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Adonis aestivalis y Adonis microcarpa


















Durante el brevísimo tiempo que el ser humano lleva sobre la Tierra, y durante el todavía más minúsculo  tiempo que venimos practicando la agricultura, algunas  plantas nos han acompañado como seres discretos, oportunistas, aprovechando los cambios que hemos realizado sobre los bosques, colinas y suelos. Entre ellas están  Adonis aestivalis y Adonis microcarpa. Ambas crecen en márgenes de cultivos de cereal, aprovechando los suelos aireados por el arado, enriquecidas con el extra de nitrógeno que queremos para nuestros campos. Pertenecen a la familia de las Ranunculáceas y son características  de este género las hojas divididas en multitud de finos segmentos lineales.


















De las dos, la más vistosa es A. aestivalis que presenta numerosos pétalos de color escarlata, en ocasiones con una mácula oscura en la base de cada pétalo. En nuestro territorio del Somontano de Barbastro encontramos la subespecie squarrosa, que se caracteriza por los  largos pelos que cubren los sépalos.

















A. microcarpa es algo más pequeña, de flores menores y normalmente coloreadas de un atractivo amarillo limón. Esta última es más montaraz y la vemos en pastos secos, no excesivamente densos de vegetación. Ambas presentan en el centro de la flor carpelos muy apretados, que al madurar se disponen en una columna alargada, momento en el que se aprecian claramente cada uno de los receptáculos de la semilla.

















Estas plantas mesícolas, ligadas a los cultivos tradicionales, están desapareciendo en nuestro paisaje. En otros países europeos, en los que la agricultura industrializada lleva más tiempo actuando, son especies que ya han desaparecido o están en grave riesgo de desaparición. En muchos lugares centroeuropeos ya pertenecen al pasado los campos de cereal orlados de cintas multicolores donde alternaban adonis, amapolas, orlayas, consolidas y otras de estas especies que paradójicamente viajaron y se extendieron con el ser humano, y ahora también nosotros estamos haciendo desaparecer.
Es una pérdida de patrimonio cultural y paisajístico lo que desaparece, además de la pérdida de biodiversidad natural. Pocas veces pensamos que somos nosotros el hilo más débil del telar de la Naturaleza. Cuando se pierde un fragmento de esta diversidad, los seres humanos, desde nuestra peculiar conciencia y memoria, repetimos en nuestra identidad individual y colectiva esa pérdida y nos empobrecemos material y espiritualmente. La Naturaleza es obstinada y se empeña en crear vida y diversidad. Así lo ha hecho durante miles de millones de años, y lo seguirá haciendo. Pero está en nuestra mano  mantener y disfrutar del patrimonio natural que  ha coincidido con nuestra especie en este breve periodo de nuestro espacio y tiempo. Hemos evolucionado fisiológicamente, ahora toca evolucionar culturalmente para entender que es sobre todo en nuestro propio beneficio como especie que la diversidad biológica nos rodee en todo su esplendor. No podemos seguir tratando a los seres vivos como útiles o inútiles, buenos o malos, beneficiosos o vanos. Como decía el filósofo y poeta estadounidense Ralph Waldo Emerson, "una mala hierba es una planta a la que no hemos encontrado todavía sus virtudes".

Paisajes vegetales del Somontano. El sisallar y el albardinar en Las Coronas y el Almerge.

 Si la Historia se apoya en la memoria que los objetos aportan, otro tanto podría decirse de la vegetación que nos rodea. Las plantas testimonian no sólo el pasado geológico de la Tierra, también la huella de los humanos.

Me he acercado a Las Coronas y El Almerge,  en los términos municipales de Fornillos y Laluenga, restos desvencijados de poblados altomedievales. Sobre los aislados afloramientos de arenisca quedan exiguos restos de gradas , vanos y cillas talladas en la roca.

Pueblos que fueron y ya no son, ni el nombre que les dieron sus pobladores somos capaces de recordar. En verano, las rocas de arenisca que sirvieron de apoyo a las viviendas acumulan calor, y elevan la temperatura en derredor. Las plantas crasas, con su especial metabolismo, soportan este ambiente tórrido. Sedum sediforme cubre ampliamente el suelo y refresca el ambiente ayudando a que prosperen plantas efímeras.


Calamintha nepeta subps. nepeta alfombra el suelo entre los restos de piedras talladas, inevitablemente las piso y se eleva su amentolado aroma.


   Coris monspelliensis vive allí donde la roca se convierte en grava calcinada. 


 En contraste, cuando llega el invierno, el pálido cielo  extiende su gélido aliento sobre  las suaves ondulaciones de sasos y coronas vestidos de raquítica vegetación parda.  La silueta oscura de algunas solitarias carrascas y chinebros  rompen esta  monotonía.


