Posets entre el refugio Angel Orús y el refugio de Viadós.

Pequeña travesía realizada los días 29,30 y 31 Julio. Desde el refugio Angel Orús subimos al Posets para bajar por la cara oeste y pasar la noche en el refugio de Viadós  (o Biadós). La segunda jornada consistió en subir al collado de Eriste para subir las Forquetas y bajar al pueblo de Eriste, pero esta última jornada se contará en otra entrada de este blog. Una inolvidable experiencia que viví junto a mis hijos Alicia y Diego, además de Diego Martínez.

La aproximación al refugio de Eriste la hacemos por la tarde, con toda tranquilidad. En zona de humedal y megaforbias vemos algunos ejemplares de este acónito blanco, de flores  estrechas y alargadas, Aconitum vulparia subsp. neapolitanum.



























En zonas sombreadas hay bellos ejemplares de Astrantia major. Las cabezuelas de esta umbelífera producen en ocasiones simetrías que parecen sacadas de un estudio fotográfico.


Ya próximos al refugio, en retazos de prado, al abrigo de grandes bloques rocosos, encontramos esta Liliácea, Paradisea liliastrum. 






























También son frecuentes los grandes ejemplares de Gentiana lutea subsp. lutea




No hemos madrugado demasiado y disfrutamos de un admirable cielo transparente. A medida que vamos ganando altura aparecen las caprichosas formas rocosas, como es el caso del Forcau Bajo y el Forcau Alto, a sus pies está establecido el refugio del Forcau o también llamado "Ángel Orús", que fue montañero barbastrense que murió en las montañas lejanas del Mont Blanc en 1981.



 Tenemos ante nosotros la Canal Fonda, entalladura entre el Tucón de la Canal, también llamado Diente de Llardana, y la Tuca Alta de Canal Fonda. El Tucón de la Canal, situado a nuestra izquierda,presenta los potentes pliegues verticales que han sufrido las calizas oscuras que rodean el núcleo alto de Posets, donde predominan las pizarras. Delante de nosotros, otros grupos ya se han internado en el nevero de la canal.

Superado el tramo de la Canal Fonda, entramos en un caos de roca.  La Tuca Alta de Canal Fonda aparece individualizada con sus 2.910 metros. Cada vez van quedando más atrás las crenchas del Forcau.


El segundo tramo de nevero acentúa la pendiente. Empezamos a notar las especiales sensaciones de estar en alta montaña.










Ya casi en el Collado del Diente

Una vez alcanzado el collado del Diente, se abre ante nosotros la panorámica  desde el Espadas, en el centro , a la cresta que lo une al Posets, que asoma tímidamente en la derecha. El diente de Llardana aparece como un espolón vertical, con las calizas oscuras estratificadas verticalmente.



A partir del collado ya no hay nieve acumulada, por lo que nuevamente aparecen rastros de vida. En un resquicio de las rocas aparecen ejemplares de Ranunculus glaciaris, en torno a los 3.150m.


Cualquier abrigo es bueno para sortear las duras condiciones de vida a 3.200 metros de altura. Pritzelago alpina vive bajo la visera de roca.

Silene acaulis, que forma un espeso cojín en las calizas ferruginosas.

Saxifraga pubescens subs. iratiniana  forma densos cojinetes con las características hojas agrupadas en columnas. Estamos a 3.250m.

Mi hijo Diego con cara de satisfacción plena. Hacía tiempo que planeábamos esta ascensión, y por fin estamos a punto de completar el primer objetivo.


Saxifraga opositifolia formando brotes nuevos y floreciendo a contrarreloj porque la estación propicia es corta.

Draba dubia, cubierta con un blanco tomento protector.

Minuartia cerastiifolia no se arredra ante la verticalidad.

Últimos metros por la ancha y cómoda arista para llegar a la cima del Posets  o ,como se le llama por estas tierras, Tuca Llardana.
Los dos Diegos, Alicia  y yo reunidos en la cima. Momento para otear el paisaje con el cielo diáfano.

Hacia el  norte se abre la panorámica del Valle de Gistaín.

Abajo vemos el refugio de Biadós donde pretendemos pasar la noche. Sin dificultad se ven las Tres Serols, Culfreda, Bachimala, etc.


Hacia el sector Este, vemos el desolado paisaje de la Bal d'els Ibons, extensa cubeta glaciar que aloja una decena de ibones.  Cierra el valle el pico Bardamina, parcialmente cubierto de nieve, casi continuación del reducido glaciar de Llardana. Detrás la barrera que une Clarabide con Perdiguero. De fondo el rey  del Pirineo, el Aneto en el macizo de las Maladetas.

