Camino del Pueyo.Ruta angustifolia (ruda)

flor y fruto de Ruta angustifolia
Para una noche mágica como la de San Juan, qué mejor que una planta mágica. La ruda es de esas especies arraigadas en la tradición que han acompañado al ser humano desde siglos. Ya en 1.555 el comendador y profesor de retórica de la universidad de Salamanca, Hernán Núñez de Guzmán, en su recopilación de refranes citaba el refrán: "Con la yerualan y la ruda, no se muere criatura" y añadía que era dicho de honradas mujeres. De esta manera se refería a la creencia en personas con el poder de dañar a las criaturas de la casa, es decir niños y  animales, y que para protegerse de estos brujos y brujas la ruda cumplía función protectora. Ahora bien, la ruda debía ser recogida la noche de San Juan. Otro refrán de la misma índole decía "casa donde hay ruda, el ángel la saluda". Y por estos pagos se decía una variante "Quien va al monte y no coge ruda, ve a la Virgen y no la saluda". La ruda se cortaba y se colocaba en portales, sobre cenizas de los hogares , entradas de cuadras...es decir, era el "vade retro" del vulgo en la tierra llana donde crece esta planta. Los de la montaña ya tenían la carlina para tal menester.
No todo eran magias con la ruda. Era planta conocida por sus virtudes medicinales, especialmente entre mujeres por ser favorecedora de la menstruación, aunque también se advertía de su capacidad para producir el aborto, y de la gravedad extrema que produce su intoxicación. Tantas aplicaciones curativas se le atribuían que sería largo de enumerar aquí.
Campo de rudas

La ruda pertenece a la familia de las Rutáceas. La podremos encontrar fácilmente en el entorno de El Pueyo. Sólo tendremos que ir hacia los lugares donde la carrasca clarea, también donde está la roca casi desnuda, en zonas bien soleadas, en lugares de chesos. Quizá el caminante la huela antes que la vea , ya que su olor es penetrante, fuerte, inconfundible e inolvidable una vez la hayamos reconocido.Todas sus partes desprenden la esencia  tan característica nada más es tocada. Aunque la flor es pequeña, el porte de la planta llega  a sobrepasar el medio metro en los lugares mejores nutridos, y allí donde el agua escasea, o el suelo es pobre , tan apenas levanta un palmo. Ruta angustifolia, su específico le viene por lo angosto de sus hojas, de color verde apagado, bien diferente de las flores que tienen un verde limón. Vistas en detalle  vemos las flores de cuatro pétalos, con cilios en el margen y forma abarquillada. El fruto globoso, con cuatro surcos y poros repartidos por la superficie. En conjunto, flor y fruto siempre me han parecido extraños, como venidos de otro planeta. Quizá en realidad pertenecen a otra época, cuando los brujos y brujas pertenecían a la realidad cotidiana. Cuando las gentes usaban la ruda para protegerse a sí y a sus criaturas. Hoy no tenemos brujas, pero tampoco tenemos ninguna ruda que nos proteja de quienes acosan a nuestras criaturas.

Camino del Pueyo. Lomelosia stellata

inflorescencia de Lomelosia stellata
Hay plantas que son fotogénicas cuando florecen, otras lo son por sus frutos. Lomelosia stellata lo es en ambos casos. Es una planta todo terreno: baldíos, cunetas, pastos secos, suelos pedregosos, y los chesos que por el entorno de El Pueyo abundan. La pobreza de estos suelos, así como la fuerte sequía que los caracteriza no la arredra, pero sí condiciona su porte que va de los 5 a los 40 centrímetros; sin embargo, el caminante no tendrá que esforzarse mucho por localizarla. Las flores se agrupan en capítulos de unos dos centímetros de diámetro sobre una base de brácteas que las superan . Nos fijaremos en estas brácteas verdes y apreciaremos un lóbulo a cada lado en las más largas,y  unos cilios en los márgenes. Si el calor lo permite, el caminante aún dedicará unos minutos más para observar cada florecilla individualmente. Cara corona purpúrea tiene una coronita en la base de tonos blanquecinos, como de papel plegado, bordeada de granates. Es el involucelo, característico de las flores de esta familia, las Dipsacáceas. 
Como ya decía , el fruto tampoco tiene desperdicio. El capítulo se vuelve globoso  y las brácteas se repliegan  hacia abajo. Las escamas que forman el involucelo se agrandan. El número 5 se repite en las aristas del cáliz, largas como espinas. Cada uno de estos frutos se dobla en pentágonos que al solaparse unos con otros toman la forma de un farolillo hecho como de papel.
Lomelosia stellata tras la floración.



























Puente de las Cabras y Peña Rubiacha (Pedruel)


Para llegar al Puente de las Cabras hemos salido del puente de Pedruel. Un cartel cercano al camping nos indica el sendero. Es un corto y amable paseo avistando las peñas que forman la salida del barranco de Barrasil,del río Alcanadre. Se alternan los frescos coscojares con lugares más despejados dominados por el boj. El último tramo antes de llegar al puente de las Cabras discurre por una estrecha faja, ejemplo de erosión diferencial horizontal producida por los primitivos perfiles de este río. A la salida de una curva el pequeño y rústico puente salva el río uniendo las dos abruptas vertientes  labradas por el río.
Pasado el puente de las Cabras una evidente senda sube por la ladera de manera decidida, y sube  a  la peña                   Rubiacha.La conforman las calizas con abundancia de nummulithes. En la parte superior hay buenos ejemplos de lapiaces. Dejamos el evidente camino para desviarnos por estos paisajes acarcavados hacia los cantiles de la Peña. Buscamos la vista hacia el barranco de Barrasil. En un extremo, la ladera se corta a cuchillo y muestra enfrente la Sierra de Arangol en su extremo norte. Al fondo el tozal de la Cabeza de Guara. Mirando hacia abajo, el Alcanadre.
Algunas de las plantas que hemos visto por el camino son las siguientes:
En lugares soleados de suelo calizo, orla de los quejigares,encontramos está cistácea de llamativas flores blancas.Las hojas rugosas y de nervios bien marcados recuerdan a la salvia, de allí su nombre específico. 

Cistus salviifolius
También en los claros del quejigar aparecen ejemplares  aislados de esta pequeña orquídea, tan apenas abierta. Epipactis parviflora, podría ser, recubre los tallos granates de una suave vellosidad grisácea.
Parece ser que le gustan los suelos calizos.
Epiactis parviflora ?

Este pequeño helecho aprovecha los resquicios de las piedras que constituyen el puente. Cada fronde  es recorrida por un peciolo grueso negruzco brillante. Observaremos los segmentos de cada uno de estas frondes con el margen aserrado.
Asplenium trichomanes
También en los huecos que forman los sillarejos del puente encontramos numerosos ejemplares de esta liliácea de delicados tonos azulados.Ocupan preferentemente el lado norte del puente, lo cual indica la búsqueda de ambientes frescos, no excesivamente recalentados.
Brimeura amethystina

Y la que podríamos calificar de estrella del día, un endemismo de Guara, que habita los extraplomos calizos del entorno del puente. Especie catalogada como vulnerable.
 La floración ya había concluido y sólo pude contemplar esta flor fresca.
Petrocoptis guarensis


Datos de la ruta:
Salida junto al Camping el Puente de Pedruel.
Distancia: apenas dos kilómetros
Desnivel: 140 mts.
fecha:22-5-2011