Camino del Pueyo. Lonicera implexa y L.etrusca (pata de gallo,madreselva)

Capítulo con flores de Lonicera implexa
De todos los cambios que los caminos realizan a lo largo del año, quizá el más sutil sea el que compromete al olfato. De unos días atrás, el camino del Pueyo ha cambiado en ciertos lugares la fragancia que sus flores desprenden. En los puntos más frescos del camino, las flores de la madreselva, la  pata de gallo como se le llama en algunos lugares de nuestro Somontano, han madurado y su dulce néctar hace de reclamo para los insectos. Es un placer reservado para un corto periodo de tiempo. Merece la pena no desperdiciarlo. 
Lonicera implexa medra al amparo de nuestros carrascales y quejigares. Así lo vemos a mitad de camino hacia El Pueyo, dando respiro en la sombra. Es planta arbustiva, de buen tamaño. En ocasiones trepa aupándose en sus vecinos y puede llegar a formar un espeso seto.
Sus llamativas flores se agrupan en capítulos, a veces pendientes de las largas ramas que trepan. Decorativos racimos que le sirvieron a  Cervantes  para recrear escenas pastoriles, como es la del segundo libro de la  Galatea "vieron venir hacia ellos hasta una docena de gallardos pastores puestos en dos hileras, y en medio venía un dispuesto pastor, coronado con una guirnalda de madreselva y de otras diferentes flores."    Y si el caminante no se inspira con las anteriores líneas, aquí van otras de la segunda parte del Quijote.  "También le pareció bien otra que entró de doncellas hermosísimas, tan mozas que, al parecer, ninguna bajaba de catorce ni llegaba a diez y ocho años, vestidas todas de palmilla verde, los cabellos parte trenzados y parte sueltos, pero todos tan rubios, que con los del sol podían tener competencia, sobre los cuales traían guirnaldas de jazmines, rosas, amaranto y madreselva compuestas.
Frutos de Lonicera implexa
Además de Lonicera implexa podemos encontrar otra madreselva, Lonicera etrusca. Las distinguiremos por  la disposición de las flores. En el primer caso las flores son sésiles, esto es ,saldrán directamente de la rama, a partir de las hojas soldadas que forman cazoleta. En la segunda de las especies, las inflorescencias surgen de una ramita, el pedúnculo.
Normalmente la madreselva presenta las hojas en verticilos de dos, sin embargo, a veces produce una "anomalía" en la que los verticilos son de tres, tal y como se aprecia en la fotografía de la madreselva en fruto.
El caminante podrá encontrar ambas especies muy próximas entre sí en algunos puntos del camino hacia el Pueyo. Quizá observe que L.implexa gusta de lugares algo más sombríos, y que su desarrollo es algo menor, en tanto que L. etrusca no desdeña los taludes a pleno sol, y pueden llegar a formar unas marañas tan altas como sean los soportes donde se apoye.
Flores de Lonicera etrusca
El genérico Lonicera lo debemos al botánico Linneo, quien allá por 1750 dedicó este género al botánico alemán Lonitzer, quien había estudiado las plantas y sus virtudes en torno al  1560.

Lonicera etrusca aupada sobre un litonero y un majuelo.

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