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Tuca de Paderna

 28 de septiembre de 2023. La Tuca de Paderna es un pico de cómoda ascensión en época estival y otoño y que por su situación tan próxima al macizo de las Maladetas brinda unas hermosas vistas del corazón del valle de Benasque.

Iniciamos la ruta en el aparcamiento de la Besurta. En primer lugar subiremos hasta el refugio de la Renclusa, para después tomar sendero hacia el ibón de Renclusa.

El torrente que desciende desde el lago de Renclusa alegra el camino sobre el que ya vemos despuntar la cima de la Tuca de Paderna.

En la cartografía aparecen dos lagos en Renclusa. La realidad es que el primer lago está colmatado por completo, los depósitos lacustres han rellenado el fondo del ibón y su ciclo ha terminado. En su lugar una pleta surcada por aguas perezosas serpentean dibujando sinuosos meandros. 















Azafranes silvestres (Crocus nudiflorus) atrapan la luz del sol e iluminan los pastos. El segundo ibón sí permanece con agua. Al fondo el inmenso campo de granito erosionado por el glaciar de la Maladeta, y la cima en forma de cresta de gallo del pico de La Renclusa.


Contemplamos el lago desde varios ángulos. Es pequeño y merece la pena detenerse un poco en él. Al fondo la Tuca de Paderna y el collado por el que accederemos a su cumbre. Detrás de todo la Tuca Blanca de Paderna.

Juego de reflejos de la Tuca Blanca de Pomero en el ibón de Renclusa. 


En esta época, el ibón es un remanso de paz que invita a la contemplación.

Reanudamos el camino, contorneamos el ibón y vamos tomando altura siguiendo el barranco de Alba. El costado izquierdo presenta una elegante pared, excavada por el antiguo glaciar de la Maladeta  que hace curva y corta en vertical las calizas que encuentra. La cresta está cubierta de pino negro (Pinus uncinata), algunos con formas tortuosas y en equilibrio inverosímil que recuerdan los paisajes pintados chinos y japoneses.


Acinos alpinus todavía presenta  abundante floración .

Para continuar tenemos que cruzar algunos caos de rocas. La mayor parte de las rocas son graníticas. 


El carácter ígneo de estas rocas queda bien plasmado en este bloque, en el que el granito se funde gradualmente con una roca ferruginosa.

Nos llama poderosamente la atención el derrubio de ladera que debemos atravesar, enorme caos de bloques graníticos que procede de los pies de la Maladeta.


En esta panorámica queda clara la dimensión y dirección del derrubio. El sendero lo atraviesa en su tramo inferior.
Casi llegados al collado que nos une con la cresta, vemos el ibón de Renclusa y su hermano anastomatosado.

Cuanto más nos acercamos al collado, más nítidos se ven los restos del glaciar de Maladeta.

Al llegar al collado se alzan frente a nosotros la Tuca Blanca de Paderna y la Tuqueta de Paderna.
Una amplia panorámica que incluye las tucas antes citadas y de fondo el valle de Remuñé, Perdiguero y las crestas que llegan hasta el puerto de La Glera o Gorgutes.

Ya desde la cima de la Tuca de Paderna contemplamos un amplio panorama. Hacia el Noreste, el pico Salvaguardia, el portillón de Benasque y la Tuca de la Mina. La larga cresta enlaza con el puerto de la Picada  y las Tucas de Bargas y Blanca de Pomero con su característica banda vertical de calizas. A su costado, el amplio puerto de Coll de Toro aparece como una profunda hendidura . 


 Tuca de Bargas y Tuca Blanca de Pomero. Coll de Toro y Tuca Pomero /Mall de l'Artiga. Mirando con detenimiento observamos los pequeños ibones de Villamuerta que reposan bajo la Tuca de Bargas



Un poco más de cerca el sector Remuñé- Perdiguero.


Más cerca aún, el ibón de Gorgutes y el pico Sacruás / Sacroux al que ascendimos hace unos años.


En detalle el valle de Remuñé y la cima de Perdiguero.

Y para terminar, La Maladeta, con sus reducidos glaciares, sus cordones morrénicos y los conos de derrubios que descienden hasta el camino por el que hemos subido.

Ibones de Barbarisa y collado de la Montañeta

 11 de agosto de 2023. Ya hemos recorrido estos parajes en varias ocasiones, visitando los ibones de Barbarisa o subiendo al pico del mismo nombre, esta vez queremos asomarnos al collado que conecta con el collado que conduce al Bocs, el collado de la Montañeta.

El coche lo dejamos en el puerto de Sahún, divisoria de valles y de condados. Ribagorza a un lado, Sobrarbe al otro. En esta ocasión vamos a dirigirnos hacia Barbarisa sin bajar por la pista del barranco Surri y la cabaña dels Prats. Desde el puerto tomamos un poco de altura para después ir a media ladera intentando en todo momento no perder altura y así llegar hasta Barbarisa por la ladera de Las Blancas. No hay sendero claro, más bien trochas de ganado, caminantes y algún que otro hito de piedras (pocos). En recompensa, la ruta ofrece unas perspectivas muy hermosas por la altura a la que se transita.

















