Hepáticas


Quién diría que dando un paseo por el río se puede hacer un viaje de cientos de millones de años. Me acerco a la orilla del río Vero, y cobijada bajo la sombra de una roca encuentro una colonia de hepáticas. Los botánicos que investigan la evolución de las plantas estiman que las plantas comenzaron a colonizar la superficie de la Tierra hace unos 450 millones de años. Parece mucho, pero no es más que la décima parte de la existencia de la misma Tierra (es decir que la Tierra ha carecido de prados y bosques durante nueve de  diez partes de su existencia). En este salto de colonización de las algas al medio no acuático, fueron pioneras estas extrañas plantas que englobamos junto a los musgos  dentro de las llamadas briófitas. Fue un proceso que debió producirse simultáneamente a la colonización de los animales acuáticos al medio terrestre, hazaña realizada por los animales anfibios. Las hepáticas tienen un comportamiento similar a los anfibios en cuanto a su reproducción. Aunque viven fuera del agua, e incluso resisten periodos de sequía, necesitan del fluido elemento para reproducirse.
Las hepáticas tienen un aspecto extraño, carecen de tallo, hojas, flores...y lo que es más importante desde el punto de vista evolutivo, carecen de conductos que canalicen nutrientes por entre sus tejidos. Es como si fuese un animal sin venas. Sus tejidos se agrupan en unas escasas capas de células. 
La epidermis está formada por estructuras poligonales, visibles a simple vista. Parece una estructura celular, pero no nos confundamos, cada polígono es una simple agrupación de células especializadas en la fotosíntesis. En el centro de esta estructura poligonal observamos una estructura circular que es el poro por el que intercambia gases con la atmósfera. Ya se sabe, el mundo vegetal creó desde el mar nuestra atmósfera rica en oxigeno absorbiendo CO2 de la atmósfera. 
Las hepáticas, por diferenciarlas más todavía del resto de las plantas no briófitas, carecen de raíces. En el reverso de su cuerpo, en contacto con la roca, crecen multitud de "raicillas" formadas por escaso número de células y de pocos milímetros de longitud con los que se fijan a la roca y absorben agua y  nutrientes, pero que no reciben savia enriquecida para crecer, como sucede con el resto de las plantas con raíces "normales". Estas estructuras de fijación y absorción que tienen las hepáticas les aproximan más a las algas y a otros organismos acuáticos como las esponjas o los cnidarios. Ya sé que al público en general le fascinan más los grandes dinosaurios o los primitivos mamíferos extintos, pero no está de más echarles un vistazo a estas primitivas plantas que los precedieron y que todavía se encuentran entre nosotros sin haber sufrido prácticamente leves cambios desde que  colonizaron la tierra firme.
La especie de la fotografía, realizada en la orilla del río Vero corresponde a Marchantia polymorpha subsp. polymorpha, tal y como se aprecia en la banda oscura continúa que recorre todo el talo.

Pico Estós / Tuca El Dalliu

23 de septiembre de 2018.        El pico Estós se encuentra en una posición privilegiada en tanto que su cima se encuentra en el centro de los ejes que parten hacia los macizos de Posets, Perdiguero y Maladetas, creando una increíble panorámica circular bajo la que se abre el valle del Ésera. Ascensión fácil sin nieve que permite recorrer un pequeño trecho del magnífico valle de Lliterola.


El barranco de Lliterola nos recibe desde la misma carretera que de Benasque  lleva a los Llanos del Hospital. Un barranco  que a finales del verano reduce el ímpetu de las aguas aunque no pierde por ello su carácter salvaje y abrupto. Unos metros más arriba, en la misma orilla de la carretera, nace el sendero que nos permitirá adentrarnos cómodamente en este paraje.

Un primer tramo transcurre por bosque de pino negro (Pinus uncinata), pero rápidamente se accede a los pastos al mismo tiempo que se abren los horizontes. Hacia el norte vemos continuar el valle de Benasque y dibujarse el Portillón, con el pico Salbaguardia.

Verbascum nigra, un gordolobo de montaña que todavía se mantiene en flor, aparece tan pronto como el bosque queda detrás.
Sus flores se apiñan en largas varas que nacen de una base formada por oscuras hojas.

Viola cornuta salpica estos prados frescos.

Abedules todavía vestidos de verde jalonan las faldas de la Tuca de Aigües Pases.

Con la mayor altura comenzamos a tener una interesante visión sobre el circo de Cregüeña. Es un estímulo ya que esperamos mejorar las vistas a medida que sigamos subiendo.


