Aneto


19 de Junio de 2016. Ascensión al pico Aneto desde el refugio de la Renclusa, formando parte del grupo organizado por el club Montañeros de Aragón - Barbastro.

Esta noche ha caído una leve nevada y el termómetro no ha llegado a cero. Los rododendros están recubiertos por la helada escarcha, pero ahora con el alba las cumbres aparecen incendiadas en tanto que cerca del refugio de la Renclusa las sombras comienzan a ceder.

























Las brumas entran del norte y se tragan todo cuanto encuentran a su paso. Parece que la fortuna nos acompaña, ya que se quedan a las faldas del macizo de las Maladetas.
La nieve recién caída facilita mucho la progresión y hace que las pisadas en la nieve sean más estables.
La niebla juega  en las laderas y tan pronto esconde como presenta los horizontes.
El valle de Benasque sigue sumido en las sombras. El ibón de Paderna aparece minúsculo a la derecha del pico Paderna.
Acercándonos a Los Portillones

El Portillón superior.

La cima del Aneto parece todavía lejana. 

Pasado el Portillón, nos vamos adentrando en el dominio del glaciar. La nieve caída impide distinguir dónde el antiguo hielo comienza.

Junto a un resalte rocoso había florecido Saxifraga opositifolia. La nieve de esta noche y el rehielo la han cubierto y está allí atrapada bajo una fina capa de hielo.

La "gabacha" amenaza y forma un espeso mar de nubes.
Pequeñas ventanas dejan ver en blanco y negro retazos del paisaje. En este caso el Col de Toro

El flanco de los Portillones, umbral creado por el glaciar, va quedando atrás.




















Queda un largo trecho, pero con escasa pendiente, en un mar blanco. La cima del Aneto marca el rumbo.

A pesar de la distancia, la reciente nevada nos permite progresar con rapidez hasta el collado de Coronas. La cima cada vez queda más cerca.

Los picos de la divisoria fronteriza quedan desdibujados por la niebla.

Una parte del grupo tomamos unos minutos de descanso en el collado Coronas antes de acometer la última pendiente.


 La monotonía de la nieve pronto dejará paso a la roca. La pendiente es pronunciada pero la proximidad de la cima estimula, y deseo  tocar la  roca
El collado nos permite lanzar una mirada hacia el sur.
La Tuca del collado Coronas, detrás el pico Coronas, y sobre ambos el Pico Maldito.

La ganancia de altura se va notando en el cambio de perspectiva de las cumbres que nos rodean, todas pasan a estar por debajo de nuestra mirada. En la base del circo de Coronas se aprecia una superficie blanca y lisa, es el lago del mismo nombre.

Estamos a escasos metros de la cima, sólo nos separa el "paso de Mahoma", puente aéreo abierto a los abismos.

Ya en la cima del Aneto, corresponde contemplar con calma el horizonte. El Posets, reluce allá lejos, como príncipe del Pirineo que es. Hacia el Este la lejana Cotiella todavía mantiene una pequeña mancha blanca. Más al este el Turbón casi tapado por Roques Trencades y Tuca de Castanesa. Ya en el extremo de la izquierda el dúoBallibierna-Culebras


La coma de San Adrián, meridional valle glaciar que parte en dos la mole del Turbón


Ballibierna-Culebras. Cima doble separada por el paso del Caballo, lisa roca gris interpuesta entre ambas cimas.


El horizonte hacia el norte sigue cubierto, aunque algo se despeja hacia el Este. Así podemos ver el valle de Salenques (derecha). La tuca de Mulleres aparece con claridad por su cima plana cubierta de nieve, y la Tuca de Salenques que se aproxima al Aneto por crestas cubiertas por la niebla. A la izquierda una canal vertical cubierta de nieve señala la Tuca de Barrancs que despunta a su derecha. Las Forcanadas aparecen entre la niebla a su espalda.

El macizo de las Maladetas se extiende hacia el Este y separa el valle de Salenques del valle de Ballibierna



Intenso frío en este mediodía de Junio. En la cúspide del Pirineo, soñando con nuevos horizontes por descubrir.


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Arum italicum, matafuego.

Aunque en Barbastro las hogueras ya se encendieron la noche del lunes con motivo de San Ramón, este año coincidiendo con la entrada del verano, en muchos otros lugares el fuego se prende para recibir la madrugada de San Juan. Dominar el fuego, jugar con él, conlleva también manejar sus antídotos. El matafuego es una planta que gusta de lugares sombríos, donde el sol no le toque. Forma unas amplias hojas en forma de alabarda, brillantes, de  color verde sombra, a menudo con los nervios teñidos de blanco o amarillo verdoso. Todas las hojas se abren desde el suelo, y del centro sale un tallo terminado en una vaina foliar  abierta que rodea un mazo donde se agrupan todas las flores.

