Camino del Pueyo. Lomelosia stellata

inflorescencia de Lomelosia stellata
Hay plantas que son fotogénicas cuando florecen, otras lo son por sus frutos. Lomelosia stellata lo es en ambos casos. Es una planta todo terreno: baldíos, cunetas, pastos secos, suelos pedregosos, y los chesos que por el entorno de El Pueyo abundan. La pobreza de estos suelos, así como la fuerte sequía que los caracteriza no la arredra, pero sí condiciona su porte que va de los 5 a los 40 centrímetros; sin embargo, el caminante no tendrá que esforzarse mucho por localizarla. Las flores se agrupan en capítulos de unos dos centímetros de diámetro sobre una base de brácteas que las superan . Nos fijaremos en estas brácteas verdes y apreciaremos un lóbulo a cada lado en las más largas,y  unos cilios en los márgenes. Si el calor lo permite, el caminante aún dedicará unos minutos más para observar cada florecilla individualmente. Cara corona purpúrea tiene una coronita en la base de tonos blanquecinos, como de papel plegado, bordeada de granates. Es el involucelo, característico de las flores de esta familia, las Dipsacáceas. 
Como ya decía , el fruto tampoco tiene desperdicio. El capítulo se vuelve globoso  y las brácteas se repliegan  hacia abajo. Las escamas que forman el involucelo se agrandan. El número 5 se repite en las aristas del cáliz, largas como espinas. Cada uno de estos frutos se dobla en pentágonos que al solaparse unos con otros toman la forma de un farolillo hecho como de papel.
Lomelosia stellata tras la floración.



























Puente de las Cabras y Peña Rubiacha (Pedruel)


Para llegar al Puente de las Cabras hemos salido del puente de Pedruel. Un cartel cercano al camping nos indica el sendero. Es un corto y amable paseo avistando las peñas que forman la salida del barranco de Barrasil,del río Alcanadre. Se alternan los frescos coscojares con lugares más despejados dominados por el boj. El último tramo antes de llegar al puente de las Cabras discurre por una estrecha faja, ejemplo de erosión diferencial horizontal producida por los primitivos perfiles de este río. A la salida de una curva el pequeño y rústico puente salva el río uniendo las dos abruptas vertientes  labradas por el río.
Pasado el puente de las Cabras una evidente senda sube por la ladera de manera decidida, y sube  a  la peña                   Rubiacha.La conforman las calizas con abundancia de nummulithes. En la parte superior hay buenos ejemplos de lapiaces. Dejamos el evidente camino para desviarnos por estos paisajes acarcavados hacia los cantiles de la Peña. Buscamos la vista hacia el barranco de Barrasil. En un extremo, la ladera se corta a cuchillo y muestra enfrente la Sierra de Arangol en su extremo norte. Al fondo el tozal de la Cabeza de Guara. Mirando hacia abajo, el Alcanadre.
Algunas de las plantas que hemos visto por el camino son las siguientes:
En lugares soleados de suelo calizo, orla de los quejigares,encontramos está cistácea de llamativas flores blancas.Las hojas rugosas y de nervios bien marcados recuerdan a la salvia, de allí su nombre específico. 

Cistus salviifolius
También en los claros del quejigar aparecen ejemplares  aislados de esta pequeña orquídea, tan apenas abierta. Epipactis parviflora, podría ser, recubre los tallos granates de una suave vellosidad grisácea.
Parece ser que le gustan los suelos calizos.
Epiactis parviflora ?

