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Fumarias y Platycapnos (ubetas y yerbas pichaderas)

Fumaria officinalis
Es la de las Papaveraceas como aquellas  familias  muy  numerosas  en las que sus hermanos sólo guardan un remoto parecido entre sí , y son grandes las diferencias que los separan.

Fumaria officinalis
A la prolífica  familia de las Papaveraceas pertenecen estas tres  especies Fumaria officinalis (ubetas), Fumaria parviflora   y Platycapnos spicata , a las que poco similitud  encontraremos a simple vista con su pariente cercanísima, el ababol (la amapola).

Dicen los paleobotánicos, que en la evolución de las plantas, los individuos más primitivos tienen gran cantidad de estambres para asegurar la descendencia en una época de incertidumbre. Así sucede con el ababol. Las  especies que nos ocupan economizan energía en el desrrollo de estambres y a cambio muestran una estrategia: desarrollaron un saquito en la base de la flor donde acumular nectar, y los pétalos , aunque no forman tubo pues están libres, éstos se organizan y alargan haciendo una función muy similar, de manera que los insectos polinizadores ( un avance en el proceso evolutivo) están dirigidos para que rocen con los estambres y los pistilos.
Así nos encontramos con estas hermosas plantas, llamativas por sus racimos de flores de extraña forma y vivos colores.

Fumaria se le llama porque su jugo, instilado en los ojos produce un intenso lacrimeo, como si con humo se hiciera. El específico officinalis ya nos delata su uso antiguo en medicina, pues se utilizaban sus hojas  machacadas e ingeridas junto con berros y tallos de lechuga como depurativa. Todo un cóctel de amargor. También su infusión se utilizaba como tónico. Yo prefiero tonificarme  viendo sus intensos tonos vinosos, con el horizonte de la sierra de Guara en una fresca mañana primaveral, saboreando el perfume de las cercanas aliagas e intentando averiguar qué insectos se deslizarán por su  minúscula garganta, embobados por el dulzor del nectar y así ser utilizados como propagadores de polen.  Por nuestras tierras esta es una de las llamadas  “yerbas pichaderas”. No hacen falta comentarios sobre la alusión  de uso a tan expresivo nombre.
Fumaria parviflora
En ocasiones el caminante verá tonos blancos y rosados  en lugar del intenso agranatado. No se confunda, no es la misma especie sino su pariente Fumaria parviflora, que como su nombre indica es planta menos vigorosa, y con menor floración. Además de tener menor porte notaremos sus hojas de color ceniciento. No abunda tanto como la anterior, aunque muchas veces las verá el atento caminante compartiendo el mismo nicho ecológico, es decir campos yermos, cultivos, margenes de camino.


Platycapnos spicata
Platycapnos spicata  es una espece bastante más  rara de ver, ya que es propia de lugares más meridionales. Tiene un gran parecido a las del género Fumaria, pero la reconoceremos por la disposición de sus flores en una densa espiga, y por la estrechita bráctea que acompaña lateralmente a la flor.
De su género no encontramos más especies por Barbastro, aunque sí las veríamos en torno a Fraga o Zaragoza.
hojas de Platycapnos spicata
Me atrae especialmente la delicada combinación de tonos rosados y vinosos junto con el vivo amarillo del término de la corola. En estos finales días de marzo la veo aparecer, menuda , apretaditas todas las hojuelas. La espiguita de flores ya formada, todo un regalo para la vista si tenemos la precaución de acercarnos a ella con una lupa de aumento.


Y lo que iba a ser un un ligero paseo hacia el Pueyo  se ha convertido en un ameno juego de las  diferencias entre estas tres primaverales especies.

Lagos de Anglios por Salenques

16 de octubre de 2016.  A los lagos de Anglios se llega cómodamente desde Llauset, pero la vía que recorre parte del valle de Salenques y el barranco Riueño aporta la riqueza de un bosque rico en colores de otoño. Se aprecia en toda su plenitud el modelado glaciar que esculpió este valle y perfiló el agua que ahora corre. Es un espacio tranquilo y sosegado en el que el rumor del agua acompaña en casi toda la ruta.


Además de las hayas, el árbol estrella durante el trayecto será el serbal.
El carácter sombrío del primer tramo y la abundancia de hojarasca y suelo orgánico permite la proliferación de algunas setas. Encontramos bastantes amanitas
El río estará presente durante una buena parte del trayecto. Vale la pena desbarrar del camino y asomarse a bellos rincones.
El color del otoño tiñe con timidez algunas hayas del fondo del valle. Los abedules se muestran más verdes y apenas dan tonos amarillos

El río discurre encajado entre las verticales paredes desde las que algunos grandes bloques se han desprendido.

Por encima de la fronda despuntan los riscos que marcan la dirección del valle de Salenques. Nosotros deberemos desviarnos a la izquierda más adelante.
El azafrán silvestre (Crocus nudiflorus) salpica algunos claros del bosque. 

