invernal Lenquo de Capo

Arropado por el club Montañeros de Aragón de Barbastro al que se sumaron otros colegas de Peña Guara he disfrutado de una hermosa jornada invernal por el Pirineo Francés. Desde la estación de esquí de Piau Engaly, la ruta nos lleva al Puerto de Campbieil y al pequeño pico llamado Lenquo de Capo (2.716  mts), a las faldas del Pico de Campbieil. La bajada desde el collado norte.






















El primer tramo discurre por la vertiente oeste de la Neste de Badet. La nieve en excelentes condiciones. La progresión rápida. El valle traza una bonita curva, de manera que a medida que ascendemos las vistas van cambiando.
A nuestra espalda ha quedado el Pic du Piau, todavía alzándose sobre nuestras cabezas.

Hemos enfilado hacia el puerto de Campbieil que se intuye allá arriba.


Hace calor, suerte que de vez en cuando sopla un poco de brisa del puerto. Se agradece.






















Ya hemos superado el puerto de Campbieil y atacamos los últimos metros porteando los esquís. Al superar el puerto podemos contemplar el vallecito de Campbieil que conduce hasta Gèdre. Al fondo  a la izquierda se impone el macizo de Vignemale. Más próximas vemos las cimas  de Bugarret , Pic Long y Maou, todos tresmiles.





















Este año las escasas nevadas y los vientos han marcado la diferencia entre las caras norte y sur. Así se aprecia en el diferente color de las vertientes en la neste de Bied. Hemos llegado al Lenquo de Capo, casi 900 metros de desnivel acumulado. Negros crestones rocosos rompen la nieve.
























Esta pequeña cima está en mitad de la cresta que une el Campbieil (3173mts) y el Soum des Salettes (2976 mts.) que aquí nos muestra su dorsal rocosa.
Al fondo la pirámide del Pic des Aguillous o de la Gela (2.851 mts).



Y aquí estoy, aunque muy fatigado, feliz en la montaña. Detrás el Pico Cambieil, gigante de 3173mts.
Queda la bajada.
Sé que para el resto del grupo será una fiesta, puesto que la nieve está estupenda. En mi caso, con lo que me pesan las piernas y lo mal que esquío no será tan coser y cantar. Pero pienso disfrutar lo que pueda. Quizá en alguna vuelta acabe como una croqueta, pero es todo bajada. Allá voy.


Lo dicho, nieve fantástica y casi 900 metros de descenso. Alguna parada de vez en cuando para relajar las piernas.

Parte del grupo de Montañeros de Aragón de Barbastro y Peña Guara.



Lithodora fruticosa. "mermasangre"

Lithodora fruticosa es una planta perenne de la familia de las Boraginaceas. Sus leñosos tallos forman una enmarañada madeja con ramillas que se renuevan cada año. Está toda recubierta de pelos hirsutos de color blanquecino que le darían un aspecto ceniciento si no fuera por la luminosidad de sus flores. Comienza a aparecer tímidamente ahora, a  comienzos de primavera, pero en cuanto alcance su apogeo lo veremos ocupar profusamente lindes del camino y calveros soleados.
Sin duda su mayor atractivo son sus flores. De forma tubular, terminada en cinco lóbulos, despliega la paleta de los azules a medida que florece y madura. No son demasiado frecuentes los tonos azules de esta intensidad en nuestra flora. Hace poco leía un pequeño artículo de principio del siglo XX escrito por el catedrático Juan de Val, y hacía referencia a la génesis de los colores de las plantas. Tomando como base el color verde de la clorofila, apuntaba que reacciones químicas operadas en las estructura particular de una especie, unidas con las radiaciones solares determinan una coloración específica. Así,sobre reacciones ácidas se producen los azules, y son  las reacciones básicas las que producen  tonos amarillos y rojos. De esta manera estaría cubierto el espectro visible de colores. Miro de nuevo las tonalidades de esta pequeña flor. A la luz del sol brilla la corola. Los azules irisan al violeta. Estoy en el extremo de la gama espectral. 
Pero hay otro color. Venas  de color vinoso tiñen la  garganta de la corola y  también cubren la totalidad de la base del tubo. Son tonos magenta, color sangre. De nuevo me lleva esta planta a la ciencia . Isaac Newton llamó la atención de que éste color no existe en el espectro de color. ¿cómo podrían mezclarse dos colores, el rojo y el azul, que están en los extremos opuestos del espectro. Sólo colocando dos prismas de manera contigua podrían estar el rojo y el azul juntos. Y en efecto allí estaba el magenta. 
Cómo me  sorprende siempre la naturaleza. La íntima relación de sus leyes en todos los aspectos por los que se manifiesta. Los humanos a veces intuimos estas relaciones. En ocasiones  se atribuyen a plantas cualidades basándose en las analogías. Así los tonos sanguíneos se vinculan con las propiedades sobre la sangre, y de esta manera Lithodora fruticosa es planta que tradicionalmente se le acreditan propiedades para "rebajar la sangre", de allí el nombre de mermasangre.

