Picos Cuculo y San Salvador.

23 de abril de 2013.   San Juan de la Peña está constituido por un resalte rocoso formado por los conglomerados depositados aquí en los orígenes del Pirineo, en el oligoceno superior. Guarda paralelismo con la vecina peña Oroel tanto en su constitución como en la orientación y posición, aunque más modesta en altura. 

  El Barranco Carbonera, en el que nos internamos desde una curva cerrada que une Santa Cruz de la Serós con San Juan de la Peña, alberga un magnífico bosque cerrado de hayas y abetos.

Algunas hayas  han estrenado hojas que lucen todavía su verde transparente. Racimos de flores masculinas penden de largos cabillos.


Este barranco rompe la continuidad de conglomerados formando dos unidades: las peñas de San Juan y  San Salvador, que trazan una barrera continua, y la peña del Cuculo. La zona del valle albergó el cenobio femenino de la Serós y en plena sierra se esconde el monasterio masculino de San Juan.

La parte superior del barranco todavía tiene durmientes las hayas, aunque los pastos ya muestran su color primaveral. Al fondo, Peña Oroel.


Una vez superado el barranco, llegamos  cuello Betito, divisoria orográfica que nos recibe con abundantes ejemplares de Narcissus asturiensis subespecie jacetanus, siendo ésta una de las poblaciones más meridionales de este bello narciso en Aragón.



























Nos queda un kilómetro para llegar al Cuculo, entre pastos tiernos y sendas abiertas entre los escarpines.En estos pastos nos encontramos con otras especies propias de lugares majadeados, como es el caso de esta bonita Liliácea, Gagea pratensis.





















Salpicando el prado aparecen diseminadas numerosos individuos de esta Boraginacea, Lithospermum incrassatum
























Una planta común de pastos calurosos, Valeriana tuberosa que exhibe ya numerosas flores abiertas en la cabeza floral.

Nos asomamos al promontorio final del Cuculo y desde él podemos admirar la amplitud de la canal de Berdún, amplio valle longitudinal paralelo al Pirineo. Una cinta de cumbres blancas se extiende de este a oeste. Frente a nosotros Santa Cilia de Jaca. La acción erosiva del río Aragón, que ahora parece inofensivo, y sus barrancos subsidiarios han desmantelado la acumulación de sedimentos, de los que quedan los resaltes sobre los que ahora nos aupamos.







Hemos recobrado las fuerzas y decidimos desandar parte del camino y encaramarnos a la Peña de San Salvador, por el camino nos encontramos con apretados ramilletes de Narcissus assoanus.
 Desde la ermita de San Salvador, que corona la peña, se abre el abismo hacia el sur en fuertes acantilados rocosos.

Cerastium pumilum es una pequeña planta de apenas 6 centímetros,  perteneciente a la familia de las Cariofiláceas que medra en estos pastos salpicados de rocas.









Potentilla argentea en plena labor de colonización de terrenos arcillosos.














Desde el promontorio de San Salvador, la Peña Cuculo aparece en primer plano, con el magnífico telón de fondo de las Sierras Interiores del Pirineo



















Pico Tres Hombres

Hay nieve suficiente como para subir con los esquís desde el aparcamiento. Ha desaparecido el barullo de la temporada de esquí en las laderas de Formigal, y porque  el Pico Tres Hombres parece empequeñecido cuando los telesillas están en funcionamiento, ahora, con la verdadera quietud de la montaña, ahora que muestra su cara noble, apetece subir y disfrutar de su verdadero aspecto, su enclave privilegiado que permite contemplar largamente, desde el corazón del Valle de Tena, las panorámicas que nos ofrece.
Este último otoño subimos a la misma cima. El mismo lugar, pero tan distinto. 
http://rocayflor.blogspot.com.es/2012/11/pico-tres-hombres.html es la url de la entrada de aquella ocasión, donde escribí sobre las panorámicas el nombre de los picos. Omito ponerlos en esta ocasión invernal.

A mitad de subida, hacia el Norte. Midi d'Ossau, Puerto Viejo de Sallent y dientes de Soques.


 Hacia el Oeste, la Sierra de la Partacua. El cuello de Bucuesa la divide en dos sectores.
















El sector meridional, dominado por Peña Telera





















El sector septentrional con las alpinas formas de la Punta Escarra y la Pala de Ip



















Hacia el Este, el Pirineo del Balaitus y del Pico Infierno.


