Este liquen foliáceo ha desarrollado los órganos reproductores (apotecios) en el extremo de los lóbulos y se recurvan hasta quedar expuestos al exterior.

Un haya ha perdido pie y dejando las raíces al aire cruza el río.

Esta hermosa haya se retuerce sobre sí misma. El movimiento de tronco y ramas da la sensación de que en cualquier momento va a ponerse a caminar.
La humedad ambiental hace que esta nomeolvides parezca una joya de cristal.
En el ambiente nemoral del bosque crece Actaea spicata, ahora en fruto.
Prenanthes purpurea

Ahora ya vemos la agrestes crestas que conducen al pico Salenques.

Saxifraga aquatica está preparada para afrontar el invierno, se ha reducido a los cogollos basales y espera mejores momentos para crecer.

 Siguiendo el barranco Riueño tomamos altura con rapidez. Los serbales están teñidos de rojo y contrastan vivamente con el amarillo de los abedules. Al fondo comienza a vislumbrarse el valle de Besiberri

El valle de Salenques, encerrado entre graníticas paredes
El mismo valle, en el tramo bajo que hemos recorrido al principio de esta ruta. Llaman la atención las bandas de vegetación perpendiculares al eje del valle.

Las barranqueras presentan distintos grados de humedad y presión por movimientos del suelo que discriminan los árboles que allí van a crecer, se forman así bandas simétricas de vegetación en las que los árboles están alineados por especies.

Poco a poco tomamos altura y la vegetación cambia de las caducifolias al pino negro que ya comienza a aparecer.























Como decía al principio los serbales tienen en estas fechas el protagonismo.




























Ya próximos al circo, observamos el cambio en la morfología del suelo. La acción glaciar a aborregado los granitos.





















El Estany Gran de Anglios es el primero en recibirnos. El pico dels Bous, a la izquierda conserva la nieve reciente.




















Rodeamos el primer lago, vamos a recorrer los tres lagos que cubren esta extensa cubeta lacustre. Frente a nosotros el escalón que nos permitiría ir al Estany Cap de Anglios, escondido en un estrecho valle, a la sombra del pico Solana de Llauset






















Seguimos girando en esta extensa cuenca y mirando hacia atrás vemos el Estany Gran y los Besiberri de fondo.

Es una perspectiva que nos cautiva


En ese horizonte se presentan rincones que esperamos algún día conocer.















El Estany del Mig es el más pequeño.



















El Estany de l'Ubaga se pega al flanco creado entre el Pico dels Bous y el Pico del Cap de Riueño. Por el collado de la derecha pasaríamos fácilmente al embalse de Llauset.




















Seguimos recorriendo la cubeta lacustre y  podemos ver la pirámide del pico Soubirón





Nos acercamos al collado que se abre al Estany Fe, por donde podríamos bajar para reencontrar el camino de ascenso.

Ya de bajada nos encontramos estas marcas  recién hechas en un pino negro. ¿Cuál puede ser su origen?


















Track de la ruta y detalles en http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=15252464

Pico de los Tres Reyes desde Linza

2 de Julio de 2017.   El pico Mesa de los Tres Reyes sirve de hito fronterizo entre Aragón, Navarra y Francia. Sus  2434 metros de altura desmienten el esfuerzo necesario para llegar a la cumbre, trayecto largo que iniciamos en Linza, y que suponen un desnivel acumulado en torno a 1.250 metros. En esta ocasión voy en excursión organizada por Montañeros de Aragón de Barbastro,  club al que pertenezco.


Linza es un paraje que habla de la secular actividad ganadera que modifica el paisaje. Los túmulos y dólmenes que en estos valles aparecen diseminados atestiguan la presencia de comunidades ganaderas desde la edad del bronce, al menos. Estas culturas pastoriles  transformaron las laderas cubiertas de bosques por pastos, paisaje humanizado que es aprovechado hasta nuestros días. Las hayas son las protagonistas de Linza. Diseminadas bordas gestionan los prados  que cubren laderas y cuestas

El recorrido transita sobre terreno calizo donde el haya es sustituida por el pino negro. Lapiaces y cárcavas quiebran el paisaje. Las nubes matinales dejan semioculta la peña Ezcaurre que también hace de muga con Navarra.


 Iris latifolia nos acompañará por gran parte del recorrido indicándonos la progresión de la altura. En Linza está  pasada la floración, pocos metros más arriba aparecen primeras flores y capullos sin abrir, y  antes de comenzar el último tramo rocoso, las acintadas hojas aparecen todavía sin capullos.

Anacamptis pyramidalis, una orquídea de pastos con delicioso y dulce aroma.

Antes del collado de Linza, un vado junto a la cabaña de Linza nos abre la vista sobre el Mallo Acherito.