Pico Canal Roya

Año escaso de nieves... no sé como terminará el refrán. Para quitarnos el embrujo agorero hemos ido parte de la familia ( los hijos mayores están casi siempre tan pillados) al Portalet, donde no se nota demasiado la carestía de manto blanco y emprendemos la ascensión al Pico Canal Roya. Marisol y Aurora con las raquetas, yo me calzo los esquís, que hay ganas de foquear.




















Situados en los aparcamientos de carretera, ya en Francia, entramos en el dominio pastoril de Aneu. A la izquierda tenemos las crestas que hacen muga con España. En el centro se aprecia el lomo del Pico de la Canal Roya. Hacia la derecha los picos Gradillere, Peyreguet y Midi d'Ossau. Es un recorrido que no presenta gran desnivel: unos 450 metros; aunque sí es un tanto largo. La nieve está transformada y dura, con lo que la progresión será más cómoda.






















Tenemos a la derecha las verticales paredes del Pico de la Gradillere (2271 mts) Al fondo la roma cima del Pico de la  Canal Roya (2345mts). El camino lo realizamos inmersos en la blanca quietud del paisaje nevado.






















A medida que ganamos altura va tomando presencia la silueta del Midi d'Ossau, con su característico aspecto de boca de pez que apunta hacia el cielo.





















El circo de Aneu es de formas suaves, muy abierto, y ,aunque no gana mucha altura ,su posición y amplitud permite unas perspectivas perfectas de alta montaña. La roca y los pastos se esconden ahora bajo la nieve. Dentro de unos meses lo que ahora parece carente de vida resurgirá con fuerza.













Los últimos metros de la ascensión, al discurrir por la cara norte, han sido sobre una costra helada. Detrás de Marisol y Aurora se extiende el valle de Canal Roya, y al otro lado del collado el valle francés de Bious Artigues, donde las hayas oscurecen el fondo del valle. Ahora el bloque cristalino del Midi d'Ossau se muestra en toda su potencia.


Desde la cima, el valle Canal Roya traza su cerrada curva hasta encararse a la muralla de la Rinconada, vigilada por el pico Anayet. Ahora Canal Roya permanece tranquila. Por fortuna no se han puesto todavía en marcha las obras de unión de Astún ( a la derecha)y Formigal, consentida maldición que planea sobre la virginidad de este valle.













De una mirada vemos el recorrido trazado. Allá, al fondo del anchuroso valle,  el punto de partida. De telón de fondo la guirnalda de picos que en torno a los tres mil metros adornan la cabecera del Alto Gállego.

Comienza el descenso.Queda un trecho largo hasta llegar al punto de partida.Marisol y Aurora tendrán que dar los mismos pasos de vuelta. En mi caso más de cuatro kilómetros de gozoso descenso con los skis. La nieve se vuelve a transformar  con la caída de temperaturas de principio de la tarde. Un amplio muestrario de tipos de nieve me espera por reconocer.

Buxus sempervirens. " bucho,buixo,boj"