 Hacia el Suroeste vemos parte del recorrido que hemos seguido desde el diente de Llardana hasta la cima, y a la derecha la cresta del Espadas o Llardaneta. Cubetas glaciares que forman agrestes crestas y collados en un mar erizado de roca. El fondo lo jalona el macizo de Cotiella, y se adivinan las suaves brumas del valle del Cinca allí donde el bravo río comienza a amansarse.


Comenzamos el descenso. La ruta que seguimos es la vía natural hacia Biadós, es decir seguimos la cresta del Posets y antes de llegar a la brecha Carrivé, iniciaremos el fuerte descenso por la canal Llardana.
La cresta es amplia, excepto algún pequeño paso.


 Caminar tantos metros a más de tres mil metros de altura depara rincones como éste en el que un ibón queda escondido entre un tapiz de rocas multicolores.


El descenso implica pasar de la roca suelta a las láminas inclinadas donde cada uno busca su mejor camino...

...o deslizarse por el nevero, cada cual con su propio estilo.

La diversión del nevero ha terminado y vuelve el terreno pedregoso. Arriba queda la cima de Posets. Pizarras y calizas se alternan en bandas plegadas en caprichosas formas.
El nevero muestra algunos vestigios de hielo antiguo. Testigo de su antigua potencia queda la barrera morrénica formando una media luna de escombros.


Verónica nummularia. Las anteras violetas intensifican el colorido en un pequeño retal verde.


Draba aizoides, coloniza una ladera de derrubios.









Diego, situado sobre la morrena lateral  del extinto nevero, mira el macizo de Posets, el collado Jean Arlaud y la Tuqueta Roya.



Alicia junto a un bloque errático que ha sido acondicionado para servir de vivac.



El núcleo rocoso queda al descubierto por obra del torrente, y muestra las bandas multicolores de las calizas.


Cerca de allí, entre las gravas, Aethionema marginatum, pequeña Crucífera colonizadora de suelos pedregosos e inestables.


Providencial el torrente para reponer fuerzas y refrescarnos. La silueta del macizo de Posets nos informa del desnivel que ya hemos descendido.

















El mismo torrente nos sirve de guía para encontrarnos con el Zinqueta de Añes Cruzes. Frente a nosotros la Punta L'Ixabre, se ve algo del collado denominado Señal de Biadós,  y detrás la cresta que lleva a la Punta Sabre y Punta Bachimala.

Tenemos cerca  el pinar del Clot, instintivamente apresuramos el paso porque queremos encontrar un lugar fresco y descansar del sol  . Sabemos que ya no queda mucho. A la izquierda se ve la pirámide oscura del Montó. El refugio de Biadós está a sus pies.

En el frescor del bosque crece este musgo, Polytrichum strictum.  

Tiene los esporogonios ya desarrollados alzados por largos filamentos rojizos.






























En los prados de las bordas de Biadós encontramos las hermosas cabezuelas de Leuzea cynaroides, un cardo no muy abundante en el Pirineo.







Ya en el bellísimo entorno de las bordas de Biadós, echamos la mirada atrás para contemplar el macizo de Posets. La cima parece empequeñecida al quedar detrás del Espadas, pero los neveros, vistos desde aquí tan pequeños los tenemos frescos en la memoria cuando tan apenas unas horas nos deslizábamos por ellos. Miramos hacia la derecha, y trás el Dedo vemos las crestas de los Eristes y el collado que reservamos para mañana. Pero ahora toca descansar y reponer fuerzas.




















Muy buena cena en el refugio, y abundante.

Y antes de pasar a dormir, una última mirada a la montaña que nos ha unido durante el día de hoy.

























Datos de esta etapa, desde el refugio Ángel Orús
Ascensión acumulada: 1283m
Descenso acumulado: 1741m






Camino de El Pueyo. Paronychia capitata. "nevadeta, mermasangres"

