Mediano. Sendero de agua hacia Arasanz y Plampalacios

4 de Mayo de 2013.






















Hace una tarde espléndida para coger el remo y trazar un sendero de agua que desde Mediano me lleve a Arasanz. No seguiré un trazado recto, sino que describiendo una quebrada línea elijo la Torre del antiguo pueblo de Mediano para que forme el primer vértice de la  derrota. La Peña Montañesa ha cubierto su cabeza con un inmenso tocado de nubes.



Un año más las gaviotas se me han adelantado y ya ocupan posiciones en el campanario. Me reciben con sus sonoras risotadas.

Torre de Mediano, junio 2010.
El agua ocupa la totalidad del embalse, y así lo certifican las ventanas de la torre casi cubiertas por completo. Recuerdo aquel año en el que el nivel del agua estaba en su punto perfecto para hacer un viaje fantástico. En los archivos guardo imagen de aquel año, en el que me sentí brujo entrando en lo alto de la torre por las ventanas convirtiendo la navegación en un fantástico vuelo.


En ocasiones olvido que estoy en el corazón del Sobrarbe, tierra áspera por antonomasia, y engañado por el espejismo del agua embalsada me transporto a lejanas latitudes, allí donde los lagos son naturales y las montañas son tan salvajes como las nuestras.


 Pero esto es el Sobrarbe, y donde se guardó el agua se produjo el abandono. No puedo sustraerme a la idea de que el agua ocupa el espacio de las mejores tierras de pueblos que ya no lo son.

Arasanz aparece acorralado por un bosque que ya no se utiliza para leña y que cada año que pasa invade más las añejas piedras.

De nada sirvió a estos pueblos  la vigilancia de   Muro de Roda.


Ni les protegió el desfiladero del Entremont , ni  la fortaleza de Samitier.


Abandonadas quedaron las ermitas y pequeñas iglesias, como la  parroquial de Plampalacios, dedicada a San Bartolomé,cuyas paredes lamen las aguas que hace tiempo se tragaron las casas de los antiguos feligreses.

Más fortuna tuvo Aínsa, aupada sobre un cerro, hito que marca el comienzo de  nuevas tierras.

Comienza a atardecer, y aunque ya dirijo la proa hacia Mediano,  de vez en cuando vuelvo la espalda, giro la piragua en redondo y me quedo embelesado contemplando cómo van tiñéndose las montañas.  Sestrales y Castillo Mayor se van tiñendo de negro, mientras que las Tres Sorores y las Tres Marías adquieren tonos rosados.
































Track de la ruta (excepto aproximación a Pampalacios) en http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8239534




Camino de El Pueyo. Gladiolus illyricus. "Gladiolo silvestre"

El gladiolo silvestre que encontramos en claros del carrascal, algún yermo, y normalmente sobre suelos algo pobres y pedregosos, es una especie mediterránea que el botánico alemán Karl Heinrich Emil Koch clasificó en el siglo XIX. El término illyricus hace referencia a la región de Illiria, en el noroeste de la península balcánica. Es por tanto una especie que podemos disfrutar en plena primavera mediterránea. Su raíz es un bulbo sólido, no formado por hojas superpuestas como las cebollas, sino por un cuerpo compacto que los botánicos llaman cormo. Este bulbo tiene como función acumular las reservas. En lugares de clima mediterráneo, la primavera es la época más adecuada para el crecimiento, y el verano es excesivamente seco. El gladiolo, como otras plantas de bulbo, se desarrollan rápidamente en esta época húmeda y desarrollan una sola floración también muy rápida. Después mueren las partes que quedan por encima del suelo y retiran los nutrientes hacia el bulbo, preparando la nueva campaña que se producirá al año siguiente.
Durante la floración desarrolla una vara de trazado sinuoso de la que van saliendo alternadamente las vistosas flores, de simetría bilateral, y con anteras más cortas que los filamentos. Escasamente llega al medio metro de altura, y tiene aspecto más delicado que el otro gladiolo silvestre ,Gladiolus italicus, cuyas anteras son mayores que el filamento. Es frecuente encontrar el gladiolo (Gladiolus communis) cultivado en huertas. Y de las huertas vuelvo nuevamente a Koch, ya que además de botánico fue impulsor de la horticultura en Alemania. Trabajó en la Sociedad de horticultura de Berlín,(me la imagino como algo parecido a la Asociación de Hortelanos del Alto Aragón, promotores del tomate rosa de Barbastro), y en aquellos tiempos de industrialización salvaje, hacinamiento urbano y alejamiento de la vida natural, dicha asociación actuó como incipiente movimiento verde. 

Picos Cuculo y San Salvador.

23 de abril de 2013.   San Juan de la Peña está constituido por un resalte rocoso formado por los conglomerados depositados aquí en los orígenes del Pirineo, en el oligoceno superior. Guarda paralelismo con la vecina peña Oroel tanto en su constitución como en la orientación y posición, aunque más modesta en altura. 

  El Barranco Carbonera, en el que nos internamos desde una curva cerrada que une Santa Cruz de la Serós con San Juan de la Peña, alberga un magnífico bosque cerrado de hayas y abetos.

Algunas hayas  han estrenado hojas que lucen todavía su verde transparente. Racimos de flores masculinas penden de largos cabillos.


Este barranco rompe la continuidad de conglomerados formando dos unidades: las peñas de San Juan y  San Salvador, que trazan una barrera continua, y la peña del Cuculo. La zona del valle albergó el cenobio femenino de la Serós y en plena sierra se esconde el monasterio masculino de San Juan.

La parte superior del barranco todavía tiene durmientes las hayas, aunque los pastos ya muestran su color primaveral. Al fondo, Peña Oroel.


Una vez superado el barranco, llegamos  cuello Betito, divisoria orográfica que nos recibe con abundantes ejemplares de Narcissus asturiensis subespecie jacetanus, siendo ésta una de las poblaciones más meridionales de este bello narciso en Aragón.



























Nos queda un kilómetro para llegar al Cuculo, entre pastos tiernos y sendas abiertas entre los escarpines.En estos pastos nos encontramos con otras especies propias de lugares majadeados, como es el caso de esta bonita Liliácea, Gagea pratensis.





















Salpicando el prado aparecen diseminadas numerosos individuos de esta Boraginacea, Lithospermum incrassatum
























Una planta común de pastos calurosos, Valeriana tuberosa que exhibe ya numerosas flores abiertas en la cabeza floral.

Nos asomamos al promontorio final del Cuculo y desde él podemos admirar la amplitud de la canal de Berdún, amplio valle longitudinal paralelo al Pirineo. Una cinta de cumbres blancas se extiende de este a oeste. Frente a nosotros Santa Cilia de Jaca. La acción erosiva del río Aragón, que ahora parece inofensivo, y sus barrancos subsidiarios han desmantelado la acumulación de sedimentos, de los que quedan los resaltes sobre los que ahora nos aupamos.







Hemos recobrado las fuerzas y decidimos desandar parte del camino y encaramarnos a la Peña de San Salvador, por el camino nos encontramos con apretados ramilletes de Narcissus assoanus.
 Desde la ermita de San Salvador, que corona la peña, se abre el abismo hacia el sur en fuertes acantilados rocosos.

Cerastium pumilum es una pequeña planta de apenas 6 centímetros,  perteneciente a la familia de las Cariofiláceas que medra en estos pastos salpicados de rocas.









Potentilla argentea en plena labor de colonización de terrenos arcillosos.














Desde el promontorio de San Salvador, la Peña Cuculo aparece en primer plano, con el magnífico telón de fondo de las Sierras Interiores del Pirineo