La aproximación al refugio de Eriste la hacemos por la tarde, con toda tranquilidad. En zona de humedal y megaforbias vemos algunos ejemplares de este acónito blanco, de flores estrechas y alargadas, Aconitum vulparia subsp. neapolitanum.
En zonas sombreadas hay bellos ejemplares de Astrantia major. Las cabezuelas de esta umbelífera producen en ocasiones simetrías que parecen sacadas de un estudio fotográfico.
Ya próximos al refugio, en retazos de prado, al abrigo de grandes bloques rocosos, encontramos esta Liliácea, Paradisea liliastrum.
No hemos madrugado demasiado y disfrutamos de un admirable cielo transparente. A medida que vamos ganando altura aparecen las caprichosas formas rocosas, como es el caso del Forcau Bajo y el Forcau Alto, a sus pies está establecido el refugio del Forcau o también llamado "Ángel Orús", que fue montañero barbastrense que murió en las montañas lejanas del Mont Blanc en 1981.
Superado el tramo de la Canal Fonda, entramos en un caos de roca. La Tuca Alta de Canal Fonda aparece individualizada con sus 2.910 metros. Cada vez van quedando más atrás las crenchas del Forcau.
El segundo tramo de nevero acentúa la pendiente. Empezamos a notar las especiales sensaciones de estar en alta montaña.
Ya casi en el Collado del Diente
Una vez alcanzado el collado del Diente, se abre ante nosotros la panorámica desde el Espadas, en el centro , a la cresta que lo une al Posets, que asoma tímidamente en la derecha. El diente de Llardana aparece como un espolón vertical, con las calizas oscuras estratificadas verticalmente.
Ya casi en el Collado del Diente
Una vez alcanzado el collado del Diente, se abre ante nosotros la panorámica desde el Espadas, en el centro , a la cresta que lo une al Posets, que asoma tímidamente en la derecha. El diente de Llardana aparece como un espolón vertical, con las calizas oscuras estratificadas verticalmente.
A partir del collado ya no hay nieve acumulada, por lo que nuevamente aparecen rastros de vida. En un resquicio de las rocas aparecen ejemplares de Ranunculus glaciaris, en torno a los 3.150m.
Cualquier abrigo es bueno para sortear las duras condiciones de vida a 3.200 metros de altura. Pritzelago alpina vive bajo la visera de roca.
Silene acaulis, que forma un espeso cojín en las calizas ferruginosas.
Saxifraga pubescens subs. iratiniana forma densos cojinetes con las características hojas agrupadas en columnas. Estamos a 3.250m.
Mi hijo Diego con cara de satisfacción plena. Hacía tiempo que planeábamos esta ascensión, y por fin estamos a punto de completar el primer objetivo.
Saxifraga opositifolia formando brotes nuevos y floreciendo a contrarreloj porque la estación propicia es corta.
Draba dubia, cubierta con un blanco tomento protector.
Minuartia cerastiifolia no se arredra ante la verticalidad.
Últimos metros por la ancha y cómoda arista para llegar a la cima del Posets o ,como se le llama por estas tierras, Tuca Llardana.
Los dos Diegos, Alicia y yo reunidos en la cima. Momento para otear el paisaje con el cielo diáfano.
Hacia el norte se abre la panorámica del Valle de Gistaín.
Abajo vemos el refugio de Biadós donde pretendemos pasar la noche. Sin dificultad se ven las Tres Serols, Culfreda, Bachimala, etc.
Hacia el sector Este, vemos el desolado paisaje de la Bal d'els Ibons, extensa cubeta glaciar que aloja una decena de ibones. Cierra el valle el pico Bardamina, parcialmente cubierto de nieve, casi continuación del reducido glaciar de Llardana. Detrás la barrera que une Clarabide con Perdiguero. De fondo el rey del Pirineo, el Aneto en el macizo de las Maladetas.
La cresta es amplia, excepto algún pequeño paso.
Caminar tantos metros a más de tres mil metros de altura depara rincones como éste en el que un ibón queda escondido entre un tapiz de rocas multicolores.
El descenso implica pasar de la roca suelta a las láminas inclinadas donde cada uno busca su mejor camino...
...o deslizarse por el nevero, cada cual con su propio estilo.
