Misopates orontium

En los últimos momentos del otoño, antes de que los colores desaparezcan de los campos, encontramos esta pequeña hierba de ciclo anual que alarga su floración hasta finales del mes de noviembre. De las tres especies de este género que habitan en la Península Ibérica, sólo ésta vive en Aragón. Y para mayor interés de quien guste de singularidades, el Atlas de la Flora de Aragón, web mantenida por el Instituto Pirenaico de Ecología, califica a esta planta como muy rara en Aragón, localizándola en la zona oriental de nuestra comunidad autónoma y algún punto disperso de la Depresión del Ebro y el Sistema Ibérico. Recibe el nombre popular de conejetes, aunque son más habituales en el resto de España los nombres de dragoncillos o becerrilla. Son objeto de júbilo de los pequeños que nos acompañan en los paseos  cuando oprimen los laterales de la flor y ésta se abre como una boca, fenómeno que es frecuente en varias de las flores de la  familia de las Scrofulariáceas, a la que pertenece la planta que ahora nos ocupa.
Si el caminante toma el camino viejo hacia El Pueyo, desde Barbastro, verá que en la cuneta aparecen dispersos aquí y allá crecidos ejemplares de esta bonita planta que casi nos avisa con su purpúreo colorido que estamos en la puerta del invierno, y que pronto, durante los meses invernales, todo se tornará  de color pardo.

Plana Cuasta

3 de noviembre de 2018.    Plana Cuasta es un estupendo mirador situado en el gozne de entrada a los valles de Ordesa y de Bujaruelo. Llegar hasta aquí es arduo si no se dispone de permiso del ayuntamiento de Torla para transitar por la pista que lleva al refugio de control de incendios situado en el mismo collado.
Desde Torla parten caminos que salvan 900 metros de desnivel hasta encontrar la pista y así llegar al collado de Plana Cuasta, otra posibilidad es comenzar a caminar en Bujaruelo, desde el puente de santa Elena. La tercera opción es partir de la ermita de san Miguel, cerca de Fragen y seguir la ancha pista durante once kilómetros. 


Nosotros hemos optado esta vez por la pista, que nace junto a la carretera nacional, a un kilómetro de Fragen en dirección a Broto. El Pelopín está ya nevado y hemos visto coches aparcados junto al túnel de Cotefablo. Sin duda excursionistas que optan por aprovechar las primeras y tempranas nieves de este año.

La pista pasa junto a la ermita dedicada a san Miguel. Allí se puede dejar el coche. El manzano que acompaña a la ermita luce el colorido de las sabrosas manzanas de la montaña.

La altura a la que se encuentra la pista nos permite disfrutar de una panorámica sobre el valle del Ara a su paso por Broto. Contemplamos la perfecta formación del valle de origen glaciar, con fondo plano, que llega hasta Sarvisé y Planduviar.
Caminar por la pista sería monótono de no aparecer la barrera rocosa de Mondarruego y Punta Narronal, que flanquean el norte del valle de Ordesa. A sus pies la puerta de entrada al valle, entalle vertical en la roca creado por el paso del glaciar.


A 1.650 m , sobre los pastos que dan al mediodía, una paridera continúa activa dando vida ganadera a estos montes.

Materiales característicos del Flysch construyen la sierra que estamos recorriendo de sur a norte. Su composición a base de areniscas y margas se traducen en formas suaves y redondeadas, preludio de las crestas verticales situadas más al norte.

Un claro del bosque nos permite ver Torla bajo nuestros pies.

A medida que avanzamos hacia el norte, el valle de Ordesa empieza a mostrarse. A pesar de lo avanzado del día, las sombras se extienden  por el fondo del valle. La cresta de Diazas, a la derecha, traza sus singulares curvas allí donde el relieve en cuesta del sur termina en un abrupto precipicio. En la vertiente opuesta del valle, el Tozal del Mallo recibe los rayos solares que iluminan su pared, y más allá se adivina el circo de Cotatuero.

Desde esta posición observamos el giro de 90 grados que sufre el valle, para tomar ya decididamente dirección sur. Los pliegues tumbados que aparecen en bajas cotas, a un lado y otro del valle nos informan del manto de corrimiento, formado por materiales calizos que hasta aquí cabalgan y se comprimen.
Miramos hacia atrás y vemos el recorrido de la pista atravesando el bosque. El valle del Ara queda semioculto.
El último kilómetro antes de llegar al collado está trazado sobre un pacino que mantiene helada la temprana nieve caída este otoño. El trazado de la pista sigue la curva del barranco para luego girar hacia el este  y subir lentamente hasta el collado.
Una vez en el collado se despliegan ante nosotros la sierra de Tendenera, en su tramo más oriental, dominado por la Peña de Otal, también llamada Peña Arañonera.  A la izquierda, bien cubierto de nieve el Tozal de las Comas.

Delante de la Peña de Otal está el pico Fenés, el cual prolonga su lomo rocoso que desciende hasta el valle de Bujaruelo

La posibilidad de mejorar las vistas nos anima a remontar las lomas que se extienden a nuestra izquierda, en dirección al Tozal de las Comas, aunque sabemos que por esta vez no podremos alcanzar su cumbre.

Un primer plan era acercarnos al morro que se asoma al valle de Ordesa, pero un guarda del Seprona nos ha pedido que no nos acerquemos puesto que están vigilando un quebrantahuesos herido y no es conveniente que se altere con el paso de personas. No hay problema, vamos en dirección contraria.Subimos unos doscientos metros más siguiendo el lomo de la sierra.Abajo quedan los edificios de control forestal.

Con la altura mejoramos la posición.

También hacia el sur gozamos de una buena perspectiva.

