Camino de El Pueyo. Cephalanthera damasonium

Es Cephalanthera damasonium una orquídea más de las que pueblan las faldas de El Pueyo.  
Es planta autótrofa, es decir que por fotosíntesis produce los nutrientes que necesita, aunque como es habitual en esta familia su prosperidad depende de hongos específicos que habitan en sus raíces, razón por la cual es difícil la reproducción  una vez desarraigada. Sigue la estrategia familiar de reducir el tamaño de las flores a cambio de reunir numerosas en un mismo tallo para así atraer mejor a los insectos que utiliza para su reproducción. Las flores  tan apenas se abren por lo que no es frecuente verla con los pétalos desplegados.  Prospera allí donde hay suficiente humedad , eligiendo para ello lugares de bosque umbroso, recordando en su base genética aquellos lugares que permanecieron intactos a los fríos extremos de las últimas glaciaciones y que conservan algunos rasgos del clima subtropical de evolución hacia el mediteráneo actual.
En el entorno de El Pueyo es muy escasa, y corre peligro de desaparición si se recolecta. Es imprescindible utilizar sólo la cámara de fotos y no cortarla, aunque se respetasen las raíces. Además es preciso tener cuidado de no alterar el sustrato donde habita. 
Tiene dos parientes cercanas C. rubra, de color purpúreo, y C. longifolia, de hojas más largas y agudas y flor blanca.
No conozco nombre popular para esta planta, como tampoco ha tenido uso alguno ,que yo sepa. Pero para que nadie se sienta desilusionado haremos unas breves cuentas:  La familia de las orquídeas es de las que presenta más diversidad  en especies, unas 300.000 en todo el mundo. En el Altoaragón se encuentran unas 65 , sin contar las hibridaciones. En una pequeña área al pie de El Pueyo, de tan apenas unos 200 metros de largo por unos 50 de ancho, podemos encontrar 7 especies diferentes, pertenecientes a cinco géneros distintos: ophrys,  orchis, cephalanthera, limodorum, epipactis (algunas ya las hemos comentado en este blog) .Creo que es significativa esta concentración para pensar en la riqueza florística de un espacio tan pequeño y cercano a Barbastro, y por eso merece la pena contemplar con admiración y respeto una flor como ésta  e intentar recordar su nombre, aunque éste sólo sea el científico.

Camino de El Pueyo. Roemeria hybrida y Papaver hybridum. Otros ababoles.

Roemeria hybrida
El sábado pasado acompañé a un grupo de críos y sus padres por el camino hacia el Almerge, saliendo desde el Pueyo. Son miembros del club Montañeros de Aragón  de Barbastro al que también yo
pertenezco. La idea era acercarles al mundo de la botánica. Me sorprendió la rapidez con la que se entusiasmaron y la constancia de su curiosidad a lo largo de todo el camino. Yo estaba feliz porque veía una actitud positiva, inteligente en todos ellos. Cuando yo salgo a la montaña, o cuando voy por cualquier camino, el recorrido tiene tanto valor o más que la meta. No me importa el tiempo que invierta, ni si voy deprisa o despacio. Me interesa el contenido que puedo extraer de esa excursión. Tengo una especie de despreocupación de todas esas cosas que vienen a ser incluidas en lo que se denomina deporte. Quizá por eso estaba feliz, porque estos críos vivieron la excursión de la misma manera, con despreocupación, sólo atentos a lo que aparecía por el camino, intentando aprehenderlo. Una cosa que les sorprendió fue la existencia de varios ababoles. Estaban acostumbrados a ver la amapola común (Papaver rhoeas), pero no se habían dado cuenta que por allí también estaba Glaucium corniculatum (ya referido en este blog hace más de un año). Y el que les encantó fue Roemeria hybrida. Quizá por la novedad del color, pero yo creo que también porque es una planta que percibimos delicada. Roemeria hybrida no abunda por nuestro entorno, sin embargo cuando aparece viene acompañada formando comunidades dispersas. A veces la encontramos en el mismo linde del camino, otras en cambio ocupan yermos o esos espacios entre oliveras que están a medio camino entre el cultivo y lo salvaje.

