Camino del Pueyo: Dittrichia viscosa, "chulibarda"

Ya me había avisado mi hermano José Mari de la presencia de insectos del tipo mántis por la zona,apostados para la caza en las ramas del hinojo. Recordé que hace años ví una mántis algo diferente de las habituales, y que estaba en las hojas de la chulibarda.
Como quien va de safari, y dado que ahora esta planta está en pleno apogeo me voy cámara en ristre a probar fortuna.
El extremadamente seco verano todavía parece que continúa, y como el pardo se convierte en el tono dominante, será fácil identificar estas matas de porte alto. Rectas y altas varas de donde salen las hojas aplicadas, y en la cima un racimo de flores amarillas. 
La olivarda o chulibarda, es planta que nos acompañará posiblemente hasta bien entrado octubre. Como buen representante de las compuestas , las flores presentan esas cabezuelas con flores fértiles y otras estériles transformadas en amplios pétalos.
Se le atribuyen cualidades astringentes y antisépticas, si bien el olor que desprenden no anima demasiado a utilizarla. De tocar ramas y hojas se desprenderá rápidamente el porqué de su específico "viscosa".
 Fui afortunado al toparme con un hermoso ejemplar de la mantis que buscaba, y que podrás ver en la siguiente fotografía. Como en aquella ocasión, el abdomen mimetiza perfectamente con las hojas, y para ello lo mantiene levantado. Se debe sentir en alerta.
Al parecer, por los restos que aparecen cerca de este ejemplar, se acaba de dar un festín.
Me alejo con calma, sin molestar más de lo que me cuesta mirarla cara a cara por unos instantes y hacerle un retrato.
El caminante no tendrá tampoco dificultad en observar en muchos ejemplares de la Dittricia viscosa su aspecto de madurez. Ya está en fruto, y presenta los vilanos dispuestos formando densos globos pardos, mucho más modestos que los de sus parientes los dientes de león, pero igual de efectivos en cuanto la brisa sea suficiente para arrastrar la semilla junto a su penacho.

Nota. Posiblemente, la mantis retratada sea Sphodromantis viridis, y para quien quiera apasionarse con este fantástico suborden de insectos, los mantoideos, recomiendo visitar la web www.biodiversidadvirtual.org/insectarium
De paso descubrirá una puerta para la identificación de otros órdenes de insectos, y muchas cosas más.

Ibón de Barrancs

Tras un verano de casi total inactividad montañera, queremos hacer algo corto y de poco desnivel, para ver si el organismo vuelve a coger el tono sin protestar. El ibón de Barrancs nos parece buena elección por la riqueza geológica del recorrido.
Por más veces que hayamos pasado por el Forau de Aigualluts, siempre nos sorprende la verticalidad de la sima abierta y la desaparición del agua en las distintas bocas repartidas por el lecho. ¿Cómo quedaría este paisaje si también se desplomasen los techos de las dolinas que están en el llano anterior al Forau, la zona denominada el Rullau?
Recuerdo que la excavación en el sustrato calizo del valle se evidenciaba de manera muy plástica en invierno, pongo una foto de dos inviernos atrás , sirva también para refrescar este tórrido septiembre.

Volvemos al final de este verano, y , al mirar al norte, vemos cómo la sima se prolonga y produce la cascada de Aigualluts.
Al fondo del llano de Aigualluts, amplio valle glaciar colmatado, divisamos dos valles: el vall de la Escaleta, a  la izquierda, que nos llevaría al Coll de Toro, el de la derecha el valle de Barrancs. entre ambos la tuca de Aigualluts.
Desde el lado sur del Plan de Aigualluts, contemplamos el modelado glaciar del valle. La superficie horizontal del plano indica su colmatación. Algún resalte rocoso opuso resistencia a la erosión de los centenares de metros de hielo que se desplazaban por encima. Allí unos pinos negros se aúpan como si huyeran del llano. El río describe perezosas curvas. En este tramo el glaciar discurría hacia el Norte, las rocas han quedado redondeadas, y trazaba una curva hacia el Oeste formando el flanco que hoy forman los puertos de la Picada y el Portillón, apenas visibles en la foto por la bajada de la "gabacha". El tiempo está cambiante, pensamos mientras seguimos ascendiendo. Habrá que estar pendientes de cómo evoluciona.
Tras un incómodo tramo de subida sobre el caos de granito, llegamos al ibón de Barrancs.Es un lago largo y estrecho, encajado entre las paredes verticales de la Tuca de Aigualluts y una pequeña hombrera glaciar a la derecha.
Es en ésta donde se perciben mejor la acción erosiva de desgaste, apreciable en los bloques pulidos por el arrastre del hielo.Al fondo las aristas de Salenques.
Nos aupamos sobre esta hombrera para poder contemplar mejor las laderas de la Tuca de Aigualluts y su continuación hasta la Tuca de Barrancs. Pensamos que ésta podría ser un buen objetivo cuando nos encontremos más en forma.