En la primera quincena de julio ,niños y jóvenes disfrutan de la montaña y la naturaleza, de la amistad y la alegría en campamentos de verano. Hoy, mi hijo Diego a regresado de Eriste, donde ha colaborado como monitor. A todos estos jóvenes que de manera altruista regalan  parte de sus vacaciones como monitores les dedico esta pequeña planta. He elegido la nevadeta porque hace bastantes  años también yo fui monitor de campamento. Entre otras muchas actividades nos proponíamos acercar la naturaleza a los niños. Por una parte buscábamos la diversión, pero siempre había una intención educadora, fomentando el conocimiento y el respeto por todos los seres vivos. Una actividad consistía en recoger algunas plantas y aplicarlas en sencillos talleres manuales. La nevadeta siempre llamaba la atención de los críos por el aspecto frágil, la consistencia papirácea de las hojas, que brillan con reflejos nacarados cuando les da el sol. Como después de recolectada mantiene su aspecto durante muchísimo tiempo, pareciendo siempre vivas, eran idóneas para adornar pequeños cestillos de cuerda. La cogíamos con mesura, puesto que no está reñida la utilización de la naturaleza con su conservación si se hace con inteligencia, y esto pretendíamos aprendieran los niños al controlar ellos mismos hasta dónde era suficiente y dónde comenzaba el exceso.
En las inmediaciones de El Pueyo, en lugares soleados, pedregosos, incluso en medio de los caminos, crece esta planta que se extiende a ras del suelo, sin levantar nunca ningún tallo. Las flores, verdosas, se esconden entre las amplias brácteas plateadas. A veces crecen formando penachos que al no enraizar forman como guirnaldas abandonadas en el camino.
Paronychia capitata es desde antaño conocida por su utilidad hipotensora, de donde le procede el nombre común de  mermasangre.

Selva de Oza III. Ibón de Acherito-Mallo las Foyas-

Tercer y último día por estos hermosos parajes. Hoy hacemos una ruta clásica al ibón de Acherito, pero dejamos abierta la posibilidad de ir un poco más allá. 



Esta noche ha caído una poderosa tormenta. Un grupo de críos ha llamado a la puerta de los que por aquí estábamos pasando la noche para que les cobijáramos mientras pasaba el chaparrón. Al final, con ayuda de la Guardia Civil, los han trasladado a todos a lugar abrigado. Por la mañana el río amanece teñido de rojo. No obstante parece que el día de hoy va a ser tranquilo y estable... por lo menos hasta el atardecer. 


Dejamos Guarrinza para subir por el barranco de las Foyas, camino habitual hacia Acherito. 
Los lugares más cálidos sirven de apoyo a Linum bienne. Lino de color azul claro y estrechas largas apuntadas, que arraiga en el talud formado por la erosión del barranco.



También en estas espuendas margosas encontramos  Anacaptis pyramidalis, bella orquídea que dispone las flores en cimas cónicas.



Observamos un bello ejemplar de malba. Es Malva neglecta, habitual de lugares por donde el ganado ha dejado una suelo bien nitrogenado.


Hemos superado el primer desnivel, y ya podemos contemplar un amplio panorama. El barranco das Foyas queda atrás, nos hemos separado ya de él.Miramos hacia el Este y tenemos a la izquierda el puerto de Palo, muga con Francia. El mallo Arañón, muestra la verruga de roca que rompe el verde tapiz. Abajo está Guarrinza, base donde se extiende la manta verde de la Selva de Oza. El Castillo de Acher presenta su silueta de mesa inclinada. Dos valles se abren, el de la izquierda nos presenta las laderas de Guarrinza, en el de la derecha el valle se encajona en el llamado Barranco del Infierno.


Pero nosotros estamos en los pastos alpinos, y esto se aparta mucho del infierno, como muestran estos clavelillos (Dianthus deltoides) acompañados, para conjugar una buena composición cromática, por Galium verum subsp. verum.


Como nos merecemos un pequeño descanso, seguimos disfrutando de la panorámica que continúa hacia el oeste. A continuación del barranco del Infierno, la barrera rocosa que forman el puntal de Lenito, Lenito , el Achar de Forca y la punta del Rincón de Alano. Más cerca de nosotros, la barrera formada por Chipeta alto, Petraficha y Quimboa Alto, La Gorreta d'os Gabachos, y asomando el Mallo Acherito. 


























El ibón de Acherito produce rezumaderos de agua que son rápidamente aprovechados por plantas ávidas de agua como son Primula farinosa


Scilla verna


Pinguicula grandiflora.











Las aguas del ibón de Acherito ocupan una cubeta sobreexcavada en las areniscas y lutitas rojas depositadas durante el carbonífero, al ser débiles ante la erosión, contrastan sus formas suaves con las abruptas paredes de las calizas que cierran el circo por el oeste. Estas calizas han formado mallos y peñas de potentes paredes verticales.  A la izquierda  la Peña del Ibón.Haciendo horquilla  la Punta d'a Ralla. A la derecha el Mallo las Foyas, que es hacia donde ahora nos dirigimos.


La destrucción de las calizas forma un canchal donde prospera este bello ranunculo (Ranunculus carinthiacus) cuyos pétalos tienen una textura tersa y brillante.