Papaver hybridum
Motivados los críos a la observación cayeron también en cuenta que había otro ababol más. Primero pensaban que era un planta algo raquítica, que por fuerza de los malos suelos crecía un poco "arguellada" y presentaba una flor más pálida y no tan rutilante como el ababol común. En cuanto les hice ver  que debían fijarse en los detalles se percataron de que tenían otro ababol más en la nómina: Papaver hybridum. Una pequeña amapola que a veces crece solitaria, otras hace hermosos conjuntos, y en el que unos rasgos diferenciadores característicos son , además de las mayor sencillez de la flor, la forma del capullo, y la capsula que resulta tras madurar la flor.
A lo largo de la mañana pudimos ver cómo ruedan las matas de la salsola capitana al más típico estilo del oeste, cómo la salseta es un auténtico campo de aterrizaje para los coleópteros, saboreamos las hojas de los majuelos, y cogimos brotes tiernos de fenojo. En fin , un día de disfrutes sencillos con unos acompañantes de lujo.

Pico Gallinero desde el Ampriu

sábado 11 de mayo de 2013.
Primaveral, pero con nieve ascensión al Pico Gallinero de Cerler. La semana pasada estuvimos con Marisol dando un paseo bucólico por el barranco de Ardonés para ver las cascadas, y al acercarnos después por el aparcamiento del Ampriu vimos que había nieve de sobra para subir hasta Gallinero con los esquís. Bien, pues una semana después aquí estoy.


Como no voy con prisas, y los prados cercanos a Benasque están cubiertos de narcisos del poeta (Narcissus poeticus) , hago una pequeña parada, para estirar las piernas y tomar unas fotos.
Metidos en la mitad de mayo,  se podría subir calzado casi desde el coche, pero al ver unos retazos descubiertos de pasto, me doy una vuelta por si ha salido alguna flor, que la pasión botánica siempre se lleva por dentro, y los esquís pueden esperar.




En pocos metros encuentro tres bonitas madrugadoras:

Soldanella alpina,



Crocus vernus subsp. albiflora

Bulbocodium vernum.

































Estas tres plantitas primaverales son  regalos mañaneros que levantan el ánimo.Después de este desayuno, ya solo queda subir, ahora sí, por la nieve hasta la cima de Gallinero.
Poco que contar por el camino, sólo alguna torre de remonte de esquí, algún que otro botellín de plástico que por aquí ha quedado, y que va a parar a mi mochila. Pero bueno, uno se abstrae de estas inmundicias y sigue subiendo, chino chano, hasta llegar arriba.
Y esto es lo que veo:
Bisaurri, Gabás, Castejón de Sos , Chía ocupan las tierras llanas. El Ésera forma con su tajo el congosto del Ventamillo. A la izquierda el Turbón muestra su cima hendida, a su lado el Baciero, más modesto, se compara con su vecina Chía, al otro lado del río. Detrás Cotiella todavía se viste de blanco.

















Hay movimiento de nubes, las luces cambian rápidamente. Sigo mirando hacia el suroeste y la sierra tendida de Chía aparece paralela al macizo de Cotiella que muestra su reloj de roca.
















Sigo girando en redondo, siempre hacia el oeste. En primer término el Pico de Cerler, puntiagudo con restos de nieve en alguna de sus caras. Al fondo el macizo de Posets y los picos que le hacen la corte.
El collado de Sahún, Barbarisa, Eristes y Bagueñola, Espadas y Posets, el valle de Eriste y Es Corbets

Las Tucas d'Ixeia, Gourgs Blancs, Perdiguero...

























Sigo la mirada en redondo, y enfilo hacia el norte. El macizo de las Maladetas es el protagonista, pero no desmerece ver delante a la Tuca de Castanesa, aunque un girón de nube oculta el Pusolobino y el fondo que debiera mostrarnos Margalida, Rusell  y Mulleres.





























Tras un bien merecido descanso, sólo queda bajar... y volver a coger algún que otro bote  de plástico.

