Ibón de las Paúles o de Tramacastilla, por la Laguna Turbia

Ya presenté en esta bitácora unas panorámicas del ibón de Tramacastilla, a cuento de la visita al ibón de la Sierra. Esta vez el destino es el propio ibón, o más bien el amplio humedal que se forma tras la represa. Además el itinerario no es la pista que recorre el valle y une Tramacastilla con Piedrafita. Salimos de Sandiniés en dirección hacia la Laguna Turbia, para después, por pastos de montaña, llegar a la paúl. El objeto es, además del paisajístico, ver la numerosa colonia de  trébol de agua (Menianthes trifoliata) que allí crece.


De Tramacastilla a Sandiniés el trayecto es tan corto  y agradable que no vale la pena ir más que andando. Además nos gusta recorrer las breves calles que atraviesan Sandiniés.Después, la pista se adentra en apacibles pastos de siega, frescos y cuidados en el pequeño valle de Los Corrales,  En cuanto podemos dejamos la pista para ir subiendo las espuendas que nos permitan dejar  atrás estos prados y coger el rumbo hacia la Laguna Turbia. Caminamos con cuidado, con reverencial respeto al trabajo que ha significado mantener estos prados vivos. Ya se oyen las esquilas del ganado. Las gentes de Sandiniés han creado este paisaje y debemos ayudar a que se conserve, y que  nuestros pasos no les supongan ningún esfuerzo extra.
Es un océano verde sólo roto por bojes y algunos  fresnos y álamos. La mañana está muy luminosa y brillan las nieves en Tendenera y Escuellas. El leve tozal plano de Picaldiecho nos tapa el pueblecito de Sandiniés, pero sabemos que está allí.



 En los márgenes de estos pastos, Saxifraga granulata,  ocupa su sitio a la sombra de un buxo.


Cerastium arvense  no teme formar macizos en las terrazas junto a la milenrama.






























Un poco más arriba, ya casi donde no entra la siega aparecen grupos de Gentianella campestris, a la que algún herbívoro ya ha comido las hojas. Los 1.500 metros de altitud permiten todavía el verdor en estos pastos.


Asoman por encima de las verdes lomas los riscos de Telera.

Suspendido en la penumbra, la esfera en cuarto menguante de un diente de león.

La Laguna Turbia es una pequeña balsa que se forma entre dos verrugas pizarrosas. Son las vacas las que se encargan de pisotear la orilla y oscurecer el color del agua. Estamos ya en las lomas sucesivas que van subiendo cota hasta llegar a Punta Calcines y Pimindalluelo.























A pesar de la turbidez , la Laguna Turbia todavía se atreve a reflejar siluetas. El macizo de Argualas destaca en el fondo.

Un pequeño  guillomo (Amelancher ovalis)



Detalle de las flores y las hojas del guillomo.



También en estos resaltes pizarrosos crece Valeriana montana, mirando al norte.

Dejamos la Laguna Turbia y tomamos rumbo hacia la Paúl  por los domos  superponen franjas de  pizarras  calizas. Al fondo vemos el embalse de Búbal, y la Sierra de Tendenera.





















La siempre fotogénica Sierra de la Partacua.
Animando los pastos alpinos, Gymnadenia nigra, bella y pequeña orquídea de ecología boreo alpina.


 Los pastos que cubren estos domos , acidificados por el continuo lavado del agua de deshielo, son propicios para amplios tapices de Antennaria dioica, que presenta pies masculinos y femeninos separados.
Pie femenino de Antenaria dioica.































En estos pastos que se convierten  en
mallatas vemos crecer Cruciata laevipes.


No nos hemos ido a las Dolomitas, seguimos estando en el Pirineo aragonés.


El amplio collado de Bucuesa, final del valle colgado que cae sobre la Rinconada. Hace unos años subimos hasta allí desde Acumuer, pero el mal tiempo nos impidió asomarnos al valle desde lo alto de la cortada. Ahora andamos sobre lomas redondeadas, enfrente vemos esos inmensos escarpes. Con el mapa geológico en mano descubrimos que el suelo que pisamos es del Devónico , mientras que aquello que vemos son las calizas del Cretácico y del Terciario, entre ambos suelos median 350 millones de años. Aquello es "reciente", donde nosotros pisamos es terreno que ni siquiera ningún dinosaurio pudo pisar. Aquí ha actuado el glaciar removiendo las calizas y dejando al descubierto los más antiguos zócalos del Pirineo.

En tan antiguos suelos, las plantas más nuevas, evolutivamente hablando, las orquídeas. Además de Dactylorhiza sambucina, en amarillo, Orchis mascula en primer plano.


 Ya tenemos a la vista el embalse de Tramacastilla.


El ibón represado de Tramacastilla o de Las Paúles.



Atravesamos el curso de barranquizos, en ellos crece Carex flava.








Habitante frecuente en los regatos de montaña, la ranunculácea hierba centella (Caltha palustris)


El objeto de la excursión está delante de nosotros. Hemos llegado a la Paúl, y en flor aparece un vasto número de tréboles de agua.



Menyanthes trifoliata, vive con los pies sumergidos en las aguas someras de estos trampales. Sus únicas localizaciones en la provincia de Huesca son del Valle de Tena, y la colonia más numerosa quizá sea la que vive en esta paúl . Hemos venido atraídos por su belleza, así que la contemplamos con  tranquilidad.


El entorno de La Paúl, detrás calizas versicolores  del Devónico ,fuertemente plegadas

El sector oriental del valle está totalmente desmantelado por la erosión. Sólo algún resalte subsiste y muestra la potencia de los pliegues.


 Un aliviadero de la represa deja salir el agua que rebosa del embalse, fortuna de agua que alimentará una torrentera...






... que habrá que pasar por algún lado. Este es un buen sitio para ello.









Pedicularis sylvatica subs. sylvatica , en los prados que bordean el lago.


En estos llanos soleados se cría Jasione montana, algo escasa en el valle de Tena y más abundante en el Pirineo oriental.

El ibón represado de Tramacastilla. Ya sólo queda tomar el camino de vuelta. Lo haremos por la pista.








































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