cabezuela floral de Santolina chamaecyparissus, bocha. |
La santolina es una ferviente defensora de la colectividad. Vive en asociación por partida doble. Por un lado , cada flor está agrupada con otras flores formando una cabezuela globosa. Por otra parte, observará el caminante las plantas de la santolina formando matas globosas amarillas.
Aunque pertenece a la familia de las Compuestas, la santolina es peculiar en la configuración de las pequeñas flores de la cabezuela. De forma estrellada, como pequeñas trompetas con cinco agudos lóbulos, carecen de las características lígulas que en las compuestas son tan habituales. Como gusta de vivir en suelos calizos, prolifera por el somontano ocupando esos taludes y resaltes que bordean los caminos. Se la conoce con los nombres de bocha y sanjuaneta en el Somontano. Por la Ribagorza se combinan ambos y surge bocha sanxuanera, ya que ronda cerca la festividad de San Juan cuando está en su apogeo.
Hace algunos años hice un experimento. Consistió en darlas a oler a un grupo de unos 40 críos de 10 años. Les pedí que dijeran si les gustaba su olor o, al contrario, les parecía repelente. La mitad del auditorio disfrutaba con su olor, mientras que la otra mitad no quería volverla a oler. Ya me esperaba que no hubiera unanimidad. Alguna vez, paseando con mis hijos cuando eran menudos, había observado que su olor les producía reacciones opuestas.
Son curiosas nuestras reacciones. Ante un estímulo idéntico, nuestro cerebro puede responder de manera bien diferente. Pocas personas dirán que no les gusta el olor de la rosa. Hay estímulos para los que nos ponemos enseguida de acuerdo. Pero no es siempre así.
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