Mostrando las entradas para la consulta arco geológico ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta arco geológico ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas

Acantilados del Algarve (3) Cabo San Vicente

11 de abril. Tercer día primaveral por tierras portuguesas. En esta ocasión recorreremos trayectos breves en torno al Cabo de San Vicente, extremo suroccidental de la península Ibérica.

Nos hemos alejado pronto del faro donde se congregan autobuses y multitud de turistas. Salimos del recinto y caminamos por el borde del acantilado hacia el norte. El relieve es plano y rocoso.

Este zócalo rocoso está colonizado por plantas adaptadas a los vientos, el sol y la salinidad. Destaca por la extensión que ocupa Cistus ladanifer. Impregna el aire de un penetrante aroma floral.


Entre las grandes flores de Cistus ladanifer asoman las rosadas flores de Silene scabriflora que veremos mejor más adelante.


Caminamos por el borde del acantilado y la costa ofrece escenarios abruptos.

 Umbilicus rupestris


 Leguminosas y crásas forman pequeños jardincillos en las fisuras de las rocas.

Es momento de detenerse y contemplar el paisaje con el ruido de fondo de un mar que hoy está en calma.





















Hasta el mismo acantilado llega una planta procedente de Sudáfrica: Carpobrotus edulis. Invasora de espacios litorales y destructora de la flora autóctona.
Comprobamos cómo esta planta rastrera se extiende y ocupa grandes extensiones. Es un problema que no sólo se produce aquí en el Algarve sino en toda la península Ibérica. En la legislación española es una planta declarada invasora y sometida a planes muy costosos de erradicación. Está prohibida su comercialización, posesión y plantado en áreas naturales. Aquí vemos el daño que está haciendo en amplias zonas donde impide el desarrollo de otras especies autóctonas.

  Un cojín de Astragalus tragacantha

Las hojas de Astragalus tragacantha están divididas en número par de foliolos y el ráquis termina en afilada punta. Las flores tienen un bonito color lechoso.

 Llamativa y hermosa es esta boraginácea, Cerinthe gymnandra. Las flores quedan semiocultas por unas anchas brácteas que se imbrican en espiral.

Las flores son tubulares, blancas con la base teñida de marrón-púrpura y los labios de la corola son amarillos.

Después de pasear por lo alto de los acantilados próximos al faro de San Vicente nos hemos acercado a la playa de  Beliche aprovechando que la marea está baja.

Como en tantos otros lugares del Algarve, las calizas han sido erosionadas por el mar formando grutas.

Estos días atrás vimos varios algares, siempre desde arriba. Ahora vemos uno desde el mar. El avance de la erosión sobre la costa atacó un lateral de la sima y formó un arco elevado.

La naturaleza caliza de la roca propicia  que encontremos  nódulos de silex. El sílex es una roca sedimentaria que se forma por  sedimentación y transformación química de sílices en este caso en ambiente marino. En este nódulo fotografiado aparecen bellos veteados rosados.

Hemos estado el tiempo suficiente para refrescarnos en la playa y comer. De nuevo nos trasladamos a otro punto del cabo San Vicente. Atravesamos con el coche una llanura aprovechada para uso agrícola y ganadero. Vemos crecer Lupinus luteus, el altramuz amarillo. 


Nos hemos acercado a las inmediaciones de la playa do Telheiro, en la costa que mira hacia poniente. Lejos vemos el faro de San Vicente.
 Nuevamente las jaras cubren generosamente la llanura y puntean de blanco el paisaje. Las arcillas están bandeadas con sedimentos carbonatados formando unas llamativas franjas. La debilidad del suelo favorece su rápida erosión.


Nuevamente nos acercamos a los acantilados. Allí observamos un cambio geológico notable. Las calizas desaparecen y afloran pizarras fuertemente plegadas.





























Es un paraje solitario, alejado del bullicio que rodea al faro.

Estratos verticales se adentran en el mar formando corrientes y espuma en el agua.

Las arcillas están atravesadas por areniscas de mayor resistencia a al erosión que forman una red pétrea.
 Frente a la quietud que transmiten los acantilados calizos del resto del algarve,en el que todas las bandas se muestran casi horizontales, aquí encontramos dinamismo que se traduce en un doble pliegue. Un nexo une estas formaciones con las montañas del Pirineo que tan a menudo visitamos.
























El mar excava breves valles.


















Crestas que se pierden en el océano.
























No hemos estado sólo pendientes del mar y las rocas, en todo momento nos han acompañado plantas ,algunas de las cuales presentamos aquí:
Cistus salvifolius


Viola lactea
 Anagallis monelli

Iberis procumbens. Las arenas en las que vive se han movido por efecto del viento y la raíz ha quedado expuesta al aire y se ha convertido en un tallo que le da forma de pequeño arbolillo.

Limonium ovalifolium

Silene scabriflora


El trayecto del último tramo visitado lo tenéis en https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=17327315 el mapa con el que está vinculado el track os dará una idea de dónde está la playa Beliche.

Portal de la Cunarda

Hemos partido desde Colungo, ahora que buscamos algo de calor, para recorrer este paisaje que en verano debe ser todo un tormento. Sucede con Guara que en algunos de sus rincones recompensa la aridez del trayecto con un paraje soprendente y plenamente gratificante. El portal de la Cunarda no es excepción, poco a poco se van dejando atrás los espacios humanizados para internarse en un terreno salvaje que culmina en el fantástico arco geológico que domina el barranco de Fornocal.

