Dolomitas 5. Piz Boé

Hemos ido retrasando esta excursión, buscando un día en el que las nubes no estropeen la jornada. Hasta ahora todos los días hemos visto esta montaña desde distintos puntos de vista, y apenas la hemos visto descubierta. Es el penúltimo día en Canazei , y creemos que ha llegado el momento. Para Aurora es su primer 3.000. Yo medio en broma le digo que éste 3.000 no cuenta, porque la aproximación la vamos a hacer con remonte, y eso le quita deportividad. Pero le concedo que llevamos cinco días seguidos de caminata (más unos cuantos de turismo urbano por Italia)  y eso también cuenta.


Punto de partida, Passo Pordoi 2239m. Aquí un remonte mecánico nos llevará hasta Sas de Pordoi, 2.950m, estación situada al borde del muro vertical que tenemos en frente.



Sas de Pordoi es una elevada plataforma, cortada a pico en vertiginosos contrafuertes.

Abajo queda el Passo Pordoi, y la carretera que comunica los valles.

Piz Boé aparece cubierto por la nube, pero los amplios espacios azules nos hacen abrigar la esperanza de que irá cambiando.























A casi 3.000 metros de altura, en un paisaje azotado por los vientos y el frío, la roca es la protagonista. Profundos cañones se abren en el zócalo calizo.

A medida que vamos acercándonos al Piz Boé, vemos más cerca los cañones. Una cierta similitud vemos con el cañón de Ordesa. Una similar geología, dominio calizo modificado por extintos glaciares y modelado kárstico.



Aridez extrema a pesar de la alta pluviosidad de la zona, consecuencia de un suelo calizo que no retiene nada de agua,  paisaje con una casi absoluta ausencia de vegetación.


Pero la esterilidad es aparente. Una mata robusta de lo que podría ser ( ¿) prospera en un rellano de roca.

Atrás ha quedado Sas Pordoi con su estación del funivía. Separado del gruppo del Sella, vemos a la derecha el Sassolungo y el Sas Piat, objetivo previsto para mañana en un recorrido que los atraviesa.




















Seguimos ascendiendo. El desnivel es pequeño, apenas 200 metros positivos, lo que hace que esta ruta esté muy transitada. 




















Con la altura, las panorámicas se hacen más amplias.






















Una leve trepada con ayuda de una sirga pasamanos y ya estamos en la cima. 


Otra ruta también visitada unos días atrás, el Viel del Pan, la vemos parcialmente abajo.

























Una de las vistas que deseábamos conseguir era de la primera montaña que visitamos hace 5 días: la Marmolada. Las nubes se descorrieron como si fuera el telón de un gran teatro, y allí estaba

Dolomitas4. Vaiolet-Catinaccio

En este cuarto día por las Dolomitas, amanece por primera vez un veraniego día de agosto. Nos acercamos al pueblo de Vigo di Fassa, a muy pocos kilómetros de Canazei, y tomamos un remonte que nos sube al Val de Vaiolét. Desde allí daremos un paseo hasta el refugio de Vaiolet, paseando entre magníficos bosques de coníferas.


Prados y bosque de pino cembro en el llano de Ciampedie


Las verticales formas del Antermoa



En el frente, el Catinaccio. El valle de Vaiolet separa este grupo calizo del que vemos a la derecha, que son las laderas sur del Antermoa. Amplio camino, muy transitado, pero inmaculado.



El camino atraviesa el bosque mixto de alerces y pino cembro.


















Piña de pino cembro. El olor de su resina es especial, diferente a nuestros pinos.













Este valle es utilizado en invierno para practicar esquí.




























Al fondo el macizo del Sella, con el Piz Boé, al que queremos subir mañana.




Aunque estamos a finales de agosto, todavía encontramos alguna orquídea, Gymnadenia odoratissima, de la que disfrutamos oliendo su aroma a vainilla.




























El camino pasa junto al refugio Gardeccia, hacia el este las crestas de Davoi


El refugio Preuse, a 2248m, en la repisa de la roca, en el centro.


Amplia pista para subir al refugio Preuse, que cada vez está más cerca







Al tiempo le gusta hacer cambios, y pronto descargará lluvia.



























Tras un breve pero intenso aguacero, se abren de nuevo las nubes, y ya junto a los refugios Preuse y Vaiolet, descubrimos las fantásticas formas del Catinaccio.














Dolomitas 3. Del Paso Gardena al lago Pisciadu

Tercer día de verano en las Dolomitas de Canazei. Esta vez  dejamos las herbosas laderas y  hacemos un recorrido rocoso. Como siempre la duda de cómo se comportará el tiempo, por lo que optamos por un itinerario que cambie las amplias perspectivas por primeros planos de gargantas y lagos.
El punto de partida es el Paso Gardena al que llegamos en coche, como siempre tras un buen número de curvas cerradas, aunque un trayecto corto. Tomaremos el sendero 666 que conduce a la ferrata Tridentina, pero la dejaremos a mitad de camino para coger un sendero alternativo, muy empinado, que atraviesa un impresionante desfiladero.


Parte de la ruta de carretera para llegar al Paso Gardena desde Canazei 





























El sendero 666 se dirige directamente a las paredes verticales. Es el sector norte del Grupo del Sella, luego tendremos que tomar un sendero que se adentra por una de las canales que vemos en la muralla para llegar al lago Pisciadú que se sitúa en un plató intermedio del macizo. La cima que vemos entre las dos torres de la derecha es el pico Campidel (2.586m)


























Según vamos subiendo por el sendero, a nuestra espalda se recortan las agrestes formas del Cirspitze


 Bonitos ejemplares de Pediculris verticilata.



































Hemos subido por el sendero hasta la leve hombrera que forma el Col de Frea, desde aquí vemos el pueblo Selva  Gardena
























Todavía quedan retazos de hierba en la que crece este peralito (Pyrola rotundifolia)

El sendero se encara hacia las paredes que tendremos que atravesar por uno de sus canales.



Un endemismo alpino, Potentilla nitida, digna de adornar el más refinado jardín, crece aquí en el caos de las calizas.



Marisol tiene a sus espaldas el Cirspitze.



















Ya tenemos delante la puerta por la que comenzaremos a subir. En la pedrera que hay a la salida del desfiladero se ven las trazas del sendero haciendo un zigzag.













Antes de entrar en el desfiladero, echamos un vistazo atrás para contemplar el inmenso valle que se abre a nuestros pies. El pueblo que se ve al fondo es Corvara.

Ante nosotros tenemos el fantástico camino de ascenso. La verticalidad de las paredes impresiona, así como la cantidad de rocas y gravas acumuladas en el fondo del desfiladero.


En un medio tan agreste, queda espacio para la poesía. Papaver alpinum.

Un cerastium


Thlaspi rotundifolium



Son trescientos metros de desnivel, por camino muy bien marcado, sin dudas ni riesgos. A estas alturas de agosto, los neveros se han derretido, y el que queda se puede atravesar sin peligro.


Las altas paredes confieren al paso un singular aspecto y hacen la ruta emocionante.


Los últimos cien metros de desnivel se hacen muy verticales, pero están acondicionados para ir seguros. Exactamente no es una vía ferrata. Aquí la llaman "sentiero attrezzato" y no es imprescindible ir asegurado con el disipador.

























Aurora en la salida del sendero attrezzato, ya a pocos metros del lago Pisciadú.



Unos cuantos metros más, de camino llano nos conducen al lago Pisciadú, y al refugio Cavazza.




Fin de trayecto.