La pasión por la naturaleza es adictiva. Primero actúas movido por estímulos impactantes, con fuerte poder sensitivo: una gran montaña, un paisaje excelso, una grande y colorida flor. Una vez que ya no tienes remedio, y ya no puedes escapar más a su atracción, pequeñas formas, colores discretos producen el mismo efecto y prolongan el placer de descubrir cada día algo nuevo. Odontites recordonii y Odontites vulgaris son dos discretas plantas que harán disfrutar a quien ya no necesite de grandes formatos ni llamativos colores.
Pertenecientes a la familia de las Scrophulariaceae (familia heterogénea que agrupa a verónicas, gordolobos, pichaperros, conejetes, dedaleras,etc) comparten a su vez género con la abundante Odontites luteus, que ya vimos en este blog en octubre de 2011. Odontites recordonii es bastante más difícil de encontrar que su pariente amarilla. Prospera en lugares resguardados del frío. Vemos algunos ejemplares en la vertiente sur de Valcheladas, sobre los yesos. Es una pequeña planta anual, que vemos frecuentemente acompañando al romero, una de las plantas a las que parasita. Es un endemismo ibérico que se extiende por el Este peninsular, y que en su límite occidental llega hasta los somontanos. Su aspecto ceniciento es debido a la vellosidad que la recubre tanto en el tallo como en las carnosas hojas de margen revuelto. Las anteras sobresalen de la corola, característica que según Flora Ibérica la distingue de la escasa Odontites kaliformis.
Mucho más frecuente es Odontites vulgaris, que encontraremos habitualmente en yermos y barbechos. Aunque también es anual, es de porte más robusto que la anterior. También es pubescente, pero no tiene un aspecto tan ceniciento. Forma largos tallos en cuyo ápice van madurando las pequeñas flores agrupadas siempre hacia el lado exterior de la planta..
Es interesante acercarse a ella con la lupa en mano, mirar detenidamente la pequeña corola.
Observaremos que forma un tubo muy pequeño acabado en dos labios, el superior envuelve parcialmente las anteras, el inferior está dividido en tres lóbulos y presenta unas franjas púrpuras que contrastan con el rosa pálido del resto de la corola.
Con más detalle observaremos que la corola está finamente recubierta de pelos. Estos pelos dan apariencia lanosa a los labios inferiores.
Mirada así, a corta distancia, esta planta colma de nuevo el vaso del brebaje que nos mantiene apegados a la naturaleza.