El horizonte se ve surcado por cañadas y clamores. El  pastoreo practicado durante siglos transformó este paisaje convirtiéndolo en sisallares y albardinales. La oveja y la cabra seleccionaron la vegetación y transportaron la semilla, propagando unas especies y limitando el crecimiento de otras. El sisallo (Salsola vermiculata) proveía alimento cuando bajaba el ganado trashumante  de la montaña. 


Paso junto a un talud en el que asoman las venas rastreras del albardín (Lygeum spartium)  que avanzan geométricamente  sujetando el ínfimo y polvoriento suelo.



 Las matas de la capitana (Salsola kali) ruedan atravesando los campos impulsadas por el cierzo. Es la estepa. 


 En la primavera temprana, la sazón de la tierra despierta multitud de pequeñas florecillas anuales. Paso por una val cultivada de cereal en cuyo lindero crece Adonis aestivalis sp. squarrosa


 Los primeros agricultores neolíticos trajeron desde tierras lejanas  las semillas de esta planta segetal  mezcladas con las semillas de los cereales, y aquí quedaron estas motas  purpúreas en nuestros campos. Más adelante, en pasto bien recorrido por el ganado lanar veo diminutas flores de color amarillo limón, parientes de la anterior,  es Adonis  microcarpa.


En un talud, me sorprende la llamarada amarilla de Haplophyllum linifolium, pariente de la ruda.


 En el Almerge veo matas de alharma, (Peganum harmala), planta característica de los páramos secos, común en el valle del Ebro, pero muy escasa en nuestro territorio.  Por su nombre común, alharma,  atisbo  ecos árabes.  De oriente llegó su uso: como tintura textil productora de  rojos y amarillos,  y como ingrediente ritual para conseguir un estado de embriaguez.  Imagino este poblado ahora abandonado cuando, lleno de vida, quizá la alharma se utilizara para alegrar veladas festivas.


Vuelvo a final del verano y  atravieso una clamor en el que crecen carrizos y aneas. Viejas tamarizas  (Tamarix canariensis) crecen próximas al agua salobre. 


 Asciendo por una val con ligera pendiente, está cubierta de pasto que escasamente ha sido probado por el diente de la oveja.

 Azulean espigas de flores, un agradable aroma asciende cuando paso junto a ellas. Es el hisopo ( Hyssopus officinalis  sp. canescens) que con su floración  marca el cambio de estación. Muy escaso en nuestros días, el hisopo fue antaño planta que formaba parte de la botica cultivada en el huerto por sus propiedades curativas de las vías respiratorias. Si también se usó como planta ritual, para asperger y purificar, cabe entrar en duda, puesto que aunque comparte nombre con el objeto utilizado en las liturgias judía y cristiana, nuestro hisopo no crece en Palestina. Cojo un pequeño ramillete de hojas para que su aroma me acompañe el resto de la jornada, me parece complemento ideal a este paseo por la naturaleza y el tiempo. Acaricio la idea de que esta ramita de  hisopo sea descendiente del que hubieran usado quienes vivieron en estos poblados abandonados.



Flora del Somontano de Barbastro. Primulaceae - Punicaceae- Raflessiaceae - Ranunculaceae


PRIMULACEAE
6 géneros, 8 especies

Primula veris  L.
Tam.: 20-35 cm
Floración: III-VI 
Forma biol. hemicriptófito rosulado
Distrib. Eurosiberiana
Háb. claros de bosque.










Lysimachia vulgaris  L.
Tam.: 5-150 cm.
Floración: VI-IX  
Forma biol. Geófito
Distrib. Europea
Háb. Suelos muy húmedos


Lysimachia ephemerum L.
Tam.:40- 70 cm
Floración: VI-VIII
Forma biol. geófito
Distrib. mediterránea
Háb. herbazales próximos a ríos y acequias.


Asterolinon linum-stellatum (L.)
Tam.: 5-10 cm.
Floración: III-V  
Forma biol. Terófito
Distrib. mediterránea
Háb. pastos secos, claros y campos abandonados.



Anagallis arvensis  L.
murajes
Tam.: 5-30 cm
Floración: III-X
Forma biol. Terófito
Distrib. Mediterráneo
Háb. Sotos, en barrancos de afluentes, a baja altitud.














Anagallis foemina  Miller
Tam.: 5-30 cm.
Floración: IV-X
Forma biol. Terófito
Distrib. Plurirregional.
Háb.: Arvense y ruderal.


Samolus valerandi  Miller
pamplina de agua
Tam.:4-60cm
Floración: III-VIII    
Forma biol.hemicriptófito
Distrib.subcosmopolita
Háb.: suelos húmedos y en comunidades higrófilas.


Coris monspeliensis L.
Tam.: 5-30 cm.
Floración: IV-VII   
Forma biol. 
Caméfito Caméfito
Distrib. Mediterráneo
Háb. Pastos y matorrales secos en suelos básicos.