Si hay un arbusto representativo del Pirineo, en mi opinión,sin duda éste es el boj. Con acierto Enrique Satué Oliván lo tomó como motivo poético para titular "Pirineo de boj" una serie de relatos en los que narra vivencias sencillas pero contundentes. Como es sencillo y contundente el boj. El boj llega a representar no sólo un paisaje, también a los pobladores de este territorio.
Singularmente, el boj se escapa del Pirineo y llega a Valcheladas, así como algunas zonas cercanas al Vero. No forma las densas masas que más al norte vemos, pero sí crecen ejemplares que desafían los rigores del valle del Ebro.
Es el boj un arbusto de la familia de las Buxáceas. De hojas ovales, más coriáceas cuanto mayor sequía y calor soportan, en cambio cuando crece en ambientes húmedos sus hojas son más livianas y flexibles. También son variables las hojas en función de la temperatura y la humedad: en invierno enrojecen, en primavera adquieren el tono más verdoso, y donde el verano es inclemente las hojas pierden lustre y se visten de color tierra.
Su porte es variable, de raquítico en zonas muy áridas y soleadas, a casi arbóreo en aquellos barrancos donde no le falta la humedad y crece en largas varas verticales buscando la luz.
En Valcheladas hay buenos ejemplares aislados, deben de tener ya varios decenios. Su crecimiento es muy lento. Por eso la madera es dura, blanca. Gente de la montaña ha utilizado esta madera para fabricar utensilios domésticos. De la montaña de Ceresa bajó nuestro vecino Ramón Agraz. Sus cucharas tienen formas limpias, depuradas hasta convertirlas en pequeñas esculturas. Ya los latinos utilizaban este arbusto con los mismos fines , y lo llamaban buxum (-i) de manera que nuestras palabras  bucho, o buixo son  formas menos corrompidas del original latino que el castellano boj. En la actualidad el boj está protegido , ya que el exceso de su poda hizo que algunos lugares quedaran esquilmados, con el deterioro que supuso sobre el suelo y el entorno ecológico. Poco a poco algunas bucheras, o buchicales como se dicen en Salas Altas, se están recuperando y vuelven a tener ejemplares de buen grosor y nutridas poblaciones.
cápsula y semillas de Buxus sempervirens

Al fructificar forma  una cápsula globosa con salientes en forma de cuernecillos, caballicos llaman en Salas Altas a estas cápsulas.
Cuando madura la cápsula se abre en tres piezas y libera las semillas, dos por pieza, negras. Así abierta con los cuernecillos, los ojos negros y las aristas del interior, se me antoja la forma de un pequeño buho.










Ya lleva un par de semanas floreciendo el boj en Valcheladas. Las flores crecen en inflorescencias racemiformes con flores unisexuales de color amarillo pajizo.
Se barrunta la llegada de la primavera al caminar por una vereda oliendo en el ambiente el aroma de los buchos.

flores de Buxus sempervirens













Gorgas Galantes

Así es el invierno, caprichoso, imprevisible. Apenas hace unos días la nieve parecía no llegar nunca. El camino desde el aparcamiento de Estós hacia las Gorgas Galantes,  era una pista de hielo, donde las raquetas se hacían casi inútiles, sólo para sujetar los pies con los hierros en alguna placa de cristal. Sin embargo también tenía su encanto. 
El agua ha formado un velo de cristal blanco.














El hielo y el deshielo parecen desafiar a la física. Hongos de cristal se forman colgando de los maderos que ayudan a pasar un barranco.












Hay un inmenso silencio en estas riberas, sólo se oye el crujido del cristal bajo nuestros pies. El agua del riachuelo sólo pronuncia un leve susurro.












Poco a poco va creciendo el fragor que produce la cascada que sale de las Gorgas Galantes. Espuma y hielo se confunden. 
El sol aparece por primera vez  en las laderas próximas a la cabaña del Turmo. El agua comienza aquí el recorrido salvaje por las gargantas.


















camino de El Pueyo. Juniperus oxycedrus."chinebro"

Añoso  Juniperus oxycedrus subsp. badia en El Pueyo
Al término de la mingua de Enero estamos. Antaño se consideraba esta fase lunar  la mejor para talar los maderos de pino negro que luego se usarían para el armazón de la casa. Prevención que garantizaba la ausencia de carcoma y otros taladros de la madera. Para otros menesteres bien valía la madera cortada cualquier otra época del año. Estas palabras desgrana D.Ramón Agraz , mientras sus expertas manos repasan la cuchara de boj que está desbastando.  ¿Y el chinebro? ¡Ah , el chinebro!  Para poco cuidado con la madera del chinebro que ésta ni se pudre ni le ataca la carcoma, de tan dura y resinosa que es.
Y es que Juniperus oxycedrus está ahora en flor. El entorno de El Pueyo tiene rincones donde se enseñorea este árbol de modesto porte. Rivaliza con la carrasca allí donde el monte se hace espesura. Tanto predomina en algunos lugares que las gentes llamaron "chinebral" a una extensa zona  en el costado de poniente de Valcheladas.
Podremos observar dos subespecies, una más arbustiva ( subs. oxycedrus)  y otra más arbórea (subs. badia) 
El chinebro tiene a veces apariencia de arbusto, pero cuando los años le respetan alcanza porte de árbol. Tronco fibroso, portento de claroscuros. A menudo de copa cónica, pero en ocasiones sus circunstancias vitales le dan aspecto de árbol tortuoso. Algunos ejemplares dispersos por los chesos blancos de El Pueyo me evocan esas imágenes de postal de la sabana africana.