Mallo de Acherito

El sendero está muy marcado, es una ruta transitada. Las curvas del sendero quedan dibujadas sobre los pastos que conducen a la Paquiza de Linzola
 Teucrium pyrenaicum , endemismo pirenaico y cantábrico, vive en los pastos que se tornan pedregosos, también ocupa alguna repisa rocosa.

La progresión es rápida y cómoda en la primera mitad. A medida que ganamos altura los panoramas se abren y amplían.

Solitarios pinos negros se yerguen sobre las rocas allí donde la presión ganadera ha sido menor.

























Cercanos al collado de Linza, a unos 1880m. aparece una hermosa verónica, Veronica spicata, planta que vive en piso alpino, y que es muy rara en el Pirineo aragonés. Sin duda la joya botánica del día.

Pasado el collado de Linza ( habría que precisar que el camino pasa más abajo que el auténtico collado de Linza) , llegamos a la Hoya de la Solana, con pastos que cubren el relieve kárstico que aquí se presenta más intenso. Frente a nosotros se suceden de izquierda a derecha las cimas del Budoguía, Pico de los Tres Reyes, con su característica segunda cima el Pic de la Table/Mesa con desplome vertical, el Pico Mouscaté en el centro  y el pico Petrechema a la derecha. El sendero que tomamos se separa rápidamente del que sube a Petrechema hacia la derecha. Nosotros bajamos, aquel sube suavemente.


La cima del Pico de los Tres Reyes es un domo calizo, con presencia de fuertes pliegues tumbados, especialmente el que crea la apariencia de estratos paralelos en el pic de la Table/Mesa de los Tres Reyes, cortado en vertical. A los pies se aprecia la intensa acción erosiva sobre la caliza formando dolinas y cárcavas.

El Pic de la Table/ Mesa de los Tres Reyes


 Descendemos metros para bordear las Hoya de la Solana y volvemos a subir siguiendo los escalones formados en la caliza que bordea el pico Budoguía cuya falda seguimos en paralelo en constante ascenso.

El cambio de rumbo del camino nos permite ver La Paquiza Linzola
 Rebaños de corderos pastan hierba tierna en las suaves lomas.

Otra orquídea que encontramos en estos pastos alpinos es Gymnadenia gabasiana, también un endemismo pirenaico cantábrico.

El lapiaz sustituye a los pastos. La ruta cambia totalmente de configuración. A partir da ahora pasamos al domino rocoso.



Dianthus deltoides
 Aquilegia pyrenaica
 Aster alpinus

La cima de Mesa de los Tres Reyes aparece tras rodear las laderas de Budoguía

La disolución de la roca crea formas sugerentes...como esta ave pétrea
A la dulzura de los pastos le sucede el agreste perfil de las calizas. Una fractura rectilínea cruza el lapiaz de este a oeste , en dirección a Lapaquiza Linzoa



Las laderas del pico Mouscaté nos ocultan parcialmente el Pico Petrechema, al fondo, hendido por una profunda canal.

























El pico Petrechema y las agujas de Ansabere.

Las nubes van y vienen, y en ocasiones dejan la cima totalmente despejada.
Geranium cinereum aparece en distintos puntos desde donde terminan los pastizales, hasta casi la cima.

 Dryas octopetala ya ha terminado la floración.


Budoguía queda a nuestra espalda, en tanto que subimos por sendero bien marcado.






















Petrechema, la imagen muestra la suave inclinación del camino de ascenso a la cima desde el collado de Linza.






















En la vertiente francesa un denso mar de nubes cubre las zonas bajas.

Las nieblas ascienden `por el circo de Lescun
























José Alcubierre  en la canal previa a la cima.
 Otros compañeros del grupo disfrutando tanto de un buen bocado como de los extensos panoramas que la niebla nos permite contemplar.

 El Pico Bisaurín a la izquierda, y bajo él el Castillo de Acher, sinclinal que se muestra aquí en toda su longitud.

En recovecos de la cima encuentro Chaenorhinum origanifolium.
 Globularia repens
 Reseda glauca, junto a un poco de nieve caída la noche anterior.
 El sauce enano Salix pyrenaica
 Silene acaulis


El pico Petrechema y las agujas de Ansabère, a lo lejos se divisa de izquierda a derecha el pico Txipeta (pico redondo) Gorreta Gabachos (franja oscura bajo el anterior) Petraficha (pico agudo) Quimboa alto (pico romo y oscuro)



El pico Anie, a la izquierda, Pene Blanque en el centro y continuación de Mesa de los Tres Reyes hacia Le Dec de Lhurs

En la lejanía, tras el mar de nubes que cubre la vertiente francesa del Pirineo, la silueta en el centro del Midi d'Ossau, a su izquierda, Palas, Balaitus, Frondellas. A la derecha del Midi, el Infierno.

























Miramos hacia el sureste y vemos la cima de Aspe,  Collarada , la sierra Bernera hasta el Bisaurín.



Y desde la cima de Mesa de los Tres Reyes, con el Anie a mi espalda, termina esta crónica.
Mapa, datos y track de la ruta en