camino de El Pueyo. Anchusa azurea

Quien se haya detenido en el camino para contemplar las espigas amarillas a punto de ser cosechadas, quizá haya tenido oportunidad de observar una combinación cromática que forma parte de la historia del arte contemporáneo.
Anchusa azurea es una planta de la familia de las borrajas, en ocasiones forma amplias matas entre la mies, y cuando brotan las flores, se produce tal contraste de color que es difícil pase desapercibido para el caminante atento.
Estas flores nacen de largos tallos al segundo año de vida de la planta, y crecen en racimos flojos de azul intenso. Parecen tener cinco pétalos, pero una mirada próxima revela una corola en forma de tubo con cinco labios muy escotados.
Los campos de cereal atrajeron a Van Gogh  y en sus cuadros atrapó la luz y el calor del sol por medio de  las espigas. Con su genial uso del color, en su paleta añadió un color que contrasta enormemente: el añil. Van Gogh repite este añil en lirios, cianos, paredes de las granjas, consiguiendo un gran dinamismo por la fuerza del cromatismo. Aquí, en el Somontano de Barbastro,se repite esta genialidad cuando se abren estas flores en medio del calor de junio.


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