Cima sin nombre, balcón de Pombie

24 de abril de 2015. Hemos querido acercarnos al collado de Pombie, y una vez allí alzarnos sobre una pequeña cima, sin nombre en la cartografía, que nos permita contemplar con cercanía los picos Peyreget y Midi d'Ossau. Es un recorrido corto en distancia y con un moderado desnivel. A cambio, un excepcional paisaje.



La primavera no se ha hecho esperar, y ya están los prados del circo de Aneou (1.800m) cubiertos por narcisos (Narcissus pseudonarcissus)



Cerca de un regato primaveral, Pedicularis sylvatica.














La nieve se ha retirado recientemente, sin demora Ranunculus pyrenaeus subsp. pyrenaeus ocupa espacio antes de que estos prados se llenen de competidoras.





















Gagea fragifera, también creciendo en estos prados primaverales, a 1.850 m de altitud.













A partir de 1.950m la nieve todavía se mantiene con bastante continuidad. Las Ferraturas todavía tienen buen manto de nieve en la cara norte. De izquierda a derecha los picos Soba, Soques, Ourade,  Peyrelue.

El cordal que lleva al Soum de Pombie , todavía muestra una bonita cornisa de hielo.

























Ya en el collado podemos ver el valle de Pombie. Vemos que el hayedo ya está limpio de nieve, no así la cabaña de Pucheaux, y menos aún lo está el refugio.






























Draba aizoides, pequeña crucífera que está renovando la roseta de hojas, y al mismo tiempo ya ha desarrollado las flores. A 2.100 m. 




Androsace laggeri, a la misma altitud.















El Pico Palas cierra el valle de Arrious,  a la izquierda el Pico Lourien






















Nos acercamos a la cima sin nombre, detrás el Peyreget y el Midi d'Ossau






















Sucesión de crestas y cimas, desde el Anayet hasta Telera.




















Finalmente, la vista esperada, el collado de Peyreget que separa al pico del mismo nombre del Midi d'Ossau.




Ermita de la Virgen de la Peña de Santa Cilia de Jaca

23 de abril de 2.015.   Frente a Santa Cilia de Jaca, en dirección sur parte una pista ,franca  para vehículos ,que lleva hasta un breve plano presidido por una cruz de hierro. Allí nace un sendero que lleva ,en breve paseo, a la ermita de la Peña .

En pocos pasos aparece frente a nosotros la pequeña ermita, blanca construcción en medio de la vertical pared, bajo el pico Cuculo.


Altitud 1.000m. en la orla del quejigal, una letrera  con las hojas agrupadas en la base, por encima de un pequeño cabillo leñoso pelado. Euphorbia amygdaloides.



Carex flacca, con la espiga masculina arriba y las femeninas debajo, abunda entre la hojarasca de los quejigos.


En terreno más pedregoso, a la misma altitud, Aethionema saxatile.



Algún ejemplar de guillomo
( Amelanchier ovalis) perfuma el ambiente.


Linaria supina subsp. pyrenaica, que muestra el tallo y el caliz muy glanduloso, así como llamativas bandas que parten de la corola hacia el espolón.




En estos ambientes caldeados, encontramos este único ejemplar de la liliácea Fritillaria lusitanica, ya totalmente desarrollado.

















Apenas pendiente, sólo un desnivel de 240m. El estrecho barranco separa las dos vertientes, una calurosa que mira al mediodía,  y la otra fresca y umbría, que serpentea en el paredón rocoso.


Lithospermum incrassatum, a 1150m, ha en plena umbría de la peña.






La ermita queda escondida entre los resquicios de la roca, una leve barandilla a la izquierda delata el camino de acceso.



En los resquicios de la pared, formada por conglomerados con base calcárea hay muchos ejemplares de Saxifraga fragilis, todavía sin florecer.


También en este mismo ambiente, y así mismo sin florecer , ejemplares de lo que creo es Petrocoptis montserratii.
( Nota posterior: José Vicente Ferrández me escribe para indicarme que lo más probable es que se trate de Petrocoptis hispanica, planta también presente en S. Juan de la Peña.)

La ermita de la Virgen de la Peña de Santa Cilia de Jaca.










Camino de El Pueyo. Orobanche ramosa subsp. nana

El caminante avezado pronto se percatará de que esta especie tiene algo especial, no hay hojas, no aparece el color verde en ninguna de sus partes. Orobanche ramosa es una de esas especies que se han especializado para vivir a expensas de las demás, es una parásita. Para nada necesita ya las hojas, no tiene clorofila que le permita transformar la energía del sol en hidratos de carbono. Toda esa tarea se la encomienda a las plantas que le rodean. Ya habíamos visto algo parecido con la cuscuta, que se adhería a las partes aéreas de las plantas. En el caso de  Orobanche ramosa creará una red de raíces chupadoras que se adherirán a las raíces de sus huéspedes. Allí perforará las raíces ajenas hasta que encuentre el floema, el tejido que transporta alimento procedente de las partes aéreas de la planta hospedada y que estarían destinadas a la alimentación de las raíces. 
Toda esa actividad subterránea pasa desapercibida, hasta que llega el momento de la floración. Para su reproducción la planta necesita de la polinización, de allí que extienda al exterior unas ramas de color blanco marfileño en donde se desarrollan racimos de flores azuladas. 
Las semillas que resulten de la fecundación, al germinar, lanzarán una raíz prospectora que buscará una raíz de huésped, a la que taladrará y extraerá los azúcares necesarios para su desarrollo. La raíz se convertirá en tubérculo del que más tarde saldrá nuevamente un nuevo vástago florido.