Estany de L'Isla y Tossa Mussoles

 25 de octubre de 2022. Segundo día por tierras del principado de Andorra. En esta ocasión, , subida a la Tossa Mussales (2.679m) pasando por el lago de L'Isla, sector norte del valle de Incles.


Iniciamos el camino de nuevo en el aparcamiento del puente de la Baladosa. En esta ocasión tomamos un sendero que ascendiendo nos lleva junto al río Manegó. Hoy también es un día ventoso y muy frío. Cielo blanco que oculta el sol.


El torrente Manegó se precipita por entre las rocas impregnando el aire de diminutas gotas de agua que hacen brillar las hojas de los abedules.


Después de 300 metros de subida llegamos a un amplio valle elevado. Aquí el camino sube suavemente serpenteando a la par del arroyo. Frente a nosotros vemos la abertura en el valle por donde tendremos que subir más adelante.

El agua se mueve lentamente haciendo lazos e islotes, es la pleta del Manegó. Una pasarela nos facilita pasar a la vertiente opuesta. Tras este respiro horizontal, sigue la subida.

Antes de continuar el ascenso, miramos hacia el noreste, donde se abre el Puerto de Incles.


Desde que hemos dejado el fondo del valle, el camino se vuelve tortuoso y no muy claro. Seguimos los hitos que vamos encontrando y subimos por donde nos parece evidente. Tomamos altura y vemos el valle de Manegó. Frente a nosotros se alza el Alt de Juclà.


Sobre el límite superior del pino negro, aparecen grandes masas de este arbusto con apariencia de retama, tallos estriados y hojas caedizas  es Cytisus oromediterraneus



Una sucesión de escalones nos ayuda a ganar altura.



Es un paraje muy erosionado, con constantes rellanos y resaltes rocosos que impiden  tener una visión global de la ruta que nos queda por delante.  En alguno de estos rellanos esperamos encontrarnos con el lago de la Isla (Estany de L'Isla)


Comienzan a dibujarse los perfiles de montañas que parecen cerrar el valle, debemos estar cerca del lago.

Finalmente se despliega casi de improviso el amplio lago, que como su nombre indica parece tener una isla pegada a un costado de la orilla. Tras el lago se alzan dos cimas separadas por un estrecho collado. A la izquierda la Tossa de le Mussoles, y a la derecha el pico d' Arondat.  No vemos trazas de camino que conduzcan a ninguna de ellas. Después de observar el paisaje detenidamente, optamos por inspeccionar la otra orilla y averiguar si encontramos alguna traza de ascenso. Comenzamos yendo a la derecha, al pie del Arondat.

Hermosas perspectivas nos regala este lugar desde la ladera del Arondat.

Observamos cómo se ha formado esta isla, son los restos de un corrimiento masivo que acabó sobre el lago. Los derrubios acumulados fueron posteriormente erosionados quedando formada una isla.


No vemos claro cómo subir al Arondat, y optamos por volver a bajar al lago y optar por la otra vertiente para ver si se sube con facilidad a la Tossa de Mussoles. Desde aquí tenemos una visión más completa del desprendimiento masivo que generó la isla en el lago.


Airosas crestas se extienden desde Joclà hasta el circo de Fontargentes . 




Desviando la mirada hacia el sur tenemos enfrente el valle glaciar  colgado de Siscaró


Trazamos zetas según nos parece por la empinada ladera herbosa. Tenemos como objetivo lo alto de la cuerda que une esta línea de montañas, orientando los pasos hacia la cima.


Se ha levantado un fortísimo viento que nos obliga a ir al resguardo de la divisoria.

En un breve respiro del vendaval, nos asomamos a la divisoria, sobre el valle de la Coume de Varilhes, Francia.
 

Seguimos la cresta hasta llegar al collado que separa la tossa Mussoles del pico d'Andorat


Desde lo alto de la Tossa Mussoles, al resguardo del fuerte viento, contemplamos el lago de la isla, parcialmente oculto, y los valles de Juclà y Siscaró.



Lagos y collada Juclà

 24 de octubre de 2022. Vamos a pasar unos días en el principado de Andorra y saborear el otoño. Elegimos el valle de Incles como punto de partida para algunas de las excursiones previstas. Un valle que mantiene intacto el espíritu de la alta montaña, lejos de los tráfagos y aglomeraciones de otros puntos de este territorio. Para comenzar subiremos a los lagos Juclar y por subir un poco más nos acercaremos al collado del mismo nombre.


Hemos leído que en verano el acceso al puente de la Baladosa, parking del valle de Incles, tiene restricciones, pero ahora en otoño no hay tan apenas visitantes y el valle muestra un aspecto apacible. El tiempo está muy frío y húmedo. 


El camino hacia Juclà está bien marcado. Es un ancho sendero que asciende junto al torrente por la margen sombría.  Entre los pinos resplandece un sauce  (Salix caprea)

El pont del Trabenc nos facilita pasar a la otra orilla , unos metros antes hemos dejado a la derecha el desvío que lleva a Siscaró. Será para otro día.

Ahora el camino se estrecha, aunque sigue siendo cómodo y claro. El otoño está muy avanzado, los abedules han perdido gran parte de las hojas


La peculiar ecología del abedul (Betula pendula) hace que sea ahora cuando sus flores femeninas, agrupadas en amentos, cuelguen de las ramas. Ya se aprecian  las semillas  aladas, madurarán en poco tiempo y caerán quizá sobre la nieve.

El sendero serpentea en continua subida, salvando escalones de roca por las que se descuelga el agua de Juclà.



A pesar del frío, reconforta caminar escuchando el sonido ininterrumpido del agua precipitándose ladera abajo. 

Un serbal (Sorbus aucuparia) perdió hace días las hojas. Le quedan ,como adorno invernal, sus frutos.


Desde una repisa podemos ver, allá abajo, el puente de Baladosa, punto de partida de este camino.

Casi sin aviso, aparece ante nosotros el primer lago de Juclà.


Dejamos a nuestra derecha el refugio de montaña y seguimos por el rastro de una escueta senda que nos llevará al segundo lago.


Desde aquí ya intuimos por dónde va a continuar el recorrido hasta llegar al collado de Juclà.

Tras el collado se perfilan las crestas de los picos, de izquierda a derecha, Fontargenta, Joclar y Ruf, ya en territorio francés. Más a la derecha y más alto, el collado de l'Albe

Pasamos entre los dos lagos y nos situamos frente a la cuesta que nos conduce al collado.

Las formas poligonales predominan en este espacio dominado por las rocas ígneas. El pìco d'Escobes acumula sus derrubios al pie de las canales.

Marcas de pintura roja y blanca nos guían hacia el collado.

El frío se intensifica cuando el sol queda tamizado por las nubes, pero el efecto cromático recompensa.


Ya en el collado  vemos el territorio donde reposa el lago francés de Joclar, y se repite el ritual de todo el que sube a la montaña:  contemplación de nuevos horizontes que completan el mapa mental de estas geografías y sentir la naciente necesidad de explorarlas.



Datos de la ruta y track en :

Wikiloc | Ruta Lagos y collada de Juclà


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