Las verticales paredes del barranco de Fornocal rompen el redondeado paisaje, el camino va ganando altura suavemente para evitar los barrancos laterales.


























Al norte, se aprecia la entrada de un nuevo frente frío que comienza a cubrir el Pirineo. Tan apenas se aprecian las Tres Sorores.






















Tras rodear el barranco Baricolla, en un giro del camino surge el Portal de la Cunarda. Ventanal abierto por la erosión diferencial, testigo de primitivos lechos fluviales erosionados en las calizas de Guara.
El camino transcurre por un denso bosquete de carrascas, coscojas y sabinas negrales, de vez en cuando aparece alguna alborzera mostrando las flores.

El camino está bien marcado y no cuesta llegar hasta el mismo portal. Visto de cerca se aprecia cómo se han formado capas de caliza disuelta que revocan la estructura del arco.
Un pequeño helecho, Asplenium ruta-muraria, muestra el envés de los frondes cubiertos por los soros que ya han debido expulsar las esporas.

La endémica Petrocoptis guarensis se agarra a las paredes del arco. Hay un buen número de ellas en los extraplomos superiores del arco.

Otra rupícola, valeriana longiflora se agrupa formando un denso cojinete.A su alrededor se aprecia la costra de cal  disuelta y precipitada.

El conjunto de plantas adaptadas a la roca caliza lo completan las tres especies siguientes, todas ellas bajo el portal de la Cunarda.
La primera esta pequeña Papaverácea, Sarcocapnos enneaphylla

Potentilla caulescens, rosácea especializada en terrenos básicos, aquí bien situada en un pequeño rezumadero  de la propia pared, que el deshielo matinal se encarga de mantener húmedo.

El ombligo de Venus, Umbilicus rupestris, en zona resguardada y no expuesta al sol. Muestra, ya secos, los tallos de las inflorescencias.

Una sensación especial se siente al ponerse al abrigo del Portal. 























La vuelta la realizamos siguiendo el trazado de la pista de Suelves. Esto nos permite contemplar, con las últimas luces de la tarde, parte del Somontano, y la silueta  de El Pueyo.

Arco geológico de Piedrafita

La montaña pirenaica es tan rica y variada que en muchas ocasiones no es preciso hacer largas y duras caminatas para poder disfrutar de esta riqueza. Un claro ejemplo es el Arco Geológico  formado en las paredes de la sierra de la Partacua. Hay varias opciones para llegar a él. Yo siempre he preferido partir de Tramacastilla, y recorrer el sombrío bosque de El Betato. Por esta razón siempre he ido en otoño, cuando las hayas de este bosque muestran más matices de color.El ibón de Piedrafita es una apacible escala antes de tomar la leve senda que conduce al Arco.
Otra opción es coger la pista que poco antes del parque faunístico de la Cuniacha se dirige hacia los Campos de las Cuernias, y después ascender por alguna de las sendas de pastores que conducen hacia La Hoya.
Bosque mixto  bajo la sierra de la Partacua

En ambos casos, si se va en otoño se podrá disfrutar de buen ambiente y espectaculares coloridos, especialmente los que aportan, tremoletas,  abedules y cerezos.
Estas especies matizan las laderas allí donde les deja un espacio el pino silvestre o el haya.  El resultado es un tapiz que se enciende en color si el sol lo ilumina y que adquiere increíbles tonos pastel cuando comienza a caer la tarde.



Ilex aquifolium, acebo, con frutos




























De vez en cuando algún hermoso acebo muestra sus aceradas hojas. Hojas armadas de agudas púas en los brotes y ramas jóvenes. Menos dentadas en cuanto comienza a ganar altura, en algunos ejemplares varios metros.

Prunus avium, cerezo








El cerezo, salpica espontáneamente los claros y linderos del bosque, y con el otoño adquieren el rojo más intenso. 

En este otoño de 2011 hemos tomado el breve camino que nos conduce directamente hacia La Hoya, lugar ganadero donde se construyó un refugio para el pastor. Justo en frente vemos el arco geológico formado por la erosión diferencial en los estratos calizos del cretácico.  A su lado apreciamos otro arco a mitad de su formación. Por él podemos adivinar el proceso geológico que ha propiciado la formación de este arco: una combinación de factores erosivos y tectónicos.



El arco está situado en un estrato resistente, más duro que los superiores. La erosión  excavó los niveles situados por encima del arco,areniscas más blandas,  formando posiblemente pequeños cursos de agua, superficiales algunos, subterráneos otros, que realizarían erosión horizontal y propiciarían desplomes. La exhumación de los materiales situados por encima del arco van dejando este resalte rocoso separado del resto de la montaña. La proximidad de una canal más amplia, con mayor acción erosiva completó este proceso en el arco , quedando  incompleto el situado más hacia el norte.

Además de su interés geológico es de considerar su valor paisajístico. Al acercarse a la estructura geológica del arco, uno descubre las dimensiones del sur del Valle de Tena. Comprende el desplazamiento de grandes masas rocosas que aquí se plegaron y formaron la sierra de Tendenera y la Partacua, sólo rotas por el paso del río Gállego. Al asomarse al Arco de Piedrafita no se puede evitar mirar a través de su abertura. Y si en un cuadro colocamos un marco  para separar la ficción pintada   de la  monótona realidad del muro que lo sostiene, en el Arco de Piedrafita uno puede admirar tanto el marco como lo que se abre tras él. Es una ventana  que  permite ver, mágicamente, este paisaje.
Arco geológico de Piedrafita, al fondo Valle de Tena























Track de la ruta, en wikiloc


Powered by Wikiloc