Una tupida alfombra de Dryas octopetala ameniza la parte superior de la pedrera. Estamos a 2.000 metros, y aunque la altura es modesta, el aspecto de las montañas que nos rodean produce una sensación de mayor altura.


Estamos ya en el collado que separa el mallo las Foyas, a la izquierda, de la punta d'a Ralla, a la derecha, iniciando la cuerda rocosa que lleva hasta la Peña el Ibón. El lago de Acherito descansa allá abajo, plácidamente rodeado de onduladas formas tapizadas de verde. Detrás aparecen las agrestes paredes de Acherito, Ansabere, y de fondo ya podemos observar la Mesa de los Tres Reyes.



Los resquicios de las rocas y las terrazas que forman sirven de hábitat para un buen número de plantas que desafían la altura y los contrastes del clima.
La gayuba, repta y se asoma a los balcones.


La pequeña Iberis carnosa todavía muestra algunas flores entre las suculentas hojas.


Subimos al Mallo das Foyas, pensando que la panorámica será más abierta.
Hacia el Este,  la perspectiva de mayor altitud completa horizontes vistos anteriormente. En este caso el valle de Guarrinza que se extiende hasta conectar con el salto que abre el paso a Aguas Tuertas.













En este mismo encuadre, observamos la figura oscura del Midi d'Ossau, tras él los Arrieles y el Palas.

Hacia el Sur Suroeste volvemos a ver el marco rocoso del Ibón de Acherito, con las barreras paralelas que forman  Petrechema, los Alanos, y Lenito junto con la Sierra de Bernera, ya en la lejanía.

































Completando la visión circular, en este encuadre apreciamos a la izquierda y más atrás la Mesa de los Tres Reyes, y en primer plano la Peña del Ibón y el cordal rocoso que llega hasta Punta d'a Ralla.




Androsace villosa forma pequeños cojines en lugares más abrigados.



Proxima a la anterior encontramos algunos grupos de Asperula hirta, con los característicos verticilos de hojas agrupados de seis en seis.



 Unn rellano herboso de la cima  sirve de sustento para Pedicularis pyrenaica.



Cerca de allí, en similares condiciones, Pedicularis tuberosa, ejemplar no muy habitual en el Pirineo aragonés.


Valeriana montana.



Comenzamos a descender, pero antes nos detenemos a fotografiar  unos sauces enanos que tapizan el cascajal. Salix Pyrenaica, pie hembra.



Salix pyrenaica, pie macho.


Hemos bajado al ibón, y tras un prolongado y relajante descanso al borde de sus sosegadas aguas, nos planteamos seguir camino en dirección al Pico de la Chourique, sabemos que ya es tarde para subir a él, pero nos apetece aproximarnos lo más posible. El cambio de perspectiva, nos regala una vista del ibón de Acherito y del Mallo de las Foyas al que hemos subido (extremo derecha de la barrera rocosa)

Caminamos por las redondeadas laderas herbosas. El Chipeta alto aparece ahora como una tabla horizontal de roca. El Petraficha proyecta hacia el valle su espolón rocoso, y le imita el Quimboa Alto.
Siguiendo las lomas herbosas hemos llegado lo más lejos que el tiempo de vuelta y el tiempo atmosférico nos aconsejan. Vemos cómo las lomas terminan en un promontorio rocoso que es el Pico de la Chourique, asoman detrás de él alguno de sus dientes. Detrás la fabulosa perspectiva del mallo de Acherito y Petrechema.
                                                           El mallo de Acherito,    Sobarcal,    Petrechema,    Mesa de los Tres Reyes

Unos minutos para admirar tan agreste paisaje. Las agujas de Ansabere se exhiben en su rotunda verticalidad.



Emprendemos la vuelta. Un esfíngido está libando en las flores de la viborera (Echium vulgare subsp. vulgare)



Poco más abajo  un lución, lagarto carente de patas, cruza delante de nosotros con la parsimonia que le caracteriza.

La vuelta la hacemos siguiendo el cordal de lomas que forman frontera con Francia, lo que nos permite asomarnos al vecino valle de Ansabere , una balsa permanente crea un lunar de cielo en el prado, en la lejanía el francés pueblo de Lescún.

















Antes de emprender el descenso hasta Guarrinza, una última imagen del ibón de Acherito.




















Datos de la ruta:
Distancia recorrida (ida y vuelta) 15 km
Desnivel acumulado: 1154m.
Punto de partida: 1184m.
Mallo das Foyas: 2117m

Track de la ruta
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8232715


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