El barranco de Lliterola se va resolviendo en pequeñas pletas que nos dan respiro para contemplar el paisaje. En frente admiramos los volúmenes del macizo de las Maladetas que empieza a mostrar sus cumbres.


La quitameriendas (Merendera montana) todavía permanece sobre los prados ya muy descoloridos en estas fechas.

El pico Perdigueret se atreve a competir favorecido por la  perspectiva de nuestra posición con  el gigante Perdiguero que se muestra detrás de él.

Son formas hermosas, modeladas por el hielo y cuya variada geología se manifiesta en la variación de tonalidades de sus rocas.

Hemos llegado a la cabaña del Ubago de Lliterola, emplazamiento pastoril a partir del cual giramos el rumbo hacia el sur guiados por un leve sendero que atraviesa el pasto y que dirige la mirada hacia nuestro destino, el pico Estós.
La bardana (Arctium minus) delata la actividad ganadera en estos pastos. La flores todavía están presentes en el centro de las cabezuelas protegidas por brácteas rígidas y ganchudas.

Rápidamente queda atrás la cabaña de pastores y el arroyo que baja del ibón de Lliterola.

Los perfiles del Perdigueret y Perdiguero comienzan a cobrar su verdadera naturaleza de altura, pero ambos se complementan para formar un dúo hermoso de alta montaña. El barranco de Lliterola se encaja a los pies del Perdigueret y queda oculto el ibón.

Seguimos ascendiendo, en franca subida, y podemos contemplar todo el desarrollo de la vertiente izquierda del barranco de Lliterola. A la derecha la tuca de Aigües Pases, sigue la Tuca de la Estibeta Lliterola y termina  con la Tuca de Remuñé, más escondida. Detrás, amparando todo el territorio la cima, que cada vez se muestra más imponente del Perdiguero. El Perdigueret ya ha quedado empequeñecido, aunque no por ello su ascensión no carece de dificultad.



















Con la mirada puesta en nuestro objetivo, vemos la cima del pico de Estós y ,algo escondido, el collado de Dalliu al que tenemos que acceder primero.






La acidez de las rocas permiten la presencia del helecho Cryptogramma crispa, del cual fotografío frondes reproductores...
y frondes estériles.

El otoño llega a este pequeño arbusto, Vaccinium uliginosum, pariente del arándano.

Hemos llegado al collado Dalliu, el cual nos regala con una estupenda panorámica de las tucas de Ixeia, y la gran cuenca glaciar donde se asientan los ibones de Batisielles. Detrás la cima del Posets.
Ya sólo quedan menos de 200 metros de ascensión.

La cresta del Estós no presenta ninguna dificultad
Sin querer perturbamos la tranquilidad de un sarrio que comienza una galopada
Subiendo por la cresta nos encontramos este pequeño junco, Juncus trifidus subsp. trifidus.  Forma densas macollas de hojas muy estrechas. 



Sin dificultad llegamos a la cima (2531m.) y lo que desde allí se ve es lo que intentaremos reflejar en las siguientes fotografías.  Para comenzar,  Benasque y su valle  hacia el sur.
En detalle, el valle de Ballibierna , con el pico Els Pacs en primer término y su continuidad hacia la Tuca de Castanesa.

Detrás, casi escondida la Tuca de Culebras. El manto de cobertera aparece aquí sumamente plegado en varios cabalgamientos. Quizá uno de los más tortuosos parajes de la geología de pirenaica.


Seguimos girando hacia el noreste y contemplamos el macizo de las Maladetas, con el circo de Cregüeña en primer término. Se observa cómo los valles hacen cintura alrededor del macizo: Ballibierna a la derecha y el Ésera desde los Llanos del Hospital por la izquierda.

En detalle,  a la izquierda Tuca de Alba, Tuca de la Maladeta en el Centro, el colladode Aragüels y su Tuca a continuación y en primer término, a la derecha la tuca d' Estatats.

La Tuca de Alba, en la izquierda, tiene una crencha que baja a la Tuca del Acampament. Se me antoja una cresta compleja y endiablada. Siguiendo la cresta, en sentido ascendente, divisamos el Pico Maladeta Occidental, ya en el dominio de los tresmiles.