Arrieles, Palas, Balaitus
Infierno, Garmo Negro


















Hacia el Sur, la sierra de Tendenera

Camino de El Pueyo. Asplenium petrarchae subsp. petrarchae




Quizá alguno de los lectores de este blog , después de la entrada de la semana pasada, en la que nos fijábamos en la rupícola Sedum dasyphyllum, le haya encontrado gusto a rastrear entre los recovecos de las rocas. Para mí es una experiencia diferente, puesto que me doy cuenta de que empleo en mayor grado el sentido del tacto. Ante una roca vertical  me convierto en cuadrúpedo y el horizonte cambia de posición. El suelo lo tengo enfrente, muy cerca de la vista, y las manos perciben las irregularidades del suelo. Todo está más a mano. Y al estar próximo, las pequeñas cosas aparecen magnificadas. Es el caso de este pequeño helecho que vive en las fisuras de las rocas, en lugares abrigados del frío y del extremo calor. Por causa de este hábito casi troglodita lo buscaremos allí donde la roca hace pequeños entrantes, o como es el caso de El Pueyo, entre los vetustos sillarejos que apuntalan el talud de la carretera. 
Lo observaremos formando no muy alargados frondes (hojas) con divisiones simples en forma de abanico, algo dentadas. Con la proximidad observaremos los pelos glandulosos que lo recubren. En el envés de los foliolos veremos los soros alargados, productores de esporas, cuando la planta esté en su ciclo reproductor.

Los helechos tienen un ciclo vital curioso. Aunque algunos están adaptados a lugares donde  escasea el agua, necesitan  un periodo húmedo en el que puedan completar su reproducción sexual. Las esporas, al germinar producen una protoplanta con órganos sexuales diferenciados. Los espermatozoides que produce el órgano masculino, dotados de numerosos flagelos, sólo se moverán en el agua, y así podrán alcanzar alguno de los óvulos que se encuentran en la misma u otra protoplanta, permitiendo así la combinación genética. Una vez completado el proceso nacerá, ahora sí, un verdadero helecho.  Las pequeñas cavidades de la roca permitirán que ésta humedad sea más duradera, y así sea más propicio el hábitat para reproducirse. Los helechos constituyen uno de los primeros pasos evolutivos de colonización de las plantas en los medios terrestres, pero están ligados todavía al medio acuático en su mecanismo de reproducción sexual.

Sierra Custodia

Un domingo con visos de que va a ser soleado ¿!!?, un lugar ya clásico en nuestros inviernos: Cuello Gordo, esta vez con ganas de subir un poco más, asomarnos a la Sierra Custodia por el placer, siempre el mismo placer, de ver qué se divisa desde allí arriba. Cuello arenas aparece desierto. Todavía no se ha despertado la máquina que pisa la huella del esquí de fondo. Agradable fresco matinal y nieve que recuerda que ya estamos en primavera.
Las Tres Sorores y el tajo inmenso del collado de Añisclo.


























La nieve lo oculta todo, y produce la extraña sensación de quietud. No hay briznas de hierba que se muevan con el viento. Las formas abruptas del valle de Ordesa comienzan a aparecer, rompiendo la monotonía blanca.

Desde Cuello Gordo, el valle de Ordesa,  ¿O mejor cañón de Ordesa?, muestra su fisonomía completa. El profundo abismo describe una cerrada curva. Este año la nieve es más abundante y no permite acercarse a la orilla del precipicio para ver correr el agua allá abajo.

Acudo al archivo de fotografías, tengo una de la Sierra Custodia cuando subimos con Diego a Mondicieto. Aquí está. Sierra que custodia los cañones de Ordesa y Añisclo, lugares de pastos milenarios.

Nos hemos encaramado a la primera punta de la Sierra Custodia. Los llanos de Góriz aparecen en toda su amplitud. Al fondo la legendaria Brecha de Rolando, custodiada por el Taillón y el Casco.

Hacia el Este, el tajo de Añisclo se observa como una herida negra.
Cotiella al fondo, en plano intermedio la proa vertical del Castillo Mayor. En primer término Cuello Vicenda, punto final del valle de Escuaín.
El tajo se profundiza en Sestrales. El espejo del embalse de Mediano avisa los límites del Pirineo hacia el Sur

Desde allá arriba, como un pequeño pájaro, en la quietud de la montaña, oteando el horizonte.