Nota: ¿Por qué el entorno de la estación del Ampriu parece un estercolero? La cafetería y servicios de la estación de esquí está ahora desierta, pero allí han dejado gran cantidad de plásticos, papeles, latas...Pase que la gente que allí va a pasarlo bien debería ser cuidadosa, pero , en última instancia el responsable es la empresa que hace el negocio del esquí. Y aún me atrevería más. También es responsable la autoridad política, dígase ayuntamiento, diputación provincial, gobierno regional, quien quiera que sea. Alguno de ellos, o mejor todos, que deberían evitar esta situación, y en su defecto sancionar. Mientras tanto, el viento dispersa toda esa basura.



Camino de El Pueyo.Euphorbia characias. "Letrera mayor, croca"

Quien quiera ver la letrera mayor hará bien en dirigir sus pasos allí donde el bosque de carrasca tenga algún claro, bien junto a una senda escondida o bien en algún que otro calvero, en lugares donde el calor esté asegurado para esta friolera planta. Es común  verla aprovechando un suelo pedregoso, desdeñado por otros vegetales.Como es abundante, el caminante no tendrá dificultad para encontrarla. Inconfundible por el porte algo desgarbado, de hojas desmayadas, con un penacho de flores tintadas de marrón formando una cima suelta y globosa. Me llama la atención su aspecto general, pues parece provenga de otras tierras, quizá por su apariencia de pequeña palmera. Es el de las euphorbias un género bien representado en ambientes mediterráneos, pero donde más  prodiga su diversidad es en los ambientes tropicales. Quizá por eso, digo, me parece una planta de otras tierras, aun a sabiendas que es planta autóctona. Como cualquier otra de su mismo género desprenderá una savia blanca si se le hiere. Antaño, ésta leche era utilizada como curativa contra verrugas y herpes, debido a que tiene acción corrosiva sobre la piel. 
En este uso competía con cualquier otra letrera, pero al ser ésta más grande, la provisión de leche es mayor. Igualmente hay referencias de que fue utilizada como purgante, sobre todo para el ganado. Tiene fama de ser purgante fuerte, por lo que se debería tener cuidado en su administración.  Desprende un olor fuerte, aviso de sus principios activos, tan poderosos que también antaño se utilizaba la planta machacada para atontar los peces en balsas y badinas.

Camino de El Pueyo. Brimeura amethystina y Dipcadi serotinum. "dos jacintos silvestres"

Sin duda, en el entorno de Barbastro, el mes de mayo es el más generoso para los apasionados de la botánica. Por un lado todavía se disfrutan muchas plantas que surgieron tras pasar el invierno, por otra parte aún no se aprecian los agostamientos que producirán pronto los calores de comienzos de junio, y es tan grande la variedad y número de flores que están en su punto óptimo que pasear por cualquier camino es un regalo para todos los sentidos. Entre otras muchas especies, es ahora el tiempo de los jacintos silvestres.
Linneo clasificó estas dos especies dentro del género Hyacinthus, posteriores correcciones taxonómicas las sitúan en dos géneros diferentes dentro de la familia de las Liliáceas.
Brimeura amethystina

Brimeura amethystina, a pesar de su pequeño tamaño, de 15 a 20 centímetros, atrae  por el delicado color de las campanillas que ligeramente cuelgan de cortos rabillos. Es flor que solemos encontrar con relativa facilidad en  cualquier área del Pirineo, siempre en zonas soleadas. Encontrarla en el entorno de El Pueyo supone una singularidad pues no es planta que descienda más allá de los somontanos. Ocupa  zonas de la cara sur, pero algo protegida por la sombra de los chinebros. También aquí mantiene su  predilección por los suelos pedregosos.

Dipcadi serotinum
De color menos llamativo es Dipcadi serotinum, un jacinto de flores marrón terroso y textura serosa, más proclive a ocupar los soleados suelos del somontano, por lo que abunda en casi todo tipo de suelo, incluso se adentra en los exigentes chesos. 
Aunque es de colores discretos, al observar las flores a corta distancia muestran un delicado diseño cuando los pétalos se curvan hacia atrás en ritmo de tres alterno.

Mediano. Sendero de agua hacia Arasanz y Plampalacios

4 de Mayo de 2013.






















Hace una tarde espléndida para coger el remo y trazar un sendero de agua que desde Mediano me lleve a Arasanz. No seguiré un trazado recto, sino que describiendo una quebrada línea elijo la Torre del antiguo pueblo de Mediano para que forme el primer vértice de la  derrota. La Peña Montañesa ha cubierto su cabeza con un inmenso tocado de nubes.