Al costado norte del Macizo de las Maladetas podemos observar estructuras interesantes. Sobre los flancos del macizo de las Maladetas, de composición granítica, se mantienen restos de calizas plegadas. Son los picos Tuca Blanca de Paderna y Tuqueta de Paderna. Estos restos calizos, con muestras de pliegue lo observamos también bajo las pizarras del Pico Salvaguardia. Son restos de la cobertera caliza erosionada por los glaciares de los que solo quedan unos restos y bajo los que afloran rocas más antiguas como los granitos y pizarras.

















Tuca Blanca de Paderna, y a la izquierda la Tuqueta de Paderna.
Delante de la Tuqueta de Paderna, la Tuca del Esera, en un juego de pliegues y colores



 Antes de cambiar de perspectiva lanzamos una pausada mirada al collado del Portillón de Benasque y al pico Salbaguardia (izquierda) y al pico de la Mina (derecha)

Seguimos girando en sentido inverso a como lo hacen las agujas del reloj y miramos hacia el noroeste. El protagonista el el pico Perdiguero con su larga cresta. A su izquierda se desarrollan las tucas del Sellán y Clarabide, antes de cerrarse el valle de Estós, que queda abajo a la izquierda.


Pico Perdiguero (3219m.)

Tuca de Sellán , también con unas complejas estructuras plegadas,y detrás asoman las crestas de Gourgs Blanches

El valle de Estós se cierra en el puerto de Chistau o Collada d'Estós (a la izquierda) amparando el paso por Punta Roya. Por detrás asoma otro gigante: Punta Bachimala (3176m.)

Empequeñecido entre tanto gigante, el refugio de Estós ocupa una terraza.

El espolón rocoso de la Tuca de O, y detrás Clarabide.
Completamos el giro mirando ahora hacia el Este. Posets/ Llardana, y la artesa glaciar que alberga los ibones de Batisielles centran la atención.

En el centro de la gran artesa glaciar destacan las agujas de Perramó, resalte rocoso formado por la división del glaciar en dos lenguas. A ambos lados de las agujas de Perramó se reparten los ibones de esta magnífica cuenca. Desde nuestra posición podemos ver el ibón Gran de Batisielles a la derecha, a los pies de las paredes de la Tuca del Tormo. Levemente también distinguimos el ibón de Perramó pegado a las Tucas de Ixeia que forman una intrincada red de crestas. En el centro la Tuca d'els Corbets, y detrás a la derecha la Tuca Llardana o Posets.

Marisol y un servidor en la cima de la Tuca el Dalliu o Pico Estós (2.531m)


Para más detalles y track de la ruta sigue el siguiente enlace:


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Els Pacs, Tuca Royero, Estibafreda, Roques Trencades

15 de julio de 2018.  Esta serie de cimas forman la vertiente sur del valle de Ballibierna. Todas ellas guardan en sus nombres referencias al frío de los pastos que miran al norte, y cómo los hielos y deshielos han fracturado y triturado las rocas que lo forman. Tengo de guía excepcional a José Vicente Ferrández, ya que el principal motivo de esta caminata es ver en flor los ejemplares de Senecio boissieri que crecen en la cima de Els Pacs, hasta la fecha única localización de esta planta en todo el Pirineo.

Partimos desde la cabaña de Ardonés a la que hemos llegado por la pista de tierra que nace en la carretera que conduce al Ampriu. La cabaña está situada en una pleta, terreno dedicado al pastoreo de altura. En el fondo del valle vemos Eriste, junto al embalse de Linsoles. Cierran el horizonte la sierra de Chía, la Tuca del Mallo sobre Eriste y , nevadas, las cumbres de los Eristes.

Como se trata de una ruta con interés botánico, dejamos a un lado la ruta más cómoda para subir a Els Pacs y en su lugar seguimos barranco arriba por donde la vegetación puede ser más variada e interesante.

Las laderas herbosas quedan descarnadas más arriba y revelan la estructura pizarrosa de estos montes. La erosión actúa con eficacia sobre rocas tan débiles creando este paisaje de ondulaciones y formas suaves.

Dactylorhiza incarnata es una escasa orquídea que busca estos lugares húmedos junto a torrenteras.

Es una orquídea que en el Pirineo oscense está muy localizada en la zona oriental.

Pedicularis foliosa es una llamativa planta que destaca en los pastos por sus llamativas hojas y la disposición de las flores en cimas alargadas. Vive en pastos alpinos y claros de bosque donde no escasea el agua. 

Nos decidimos por remontar el torrente del Clotet, que presenta atractivas pequeñas cascadas.


Dactylorhiza maculata es otra bella orquídea que alegra los herbazales junto al torrente.