La diversión del nevero ha terminado y vuelve el terreno pedregoso. Arriba queda la cima de Posets. Pizarras y calizas se alternan en bandas plegadas en caprichosas formas.
El nevero muestra algunos vestigios de hielo antiguo. Testigo de su antigua potencia queda la barrera morrénica formando una media luna de escombros.
Verónica nummularia. Las anteras violetas intensifican el colorido en un pequeño retal verde.
Draba aizoides, coloniza una ladera de derrubios.
Diego, situado sobre la morrena lateral del extinto nevero, mira el macizo de Posets, el collado Jean Arlaud y la Tuqueta Roya.
Alicia junto a un bloque errático que ha sido acondicionado para servir de vivac.
El núcleo rocoso queda al descubierto por obra del torrente, y muestra las bandas multicolores de las calizas.
Cerca de allí, entre las gravas, Aethionema marginatum, pequeña Crucífera colonizadora de suelos pedregosos e inestables.
Providencial el torrente para reponer fuerzas y refrescarnos. La silueta del macizo de Posets nos informa del desnivel que ya hemos descendido.
El mismo torrente nos sirve de guía para encontrarnos con el Zinqueta de Añes Cruzes. Frente a nosotros la Punta L'Ixabre, se ve algo del collado denominado Señal de Biadós, y detrás la cresta que lleva a la Punta Sabre y Punta Bachimala.
En los prados de las bordas de Biadós encontramos las hermosas cabezuelas de Leuzea cynaroides, un cardo no muy abundante en el Pirineo.
Ya en el bellísimo entorno de las bordas de Biadós, echamos la mirada atrás para contemplar el macizo de Posets. La cima parece empequeñecida al quedar detrás del Espadas, pero los neveros, vistos desde aquí tan pequeños los tenemos frescos en la memoria cuando tan apenas unas horas nos deslizábamos por ellos. Miramos hacia la derecha, y trás el Dedo vemos las crestas de los Eristes y el collado que reservamos para mañana. Pero ahora toca descansar y reponer fuerzas.
Datos de esta etapa, desde el refugio Ángel Orús
Ascensión acumulada: 1283m
Descenso acumulado: 1741m
El mismo torrente nos sirve de guía para encontrarnos con el Zinqueta de Añes Cruzes. Frente a nosotros la Punta L'Ixabre, se ve algo del collado denominado Señal de Biadós, y detrás la cresta que lleva a la Punta Sabre y Punta Bachimala.
Tenemos cerca el pinar del Clot, instintivamente apresuramos el paso porque queremos encontrar un lugar fresco y descansar del sol . Sabemos que ya no queda mucho. A la izquierda se ve la pirámide oscura del Montó. El refugio de Biadós está a sus pies.
En el frescor del bosque crece este musgo, Polytrichum strictum.
En los prados de las bordas de Biadós encontramos las hermosas cabezuelas de Leuzea cynaroides, un cardo no muy abundante en el Pirineo.
Ya en el bellísimo entorno de las bordas de Biadós, echamos la mirada atrás para contemplar el macizo de Posets. La cima parece empequeñecida al quedar detrás del Espadas, pero los neveros, vistos desde aquí tan pequeños los tenemos frescos en la memoria cuando tan apenas unas horas nos deslizábamos por ellos. Miramos hacia la derecha, y trás el Dedo vemos las crestas de los Eristes y el collado que reservamos para mañana. Pero ahora toca descansar y reponer fuerzas.
Muy buena cena en el refugio, y abundante.
Y antes de pasar a dormir, una última mirada a la montaña que nos ha unido durante el día de hoy.
Datos de esta etapa, desde el refugio Ángel Orús
Ascensión acumulada: 1283m
Descenso acumulado: 1741m
Hola, Juan, muy maja excursión, a ver cuándo la puedo hacer yo con las mías (no me queda, ni nada). Creo que, de tus fotos, la que llamas Anthericum liliago, es Paradisea liliastrum. Un abrazo, José Vicente
ResponderEliminarFelicidades por el blog,
ResponderEliminarMuy didáctico e ilustrativo.Intentaré quedarme con algunos de los nombres de las flores, que a menudo veo por el Pirineo. Espero ir quedándome con alguno de los nombres. Saludos.