Ecballium elaterium "pepino amargo"

Esta primavera he estado pendiente de una pareja de palomas torcaces que anidaron en la terraza de mi casa, resguardada su intimidad tras una jardinera de geranios. Tras la puesta, dos polluelos eclosionaron de sus huevos y han ido creciendo y cambiando plumón, hasta que hace apenas dos días, uno de ellos levantó el vuelo y sólo de vez en cuando  vuelve a visitarnos. El otro polluelo parece que tiene menos arrojo y aquí lo tenemos entre familiar y temeroso, mirándonos de reojo (si es que un ave puede hacer tal cosa con su inmóvil ojo) cada vez que nos acercamos. Hay una parte de la naturaleza salvaje que parece que busca la proximidad humana, o quizá sin saberlo les proporcionamos algún vital elemento que les hace vivir con nosotros. Es también el caso de muchas plantas a las que es difícil ver fuera de un entorno humano. El pepino amargo o también llamado, como recopiló José V. Ferrández para la zona del Cinca Medio, amargón, carbazeta borde, pepiné, pepinetes, pepinillo, podenco y pudenco, es una de esas plantas que vemos asociadas a las tapias y muros más vetustos de los pueblos. Esos muros donde el tiempo acumula suelos profundos y bien nutridos a base de procesar los restos vegetales y otros detritos que se van acumulando. 
Las flores nos orientan claramente sobre su filiación con calabazas, pepinos y otras cucurbitáceas, aunque en el caso del pepino amargo ninguna de sus partes es comestible.
Son flores con corola acampanada dividida en cinco agudos lóbulos amarillentos de vistosas venas verdosas,  y recubiertos de un aterciopelado vello. De las dos subespecies que hay en la península aquí encontramos la subespecie elaterium, que se caracteriza por ser monoica, esto es con flores masculinas y femeninas diferenciadas pero en el mismo pie. Las masculinas aparecen en racimos y las femeninas solitarias, distinguibles porque nada más abrirse ya tienen el ovario engrosado con la forma del pepino que después aumentará y formará el fruto.
La aspereza de toda la planta se manifiesta más rotundamente en el fruto, recubierto de rígidas cerdas.
Si la ley de la gravedad enunciada por Newton se asocia a una manzana, bien podría asociarse la tercera ley de Newton al pepino amargo. Esa ley por la que "todo cuerpo que ejerce una fuerza sobre otro cuerpo experimenta una fuerza de igual intensidad en la misma dirección pero en sentido contrario". En la aparente quietud del fruto del pepino amargo se esconde un equilibrio precario. Dentro de la cápsula hermética que forma el pepino se va concentrando una fuerza de presión elevada producida por los jugos que va produciendo y que no encuentran salida. Esta presión contenida hará que cuando ésta sea máxima, al más leve roce sobre el pepino, éste se desprenderá del rabillo que lo sostiene dejando libre un breve orificio por el que saltará a presión un chorro de zumo que arrastrará las semillas a varios metros de distancia, a su vez el pepino saldrá disparado por la fuerza de reacción. 
La naturaleza y sus leyes nos gobiernan y rodean. Descubrir sus secretos cotidianos es sumamente gratificante. Quizá eche de menos a ese palomo cuando se atreva a levantar el vuelo y nos deje.

De Fet al mirador Sabinós

En el extremo oriental de la Ribagorza, partiendo del pueblo abandonado de Fet, al que se llega por la pista que de Viacamp conduce hasta Finestres, un sendero bien balizado nos conduce en dos horas hasta lo alto del cantil donde se corta el monte Sabinós. Mucho menos frecuentado que el vecino camino de las pasarelas de Montrebei.


Antes de comenzar el camino que nos lleva a Sabinós hemos subido a la parte alta de Fet, desde un mirador habilitado junto a las ruinas de la iglesia, contemplamos el embalse de Canelles y la amplia zona de bosque mediterráneo que lo rodea. A la izquierda queda semioculto el congosto de Montrebei que separa el Montsec d' Estall (Aragón)  del Montsec d'Ares(Cataluña).




























Agarrado a la vertical roca, un endemismo ibérico característico de esta zona: Antirrhinum molle


Al poco de iniciar la marcha podemos ver la pintoresca situación de Fet, sobre unos conglomerados levemente inclinados.