Nos animamos a subir un poco más, motivados por la perspectiva que nos brinda sobre el macizo de la Maladeta, y la contemplación del Aneto. El ibón de Barrancs aparece al fondo de un estrecho valle. El glaciar excavó una gran cuenca pero al encontrar resistencia formó dos cursos separados por lo que hoy es la colladeta de Barrancs. A la derecha se aprecia parte del impresionante  cono  de morrenas  y arriba los restos del glaciar .
Lo que fue el glaciar del Aneto se puede intuir observando los efectos de su presencia en las rocas.

Estamos al final del periodo estival y la flora ya comienza a escasear. Algunas de las plantas que hemos visto por el camino son las siguientes:
Este azafrán silvestre, crocus nudiflorus, nos anuncia el inminente otoño.
Esto podría ser Ranunculus pseudofluitans, planta acuática que al parecer en el Altoaragón solo la podremos ver en el Plan de Aigualluts. Tiene unas hojas sumergidas en forma de lacinias, (no se ven en la foto) y las superiores ,también sumergidas presentan este aspecto de lóbulos divergentes.
En este pequeño conjunto floral predomina la planta crasa Sedum rosea, o Rhodiola rosea como también se le llama científicamente. La vemos con los frutos. Marca zonas de suelo ácido y donde se acumula la nieve. En el Altoaragón también es sólo visible en el valle de Benasque. Aquí va acompañada por una tardía flor de Astrantia minor, pequeña umbelífera blanca, y también son visibles las hojas del rododendro.

Todos sabemos que el rododendro florece tempranamente en verano, y que pasado Julio extrañamente se la ve en flor. El otoño es una estación simétrica a la primavera, a veces alguna planta estimulada por la luz, el calor confunde la época. Esta floración tardía la hemos visto también en el día de hoy con viola biflora.
Ya comienza a acusar fatiga esta bella compuesta. Adenostyles alliariae, que crece en zonas sombrías, por eso está entre las peñas de la subida del valle de Barrancs.
La evolución del clima tras la última glaciación ha supuesto la meteorización del granito. Las vetas más resistentes crean trazas muy llamativas como es en este gran damero que parece el esqueleto de un tejido o el plano de una ciudad moderna.





Ibones de La Munia

Una lesión en la rodilla me impide caminar lo que quisiera. En espera de que se arregle, echo mano de fotografías para rememorar los paseos estivales por la montaña. Así me he encontrado que hace exactamente  un año subí con Marisol a los ibones de la Munia desde el parador de Pineta. Tengo alguna panorámica de entonces y es lo que presento a continuación. Por otra parte , como el verano es complicado para seguir rutinas, durante este mes de agosto no podré publicar semanalmente las entradas sobre la flora del camino del Pueyo. Os agradezco vuestra asiduidad durante estos meses y espero vuestra comprensión. Como hay muchísimas flores más que citar, prometo que volveré.
























Subir a los ibones de La Munia desde Pineta supone auparse sobre dos valles glaciares colgados. El primero,  que aparece en el primer término de la fotografía, es el llamado Llano de Lalarri. Subir hasta este llano es superar el primer escalón, amenizado por los sucesivos saltos de agua que bajan de Lalarri. El segundo escalón nos permite ver este llano que se descuelga hacia el valle de Pineta.Frente a nosotros el collado de Añisclo, como un gran mordisco en las sierra de las Tucas. La perspectiva nos permite ya contemplar el Monte Perdido y las dos franjas de su glaciar.
Hemos dejado atrás las aéreas vistas de Pineta y Lalarri. Cada vez están más lejanas las siluetas del Perdido y su compañero el Cilindro. Seguimos el curso del barranco de Fuen Santa. La mancha calcárea de Peña Blanca destaca entre las otras cimas, como las Peñas del Hombre, más cercanas. Tan apenas algunos pastos alpinos sobre la roca. 













Hemos superado algo más de 1.200 metros de desnivel. El primer y más amplio ibón de La Munia se despliega a los pies del Robiñera, un tresmil que abre la puerta hacia el vecino valle de Chisagüés.

Algunas de las plantas encontradas durante el recorrido:
Atropa belladona. En el bosque fresco donde abundan el haya y otras caducifolias. Flores color vino apagado, de forma cilíndrico acampanada. Grandes hojas bien nervadas.
Los prados alpinos de los llanos de Lalarri  quedan salpicados por esta bella compuesta, Centaurea montana, con llamativas flores  tubulares muy escotadas y dispuestas de manera radial en torno a la cabezuela, a modo de corona.

Grupos de clavelinas , Dianthus hissopifolius, forman parte de los pastizales en torno a los 2.000 mts. Los pétalos rosados filamentosos son especialmente luminosos en un día de plena canícula.



Lychnis alpina, una cariofilácea especializada en los altos pastos, de flores agrupadas en capítulos, con largos pétalos rosados.

Superados los 2.500 metros, en suelos pedregosos, muy próximos al ibón de Lamunia Gentiana alpina guarda similitud con las otras gencianas de grandes flores pegadas al suelo, pero esta bonita genciana muestra hojas menudas y carnosas.

Otra hermosa genciana, en este caso Gentiana nivalis, también aparece en este ambiente de alta montaña.