Un año más las gaviotas se me han adelantado y ya ocupan posiciones en el campanario. Me reciben con sus sonoras risotadas.

Torre de Mediano, junio 2010.
El agua ocupa la totalidad del embalse, y así lo certifican las ventanas de la torre casi cubiertas por completo. Recuerdo aquel año en el que el nivel del agua estaba en su punto perfecto para hacer un viaje fantástico. En los archivos guardo imagen de aquel año, en el que me sentí brujo entrando en lo alto de la torre por las ventanas convirtiendo la navegación en un fantástico vuelo.


En ocasiones olvido que estoy en el corazón del Sobrarbe, tierra áspera por antonomasia, y engañado por el espejismo del agua embalsada me transporto a lejanas latitudes, allí donde los lagos son naturales y las montañas son tan salvajes como las nuestras.


 Pero esto es el Sobrarbe, y donde se guardó el agua se produjo el abandono. No puedo sustraerme a la idea de que el agua ocupa el espacio de las mejores tierras de pueblos que ya no lo son.

Arasanz aparece acorralado por un bosque que ya no se utiliza para leña y que cada año que pasa invade más las añejas piedras.

De nada sirvió a estos pueblos  la vigilancia de   Muro de Roda.


Ni les protegió el desfiladero del Entremont , ni  la fortaleza de Samitier.


Abandonadas quedaron las ermitas y pequeñas iglesias, como la  parroquial de Plampalacios, dedicada a San Bartolomé,cuyas paredes lamen las aguas que hace tiempo se tragaron las casas de los antiguos feligreses.

Más fortuna tuvo Aínsa, aupada sobre un cerro, hito que marca el comienzo de  nuevas tierras.

Comienza a atardecer, y aunque ya dirijo la proa hacia Mediano,  de vez en cuando vuelvo la espalda, giro la piragua en redondo y me quedo embelesado contemplando cómo van tiñéndose las montañas.  Sestrales y Castillo Mayor se van tiñendo de negro, mientras que las Tres Sorores y las Tres Marías adquieren tonos rosados.
































Track de la ruta (excepto aproximación a Pampalacios) en http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8239534




Camino de El Pueyo. Gladiolus illyricus. "Gladiolo silvestre"

El gladiolo silvestre que encontramos en claros del carrascal, algún yermo, y normalmente sobre suelos algo pobres y pedregosos, es una especie mediterránea que el botánico alemán Karl Heinrich Emil Koch clasificó en el siglo XIX. El término illyricus hace referencia a la región de Illiria, en el noroeste de la península balcánica. Es por tanto una especie que podemos disfrutar en plena primavera mediterránea. Su raíz es un bulbo sólido, no formado por hojas superpuestas como las cebollas, sino por un cuerpo compacto que los botánicos llaman cormo. Este bulbo tiene como función acumular las reservas. En lugares de clima mediterráneo, la primavera es la época más adecuada para el crecimiento, y el verano es excesivamente seco. El gladiolo, como otras plantas de bulbo, se desarrollan rápidamente en esta época húmeda y desarrollan una sola floración también muy rápida. Después mueren las partes que quedan por encima del suelo y retiran los nutrientes hacia el bulbo, preparando la nueva campaña que se producirá al año siguiente.
Durante la floración desarrolla una vara de trazado sinuoso de la que van saliendo alternadamente las vistosas flores, de simetría bilateral, y con anteras más cortas que los filamentos. Escasamente llega al medio metro de altura, y tiene aspecto más delicado que el otro gladiolo silvestre ,Gladiolus italicus, cuyas anteras son mayores que el filamento. Es frecuente encontrar el gladiolo (Gladiolus communis) cultivado en huertas. Y de las huertas vuelvo nuevamente a Koch, ya que además de botánico fue impulsor de la horticultura en Alemania. Trabajó en la Sociedad de horticultura de Berlín,(me la imagino como algo parecido a la Asociación de Hortelanos del Alto Aragón, promotores del tomate rosa de Barbastro), y en aquellos tiempos de industrialización salvaje, hacinamiento urbano y alejamiento de la vida natural, dicha asociación actuó como incipiente movimiento verde.