Arum italicum, matafuego.

Aunque en Barbastro las hogueras ya se encendieron la noche del lunes con motivo de San Ramón, este año coincidiendo con la entrada del verano, en muchos otros lugares el fuego se prende para recibir la madrugada de San Juan. Dominar el fuego, jugar con él, conlleva también manejar sus antídotos. El matafuego es una planta que gusta de lugares sombríos, donde el sol no le toque. Forma unas amplias hojas en forma de alabarda, brillantes, de  color verde sombra, a menudo con los nervios teñidos de blanco o amarillo verdoso. Todas las hojas se abren desde el suelo, y del centro sale un tallo terminado en una vaina foliar  abierta que rodea un mazo donde se agrupan todas las flores.

El matafuego es planta vulneraria especialmente indicada contra las quemaduras, Se aplica fresca sobre la piel quemada, quitando previamente la primera capa de piel que cubre las hojas. Similar resultado se obtiene sobre heridas.También se trataban durezas y callos aplicando la pasta producida al moler la raíz de esta planta que resulta ser un tubérculo. Con todo la planta no debe ser ingerida ya que es tóxica.
Aunque es una planta escasa, podremos encontrar unos cuantos ejemplares en las orillas del río Vero. Debajo del puente de Santa Fe, o recorriendo el sendero que contracorriente remonta el río hasta la ermita de la Virgen del Plano.

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