conos masculinos de Juniperus oxycedrus
El chinebro es de tierra baja. El caminante claramente lo separará del enebro de la montaña por que éste tiene una raya blanca en el haz de la hoja, mientras que el chinebro tiene dos.
Es el chinebro árbol de pies machos y hembras. Hace ya un mes que los machos comenzaron a formar los pequeños conos, que ya están a punto de expulsar el polen. El ritmo de la naturaleza obrará de suerte que cuando estos conos masculinos suelten el polen dorado, ya estarán dispuestas las diminutas flores femeninas.


gálbulos de Juniperus oxycedrus
Sus pseudofrutos son en realidad conos. Juniperus oxycedrus es una conífera de la familia de las Cupressaceas.  En el árbol permanecen los frutos durante dos años, de suerte que ahora podremos ver los de color  verde cerúleo,producidos el año pasado, y  los de  marrón cobrizo, que ya llevan dos años en el árbol. En todo momento conservan  , como una cicatriz, las líneas de los tres labios de la flor.
No deja de sorprenderme que árbol tan fuerte, tanto que prospera allí donde se produjeron los incendios, sea doblemente dependiente para reproducirse. Del aire depende para la dispersión del polen. De los animales para diseminar las semillas, ya que  viajan en el vientre del animal que las comió, y germinan tras ser digeridas y excretadas.
Además de proveer de estacas duraderas, se le extraía su resina, la cedrina de tantos usos que sería largo aquí contar. Me remito al "Dioscórides" de Pío Font Quer. Por otra parte, también quedó dicho en el libro  "medicina popular en la comarca de Monzón" de José Vicente Ferrández Palacio y un servidor,  la querencia que le tenían los pastores para remediar daños  cuando se trataba de evitar infecciones en el ganado y como linimento para las fracturas de las patas.
En estos días de invierno busco las flores del enebro, al tiempo que cruje el helado suelo bajo mis pies, por la zona umbría de El Pueyo. Muchos  chinebros crecen juntos y llevan aquí muchas décadas, a juzgar por los troncos y las péndulas ramas.Me felicito por tener  tan cerca de casa tan primigenio bosque .


Camino de El Pueyo. Ruscus aculeatus. "Buxeta, rusco"

Flor de Ruscus aculeatus, y flores inmaduras
en otros filóclados. Ejemplar de El  Pueyo.

Alguna vez he comentado que los promontorios rocosos de El Pueyo y  Valcheladas son una avanzadilla hacia la depresión del Ebro para algunas plantas que habitualmente encontramos en la sierra. Una muestra  podría ser el ejemplar de Ruscus aculeatus que en la falda norte de El Pueyo vive a la sombra de carrascas y chinebros. Hasta la fecha sólo he visto una mata en el enclave de El Pueyo. Su interés se acrecienta por ser, probablemente, este ejemplar  el que tiene una ubicación más meridional en la provincia de Huesca


Precisamente en estos días de enero están comenzando a abrirse las flores de este peculiar arbusto.
De la familia de las Liliáceas, el tallo sale de una raíz rizomatosa, la cual se ha utilizado en medicina popular como aperitiva y diurética. Pero lo más sorprendente lo tenemos en la parte aérea de la planta. Observando  las flores, vemos que éstas salen individuales en el centro de lo que parece ser una hoja. La clave de esta rareza radica en  que son tallos lo que parecen hojas.  La buxeta, como planta adaptada a condiciones de aridez, reduce al máximo la transpiración. Para ello las hojas son minúsculas. Para suplir el déficit de producción de clorofila, los tallos terminales se ensanchan adoptando una forma similar a las hojas. Estos tallos, llamados en botánica filóclados, son coriáceos y aplanados y terminan en una aguda espina ( el específico aculeatus se refiere a la presencia de estas espinas).  El resultado de la planta es un  amasijo de puntas de lanza que convierten al arbusto ,cuando está bien provisto de ramas, en una impenetrable maraña. Aprovechando esta constitución se ha utilizado como preventivo contra los ratones: En Alemania es el "Mausedorn" (espino de ratones) en Inglaterra son los butcher's broom (escoba de carnicero) y en Italia es llamado "pungitopo", y es que cuando se empleaban las fresqueras para guardar la carne, se colocaban en la entrada para dificultar el paso de los roedores..(Tomado de "Los árboles y arbustos de la Península Ibérica". escrito por Ginés A. López González Ed. Mundiprensa.). 
Ruscus aculeatus de Val d'Onsera