El torrente del Clotet se descuelga en sucesivos pequeños saltos, y excava las negras pizarras creando a su paso pequeños oasis de vegetación.
La humedad que el torrente aporta, unida al agua que se filtra entre los intersticios de las pizarras favorecen la formación de una colonia de Saxifraga clusii.

Saxifraga clusii es rara en el Pirineo aragonés, localizándose únicamente en el sector más oriental. Coloniza roquedos, como es éste caso en el que las sales disueltas forman una frágil costra cuyos huecos aprovecha la planta para enraizar.

Hemos superado el barranco y contemplamos el área de pastos que hemos recorrido. Abajo serpentea la pista que nos dejó en la cabaña de Ardonés.

De nuevo caminamos sobre pastos alpinos en los que crece este pequeño junco: Luzula multiflora.

Sesamoides interrupta vive en suelos pedregosos, preferentemente ácidos.

Antenaria dioica forma aquí un césped de hermosas tonalidades rosáceas.
Deschampsia flexuosa, es una gramínea que aparece aquí y allá entre el césped de antenarias.

Las onduladas formas de ascenso terminan en unos domos aplanados, formados por roca triturada por el continuo hielo y deshielo.  Tras las lomas tenemos los macizos que nos rodean y que forman la barrera de los tresmiles del Pirineo axial. A la izquierda está el macizo del Perdiguero. Nosotros giraremos hacia el oeste para siguiendo el cordal de la montaña llegar a Els Pacs.

En estos suelos crioturbados nace la pequeña Jasione crispa. 

Jasione crispa subsp. crispa es un endemismo del NE Pirenaico. Vive a partir de los  1400m. Nosotros la encontramos en torno a los 2500m. al límite de su rango altitudinal.

Salpicando los céspedes de antenaria aparece Luzula spicata, con su característica espiga colgante.

Este es el aspecto general de la cordal que uno las cimas que recorreremos en el día de hoy, vamos hacia el oeste para después desandar un pequeño trecho y volver siguiendo la cuerda de estas lomas. Aunque el aspecto parece monótono y desolado, la verdad es que desde el punto de vista botánico alberga una gran riqueza.

Y aunque el terreno que pisamos es uniforme y regular, cuando las plantas nos lo permiten, levantamos la mirada para contemplar las formas de los colosos del Pirineo, como es el caso del macizo de las Maladetas.























Sólo el valle de Ballibierna nos separa del bloque granítico que forma este conjunto incomparable.

Ya muy próximos a Els Pacs, aparece una nutrida colonia de la planta que ha motivado la ruta de hoy. Es una pequeña compuesta, Senecio boissieri. Su peculiaridad es que en todo el Pirineo, sólo aquí se ha encontrado. Es endemismo ibérico que se distribuye también por las montañas cantábricas, el Sistema Ibérico y  Sierra Nevada.

Aquí aparece el capítulo floral con las pequeñas flores exteriores maduras.
José Vicente en plena tarea de fotografiar un ejemplar. Se puede observar que es planta que gusta de suelos pedregosos raquíticos y bien venteados.

Seguimos ruta para llegar a Els Pacs.

El pico es el más occidental del cordal de cimas que forman esta sierra. El río Ésera ha excavado el valle que se abre bajo nuestros pies. Frente a nosotros, las Tucas de Ixeia, el macizo de Posets , el valle de Estós y la cima del Perdiguero.
Phyteuma hemisphaericum en una grieta donde nacen las rosetas de hojas lineales y con las flores en distintos estados de madurez.

Desde Els Pacs, el valle de Ballibierna se extiende longitudinalmente. 
El pico Aneto , en el centro de la imagen, a la izquierda Coronas y Pico Maldito. Se aprecia bajo estas montañas el valle glaciar  bordeado de contrafuertes formados por extintos glaciares paralelos. 

Frente a los granitos se desarrollan complicados pliegues sobre alternancia de pizarras y calizas formando juegos de colores.
Los inverosímiles pliegues del pico Culebras

Antes de proseguir ruta paseamos la mirada por la vertiente occidental del Ésera. La posición sobre los macizos de Perdiguero y Posets son magníficas. El valle de Estós queda perfectamente dibujado y frente a nosotros tenemos las Tucas de Ixeia.























El pico de Estós, a la derecha y bajo las nieves del Perdiguero se revela como una bella atalaya que anotamos como objetivo futuro.





