La luminosa mañana revela las formas del macizo de Cotiella. El pueblo de Plan descansa a sus pies. Oscuros bosques de pino negro cubren las laderas hasta convertirse en escasos pastos antes de dejar paso al inmenso roquedal de Cotiella.

Plan y Gistaín abren el valle de Chistau/Gistaín. Al costado de este último se aprecia el collado de Cruz de Guardia, tapizado por los bancales y bordas que hacen de ese lugar un paisaje único,  y  la doble cima que forman Maristás y Orbar, bien vestidos de bosque negro. A sus espaldas , medio tapado, el macizo Llardana /Posets. A la derecha de la fotografía, Punta Suelza, con sus descarnados pliegues, y bajo éste el tozal d'Escubillons, que nos trae gratos recuerdos de foqueo y descenso en invierno.

Como decía al principio, subimos unos metros hasta tomar la altura que nos llevará casi sin variarla a la altura geográfica de Barbarisa. A nuestra espalda aparece la proa de la sierra de Chía.

La ladera es pedregosa y en ocasiones algo incómoda. De vez en cuando un tímido regato baja  humedeciendo la ladera y permitiendo la vida de plantas amantes del agua. Pocas veces había visto un racimo tan compacto de Parnasia palustris.

De haber tomado la pista que baja al barranco de Ris para tomar la ruta habitual hacia Barbarisa no nos toparíamos con esta perspectiva tan amplia del barranco y circo. Frente a nosotros se desarrollan  las faldas del tozal  las Lleras de Cecilia y el tozal de Bosc. a la izquierda ya se intuye el circo donde descansan los ibones cercados por las grises paredes de Bagüeña y Bagüeñola, ya en territorio de los 3000m. Allá arriba se intuye el rellano donde descansa el ibón Chelao, y el collado Porteta de Infierno de donde arranca la cresta para el pico del Sen.

El pastor está al tanto de su rebaño, y como éstas están apurando los pastos altos, allá que está él a su cuidado, bien alto.

Mucho más alto que la trocha que nosotros estamos siguiendo. Está en el ángulo superior derecho de la fotografía.

Hemos pasado junto al lago inferior, allí cerca nos hemos incorporado al camino habitual de subida al circo. el lago está reducido por colmatación del vaso. acumulaciones naturales de derrubios y vegetación van cerrando el cuenco que  terminará por colmatarse del todo dando así final al ciclo del ibón.

Queda poco para llegar al circo. Ahora progresamos más rápido por el sendero bien marcado. Tenemos delante una vista parcial de la ruta que nos llevará al collado una vez  lleguemos al lago principal, en la parte central de la imagen.

Nos tomamos un descanso en la orilla del lago. Vemos a las truchas saltar sobre los insectos que van acercándose a la superficie del agua, no se salva ninguno que se atreva a quedarse nadando en ella.

Aunque el agua está quieta, y no hay ningún torrente a la vista escuchamos un murmullo intenso de agua corriendo. En un costado del lago, en la roca caliza horadada, unos sumideros se tragan el agua precipitándose en galerías que quedan fuera de nuestra vista. 

Aunque es planta muy frecuente, no me resisto a fotografiar estos ejemplares de Saxifraga aizoides

Otra mirada antes de comenzar a subir hacia el collado.


No hay dificultad en la subida, está bien indicado y no tiene pérdida.

En el pedregal crece Cerastium gracile, aunque estamos a 2.400m altura que no le es propia.

También en este suelo móvil, bastante seco y descarnado crece Reseda glauca


Y al abrigo de las rocas, especímenes muy pequeños de Polystichum lonchitis.

Ya hemos subido lo suficiente como para poder ver la cima del pico Barbarisa. Cima múltiple que visitamos ya hace unos cuantos años.



Hemos llegado al collado de la Montañeta, 2.500m. Tenemos bajo nuestros pies todo el circo de Barbarisa, con su lago principal y los dos superiores. Las rocas oscuras del pico Barbarisa contrastan con los granitos de Bagüeña.

Al otro lado del collado, se abre el valle de l'Aigüeta de la Val, subsidiario del valle de Eriste. El pequeño ibón del Paso da un toque de color a tan agreste paisaje. A nuestra derecha comienza la cresta que pasa por el Tozal de las Lleras de Cecilia y continuaría hasta el tozal del Bocs. Este sería un destino deseado de no mediar un recorrido tan largo para nuestro ritmo. Soñamos con planes para recorrer la cresta en alguna ocasión. Al fondo, el macizo de Las Maladetas.

Reconfortan lugares como éste, desde donde se abren amplias panorámicas.

Hay que volver, y tenemos un camino largo de vuelta. Tomaremos el camino habitual en lugar de volver por donde hemos venido. 

Pasaremos por sus cascadas.

Al llegar a la cascada de la cabaña del Prats, las sombras ya oscurecen los rincones. Ya sólo resta tomar la pista que lentamente asciende hasta el puerto de Sahún.