PUNICACEAE
1 género, 1 especie

Punica granatum L.
mingranera, granado
Tam.:2-4 m
Floración:IV-VI
Forma biol.:fanerófito
Distrib.:introducida como cultivo, posiblemente con orígen en mediterráneo oriental.
Háb.: asilvestrada o subespontánea a partir de cultivos.












RAFFLESIACEAE
1  género , 1 especie

Cytinus hypocistis (L.) L.  hypocistis 
Tam.: 5-cm.
Floración: IV-V
Forma biol. geófito              Distrib.: mediterránea
Háb.: Parásita de Cistus clusii y C. laurifolius. Leer+












RANUNCULACEAE
9 géneros, 17 especies

Helleborus foetidus L.
chigüerre (Som.)
culebrera, chibuerro, chiguarro, icharruego, flor de bruja, tetas de bruja,
eléboro (fétido),   
Tam.:30-40cm.
Floración: XII-IV
Forma biol. caméfito
Distrib. eurosibierana
Háb. ambientes frescos y sombríos en bosque o  sus orlas, ribera de ríos. Leer+



Nigella damascena  L.
arañuela, neguilla de Damasco.
Tam.: 10- 40cm.
Floración: IV-VI   
Forma biol. Terófito escaposo                            
Distrib. Mediterránea
Háb. Márgenes de cultivos, campos de cereal, márgenes de caminos,barbechos, yermos. Leer+


Nigella gallica Jordan
negrilla, ajenuz 
Tam.: 10-40cm,
Floración: V-VII   
Forma biol. Terófito
Distrib. Endemismo ibero-occitano
Háb. cultivos y baldíos. 



Delphinium halteratum Sibth. & Sm.
subsp. verdunense(Balb.) Graebn. & Graebn. fil.
Pie de alondra, espuela de las mieses.
Tam.:15-90cm
Floración: VI-VIII   
Forma biol. Terófito
Distrib. Europa. Iberro-magrebí
Háb. Barbechos, ribazos y claros de matorral. Basófila, calcícola. 










Delphinium gracile  DC.
Tam.:15-90cm
Floración: VI-VIII   
Forma biol. Terófito
Distrib. Europa. Iberro-magrebí
Háb. Barbechos, ribazos y claros de matorral. Leer+


Consolida pubescens  (D.C.) Soó
Pie de alondra, espuela de las mieses.  
Tam.: 10-50cm.
Floración: V-VIII  
Forma biol. Terófito escaposo
Distrib. Mediterráneo
Háb. Márgenes de cultivos, barbechos, yermos. Espacios abiertos. 


Clematis vitalba   L.
petiquera, betiquera, bediquera, meliguera (Som.) Hierba de los pordioseros, clemátide
Tam.: 2-5m.
Floración: VI-VIII
Forma biol. Fanerófito
Distrib. Europea
Háb. Sotos, en ambientes húmedos bajo árboles.


Adonis aestivalis  L.  subsp. squarrosa (Steven) Nyman
Tam.: 20-35 cm.
Floración: IV-VI
Forma biol. terófito
Distrib. Mediterránea
Háb. Barbechos y proximidades de los campos cerealísticos. Calcícola. Leer+


Adonis microcarpa  D.C.
Tam.: 5-30 cm
Floración: III-VI
Forma biol.Terófito escaposo       
Distrib.Mediterráneo-sahariana
Háb.En barbechos, campos de cereales, pastizales secos de ambiente semiárido. Leer + 


Ranunculus gramineus  L.
Tam.: 10-60cm
Floración: IV-VII
Forma biol.Hemicriptófito escaposo    
Distrib.Estenomediterránea
Háb.Pastos secos, matorrales y claros de encinares y quejigares. 


Ranunculus bulbosus  Hoppe
botón de oro, gatarrabiosa.
Tam.: 10-60cm.
Floración:IV-IX   
Forma biol.Hemicriptófito escaposo     
Distrib. Europea
Háb.Pastos y herbazales frescos, en orlas de bosques.


Ranunculus repens  L. 
Botón de oro
Tam.:20-40 cm
Floración: III-VIII
Forma biol.: hemicriptófito reptante
Distrib. Holártica.
Háb. Sotos, acequias, cunetas frecuentemente irrigadas.



Ranunculus sceleratus  L.
Tam.:25-40cm.
Floración: II-VII
Forma biol. Terófito
Distrib. Holártica
Háb. Humedales, orillas de acequias.


Thalictrum tuberosum   L.
Tam.:25-60cm.
Floración: IV-VI
Forma biol. Geófito
Distrib. Endemismo íbero-occitano.
Háb. Ambientes de carrascal, matorrales y pastos secos.


Hepatica nobilis   Schreb. 
Tam.:20-30cm.
Floración: II-V
Forma biol. hemicriptófito
Distrib. plurirregional
Háb. ambientes de bosque húmedos y sombríos.