La generosidad de esta primavera permite que corra el agua por breves barrancos que pulen la roca. Son aguas que se precipitan por la cortada y se pierden entre la frondosidad del bosque.7

La humedad de los regueros de agua fomentan herbazales y hierbas de hoja ancha como Tamus communis

Pero la realidad general de la zona es la fuerte insolación y la escasez del agua. En este ambiente se desenvuelve Sedum acre.

Pero el aislamiento y la pérdida de terreno cultivable cuando se construyó el embalse provocó la desaparición de los habitantes de este pueblo.

La iglesia ocupa la última terraza antes del corte en los conglomerados y las arcillas.

El sendero recorre las lomas que separan Fet de Finestras, el embalse lo tenemos siempre a la vista.

Colutea arborescens vive a la sombra de carrascas y pinos

A medida que nos alejamos de Fet, los conglomerados dejan paso a las calizas. Aquí encontramos Anthyllis vulneraria.

También Chaenorrhinum minus

El pequeño helecho, Asplenium ruta-muraria, se cobija en las grietas.

Las manchas de pino repoblado (Pinus halepensis) aparecen muy atacadas por la procesionaria. A estas manchas forestales les suceden las extensiones autóctonas de sabinas (Juniperus phoenicea) que abundan y crean un monte claro y soleado. Monte Sabinós responde al predominio de la sabina. En las zonas aclaradas y pedregosas vemos flores ya pasadas de Globularia emerus.

Euphorbia flavicoma exhibe ya los característicos frutos verrugosos.

Iberis saxatilis subsp. saxatilis ocupa pedregales desnudos y bien soleados.

Junto al camino la vistosa Veronica tenuifolia.

El mirador Sabinós está situado al borde de un cortado sobre el embalse de Canelles. En este caso, las calizas trazan un anticlinal cortado por el río Noguera Ribagorzana, formando relieves en cuesta y construyendo la sierra Sabinós de dirección W-E, sierra prepirenaica.

































La vall d'Ager se extiende frente a nosotros. Es una amplia llanura levemente inclinada y arqueada que se sitúa entre la sierra del Montsec d'Ares y el grupo que forman  la Serra de Montclús y Mont Millá.



El Mont Millá es el espejo en el que miramos para comprender el lugar donde estamos, ya que son las dos orillas enfrentadas y separadas por el Noguera Ribagorzana.


Abriendo la perspectiva desde el mirador Sabinós contemplamos la escena en su conjunto y el desarrollo del embalse de Canelles en canales y amplias cuencas.

Las calizas, organizadas en estratos verticales forman un relieve quebrado en el que las sabinas y carrascas ocupan los resquicios blandos entre las bandas de roca.

Los relieves en cuesta y la vegetación forman estos atractivos paisajes.

El día es muy ventoso, el agua del embalse forma sus corrientes y en la orilla lame los limos que desparrama en finos tintes que tiñen el agua. Sedimentos modernos.

No olvidamos que estamos en el Prepirineo, y desde la atalaya donde nos encontramos contemplamos la alta montaña, en esta ocasión desde una perspectiva diferente a la que estamos acostumbrados desde Barbastro.
El pico Turbón
 Macizo de Cotiella, Punta Suelza y valle de Gistaín

 Peña Montañesa y Sierra Ferrera


Detalles de la ruta y track en https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/fet-mirador-de-sabinos-24876171



Listado de plantas de Barbastro y alrededores que han sido comentadas

Fraxinus ornus "fresno de flor"

Hay plantas, y especialmente algunos árboles, que son capaces de estimular varios sentidos simultáneamente, uno de mis preferidos es el fresno de flor, Fraxinus ornus. 
En los primeros días de mayo los fresnos de flor de Castillazuelo cubren su copa de racimos blancos, dulcemente olorosos. Las tiernas hojas tienen el tacto de la seda. El tronco invita a acariciarlo por su textura firme y tersa. Sus leves arrugas conducen los dedos en el sentido de la fibra y anticipan al tacto los cambios de tono, del gris al blanco. Con los ojos cerrados, la algarabía de aves que pueblan sus frondosas ramas añaden la música perfecta.