Cuando la flor madura forma un fruto globoso de llamativo color rojo, algo tóxico. Naturalmente, este fruto se asienta también en el centro del filóclado. 
Todavía no he conseguido ver los frutos en el ejemplar de El Pueyo. Es un asunto que me intriga. El rusco es planta dióica, esto  es que hay pies machos y pies hembra. Raramente tiene flores hermafroditas. Las flores, además de sus órganos fértiles, tienen elementos del sexo contrario pero estériles. La polinización se produce por la mediación de insectos. Si año tras año no se producen frutos será porque falta uno de los dos sexos. ¿cuál portará la planta que tenemos en el Pueyo? A falta de mirarla detenidamente con la lupa, y dada su forma esférica, me inclino a pensar que podría ser femenina. Entonces a nuestro ejemplar de El Pueyo le pasaría como a Penélope: aquí está esperando largamente  que llegue su Ulises.

P.D. Localizar este ejemplar no es difícil, pero hay que saber por dónde ir. Si quieres que te dé las coordenadas pídemelo a mi correo electrónico: jmsanzcasales@hotmail.com







Covachos de Quinzans y Chimiachas

Ya se sabe que por estas fechas el monte anda un tanto alborotado. Piensas ir por un lugar y te encuentras los carteles de una montería en curso. No queda más remedio que cambiar de planes, pues no queremos que se convierta en deporte de alto riesgo ir por una simple senda. Suerte que Guara da para mucho, y si queríamos caminar por el entorno de La Mallata, entre Colungo y Lecina, terminamos saliendo desde Alquezar para ir a parar a Chimiachas. Balance: un excepcional recorrido, ahora que el sol no aprieta, para recorrer parajes con reminiscencias prehistóricas.


El sendero está perfectamente balizado desde Alquézar, aunque nosotros lo cogemos en la pista que sube a San Pelegrín, un poco más arriba, también indicando las balsas de Basacol y los covachos de Quinzáns y Chimiachas.
1. Entrada del desfiladero de Payuela


























Antes  de Basacol, el sendero se adentra en un pequeño desfiladero que encajona el barranco de Payuela.Una sencilla canalización  baja el agua de Basacol a Alquézar. Los buitres rondan por allá arriba volando en círculos, las manchas blancas de las rocas testimonian sus posaderos habituales.

Una enredada mata de Smilax aspera, por el común llamada zarzaparrilla, se apoya en un boj. Los frutos están madurando. Algunos se presentan abovados, otros están totalmente esféricos. Has hojas presentan alguna espina en el margen, al igual que el tallo trepador.
Smilax aspera
Un grupo de pequeñas carpas rojas permanece medio aletargadas en el fondo de la balsa de Basacol. Componen un abstracto ojo que con lentitud se va moviendo con brillos de caleidoscopio.


El camino se dirige con decisión hacia el tozal de Quizans.  Lo vemos en la izquierda, y ya se adivinan las oquedades de los covachos. La pared de su flanco sur desciende hacia el barranco del río Vero. Al otro lado del río vemos la Corona d'o Tozal, que inicialmente iba a ser parte de nuestro recorrido de hoy, y que dejaremos para cuando ya no sea temporada del jabalí. Desde esta perspectiva se adivina la potencia erosiva del río Vero cortando verticalmente lo que inicialmente formaría un único anticlinal calizo. Boj, escarpines, chinebros y carrascas constituyen la vegetación superior de estas lomas.
2. Tozales de Quinzáns  y Alquézar

La erosión sobre los sustratos calizos forma estos covachos. Me llama la atención la presencia de esta  erosión diferencial a esta altura y aislada de los actuales cursos de agua. Una de estas oquedades conserva pinturas rupestres.
3. Covachos de Quinzáns
A excepción de algunos signos esquemáticos de difícil interpretación , se puede adivinar la intención de quien pintó con simples trazos sobre esta pared.


