura.


Linaria supina subsp. pyrenaica, con el tallo y parte de las flores cubiertos de una densa vellosidad glandular.


la Musgosa (Anthocharis cardamines), en este caso hembra.



Erysimum ruscinonense. Todavía no ha comenzado a fructificar y presenta la primera generación de flores del año.

Frente a nosotros los muros as Grampas, anticlinal  formado por calizas y pizarras devónicas,  con el flanco meridional truncado en abruptas paredes cortadas por el barranco del Escarra. A  sus pies discurre la senda d'as Crampas que parte de Escarrilla y lleva al embalse de Escarra, camino " de los forzados", triste historia de presos condenados a trabajos forzados empleados en la construcción de una presa
















































Una Orchis mascula recibe la visita de una bella mariposa. Es la Blanca verdinervada ( Artogeia napi) que libando  el néctar, no presta atención a mi proximidad.


Terminada la pista, una barrera para el ganado marca el punto en el que dejamos el ancho camino que lleva al Saldo, y en su lugar una estrecha senda asciende apuntando hacia la Cochata. Los artos todavía no se cubren de hojas.
Una franja de rocas interrumpe de forma abrupta la vegetación, es un caos de grandes rocas que bajan desde la divisoria entre Cochata y peña Cantero. La lengua del caos está rodeada por una cinta verde de bojes.La escasa inclinación de la pendiente y la longitud de la lengua rocosa (casi un kilómetro) no justifica su interpretación como un cono de deyección, más bien se podrá interpretar como un corrimiento en masa rocoso que afecta a las calizas, quizá en un momento de fuerte fusión de nieves o hielos.













Un grupo de Gentiana verna afectado parcialmente por una modificación en la pigmentación que le hace perder la tonalidad intensa característica.
Campanetas de puerto, petaderas, perolez,  múltiples nombres para  Narcissus pseudonarcissus, que se encuentra con frecuencia  en el valle de Tena a nada que se pase por cualquier pasto supraforestal desde primavera hasta entrado el verano.

Gagea fragifera  aparece en algún rellano donde todavía quedan restos del sesteo del ganado de la temporada pasada.

 Globularia repens se aferra a las rocas que van asomando a medida que tomamos altura. Pequeños arbustos de gruesa hoja lanceolada que con un entramado denso  de ramas tapiza apretadamente la roca.

Ya llegamos al pie de la punta Cochata,  quedan restos de nieve. En el pasto se aprecia el cambio de color allí donde la nieve se ha retirado recientemente. Al fondo  Panticosa pueblo, y las cumbres blancas de Mallarruego,  con el valle elevado de Yenefrito frente a nosotros y  el Escuellas.  La sierra de Tendenera cierra la panorámica por la derecha.
Desde este lugar, punta Cochata muestra una airosa figura. En realidad los restos del desgaste de un anticlinal que ha sido erosionado en su lado oeste hasta quedar reducido a un resalte rocoso.
Agazapada junto a un bloque errático, una "matacabras" (Daphne mezereum) comienza a mostrar las rosadas flores. Huelen dulce, pero su nombre común avisa de su toxicidad.


Un suelo turboso, el agua transparente y el verde nuevo de la hierba centella (Caltha palustris) forman un cuadro  de contrastes cromáticos.
Este parece un flanco más adecuado para subir a punta Cochata.
Androsace vitaliana forma grupos encespedantes que sujetan la ladera finamente triturada por los constantes procesos de hielo deshielo.
La sabina rastrera (Juniperus sabina) no se arredra en los lugares más verticales. Forma una buena colonia en Punta Cochata.
Largas ramas de sabina rastrera desparramándose en cascada.
Sabía de la existencia de ranas arborícolas, pero de las lagartijas no tenía noticia. La tupida frondosidad de la sabina rastrera le facilita, sin duda, el paseo.


Ya en la cima ,contemplamos los extensos panoramas. Hacia el norte la franja blanca muestra alturas que superan los 2.800 mts. La mancha gris que forman las calizas de Forata contrasta entre los picos de Soques, Arrieles. Asoma Balaitus y continúa la cinta blanca hasta Argualas.

La segunda singularidad geológica del día la tenemos en frente: el pico Pacino muestra su estructura interna. Un pliegue tumbado en forzado ángulo agudo que además presenta una fractura vertical  con desplazamiento de los dos bloques tal y como indica la discontinuidad de los estratos.
El Midi d'Ossau, sempiterno guardián en el Valle de Tena. En el primer término vemos asomar las hayas que suben de la selva de Sallent por detrás de las redondeadas lomas de Punta Tosquera. Este frente de pliegues anticlinales muestra una estructura geológica compleja.

Formando parte de toda la estructura geológica del anticlinal que desde Pacino se extiende hasta Grampas, un bonito pliegue formando un "rulo".

Desde la cima podemos apreciar el movimiento masivo rocoso. Forma una rectilínea lengua en la que se distingue un contorno elevado


Hacia el Oeste-Sudoeste se extiende el valle Lana Mayor, modelado por un glaciar extinto. El embalse de Escarra recoge las aguas del sector Este. A la izquierda Punta Tarmañones, con característico aspecto de domo, pizarras erosionadas en suaves formas. No lo teníamos en los planes, pero empezamos a barajar la posibilidad de subir luego hasta allí y ampliar la vista hacia la parte central del malle Lana Mayor. De fondo la sierra de la Partacua.

No lo pensamos más y comenzamos a descender de Cochata para encaramarnos a punta Tarmañones, pero antes queremos asomarnos un poco más allá y localizar el ibón de Tramacastilla desde lo alto. Aunque damos un poco de rodeo nos permite contemplar una curiosa vista de Cochata. Desde cada ángulo presenta un aspecto distinto, ahora el de un curvo diente.
El ibón de Tramacastilla aparece tras las redondeadas lomas, restos morrénicos del extinto glaciar de Lana Mayor.


Ya en la cima de Punta Tarmañones, hacia el Sur-Sudeste, el embalse de Búbal. Los tejados de pizarra de Sandiniés, Pueyo y Panticosa dan nota de presencia humana al paisaje. La Laguna Turbia marca la dirección de la ruta si viniéramos hasta Tarmañones desde Sandiniés.
Este es el aspecto que presenta la cuenca del río Caldarés, con el valle de Yenefrito en el frente, la sierra de Tendenera y el espacio de esquí de Panticosa, con el Mandilar todavía con algo de nieve.

Una visión más amplia del sector norte, con Cochata y Pacino en primer término y la línea que une Balaitus y Argualas.

La abertura del valle de Tena hacia el Valle de Biescas. De fondo el Oturia, en primer término el embalse de Búbal  y los pastos de Piedrafita.






























Por último , una vista cercana de la Punta Cochata, donde se aprecia perfectamente la lengua  rocoso que se extiende a sus pies


Track de la ruta: