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Punta Tres Güegas

25 de julio de 2019. La Punta Tres Güegas es un modesto pico en altura (2.303m), pasa desapercibido desde los picos que tiene alrededor, que son de formas más agrestes, y tienen nombres más originales, porque picos Tres Güegas hay unos cuantos en el Pirineo. Güega, en aragonés: frontera, límite, muga. En el caso de la Punta Tres Güegas, extremo occidental de la sierra Condiana, sirve de vértice donde confluyen la canal de Izas, el valle  de Lana Mayor, y el barranco de los Campos de Troya. 

Partimos del aparcamiento Sestas del complejo de esquí de Formigal. No es la ruta más recomendable, si se mira desde el punto de vista paisajístico, ya que deberemos atravesar todo el espacio esquiable con sus numerosas alteraciones. Más interesante es desde el embalse de Tramacastilla, pero como todo hay que verlo...

Evitamos la aburrida carretera que lleva al aparcamiento de Sarrios, y en su lugar, con intuición caminamos por la tasca, siguiendo los barranquillos que bajan del valle...

Los refugios y rediles nos recuerdan que antes que el esquí estuvo el ganado. Todavía recorren estos pastos rebaños de vacas y ovejas, aunque los refugios están en desuso.

Punta Tres Güegas se muestra pronto, como loma redondeada que cierra el valle. En contraste, La Punta Escarra enseña sus paredes verticales y descarnadas. 

Mirando hacia el norte, tenemos una buena perspectiva del Puerto Viejo de Sallent, a su izquierda el Pico de Sallent (Estremère para los franceses) y ya en el país vecino el Midi d'Ossau.

El camino hasta la cima no tiene gran interés paisajístico, las torres de arrastre de los telesillas y la pista que lleva al collado hacen desmerecer el lugar. Nos distraemos mirando la flora que se mantiene en regatos y retazos de pasto. A medida que tomamos altura, los pastos están más frescos y muestran algunas interesantes plantas. En este caso un hipérico (Hypericum richeri subsp. burseri), planta de pastizales alpinos, con grandes pétalos punteados de vesículas negras y hojas redondeadas.


Una  dedalera (Digitalis purpurea) que no ha desplegado los habituales colores púrpura y presenta sus racimos de flores albinas.

Dianthus benearnensis es uno de esos clavelillos de montaña que motean los pastos soleados y pedregosos.

Pedicularis mixta, se acerca a los lugares más húmedos.

Los suelos removidos para la contrucción y mantenimiento de las pistas favorecen la aparición de Omalotheca sylvatica formando poblaciones numerosas.


La acedera, Rumex scutatus, hojitas tiernas para alegrar una ensalada.
La flor de la acedera.


Llegados al collado de Izas que separa la Punta Tres Güegas del Pico Royo, por fin nuestros ojos se despegan del suelo para contemplar un paisaje de calidad. La Canal de Izas se despliega a nuestros pies y nos dirige la mirada hacia los picos que rodean Canfranc 

Ampliando el foco de la cámara hasta completar 180 grados vemos el desarrollo de la Canal de Izas, con Punta Escarra y la Pala de Ip que vigilan la vertiente sur (izquierda de la fotografía) y el Pico Arroyetas, teñido de rojo ( a la derecha). El valle se prolonga sinuosamente hasta encontrarse con el valle del Aragón que se intuye en las montañas de Canfranc al fondo.
Desde el collado de Izas hasta la cima de la Punta Tres Güegas es fácil.  Al otro lado del collado el pico Royo , el pico Culibillas y el pico Arroyetas. En este último se aprecian mejor las tonalidades rojizas de las areniscas y arcillas del permotrías que tan maravillosamente dan color a esta zona del valle del Alto Gállego.

 La naturaleza ácida de los suelos pizarrosos que forman la Punta Tres Güegas permiten que crezca Galeopsis pyrenaica, en las gleras semifijadas de la cresta.

Geranium cinereum abunda

Cuanto más ascendemos más efecto tiene la gelifracción del suelo en invierno, es el lugar donde prospera Campanula  scheuchzeri

A veces acompañada de Solidago virgaurea

Llegados a la cima podemos mirar el valle Lana Mayor. En primer término el pequeño ibón de la Sierra, al pie de la Peña Calcín. Más lejos se ve el embalse de Tramacastilla o de Las Paúles. Una alternativa atractiva para subir a Tres Güegas es desde este embalse, siguiendo por el rincón de Arbenuso hasta llegar a la cordal que desde el sur llega a esta cumbre. 
Ibón de la Sierra, Peña Calcín y de fondo la Sierra de la Partacua 

Punta Escarra

Pala de Ip

Pico  Arroyetas. La observación de los estratos que forman este pico nos muestra pliegues tumbados con la charnela en ángulo agudo, así como fallas que muestran discontinuidades en las bandas de los estratos.

Espergularia rubra 
 Aunque de flor diminuta, es interesante dedicarle unos minutos para verla con la lupa.

Scleranthus uncinatus , debido a su rareza en el Pirineo, es quizá la especie más interesante que hemos localizado en el lomo que forma este pico. Las flores, verdosas, tienen los sépalos ganchudos.

Silene rupestris, muy delicada flor en un paraje tan inhóspito.

Sempervivum arachnoideum, una siempreviva que abunda en el crestón pizarroso que une punta Tres Güegas con Tres Hombres. 

Desde la cima, miramos parte del recorrido. 

Balaitus es el gigante que domina este panorama.

Emprendemos la vuelta siguiendo la larga cresta que corre paralela al valle, volveremos como hemos subido, salvando barrancos y tascas guiados por la intuición y enlazando las trochas que el ganado ha abierto.

Track de la ruta en 



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Puy Arcol

2 de junio de 2019. Puy Arcol /Pui Arcol es un pico modesto en altura, pero grande en las perspectivas que ofrece sobre Infiernos y Pondiellos. Supone vencer un desnivel  cercano a los 1.000 metros y trepar con cuidado por una breve y muy empinada cresta que carece de dificultad técnica ( si no hay nieve) , pero que puede impresionar a quien no esté acostumbrado a pendientes muy verticales. Como está llegando la primavera en este rincón del valle de Tena nos encontraremos con las habituales flores alpinas que anuncian la retirada de la nieve y el cambio de estación.



Comenzamos a caminar en el embalse de la Sarra, evitando las curvas de la pista con el alcorce que atraviesa el bosque de pino silvestre y que gana altura sin cesar. Sólo cuando los pinos van clareando y asoman las matas rastreras de la sabina (Juniperus sabina) damos por superado el bosque. La blanquecina masa de Peña Foratata aparece al otro lado del valle.


Unos metros más arriba, y los pinos quedan definitivamente atrás. Vemos un  rincón del embalse de Lanuza  y el Pico Pacino presenta las dos manchas de bosque de hayas que cubren parte de sus laderas.
De fondo, la sierra de la Partacua nos recuerda con sus retazos de nieve que todavía no ha llegado el verano.

En los pastos subalpinos, Androsace villosa.

El camino podría seguir hasta el barranco que baja de Ibonciecho, pero decidimos no seguir la pista, y subir derecho por un flanco rocoso que nos evita una amplia vuelta.
No ha sido fácil conectar con el camino que viene del barranco de Ibonciecho. Algunos hitos dan pista de por dónde ir, pero también hay trechos donde hay que elegir con intuición la ruta. Al final estamos cerca de la conexión y miramos hacia abajo la ladera que hemos remontado.

Los pastos alpinos todavía están dormidos, o al menos eso es lo que parece.

Hace poco que se retiró la nieve, y por eso podemos ver Soldanella alpina, junto a una pequeña mata de Androsace Laggeri.

Hemos atravesado un pequeño nevero para coger la diagonal que cómodamente  nos llevará al collado de Puyarcol. El pico ya lo vemos con nitidez a la derecha del collado.
Collado

Pico Puy Arcol

Unas matas de Saxifraga oppositifolia poco antes de llegar al collado. La he fotografiado en otros lugares, pero las de aquí me parecen de pétalos más grandes y alargados.

Cuanto más nos acercamos al collado, más se va revelando la fisonomía rocosa del pico. el carácter vertical de su cresta la hace atractiva.
El paso del collado es amplio y sencillo, una puerta que comunica valles. De donde venimos, las sierras de Ferraturas y Soques

Y traspasada la puerta, las impresionantes formas de los Picos del Infierno, Garmo Negro y Algas

Unos minutos para contemplar el paisaje y para estudiar por dónde subimos al pico desde el collado. Nos dejamos llevar por la intuición y subimos por la fracturada pero estable roca.

Desde la cima, el barranco de Pondiellos se despliega en su totalidad. Recorremos con la mirada picos y collados de este espectacular paraje. 
Sin lugar a dudas, el Infiernos atrae con fuerza la atención. 


También miramos con atención las formas de Garmo Negro, Algás y Cerrez.  En primer término, la cresta de Toronzuelo y a sus pies, con la nieve recién retirada, el ibón de las  Albas.


La posición de Puyarcol es idónea para contemplar este rincón del valle de Tena desde una perspectiva diferente.
Siempre hemos disfrutado identificando cimas y collados, y desde aquí completamos nuestro mapa mental de la zona. Aquí miramos hacia la Cubetilla.
Allá abajo destaca el embalse de la Sarra, color turquesa, a los pies de Peña Foratata.
La solitaria flor de una Pulsatilla vernalis 

El barranco de Pondiellos baja hasta encontrarse con el río Gállego
De nuevo en el collado, nos hacemos la foto de rigor antes de comenzar la bajada.

La vuelta la haremos por el camino habitual, es decir iremos hasta el barranco de Ibonciecho, para así cambiar un poco la ruta. Detrás va quedando el pico Puyarcol.
 Androsace vitaliana florece tempranamente, adelantándose al renacer de los pastos alpinos,... 

...lo mismo hace Potentilla crantzii...

...o Pritzelago alpina, pequeñas flores que se sienten cómodas superando los 2.000 metros.

El deshielo alimenta hermosos regatos que permiten un temprano verdor en los pastos alpinos.

Pinguicula grandiflora y Primula farinosa aprovechan este aporte extra de agua.

Y Gentiana verna hace honor a su nombre y marca la llegada de la primavera en estas alturas.

El camino elegido de vuelta nos obliga a tomar un trecho la larga pista que nos lleva a la majada de Cambillón. Es un tramo algo soso  y pesado, salvo que nos permite ver la cima de Puyarcol desde lejos, con su fisonomía de promontorio terminal del contrafuerte rocoso que sube hasta el pico de la Forqueta.


















Una forma azulada de Linaria alpina crece entre los cascajos caldeados que bordean la pista.

Le acompaña Veronica prostrata subsp. scheereri

El contrafuerte que forma las laderas de Puy Arcol contiene en su estructura sucesión de anticlinales tumbados que revelan la energía y desplazamiento de los materiales calizos.

Antes de abandonar la pista y tomar el atajo que nos llevará al bosque, nos despedimos de este lugar echando una última mirada al Puy Arcol. (2.397m)


Datos y track de la ruta en
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