Camino de El Pueyo.Sedum dasyphyllum. Arrocetes, uguetas

La singularidad caliza del Pueyo de Barbastro, promontorio rocoso en un entorno de yesos y glacis, permite que allí crezcan especies rupícolas. Esta es una más de las uguetas o arrocetes con las que antaño podían jugar los niños a comidetas haciendo uso de las pequeñas y gruesas hojas. Es planta de hojas carnosas ( pertenece a la familia de las Crasuláceas) , y por tanto especializadas en la acumulación del agua para poder sobrevivir a fuertes insolaciones y escasas precipitaciones.
La vemos encaramada formando apretadas matas, con gran número de brotes estériles, siempre aprovechando el escaso suelo que pueda encontrar en una fisura de la roca. En ocasiones, creo yo que dependiendo del estrés, las hojas se vuelven rojizas. Estas hojitas se distribuyen apretadamente en la base, y a medida que crecen los tallos de agrupan en pares opuestos o en ocasiones en verticilos.
Las flores son pentámeras, blancas, estrelladas, pequeñas.
En conjunto tiene el aspecto de llevar una cubierta de fina borra, glandulosa. Esto promovió el nombre específico, dasyphyllum, compuesto por los términos  griegos dasi (peloso, espeso) y  fillon (hoja). 
Como la mayor parte de sus parientes del género sedum se han utilizado para hacer cataplasmas cicatrizantes. También es común en todas ellas la presencia de alcaloides que las hacen algo tóxicas.

Camino de El Pueyo.Tres colores para José Luis Sampedro.

Esta semana José Luis Sampedro se ha ido, y para mostrar mi agradecimiento por dejarnos sus palabras, le dedico tres colores.
Biscutella auriculata me presta el verde. Es un verde tierno, fresco,  alimonado. Tiene algo del verde nuevo de las hojas de haya al despuntar la primavera. Los frutos , parecen ojos bien abiertos, u  oídos prestos a captar cualquier vibración, como testigos mudos dispuestos a relatar la sombra de nuestros días.











Matthiola fruticulosa me entrega el rojo vino. Rojo tierra.Siempre  contemplando desde la orilla  a los caminantes que pasan por el sendero como si fuera un río que nos lleva.









Eruca vesicaria me brinda el blanco. El blanco de la luz que irradia la sabiduría, de la paz que se traduce en una sonrisa, antigua, enigmática, sonrisa etrusca.

Camino de El Pueyo. Saxifraga tridactylites

Tengo una especial predilección por las plantas pequeñas, minúsculas. Hago mía la frase de aquel libro de los 70 "Lo pequeño es hermoso", y por esta razón poder contemplar a Saxifraga tridactylites es una experiencia que deseo compartir en este blog. Es fácil encontrarla en las rocas  junto a las últimas curvas antes de llegar al monasterio. Esta pequeñísima saxifragácea gusta habitar  los huecos que forma la caliza y que tan apenas están rellenos de un leve sustrato, a veces el que forma el musgo que le acompaña.


Se  sitúa preferentemente en lugares de cara norte, más frescos y húmedos. Es característica la roseta de hojas basales, oblongas las de la primera línea y divididas en tres dedos las siguientes.
Toda la planta esta cubierta de minúsculos pelos glandulosos, siendo los del cáliz especialmente densos.

Es planta anual que ahora, en marzo, muestra todo su vigor formando en ocasiones colonias que tapizan pequeños rincones rocosos. Es entonces cuando resulta más fácil identificarla por la coloración rojiza de hojas y tallos que apenas llegan a los diez centímetros.
Con su pequeñez, esta saxífraga me obliga a cambiar de escalas, a pegarme al suelo, donde las dimensiones son distintas, donde el punto de vista es tan diferente que se descubre un universo nuevo.







Camino de El Pueyo.Dos borrajitas: Nonea micrantha y Buglossoides arvensis

Flores de Nonea micrantha
Este pasado domingo se celebró en Barbastro la Fiesta del Crespillo, popular y arraigada actividad de marzo en la que a través de la degustación del crespillo se propicia que las oliveras queden preñadas. Como en Barbastro y redolada los crespillos se hacen rebozando las hojas de la borraja (Borago officinalis) traigo aquí dos plantas de la misma familia que ya podemos disfrutar, si no con el paladar, sí con los ojos. 

Porte y flores de Nonea micrantha
La primera, Nonea micrantha, de pequeñas flores  tubulares azuladas y hojas híspidas, ambas características que comparte con la borraja. Es más bien escasa por esta zona. La encontraremos si deambulamos por los lugares de ambiente más monegrino del entorno de El Pueyo, y esto es en la cara sur, en zona donde brilla el yeso cristalino. Es planta que precisa de este microclima tan específico, pues se distribuye por áreas ibero- magrebíes, lugares de donde es endémica. Alcanza como mucho el palmo de altura, aunque como hace numerosos vástagos florales, donde se encuentra no pasa desapercibida.