A la izquierda, nieve sobre los picos de Eriste. Las Forquetas marcan el paso del collado de Eriste antes de comenzar a subir la línea del horizonte hacia el Posets/Llardana.  Delante del macizo nevado, las bonitas formas de las Tucas de Ixeia
Reanudamos la marcha, ahora hacia el Este. Seguimos sobre pastos alpinos, sobre suelos con escaso suelo orgánico.  Oxytropis foucadii es un raro endemismo cantabro pirenaico especializado en estos cresteríos pedregosos.

También de la familia de las leguminosas, Astragalus australis, con la flor pasada y presentando sus frutos.

Arenaria tetraqueta.

Desde Tuca Royero, también llamado pico Ardonés, vemos las balsas del collado de Ardonés. A la vista queda el camino que tenemos por delante y que pasará por la Tuca de Estiba Freda, y después Roques Trencades, ambas a la izquierda. En frente la cima de la Tuca de Castanesa.

Nardus stricta

Nardus stricta forma parte de los pastos de motnaña, los cervunales.

Progresamos con rapidez por la cordal de la sierra y pronto nos situamos en la ladera de la Tuca de Estiba Freda. Esta es la balsa situada en el lado sur del collado de Ardonés.

Desde la cima de la Tuca de Estiba Freda observamos cómo se unen y prolongan las crestas. Próxima la siguiente tuca, Roques Trencades que sirve de punto de confluencia de la cresta que sigue por la derecha hacia la tuca de Castanesa, y hacia la izquierda la larga cresta que recorre la llamada Sierra Negra, hasta la Tuca de Arnau y la Tuca Culebres.
Seguimos deteniéndonos para fotografiar plantas. Festuca glacialis, endemismo pirenaico que llega hasta los 3300m.


También en estos suelos gelifraccionados, Iberis spatulata.

Las pizarras contienen bandas estrechas de roca dura, quizá calcitas,  que aparecen creando lineas irregulares.



Phyteuma hemisphaericum da una nota de color en un terreno inhóspito.

Al fondo Els Pacs, al final de la cordal que une las tucas de esta sierra. Más próxima la Tuca de Estiba Freda. De telón de fondo Perdiguero.

Al desplazarnos hacia el Este, también hemos cambiado la perspectiva respecto al macizo de las Maladetas, de manera que ahora tenemos frente a nosotros la cubeta donde se alojan los ibones de Coronas. Las crenchas de Aragüells  suben hasta el pico Maldito (izquierda) y la crencha de Llosás sube hasta el Aneto (derecha)

Nuevamente mirando al suelo, Ranunculus parnassifolius.

Viola diversifolia

Carex ovalis
Macolla de Carex ovalis

Apenas sobresaliendo un par de centímetros del suelo, un grupo de Minuartia sedoides
Las diminutas flores de Minuartia sedoides.

Veronica fruticans es planta con preferencia por las rocas ácidas. Es planta escas en el Pirineo.

El día no da para más y aunque nos pena no subir a la Tuca de Castanesa, contamos con el tiempo justo para emprender la vuelta. Nos aventuramos a bajar, vía directa, desde Roques Trencades por la collada d'els Feixans, en algunos mapas denominado collado de Castanesa.  Al hilo de los topónimos de esta zona, el mapa  del IGN, parece que comete algunos errores. El más significativo es el propio nombre de la tuca d'Els Pacs, que el IGN denomina Espax, sin duda como una transcripción no muy afortunada de lo que oyeron de los informantes al tomar datos de topónimos.


La bajada ha resultado factible, no cómoda. Dejamos atrás el collado y nos dejamos llevar por la orientación para encaminarnos hacia la cabaña de Ardonés.

Alyssum cuneifolium tapiza las laderas, como se aprecia en la foto anterior.

Siempre es una agradable sorpresa encontrar esta bella amapola alpina: Papaver lapeyrousianum
Veronica serpyllifolia, quizá subsp. humifusa, propia de herbazales húmedos.

Ononis cristata

José Vicente usando el sentido de la orientación para tomar el rumbo más adecuado.

Ya muy cerca de la cabaña de Ardonés, en las laderas herbosas, esta boraginácea llamativa: Onosma tricerosperma.

Un nutrido grupo de Scutellaria alpina

Paraguas ya en fruto de Molopospermum peloponessiacum
La misma planta en su conjunto.

José Vicente, guía de ruta y cicerone para determinar las plantas que hemos ido visitando, y un servidor.


Datos de la ruta y track en  wikiloc

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