De Montfalcó a Montrebei

Excursión organizada por la Federación Aragonesa de Montañismo, y que realizamos con colegas del Club Montañeros de Aragón de Barbastro.Comenzamos a caminar junto a  Mas de Chiquet, donde tomamos una senda balizada que recorre el umbroso barranco de Fet, hasta retomar la pista poco antes de llegar a Estall.
El embalse de Canelles  y  en un resalte rocoso, la iglesia de Fet.

El abandonado núcleo de Fet, ocupa un plano levemente inclinado. Al borde de la cortada la iglesia.


Construcciones imposibles como la torre  de les Conclues, que vigila el congosto de Fet.

 Thymelaea pubescens, subsp. pubescens habita en suelos pobres y pedregosos.



Red rocosa en un talud, cristalización alterna con arcilla. La arcilla es arrastrada por el agua superficial  y aparece la red cistalizada.


Ophrys apifera, bajo el cagigar de Motfalcó.

Coriaria myrtifolia (emborrachacabras) arbusto de buen tamaño que forma colonias numerosas y densas en torno a Montfalcó.

Un espacio sombrío y más fresco del barranco es aprovechado por Veronica tenuifolia, observamos las estrechas hojas lineales y pinnadas.


Llegamos al primer tramo de pasarelas. La excursión ha atraído a un buen número de senderistas, alrededor de 400 dicen los organizadores. Tomamos con calma el turno en las pasarelas, aunque esto signifique perder contacto con el turno de Barbastro. 

Perspectiva aérea sobre Montrebei y el puente colgante que une la vertiente aragonesa con la catalana.
Hace poco leí un artículo en el que se recordaba que no muy lejos de aquí pasó la comitiva funeraria que acompañó al conde Ermengol, allá por el siglo XI. Era conde de Urgel, pero también se le llamó Ermengol el de Barbastro,  por el apoyo que dió a Sancho Ramírez en la conquista de esta ciudad , por lo que el rey le concedió la tenencia de Barbastro hasta su muerte, que sucedió guerreando intentando resistir la contraofensiva del rey taifa de Zaragoza .
Segundo tramo de pasarelas.
Uno de los pobladores de las rocas: Sarcocapnos enneaphylla, endemismo del Este Peninsular y Marruecos.



























La pared está recubierta de un precipitado de caliza recubriendo la base rojiza y cambiándola por los tonos grises.







En un resquicio Erinus alpinus variedad hirsuta.


La pasarela sigue el contorno de la pared.

Vista general del segundo tramo de pasarelas y embalse de Canelles.




























Zona sur del Montsec 

El puente colgante recién construido. Para los de Barbastro no es posible  pasar sin recordar el puente colgante que cruzaba el Vero para llegar a la ermita de la Virgen del Plano.


En medio del puente las dos vertientes del congosto se besan.  El Noguera Ribagorzana está bajando mucha agua al embalse y éste tiene un color azul lechoso.

Desde el puente hacia el congosto de Mont-Rebei



Desde el lado catalán del puente, el trazado del segundo tramo de pasarelas.








La roca muestra la hendidura por donde discurre la senda de Mont-Rebei. De fondo el castillo de Girbeta, vecino del próximo pueblo de Chiriveta.



Lactuca perennis entre herbazal y derrubios de roca.

José Alcubierre, y Marisol disfrutan del  estrecho paso de Mont-rebei
Antirrhinum molle está en plena floración, ocupando rellanos rocosos y grietas. Hemos visto hojas en los pasos  de pasarelas , pero estaban todavía sin florecer.

Los estratos inclinados  de la Sierra de Montgay forman fajas que son cubiertas por densa vegetación.


Petrocoptis montsicciana. Vale la pena repetir lo que dice de ella el Atlas de Flora del Pirineo Aragonés: "Endemismo del Prepirineo central (...) figura en la categoría de vulnerable en el Libro Rojo de Gómez Campo, y en el Catálogo de Especies Amenazadas de Aragón, como sensible a la alteración de su hábitat." Tomemos nota para que no se vea reducida su población en lugares de tan frecuente paso.
Piraguas en el fondo de la garganta. Hace unos años estuve por allí abajo, viniendo desde Montfalcó, y es una auténtica experiencia que quiero repetir.


Geranium sanguineum, las hojas fuertemente escotadas.


Filipendula vulgaris. Algunos capullos presentan su intensa coloración escarlata.


Jurinea humilis



Ononis cristata
Castillo de Girveta y ermita de la Mare de Deu del Congost, próximos a Chiriveta.

Camino de El Pueyo. Umbilicus rupestris. "cazoletas, embasadores"