El valle de Bujaruelo domina una amplia panorámica. El tramo próximo al puente de San Nicolás se ve a lo lejos, bajo Bernatuara. A la izquierda el Vignemale/Comachibosa marca la diferencia con su colosal altura.
Más en detalle el macizo de Comachibosa.


A continuación del Comachibosa, la sierra de Sandaruelo, con los picos Lourdes, Cardal.

En este sector, domina el Bernatuara, en el centro, y a su custado Soum Blanc des Specières. Debajo las pequeñas edificaciones de San Nicolás de Bujaruelo y las torres de alta tensión que marcan el camino hacia el collado de Bujaruelo.


Dedicamos los últimos momentos a contemplar de nuevo el valle de Ordesa, y cómo las sombras se van extendiendo, con el atardecer por las laderas del bosque de Cotatuero. El Tozal del Mallo y la Faja de las Flores quedan resaltados con el blanco de la nieve.

Para nosotros ha sido un descubrimiento esta nueva perspectiva sobre Ordesa y Bujaruelo, y con los pasos de regreso comenzamos a planear la próxima vez que volvamos, ya que este lugar merece mayor dedicación.

El track con los detalles de la ruta los encontraréis en
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/plana-cuasta-30543210



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Flora del Somontano de Barbastro. Anacardiaceae - Apocynaceae - Araliaceae

ANACARDIACEAE
1 género, 2 especies

Pistacia lentiscus  L.
lentisco
Tam.: 60-200 cm.
Floración: III-V
Forma biol.: nanofanerofito perennifolio
Distrib.: mediterránea
Háb.: matorrales  caldeados.










Pistacia terebinthus  L.
sarrampuz,
 cornicabra(Som.) púdol, terebinto
Tam.: 1-5m
Floración: I
V-VI
Forma biol.: fanerófito caducifolio
Distrib.: mediterránea
Háb.: claros de carrascal. Leer+


APOCYNACEAE
2 géneros, 2 especies


Vinca major L.
yerba doncella (Som.)
Tam.: 50-150 cm.
Floración:III- VI
Forma biol.: caméfito
Distrib.:mediterránea
Hab.: cultivada, se naturaliza en ambientes ricos en nitratos.




Nerium oleander  L.
baladre (Som.)
adelfa
Tam.: 1-5 m.
Floración:V- IX
Forma biol.: fanerófito caducifolio
Distrib.:mediterránea
Háb.: En la P. Ibérica se encuentra en el litoral y ramblas de clima mediterráneo, cultivada como ornamental a veces se naturaliza.












ARALIACEAE
1 género, 1 especie


Hedera helix L.
yedrera, ledrera (Som.) hiedra
Tam.: 5-10m
Floración: VIII-X
Forma biol.: fanerófito
Distrib.: circumboreal
Háb.: trepadora de árboles y tapias donde el ambiente es fresco y sombrío.






Mendiaundi y Menditxuri dede Roncesvalles/Orreaga

12 de Octubre de 2018.
Los montes que rodean a Roncesvalles/Orreaga forman un conjunto de suaves ondulaciones en las que se alternan espesos bosques con pastos creados por la ganadería secular. Son relieves amables, carentes de las rotundas formas a las que estamos más habituados en el Pirineo de Aragón. Es una montaña para visitarla con otro espíritu, con otra cadencia de paso, pero que aporta otra visión de la montaña. Mendiaundi y Menditxuri son dos ejemplos de estas modestas cimas.

La pista de tierra parte de Roncesvalles y contornea un hermoso bosque  de hayas con algún castaño.

Dejamos la pista para adentrarnos en el bosque por un estrecho sendero que nos acerca a monumentales troncos de hayas centenarias.

Helechos y musgo cubren la horquilla y tronco de algunas hayas.
Los hongos colonizan los tocones de los árboles
 Las grullas han iniciado su viaje hacia el sur.

De vuelta a la pista, pasamos por un bosque repoblado con alerces  (Larix decidua). Son bosques intensamente intervenidos por el hombre. En esta ocasión el cultivo maderero ha introducido esta conífera centroeuropea tan frecuente en los Alpes austríacos o italianos, pero que en España sólo se ve en las zonas repobladas.

Pteridium aquilinum cubre el sotobosque de estos suelos ácidos.
Después de unos pocos kilómetros atravesando el bosque comienza la pista a subir suavemente, el bosque queda atrás y llegamos a zona de pastos. A lo lejos divisamos las edificaciones de Roncesvalles.

El Silo de Carlomagno y parte del conjunto eclesial y hospedería de peregrinos aparece como un islote en el mar de bosque que les rodea.
 Las hayas guardan la formación en línea rodeando el pasto que ramonean las ovejas de raza latxa.
 El pastor y el leñador se han unido para dibujar espacios en las colinas.
En la sustitución del bosque por el pasto, el brezo, Erica tetralix, forma una orla arbustiva de transición.

 Dejamos para después la cima de Menditxuri y nos acercamos a otra punta situada más hacia el Este, el monte Arritxpi, desde donde podemos mirar pausadamente el valle de Auritz/Burguete

Las recias casas de esta población forman un característico núcleo navarro.

Retrocedemos unos pocos pasos y nos dirigimos hacia el Menditxuri, colina coronada por descarnadas rocas

Contorneamos el Menditipi y antes de llegar a Mendiaundi nos acercamos a los restos de un túmulo megalítico. De fondo vemos la peña rocosa del Menditxuri.
El viento azota con fuerza y no nos deja permanecer mucho tiempo sobre el Mendiaundi.


Hacia el oeste se abren otros valles navarros
Las poblaciones y caseríos dan fe de la vitalidad de estos montes. 












 Comenzamos el regreso y la vuelta al bosque que nos acompañará otra vez hasta Roncesvalles.

Track de la ruta y más detalles en  wikiloc


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