En los ambientes de carrascal encontramos esta bonita liliácea. La vemos formar macizos globosos desde el suelo, de tallos finos coronados por una o dos flores en el ápice. Aparentemente no tiene hojas. Se han transformado en leves vainas que envuelven al tallo en la base. Como es característico de esta familia de las liliáceas, las flores exhiben el número 6, bien poco habitual.
Chunquetas, xunquetas se les llama, por el parecido con los juncos. Pienso en los pastores, oficio de quienes más cultura botánica tradicional podemos obtener. De ellos será la observación de que las flores son del gusto de las ovejas. Nosotros lo podemos intentar. Llevaremos un nuevo sabor a la boca. Lo haremos comiendo una flor y así probaremos su sabor dulce. Me viene a la memoria otro sabor floral también dulce. De pequeño , cuando iba con la familia a la Virgen del Plano, las acacias que allí había se cargaban de racimos de flores dulces, sabrosas. Ahora no sé si todavía viven aquellas generosas acacias. Hace tiempo que no voy por allí. La última vez se me encogió el corazón al ver la ruina y el abandono que allí se ha establecido. Prefiero conservar el recuerdo de los juegos en sus columpios, de la aventura de pasar por su puente colgante sobre el río Vero.
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