Este pequeño helecho aprovecha los resquicios de las piedras que constituyen el puente. Cada fronde  es recorrida por un peciolo grueso negruzco brillante. Observaremos los segmentos de cada uno de estas frondes con el margen aserrado.
Asplenium trichomanes
También en los huecos que forman los sillarejos del puente encontramos numerosos ejemplares de esta liliácea de delicados tonos azulados.Ocupan preferentemente el lado norte del puente, lo cual indica la búsqueda de ambientes frescos, no excesivamente recalentados.
Brimeura amethystina

Y la que podríamos calificar de estrella del día, un endemismo de Guara, que habita los extraplomos calizos del entorno del puente. Especie catalogada como vulnerable.
 La floración ya había concluido y sólo pude contemplar esta flor fresca.
Petrocoptis guarensis


Datos de la ruta:
Salida junto al Camping el Puente de Pedruel.
Distancia: apenas dos kilómetros
Desnivel: 140 mts.
fecha:22-5-2011


Camino del Pueyo. Orlaya grandiflora (salseta)


Orlaya grandiflora

Esta llamativa flor , que ahora abunda en las márgenes de los caminos, nos permitirá entrar en la compleja familia de las Umbeliferas, cuya característica más vistosa es la disposición de las flores.
Es frecuente que las flores se presenten agrupadas al final del tallo. Estos grupos, llamados inflorescencias, pueden tener muchos esquemas de agrupación. En la familia de las Umbelíferas es característica común que las flores partan de un mismo punto, y así sus pedúnculos parezcan las varillas de un paraguas.Este esquema de organización se denomina en umbela.
También hay ocasiones, como sucede con la salseta, que esta inflorescencia esté a su vez dividida en otras inflorescencias menores, dando lugar así a racimitos menores que son los que al final terminan en las auténticas  flores. Llamaremos panícula al conjunto formado por todos estos racimitos. Dicho esto sobre los elementos sustentantes, nos fijaremos ahora en las flores.  Orlaya grandiflora se caracteriza por la especialización de las flores que forman el conjunto. Observaremos un perímetro de pétalos grandes, profundamente bilobulados. Mirando con atención nos daremos cuenta que cada gran pétalo pertenece a una única flor, y que ésta sólo tiene un único pétalo grande. Veremos los otros diminutos, apenas visibles. También observaremos que éstos pétalos grandes sólo se dan en los racimitos exteriores, y no en los interiores, que sí tienen unos pétalos de tamaño intermedio, también bilobulados. Es decir que tomando cada pequeña umbela, ésta es totalmente asimétrica, pero que en conjunto con las demás forman un todo perfectamente estructurado. 
En tercer lugar, veremos que hay flores a los que tan apenas se les ven los pétalos pues carecen de  los grandes y los intermedios.
Si cambiamos la perspectiva y miramos la umbela desde la horizontal, nos daremos cuenta que la estructura global es plana. Así, las "varillas" de cada  racimo y cada flor tienen que tener una longitud proporcional dependiendo si están en la periferia o en el centro. En el caso de la Orlaya grandiflora tiene que haber 5 o más de estas varillas principales, si no estaríamos ante su congénere O. daucoides.
Seguro que a estas alturas, el paciente caminante habrá observado que rara es la umbela que no tiene inquilino. Abundan los insectos del orden de los coleópteros.
Para estos insectos de torpe vuelo, una umbela es un perfecto campo de aterrizaje con su amplia plataforma y señales luminosas que indican dónde está el festín de polen. Sin duda en el equilibrio ecológico entre esta especie y los insectos que la visitan hay un excedente de polen que se invierte en alimentar a estos insectos que al volar a otro pie de la misma especie fertilizará sus flores con el  polen adherido a patas y abdomen.
frutos de Orlaya grandiflora
El resultado de este pacto es evidente. Podremos observar plantas ya maduras con los frutos ya formados. Comprobaremos que se repite, claro está, la misma disposición para los frutos que la que vimos para las flores.
Los frutos están recubiertos de unas espinas largas, ganchudas en sus extremos.Estos frutos son los "cachurros" que luego se quedarán adheridos a los animales de pelo ( y a nuestros calcetines) que por allí pasen, usándolos como dispersores de la especie. 
La conexión entre mundo animal y vegetal es evidente, y sigue en este caso el patrón de perpetuación de la especie. ¿Oportunidad o diseño? Yo me inclino por lo primero.