Desconozco cómo llegaron estos fresnos aquí, Fraxinus ornus es árbol natural de las sierras levantinas y del curso medio del Ebro. Posiblemente plantado como árbol ornamental, ha escapado y naturalizado en las proximidades del río Vero allí donde encuentra mayor resguardo del calor y se mantiene más alta la humedad. Lo encontramos nada más salir de Castillazuelo por el sendero que conduce al Poyet. 
En la umbría junto al río, una vez recorrido alrededor de un kilómetro por este bello camino, aparecen sus copas redondeadas entre los chopos y pinos; es allí donde crecen los más bellos ejemplares.
El tronco recuerda algo al del litonero. Es columnar en los ejemplares más viejos y sanos. La corteza grisácea está festoneada de estrechas bandas blancas.










Cada hoja de Fraxinus ornus está formada por un impar número de hojuelas. Los foliolos son más anchos que en el fresno habitual del Vero (Fraxinus angustifolia). El contorno está levemente ondulado y recorrido por tenues dientes.

Las flores se disponen en largos racimos. Las corolas están formadas por unos larguísimos pétalos blancos, tan largos como los pedúnculos de los estambres que llaman la atención por el grosor de las anteras.


















La facilidad de dispersión de este fresno se debe a los frutos. Como en los otros fresnos, son sámaras: contienen la semilla rodeada de una estructura plana a modo de pala que le permite ser diseminada por el viento.

Linneo puso el nombre científico a este fresno, y por lo decorativo de su copa florida le dio el específico "ornus", raíz latina de la que proceden en nuestro idioma palabras como ornato, ornamental, adorno, etc.
Como en los demás fresnos, las hojas y corteza  tomadas en infusión son laxantes. En el fresno de flor, la savia que exhuman las incisiones que se hacen en el tronco tiene sabor dulce, aunque tiene efecto purgante. 
Si se quiere cerrar el compendio de sensaciones con el que abría este artículo, añadiremos la posibilidad de comer sus semillas maduras.



Polvo del Sáhara en el Pirineo

22 de abril de 2018

A Europa han llegado varias masas de aire cargadas de polvo del Sáhara, y el resultado es la nieve teñida de color ocre que podemos ver en el valle de Tena. Subimos al pico Tres Hombres y pasamos por punta Tosquera. Comprobamos cómo las vertientes sur son las más afectadas por este fenómeno, y cómo la nieve que ha caído recientemente ha tapado parcialmente este polvo y devuelve el blanco a las montañas.


El Pico de los Tres Hombres con algunas de las manchas de polvo sahariano.


 

 El macizo de Argualas.

 Los picos Arriel y Palas, con tonos ocres en zonas altas, más visibles en la base de la Foratata

 El collado de Pombie y el Midi d'Ossau en tonos ocres.

Frondellas y Pico Moros, las empinadas laderas del Musales canalizan la nieve coloreada

Garmo la Mina, Pondiellos y Picos del Infierno


En las laderas del pico Royo el efecto se acentúa por la orientación y el menor espesor de las reciente nevada que al derretirse deja al descubierto la nieve coloreada.

Punta Tosquera


Desde punta Tosquera, el embalse de Escarra y los picos Cochata y Tarmañones

Vista más ampliada desde el mismo lugar, con la Sierra de la Partacua.
























Punta Escarra, hasta los 2600m se  aprecia el polvo del Sahara en la cara sur.





Tres Hombres desde el bosque de hayas antes de bajar el último tramo.

Ya puedo decir que he esquiado sobre arena del Sahara.

El bosque de hayas, último tramo de bajada desde punta Tosquera.

Mi hija Alicia me pasa esta foto que hizo hace unos días. Es un corte en la nieve de Astún en el que se aprecia en la parte inferior una franja oscura (entre las marcas naranja y roja) que es testigo del depósito de polvo sahariano que cayó hace casi un mes.
Me gustaría saber si en los registros de los glaciares, testigos de las variaciones climáticas del Pirineo en los últimos miles de años, se han encontrado  muestras de este tipo. En el caso de que no las hubiera ¿se podría decir que el desierto está llegando?