Flores de Buglossoides arvensis
La otra Boraginácea que presento es mucho más común en los Somontanos y prepirineo, llegando a lugares de altura. Buglossoides arvensis crece cerca de cunetas, eriales, y sesteaderos del ganado. También tiene las hojas lanceoladas, pero menos vellosas que la anterior. Por lo demás las flores, también tubulares, son normalmente de color blanco. Es fácilmente visible en diversos puntos del camino antiguo de El Pueyo.
De ninguna de estas dos especies conozco se haya dado uso alguno. No importa, ya tenemos a su hermana mayor, la borraja, para preparar en este hermoso comienzo de la primavera los sabrosos crespillos.

Galanthus nivalis, camino de Respomuso

Casi es una tradición familiar hacer el apacible paseo que parte desde el embalse de la Sarra en dirección al refugio de Respomuso. En la garganta denominada paso del Oso, antes de llegar a Llano Cheto, la "perforanieves" crece bajo la nieve, a menudo taladrandola con las estrechas hojas, y florece en cuanto la luz es suficiente. y la nieve se ha retirado. Nosotros la consideramos una de las  más hermosas y delicadas flores del Pirineo. 





Aunque el objetivo es averiguar si ya ha salido alguna flor, también nos motiva recorrer este tranquilo valle. El día está desapacible, y no es aconsejable ir a zonas altas. Hay mucha nieve y las últimas lluvias parece que están purgando la montaña de nieve sobrante. El deshielo también es importante por lo que el río Aguas Limpias baja alegre, a pesar del gris azulado de sus aguas.





El día anterior, viernes, nevó un poco. Los pinos todavía están ligeramente teñidos de blanco, como si los hubieran estarcido con harina. El río lame las piedras todavía cubiertas por una gruesa capa de nieve. Vale la pena salir del habitual camino y buscar mágicos rincones.


La nieve está húmeda y pesada, hay tanta nieve que pensamos que este año hemos venido demasiado pronto, y eso que estamos en marzo.  En el cielo las nubes se mueven con velocidad. Tan pronto se abre un claro como está cubierto por completo desapareciendo de la vista las cumbres que nos rodean. Los abedules todavía se exhiben desnudos, aunque ya las grullas pasaron hace unos días. Se huele la primavera pero no se la ve.







Todo presagia una primavera con espectaculares saltos de agua. 
Pasada la cascada  estaremos cerca del bosque de hayas que circunda el Paso del Oso. Entre las hayas debería aparecer Galanthus nivalis, pero sigue habiendo una gruesa capa de nieve, alrededor de 40 centímetros que en algunos lugares casi se duplica. Algunas hojas de haya han resistido la caída del otoño. Son la única nota de color en un paisaje en blanco y negro.




El paso del Oso es un estrecho corredor que da al tajo escondido por donde pasa el río Aguas Limpias. La inclinada ladera está cubierta de esta nieve húmeda. El peso ha hecho desplazar la capa de nieve donde la pendiente está más acusada, y deja una estrecha franja de tierra y hojarasca a la vista.

Allí, aprovechando la oportunidad de la liberación de la nieve aparecen 4 ó 5 matas de Galanthus, tan hermosas como siempre. 

camino de La Boquera. Globularia alypum. "Corona de fraile"

Antonio Mariñosa, seguidor fiel de este blog dejó hace unos días un comentario en el que nos avisaba de que la "corona de fraile"  estaba en flor. Para ilustrar aquel comentario, he ido a hacerles unas fotos a esta bonita planta para que sirvan de referencia. Globularia alypum es, dentro de su género, la que forma matas más altas y ramificadas, leñosas en buena parte. Las hojas son enteras, lanceoladas, algo coriáceas y dispuestas a lo largo de todo el tallo. En el camino de la Boquera de Barbastro la veremos ocupando las medias laderas de los yesos y taludes arcillosos que estén orientados hacia el sur, lugares siempre bien abrigados, puesto que es planta friolera, propia del clima mediterráneo.
Es una planta que encontramos acompañada de romeros, tomillos, ahora también en flor,  así como es habitual en la orla de coscojares.
Entre sus propiedades cabe citar la infusión que se puede tomar tanto como purgante suave como para contrarrestar la acidez del estómago cuando ésta es habitual, para lo que se debería tomar antes de la comida.
Pio Font Quer, en "Dioscórides renovado", nombra uno de sus componentes, la globularina, con efecto excitante similar a la cafeína.
El caminante honrado valorará el lugar donde encuentra esta planta, y fácilmente podrá comprobar que ocupa lugares bastante degradados por la acción del hombre y la erosión. Sin dificultad comprenderá la función de protección del suelo que una planta de este porte realiza sobre estos suelos, y por ello será extremadamente cuidadoso si alguna vez se decide a recolectar las hojas (que contienen los elementos activos), procurando no dañar la planta.