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Collado de Basibé en invierno

2 de febrero de 2020. Desde el aparcamiento del Ampriu subimos cómodamente siguiendo el barranco que asciende hasta el collado de Basibé. Ya estuvimos en junio de 2016, y en aquella ocasión nos atrajo la riqueza y vistosidad de las flores que cubren los prados. En esta ocasión, la nieve otorga protagonismo al paisaje.

A pesar de la proximidad de las pistas de esquí, el barranco hace de barrera natural y subimos con calma siguiendo las huellas de raquetas y esquí de montaña.

El pico Gallinero ofrece una bella estampa con sus laderas nevadas


En cambio, las laderas del Pusolobino, orientadas al sur ya presentan la fatiga de un invierno poco frío y de nevadas irregulares.

Tenemos a la vista el collado de Basibé, dejamos a la izquierda las trazas que nos subirían a Pusolobino y nos encaminamos por el fondo del barranco a encontrarnos con la última pala, la única que tiene un poco de mayor inclinación.

A medida que hemos ido ascendiendo, se abren a nuestra espalda el paisaje del valle de Benasque.

El trayecto es corto, se puede tomar como un día de paseo calmado y sin sobresaltos, para contemplar  el paisaje y saborearlo lentamente. Así, llegamos al collado de Basibé, y desde allí se presenta ante nosotros el valle de Castanesa.


Hemos subido hasta aquí, sabedores de las transformaciones que se planean para este valle. La ampliación del dominio esquiable de la estación de Cerler hacia Castanesa, modificará la fisonomía de este lugar. Ahora vemos bancales cubiertos por la nieve, la traza de una pista ganadera que recorre el valle. Cómo quedará después de que se explote este territorio dependerá del criterio de personas e instituciones que hasta la fecha han contemplado esta geografía exclusivamente desde un punto mercantilista y con el concepto la naturaleza como parque de atracciones para una sociedad urbana. Veremos en qué queda todo.

Nos hace ilusión ver el ibón de Basibé, pero Marisol lleva raquetas y no vemos claro que la vuelta sea sencilla desde el lado de Catanesa, así que giramos hacia la derecha y subimos unos metros en dirección a la Punta d'Estañ más para ganar perspectiva.

Punta Lledura

Ahora sí, abajo vemos el ibón de Basibé cubierto por la nieve. a su alrededor, la nieve que cubre las onduladas lomas forma texturas casi geométricas.



El pequeño ibón, al pie de la Tuca Basibé que se alza a nuestra derecha. Asoma levemente la cima de la Colladeta de la Pleta Llena, y a continuación la cresta más agreste de Punta Lledura.  A la izquierda la Punta Posolobino y asomando la Tuca de Castanesa. Más al fondo el pico Guadieso y Ballibierna.

No quedaría completo este reportaje si no volviéramos la vista hacia el oeste. Excepcional panorámica de buena parte del Pirineo de Benasque.


Que vistos por partes podemos secuenciar así:

Eristes

Llardana / Posets

De Bardamina a Gourg Blancs

Pico de Sacruas / Sacroux

29 de septiembre de 2019.
Dos bellos rincones del valle de Benasque son el lago de Gorgutes y el puerto de la Glera.  Con un poco más de esfuerzo se  sube al fronterizo pico de Sacruas en la toponímia benasquesa, Sacroux en la francesa.

Ibón de Gorgutes y a la izquierda el pico Sacruas/Sacroix. Fotografía tomada desde la Tuca de Paderna.


Donde termina la carretera que un tiempo atrás se proyectó para pasar a Francia a través de un túnel, comenzamos a caminar subiendo entre pino negro, arandaneras y matas rastreras de enebro.

Está proclamado el otoño, pero todavía se mantiene alguna pequeña flor, como esta Polygala alpestris, habitante de los suelos subalpinos ácidos.

Nuestra hija nos ha dejado a Angkor. Éste nos acompaña con su natural curiosidad y su desbordante energía.

Es difícil resistirse a hacer una fotografía a los azafranes silvestres (Crocus nudiflorus)

En cuanto dejamos el bosque y subimos por los ya pardos pastos aparece a nuestra espalda el macizo de las Maladetas. Abajo, el edificio de los Llanos del Hospital. Arriba, el glaciar de la Maladeta.








El ibón de la Solana de Gorgutes está partido en dos  por un desprendimiento masivo de rocas que lo rebasa y se prolonga un centenar de metros más abajo.
A medida que dejamos atrás el ibón de la Solana podemos tener una visión ampliada de la Tuca de la Montañeta 

Unos pocos metros más arriba encontramos el ibón de Gorgutes, con la tuca del mismo nombre a la izquierda y la tuca de la Glera a la derecha, entre ambas cimas se aprecia el sencillo paso del puerto de la Glera. En medio de la fotografía , retirado del primer plano tenemos ya  a la vista el pico Sacruas/ Sacroix.




Seguimos hacia el collado de la Glera, el ibón de Gorgutes adquiere nuevas formas con el cambio de perspectiva.

Hemos pasado el puerto de la Glera, que en la fotografía aparece a la izquierda. La Tuca de la Glera domina el panorama sobre el ibón de Gorgutes.
La Tuca del Puerto Viejo /Mall Pintrat
La Tuca del Puerto Viejo/ Mall Pintrat tiene forma de prisma con cúspide piramidal.

Poco a poco el puerto de la Glera va quedando atrás, asoma la punta del Salvaguardia.

Se nos termina el camino sobre la tasca y comienza un pequeño caos de rocas. Arriba ya distinguimos con claridad la cima del Sacruas en el centro de la imagen.

Un pequeño grupo de montañeros van delante nuestro y comienzan a subir la parte rocosa, una suerte de escalera natural que salva las gradas de calizas fuertemente inclinadas. La ruta sigue una diagonal que va a terminar en los pastos superiores para llegar al collado que asoma a la izquierda.

En el caos de piedras observamos pizarras y esquistos que tienen unas peculiares rugosidades.

Superado el tramo rocoso sin dificultad, aunque con la precaución debida, tomamos las últimas zetas antes de llegar al collado que nos deja en la cresta cimera.

La divisoria fronteriza a la que nos dirigimos tiene continuidad por una cresta que lleva hasta la Tuca de Gorgutes/ Pic d'Estauas
Llegados al collado, ya sólo queda afrontar la fácil cresta que conduce a la cima, pero antes contemplamos lo que se ve más allá de la barrera fronteriza. 
La asimetría entre el norte y el sur del Pirineo queda manifiesta en esta imagen en la que vemos el valle de Bonnéu que desemboca más allá en Bagnères de Luchon. Montañas suaves, de poca elevación, que terminan bruscamente y a breve distancia en la llanura occitana.

Sin complicaciones llegamos a la cima. Hacia el Oeste se despliegan caprichosas formas rocosas, el grupo de montañas que forman los Quayrat y Hount Secs, formación en línea norte sur que contrasta vivamente con la orientación este oeste del Pirineo. El lago Célinda es una pequeño oasis.

Un pequeño destello blanco  sobre una triangular montaña lejana nos da la situación del observatorio astronómico del Midi de Bigorre.

En dirección opuesta, hacia el Este, vemos el tramo final del valle de Benasque. Abajo vemos el camino que lleva al puerto de la Glera, y la cima con el mismo nombre, a continuación la cresta que mira al norte del Pico de la Montañeta. Detrás, pico Salvaguardia y el la Tuca de la Mina, ambas con su silueta piramidal. El ancho coll de Toro, al fondo, encuadra las formas en joroba de las Forcanadas.

Volvemos la mirada al macizo de la Maladeta, ahora ya podemos ver el Aneto.

Glaciar de la Maladeta, con el pico del mismo nombre sobre él, y de fondo la cima del Aneto.

Levemente se distingue la cruz del Aneto sobre la cima. En el glaciar se aprecian las grietas y la rimaya.

Marisol y Angkor  en la cima del Sacruas /Sacroux.



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Pico Estós / Tuca El Dalliu

23 de septiembre de 2018.        El pico Estós se encuentra en una posición privilegiada en tanto que su cima se encuentra en el centro de los ejes que parten hacia los macizos de Posets, Perdiguero y Maladetas, creando una increíble panorámica circular bajo la que se abre el valle del Ésera. Ascensión fácil sin nieve que permite recorrer un pequeño trecho del magnífico valle de Lliterola.


El barranco de Lliterola nos recibe desde la misma carretera que de Benasque  lleva a los Llanos del Hospital. Un barranco  que a finales del verano reduce el ímpetu de las aguas aunque no pierde por ello su carácter salvaje y abrupto. Unos metros más arriba, en la misma orilla de la carretera, nace el sendero que nos permitirá adentrarnos cómodamente en este paraje.

Un primer tramo transcurre por bosque de pino negro (Pinus uncinata), pero rápidamente se accede a los pastos al mismo tiempo que se abren los horizontes. Hacia el norte vemos continuar el valle de Benasque y dibujarse el Portillón, con el pico Salbaguardia.

Verbascum nigra, un gordolobo de montaña que todavía se mantiene en flor, aparece tan pronto como el bosque queda detrás.
Sus flores se apiñan en largas varas que nacen de una base formada por oscuras hojas.

Viola cornuta salpica estos prados frescos.

Abedules todavía vestidos de verde jalonan las faldas de la Tuca de Aigües Pases.

Con la mayor altura comenzamos a tener una interesante visión sobre el circo de Cregüeña. Es un estímulo ya que esperamos mejorar las vistas a medida que sigamos subiendo.


El barranco de Lliterola se va resolviendo en pequeñas pletas que nos dan respiro para contemplar el paisaje. En frente admiramos los volúmenes del macizo de las Maladetas que empieza a mostrar sus cumbres.


La quitameriendas (Merendera montana) todavía permanece sobre los prados ya muy descoloridos en estas fechas.

El pico Perdigueret se atreve a competir favorecido por la  perspectiva de nuestra posición con  el gigante Perdiguero que se muestra detrás de él.

Son formas hermosas, modeladas por el hielo y cuya variada geología se manifiesta en la variación de tonalidades de sus rocas.

Hemos llegado a la cabaña del Ubago de Lliterola, emplazamiento pastoril a partir del cual giramos el rumbo hacia el sur guiados por un leve sendero que atraviesa el pasto y que dirige la mirada hacia nuestro destino, el pico Estós.
La bardana (Arctium minus) delata la actividad ganadera en estos pastos. La flores todavía están presentes en el centro de las cabezuelas protegidas por brácteas rígidas y ganchudas.

Rápidamente queda atrás la cabaña de pastores y el arroyo que baja del ibón de Lliterola.

Los perfiles del Perdigueret y Perdiguero comienzan a cobrar su verdadera naturaleza de altura, pero ambos se complementan para formar un dúo hermoso de alta montaña. El barranco de Lliterola se encaja a los pies del Perdigueret y queda oculto el ibón.

Seguimos ascendiendo, en franca subida, y podemos contemplar todo el desarrollo de la vertiente izquierda del barranco de Lliterola. A la derecha la tuca de Aigües Pases, sigue la Tuca de la Estibeta Lliterola y termina  con la Tuca de Remuñé, más escondida. Detrás, amparando todo el territorio la cima, que cada vez se muestra más imponente del Perdiguero. El Perdigueret ya ha quedado empequeñecido, aunque no por ello su ascensión no carece de dificultad.



















Con la mirada puesta en nuestro objetivo, vemos la cima del pico de Estós y ,algo escondido, el collado de Dalliu al que tenemos que acceder primero.






La acidez de las rocas permiten la presencia del helecho Cryptogramma crispa, del cual fotografío frondes reproductores...
y frondes estériles.

El otoño llega a este pequeño arbusto, Vaccinium uliginosum, pariente del arándano.

Hemos llegado al collado Dalliu, el cual nos regala con una estupenda panorámica de las tucas de Ixeia, y la gran cuenca glaciar donde se asientan los ibones de Batisielles. Detrás la cima del Posets.
Ya sólo quedan menos de 200 metros de ascensión.

La cresta del Estós no presenta ninguna dificultad
Sin querer perturbamos la tranquilidad de un sarrio que comienza una galopada
Subiendo por la cresta nos encontramos este pequeño junco, Juncus trifidus subsp. trifidus.  Forma densas macollas de hojas muy estrechas. 



Sin dificultad llegamos a la cima (2531m.) y lo que desde allí se ve es lo que intentaremos reflejar en las siguientes fotografías.  Para comenzar,  Benasque y su valle  hacia el sur.
En detalle, el valle de Ballibierna , con el pico Els Pacs en primer término y su continuidad hacia la Tuca de Castanesa.

Detrás, casi escondida la Tuca de Culebras. El manto de cobertera aparece aquí sumamente plegado en varios cabalgamientos. Quizá uno de los más tortuosos parajes de la geología de pirenaica.


Seguimos girando hacia el noreste y contemplamos el macizo de las Maladetas, con el circo de Cregüeña en primer término. Se observa cómo los valles hacen cintura alrededor del macizo: Ballibierna a la derecha y el Ésera desde los Llanos del Hospital por la izquierda.

En detalle,  a la izquierda Tuca de Alba, Tuca de la Maladeta en el Centro, el colladode Aragüels y su Tuca a continuación y en primer término, a la derecha la tuca d' Estatats.

La Tuca de Alba, en la izquierda, tiene una crencha que baja a la Tuca del Acampament. Se me antoja una cresta compleja y endiablada. Siguiendo la cresta, en sentido ascendente, divisamos el Pico Maladeta Occidental, ya en el dominio de los tresmiles.

Al costado norte del Macizo de las Maladetas podemos observar estructuras interesantes. Sobre los flancos del macizo de las Maladetas, de composición granítica, se mantienen restos de calizas plegadas. Son los picos Tuca Blanca de Paderna y Tuqueta de Paderna. Estos restos calizos, con muestras de pliegue lo observamos también bajo las pizarras del Pico Salvaguardia. Son restos de la cobertera caliza erosionada por los glaciares de los que solo quedan unos restos y bajo los que afloran rocas más antiguas como los granitos y pizarras.

















Tuca Blanca de Paderna, y a la izquierda la Tuqueta de Paderna.
Delante de la Tuqueta de Paderna, la Tuca del Esera, en un juego de pliegues y colores



 Antes de cambiar de perspectiva lanzamos una pausada mirada al collado del Portillón de Benasque y al pico Salbaguardia (izquierda) y al pico de la Mina (derecha)

Seguimos girando en sentido inverso a como lo hacen las agujas del reloj y miramos hacia el noroeste. El protagonista el el pico Perdiguero con su larga cresta. A su izquierda se desarrollan las tucas del Sellán y Clarabide, antes de cerrarse el valle de Estós, que queda abajo a la izquierda.


Pico Perdiguero (3219m.)

Tuca de Sellán , también con unas complejas estructuras plegadas,y detrás asoman las crestas de Gourgs Blanches

El valle de Estós se cierra en el puerto de Chistau o Collada d'Estós (a la izquierda) amparando el paso por Punta Roya. Por detrás asoma otro gigante: Punta Bachimala (3176m.)

Empequeñecido entre tanto gigante, el refugio de Estós ocupa una terraza.

El espolón rocoso de la Tuca de O, y detrás Clarabide.
Completamos el giro mirando ahora hacia el Este. Posets/ Llardana, y la artesa glaciar que alberga los ibones de Batisielles centran la atención.

En el centro de la gran artesa glaciar destacan las agujas de Perramó, resalte rocoso formado por la división del glaciar en dos lenguas. A ambos lados de las agujas de Perramó se reparten los ibones de esta magnífica cuenca. Desde nuestra posición podemos ver el ibón Gran de Batisielles a la derecha, a los pies de las paredes de la Tuca del Tormo. Levemente también distinguimos el ibón de Perramó pegado a las Tucas de Ixeia que forman una intrincada red de crestas. En el centro la Tuca d'els Corbets, y detrás a la derecha la Tuca Llardana o Posets.

Marisol y un servidor en la cima de la Tuca el Dalliu o Pico Estós (2.531m)


Para más detalles y track de la ruta sigue el siguiente enlace:


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