El abrigo rocoso de Quinzáns  también hace sus alardes artísticos y compone un tapiz de tonalidades minerales. Una sabina se descuelga de la pared.


Nos hemos aupado al tozal de Quinzáns, pero la vista no es lo que esperábamos. Además de la calima que oculta la montaña al Norte, es un cerro muy amplio y plano, que no permite ver con claridad los oscuros del Vero. Hacia el Este la Sierra de Guara se extiende. Este mes de enero las cimas del Tozal de la Cabeza, y el Tozal de Guara permanecen desnudos de nieve.
3b. Cerro de Tito o Campo Luengo, detrás Tozal de la Cabeza y Tozal de Guara



























Seguimos camino hacia el covacho de Chimiachas. El camino cambia totalmente en cuanto empezamos a descender el barranco de Chimiachas.Estrecho y en pacino no extraña que aunque sean las dos de la tarde todavía dure la cencellada.  En todo el día no entrará el sol en este barranco. El suelo está congelado y la tierra cruje bajo los pies.



Hiedra y musgo mantienen los cristales de hielo formados de la niebla que estos días atrás los ha cubierto.  En este caso una estrella con corazón de encina.


Tras un rápido descenso por el barranco, pero con buena senda, hemos llegado al punto donde una señal indica remontar un poco para llegar al abrigo de Chimiachas. A su alrededor el barranco sigue haciendo curvas y más curvas hasta juntarse con el Vero. Fuertes tajos partidos por luces y sombras labrados por insólitos cauces.
4. Covachos en el barranco de Chimiachas

Las sombras aumentan el misterio del lugar. Escondido entre peñas está el ciervo de Chimiachas. Miles de años erguido y alerta.



Datos de la ruta:
distancia 7 km (sólo ida)
desnivel ascenso :470m.

track de la ruta:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8231213

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Camino de El Pueyo. Diplotaxis erucoides.

A falta de nieve en las cumbres, aquí en el Somontano algunos campos se tiñen del blanco de la helada, y también por los pálidos pétalos de esta pequeña planta. En ocasiones vemos algunos trechos del camino bien nutridos por esta flor  que forma colonias extensas.
Es una especie  ruderal, arvense, y que en ocasiones cubre allí donde hay cultivo de almendreras y viñedos. También las vemos orlando el camino. Y no es de extrañar verlas ahora en invierno, con este intenso frío. Es planta muy resistente, como queda acreditado en estos fríos días de enero.


Alguna lección de clasificación botánica recordará el caminante  si observa las flores con cuatro pétalos formando una cruz: rasgo distintivo de la familia de las Crucíferas ( =hacedoras de cruces). Este esquema se repite también en la disposición de las flores, en ángulos de 90º con respecto al tallo, y dispuestas de manera que vistas desde arriba también forman cruz.

Los frutos forman largas vainas, en donde las semillas se distribuyen en dos largas filas ( de donde proviene el genérico diplotaxis = ordenado en dos). Las hojas con el limbo más dividido en la base que en las hojas superiores.


El nombre común "rabaniza" se le aplica en algunos lugares, y así queda recogido en alguna bibliografía. Desconozco si éste apelativo u otro  se da también por nuestras tierras. Por otra parte es planta humilde, de esas que "no sirven para nada" y por ello se les engloba en el terrible calificativo de malas hierbas. De nada le sirve a Diplotaxis erucoides ser perteneciente a una familia que tanto ha dado por la supervivencia del ser humano.  Coles, coliflores, berzas y rábanos pertenecen a esta familia ( en algunas taxonomías Brassicaceas), y en Barbastro nos preciamos de tener una verdura exclusiva, el bróquil, delicia del invierno. Extraordinariamente ricas en minerales y vitaminas , las crucíferas fueron eje alimenticio de buena parte de los europeos  antes de la generalización de los productos americanos. Antropocentrismos a parte, es una planta que ocupa su espacio biológico y ,afrontando el frío como puede,  medra en una época en la que nos parece que todo está aletargado.