Umbilicus rupestris con vástago florido
En el entorno de El Pueyo vemos crecer  Umbilicus rupestris en  vetustos muros aplicados a algunos taludes para sostenerlos .  Se cría en las rendijas y minúsculas repisas que dejan los sillarejos de estos tapiales, abrigándose del frío y del extremo calor. Es una planta pequeña, de tan apenas un palmo. La floración se limita a un alargado vástago del que penden unas flores acampanilladas de color verde claro. En estas fechas podemos contemplar las flores, y en la base observaremos cómo comienza a echar los renuevos de las hojas. El caminante se sentirá tentado de palpar las hojas, pues observará que éstas son carnosas, de tacto suave, y cuando están plenamente desarrolladas tienen una curiosa forma de disco embudado, característica que le valdrá expresivos calificativos como cazoletas, embasadores, o el más poético "ombligo de Venus".Aunque se pueden contemplar unos cuantos ejemplares, no abunda en El Pueyo.
Fue Augustin Pyrame de Candolle, un botánico suizo, quien a principios del siglo XIX definió las características del género Umbilicus en un tratado específico sobre las plantas crasas (Crassulaceae) que habitaban en Francia. Era ya una planta conocida por sus propiedades,especialmente  su aplicación en cataplasmas debido a su acción vulneraria y aceleradora de la formación de piel nueva en yagas, úlceras y heridas, de manera que se utilizaba habitualmente en las boticas antiguas.
Hojas, con forma de cazoleta de Umbilicus rupestris
El hijo de Augustin, Alphonse, también fue famoso botánico. Continuó la labor de su padre y realizó diversos estudios sobre botánica y agricultura, y sobre todo trabajó sobre la nomenclatura botánica.
Alphonse Pyrame de Candolle  protagonizó un debate que fue tanto científico como social. Por aquel entonces Anton Galton  defendía la teoría de que el genio nace, que las características de cada individuo vienen determinadas por la herencia. Ideas como estas, aparentemente de sentido estrictamente científico, tuvieron repercusión social , y sin duda albergaban también concepciones ideológicas ocultas. En ese ambiente victoriano, las ideas de Galton calaron en una sociedad elitista y favorecieron el surgimiento de los planteamientos eugenésicos. El mismo Galton fundó la Eugenetics Society. Unos planteamientos sociales que duraron más allá de los genocidios racistas de Hitler, pues todavía pasados los años 50,  algunos estados  nórdicos imponían  esterilizaciones  a los considerados "no idóneos".
  Alphonse Pyrame de Candolle , en cambio, defendía el papel del ambiente en el desarrollo de cualquier cualidad. Que el ambiente moldea las potencialidades del individuo.  Trasladándolo a la situación social, significaba que con buenos medios  y buena educación un niño del arrabal podía llegar a ser  un genio.Claro está, semejante opinión en una sociedad victoriana rompía con muchas convenciones y privilegios sociales.
Todo eso sucedía en el siglo XIX, pero sonroja contemplar que todavía hoy en día se confunda ciencia con conciencia, que de manera interesada se utilice el principio de autoridad para justificar lo injustificable.Todavía se sigue engañando a la sociedad amparándose en argumentos obtusos que todo el mundo debe creer sin dar la opción de razonar.
Es un tema recurrente buscar explicaciones científicas para ideas preconcebidas, sólo hace falta encontrar el comité de expertos que se preste a ello. 

Camino de El Pueyo: Phlomis lychnitis,"candilera, orejas de liebre"

 No pasará desapercibida al caminante esta mata debido a su porte alto, de más de dos palmos, y sus vistosas flores amarillas que nacen  agrupadas en pisos. Las hojas son largas, opuestas y cuelgan en graciosa curva, por lo que popularmente se le llama oreja de liebre.
Está recubierta de una espesa borra blanca. El cáliz tiene unos llamativos pelos largos que cubren completamente los retoños de flor. Son mecanismos de defensa para protegerse de la radiación ultravioleta y evitar innecesarias transpiraciones, ya que es una planta que encontraremos en las zonas más expuestas al sol. Fácilmente en la cara sur de El Pueyo y también de Valcheladas, no desdeñando rellanos en zonas pedregosas o de rocas. 
Es un endemismo del occidente mediterráneo que tan apenas consigue sobrepasar el Prepirineo  Luis Villar  recoge en el libro "Plantas medicinales del Pirineo aragonés y demás tierras oscenses" , que escribe en colaboración con otros etnobotánicos, su uso como té para aliviar transtornos gastrointestinales. 
También cita que su infusión se aplicaba externamente en cataplasmas como cicatrizante , remedio contra el reuma, o rebajar las inflamaciones. Pero el uso que más me atrae es el que permitía realizar mechas que ,una vez aceitadas, se colocaban en los candiles para iluminar las casas. Me atrae porque me imagino al ser humano en épocas remotas, cuando ni cultivos ni poblaciones formaban todavía parte del paisaje. Me lo imagino machacando con un tosco mortero los tallos, retorciéndolos, dejándolos a secar y conservándolos para cuando tuviera que realizar el mágico rito de la creación del fuego. Desconozco si aquel pretérito antepasado utilizaba este auxiliar u otro para hacer el fuego, pero sí intuyo la relación que tendría aquel individuo con la naturaleza que le rodeaba.
En la actualidad la Naturaleza tiene otro papel en nuestras vidas. Podemos hacer muchas cosas "en" la naturaleza, constantemente surgen nuevas actividades deportivas, lúdicas, que se realizan en la naturaleza. Pero creo que hoy en día  el ser humano hace pocas cosas "con" la naturaleza, y por eso nuestra relación con ella es un tanto demediada. A diferencia de lo que sucede en las películas, no me imagino que fuera tosco aquel ser humano , al fin y al cabo tendría el mismo material genético que cualquiera de nosotros, el mismo número de neuronas, y pienso que similares inquietudes. Sería capaz de darle contenido intelectual a todo lo que le rodea, esto es un nombre, un uso, un significado, una explicación. Si ya tenía sensibilidad para crear música, expresarse a través de cualquier faceta del arte,  pienso que  también se podía quedar embelesado contemplando un espacio de la naturaleza como esta especial flor. Y quién sabe qué más pensaría, además de  usarla para hacer fuego.