Matapaños

El pico Matapaños es una facilísima cima de la sierra de Guara. Sin embargo, a pesar de su escasa altura (1.532 mts) y el  escaso esfuerzo necesario  para llegar a ella, ofrece unas perspectivas sorprendentes tanto hacia el conglomerado del Ligüerri como al de San Martín. Además sirve de atalaya que domina la hoya de Huesca. 
Una vez llegados a Santa Eulalia la Mayor, una pista practicable en coche nos aproxima a la barrera donde deberemos comenzar a caminar.  Me prometo volver cuando estos montes estén en flor.




Lo primero que nos atrapa la mirada son los conglomerados  que forman el conjunto de los Mallos de Ligüerri, de Lazás y Peña Foratata, ésta última la más próxima a nosotros. 
Los depósitos sedimentarios compuestos por clastos redondeados y  matriz de arcillas forman estos conglomerados , acumulados en el oligoceno. Tenemos que imaginarnos la acumulación de sedimentos producidos por la erosión de un Pirineo joven, todavía en formación. Enormes cantidades de depósitos acumulados en lo que era el mar interior que ocupaba la depresión del Ebro. Desde donde estamos podemos apreciar cómo mantienen casi intacta su posición original, conservando la horizontalidad de los depósitos excepto en las proximidades de las calizas que fuertemente se plegaron sobre ellos.  Observando atentamente los conglomerados observamos como esta estratificación aparece ligeramente inclinada hacia las calizas del norte, como resultado de sus presión y cabalgamiento. Los conglomerados han sufrido  la  característica erosión abarrancada y redondeada, y las formaciones verticales que tanto buscan los escaladores.
Ya tuvimos ocasión de conocer la estructura plana ligeramente inclinada de estos conglomerados cuando intentamos subir al Borón, (tienes una entrada de aquel día en este blog)  que en la fotografía aparece inmediatamente tras los conglomerados, mostrando el color gris claro de sus  calizas devónicas y su forma de domo. También pudimos internarnos en un estrecho barranco, en la llamada Canal del Palomo ( también citada en este blog)  que se aprecia en la foto al fondo de la masa de conglomerados , y así acceder a los niveles superiores de estos conglomerados
Testigos de este pasado remoto, dominado por aguas someras, son los fósiles que aparecen por el camino, algunos de buen tamaño, como éste fósil del interior de un molusco,  que tiene unos 7 cm de longitud.

Pasado el paraje denominado cuello Bail, donde se conservan las estructuras de dos pozos de nieve, el paisaje se abre hacia la vertiente septentrional del pico Fragineto. Detrás asoma el vértice del Tozal de Guara. El Fragineto muestra la potencia vertical de los pliegues que forman su estructura y que hacen esta cara abrupta. La erosión sobre los pliegues ha provocado varios "chevrons".

El Matapaños tiene forma alargada. Para llegar a su punto más alto se sigue la loma entre escarpines. En primavera este espacio se llenará de color amarillo . Al fondo vemos la sierra de la Gabardiella.
Desde  el extremo meridional ya se puede contemplar la complicada geografía entre la Sierra de la Gabardiella, a la izquierda y el Monte de la Ronera, con el Fragineto como cima mayor.
El origen marino de las calizas que pisamos queda confirmado con la presencia de fósiles. Además de los abundantes nummulites, encontramos otros de mayor envergadura:

Hacia el sur aparece la otra estructura de conglomerados: la Peña Leneses, que hace el flanco occidental de Val d'Onsera. En contraste con esta última barrera pirenaica se despliega la llanura. Las arcillas y gravas allí depositadas sufren una nueva erosión y se forman las terrazas fluviales.

En el espacio de unas de estas terrazas se ve el azul intenso del embalse de Montearagón.

Diego se asoma al flanco sur de Matapaños. Bajo él se abre la brecha donde se encuentra Val d'Onsera. Podemos ver el paso de la Viñeta y el camino de los burros que conduce hacia el eremitorio.

Datos de la ruta:  Distancia total recorrida (ida y vuelta) 9,2 kms.

Altitud de partida: 1.080 mts.
Altitud del pico Matapaños: 1.532 mts.
Ascensión acumulada:469 mts 


Camino de El Pueyo. Sorghum halepense. "Sarraichón,charrachón,sarrajón"


El charranchón es planta introducida junto con  los sorgos que se cultivan para producir forraje, hoy se la considera cosmopolita.  Está catalogada como la sexta planta invasora  más perjudicial  en el mundo desde el punto de vista de productividad agrícola y es difícil de erradicar debido a que se reproducen tanto por semilla como por los rizomas. Las aves pueden ser dispersoras al no destruir totalmente su vitalidad cuando las ingieren. Los rizomas forman un fuerte y resistente sistema de raíces de las que surgen nuevas macollas, es decir ,cañas floríferas.

Vemos grupos de charranchón como mala hierba de algunos campos allí donde la fuerza del arado no ha conseguido exponer las raíces al rigor del frío, que es una de las técnicas de control de esta planta.

En la cima de la macolla se desarrolla la inflorescencia, que desarrolla varias ramas de colores rojizo purpúreos.  Como es perteneciente a la familia de las Gramíneas, la flores están protegidas por las glumas, los cascabillos, que rodean la inflorescencia y las glumelas que rodean la flor.
Algunas hojas se disponen en la base ,y otras abrazando la macolla. Las hojas tienen una característica banda blanca en el centro.
Los pastores  temen esta planta por producir graves trastornos en el ganado cuando la comen joven. Y es que el sarranchón tiene un compuesto tóxico que desaparece al madurar la planta o al henificarlo, pero que es muy activo cuando la planta está en verde, produciendo en el ganado una hinchazón en el vientre que puede ser mortal.
En un artículo reciente se citaban varias especies invasoras muy extendidas en Aragón, y que son objeto de control por parte de la dirección general de Conservación del Medio Natural del Gobierno de Aragón. Entre ellas están varios árboles como el árbol del cielo (Ailanthus altísima) y el arce negundo ( Acer negundo) En la zona urbana de Barbastro hay varios espacios totalmente colonizados por el ailanto que se han naturalizado, y curiosamente, se han plantado algunos arces negundos en alguna avenida.
La incorporación de nuevas especies a nuestro entorno natural es un problema serio, en tanto que introduce nuevas competidoras, enfermedades y plagas, y modifican la dinámica de los ecosistemas donde se expanden. En suma, reducen la biodiversidad.

Colores de otoño

El panar de Panticosa, en dirección al valle de la Ripara, es uno de los innumerables lugares donde enriquecer la vista con los colores del otoño. La paleta de colores  despliega cromatismos antes de que el frío lo convierta todo en blanco y negro.