El matafuego es planta vulneraria especialmente indicada contra las quemaduras, Se aplica fresca sobre la piel quemada, quitando previamente la primera capa de piel que cubre las hojas. Similar resultado se obtiene sobre heridas.También se trataban durezas y callos aplicando la pasta producida al moler la raíz de esta planta que resulta ser un tubérculo. Con todo la planta no debe ser ingerida ya que es tóxica.
Aunque es una planta escasa, podremos encontrar unos cuantos ejemplares en las orillas del río Vero. Debajo del puente de Santa Fe, o recorriendo el sendero que contracorriente remonta el río hasta la ermita de la Virgen del Plano.

Yésero-Barranco del Infierno

Frente a Yésero, en el límite norte del Sobrepuerto, se abre entre las laderas de Bachesango y Punta Punero el barranco del Infierno. Un cómodo camino atraviesa el espeso bosque . Es recorrido sombrío, entre bojes cubiertos de musgo, y que va descubriendo la sucesión arbórea típica de la montaña: pino silvestre, abetal, hayedo.Queríamos llegar hasta la plana de los Fornos, donde antaño elaboraban la pez las gentes de Yésero, pero hemos continuado hasta las praderas alpinas para contemplar las paredes de la Peña Sabocos, ya en la cabaña de Gavín.


El camino nace junto a la carretera, poco antes de tomar el desvío de Yésero. A los pocos metros de camino veremos el pueblo bien encajado en su entorno.




Sólo por unos metros vamos a estar expuestos al sol. Es la ladera sur la que propicia que no falte la vegetación de la montaña soleada: Linum viscosum





















Va a ser una ruta en la que nos encontraremos unas cuantas orquídeas. En primer lugar, y como corresponde a estos espacios más secos y soleados vemos a Ophrys apifera






















Muy cerca de la anterior, todavía a 1.150m de altitud, Ophrys scolopax


























Si las anteriores orquídeas están en terreno algo pedregoso y más orientado al sol, pronto vemos Anacamptis pyramidalis sobre un pasto heliófilo. Seguimos sobre los 1.150m.















Muy cerca Gymnadenia odoratissima, no hace falta decir el delicioso aroma que desprende.























El camino se adentra en la espesura de bojes que anticipan la entrada en un bosque denso, que prácticamente durante todo el camino nos impedirá ver nada a nuestro alrededor.



Pronto vemos dos orquídeas propias de la umbría: Cephalantera longifolia






























Platanthera bifolia
























Todo el trayecto discurre sobre las bandas alternas de calizas areniscas  y margas que conforman el flysch. En un espacio abierto los espacios intercalados de margas están ocupados por una abundante colonia de Allium molly




Junto a estos ajos, también aparecen muchos pies de Althaea hirsuta.























La senda tan apenas ha ganado altura, incluso descendemos un poco para atravesar el torrente. Aunque hemos estado escuchando el agua en todo el camino, hasta ahora no hemos podido ver el lecho, que se muestra magnífico en las losas lavadas.
































Algún pequeño salto, y la gorgas crean rincones paradisíacos.

Será un hermoso recorrido para visitar en otoño, cuando las hayas y abedules hayan cambiado el color.


En el ambiente sombrío de las hayas vemos esta diminuta orquídea: Ophrys insectifera



El magnífico bosque de hayas permite que aparezca Neottia nidus-avis. Carece de hojas y de clorofila y para obtener nutrientes se asocia con un hongo específico.



Seguimos encontrándonos con el agua.





El ambiente es más fresco y húmedo, aquí prosperan Ranunculus platanifolius




















Saxifraga umbrosa, endemismo pirenaico

Veronica ponae

como diría Margerite Yourcenar, "el tiempo, gran escultor"

Torrentes laterales bajan por las gradas del flysch

Ya hemos pasado la plana de los hornos y el valle se abre, dejándonos ver la cima del Mallo de las Peñas

Hemos pasado el refugio forestal de Gavín y ya estamos en  las proximidades de la cabaña pastoril de Gavín. Los pastos de altura , estamos a 1.500m, tienen entre sus residentes a Orchis ustulata


 Y hasta aquí hemos llegado: queríamos ver cielo abierto después de tanto caminar en el bosque. Peña Sabocos a la izquierda  y Mallo las Peñas a la derecha , dejan en medio el circo colgado de la Refoya.
Esta ha sido una primera exploración del terreno. Nos prometemos volver para ganar más altura.