Puy Arcol

2 de junio de 2019. Puy Arcol /Pui Arcol es un pico modesto en altura, pero grande en las perspectivas que ofrece sobre Infiernos y Pondiellos. Supone vencer un desnivel  cercano a los 1.000 metros y trepar con cuidado por una breve y muy empinada cresta que carece de dificultad técnica ( si no hay nieve) , pero que puede impresionar a quien no esté acostumbrado a pendientes muy verticales. Como está llegando la primavera en este rincón del valle de Tena nos encontraremos con las habituales flores alpinas que anuncian la retirada de la nieve y el cambio de estación.



Comenzamos a caminar en el embalse de la Sarra, evitando las curvas de la pista con el alcorce que atraviesa el bosque de pino silvestre y que gana altura sin cesar. Sólo cuando los pinos van clareando y asoman las matas rastreras de la sabina (Juniperus sabina) damos por superado el bosque. La blanquecina masa de Peña Foratata aparece al otro lado del valle.


Unos metros más arriba, y los pinos quedan definitivamente atrás. Vemos un  rincón del embalse de Lanuza  y el Pico Pacino presenta las dos manchas de bosque de hayas que cubren parte de sus laderas.
De fondo, la sierra de la Partacua nos recuerda con sus retazos de nieve que todavía no ha llegado el verano.

En los pastos subalpinos, Androsace villosa.

El camino podría seguir hasta el barranco que baja de Ibonciecho, pero decidimos no seguir la pista, y subir derecho por un flanco rocoso que nos evita una amplia vuelta.
No ha sido fácil conectar con el camino que viene del barranco de Ibonciecho. Algunos hitos dan pista de por dónde ir, pero también hay trechos donde hay que elegir con intuición la ruta. Al final estamos cerca de la conexión y miramos hacia abajo la ladera que hemos remontado.

Los pastos alpinos todavía están dormidos, o al menos eso es lo que parece.

Hace poco que se retiró la nieve, y por eso podemos ver Soldanella alpina, junto a una pequeña mata de Androsace Laggeri.

Hemos atravesado un pequeño nevero para coger la diagonal que cómodamente  nos llevará al collado de Puyarcol. El pico ya lo vemos con nitidez a la derecha del collado.
Collado

Pico Puy Arcol

Unas matas de Saxifraga oppositifolia poco antes de llegar al collado. La he fotografiado en otros lugares, pero las de aquí me parecen de pétalos más grandes y alargados.

Cuanto más nos acercamos al collado, más se va revelando la fisonomía rocosa del pico. el carácter vertical de su cresta la hace atractiva.
El paso del collado es amplio y sencillo, una puerta que comunica valles. De donde venimos, las sierras de Ferraturas y Soques

Y traspasada la puerta, las impresionantes formas de los Picos del Infierno, Garmo Negro y Algas

Unos minutos para contemplar el paisaje y para estudiar por dónde subimos al pico desde el collado. Nos dejamos llevar por la intuición y subimos por la fracturada pero estable roca.

Desde la cima, el barranco de Pondiellos se despliega en su totalidad. Recorremos con la mirada picos y collados de este espectacular paraje. 
Sin lugar a dudas, el Infiernos atrae con fuerza la atención. 


También miramos con atención las formas de Garmo Negro, Algás y Cerrez.  En primer término, la cresta de Toronzuelo y a sus pies, con la nieve recién retirada, el ibón de las  Albas.


La posición de Puyarcol es idónea para contemplar este rincón del valle de Tena desde una perspectiva diferente.
Siempre hemos disfrutado identificando cimas y collados, y desde aquí completamos nuestro mapa mental de la zona. Aquí miramos hacia la Cubetilla.
Allá abajo destaca el embalse de la Sarra, color turquesa, a los pies de Peña Foratata.
La solitaria flor de una Pulsatilla vernalis 

El barranco de Pondiellos baja hasta encontrarse con el río Gállego
De nuevo en el collado, nos hacemos la foto de rigor antes de comenzar la bajada.

La vuelta la haremos por el camino habitual, es decir iremos hasta el barranco de Ibonciecho, para así cambiar un poco la ruta. Detrás va quedando el pico Puyarcol.
 Androsace vitaliana florece tempranamente, adelantándose al renacer de los pastos alpinos,... 

...lo mismo hace Potentilla crantzii...

...o Pritzelago alpina, pequeñas flores que se sienten cómodas superando los 2.000 metros.

El deshielo alimenta hermosos regatos que permiten un temprano verdor en los pastos alpinos.

Pinguicula grandiflora y Primula farinosa aprovechan este aporte extra de agua.

Y Gentiana verna hace honor a su nombre y marca la llegada de la primavera en estas alturas.

El camino elegido de vuelta nos obliga a tomar un trecho la larga pista que nos lleva a la majada de Cambillón. Es un tramo algo soso  y pesado, salvo que nos permite ver la cima de Puyarcol desde lejos, con su fisonomía de promontorio terminal del contrafuerte rocoso que sube hasta el pico de la Forqueta.


















Una forma azulada de Linaria alpina crece entre los cascajos caldeados que bordean la pista.

Le acompaña Veronica prostrata subsp. scheereri

El contrafuerte que forma las laderas de Puy Arcol contiene en su estructura sucesión de anticlinales tumbados que revelan la energía y desplazamiento de los materiales calizos.

Antes de abandonar la pista y tomar el atajo que nos llevará al bosque, nos despedimos de este lugar echando una última mirada al Puy Arcol. (2.397m)


Datos y track de la ruta en
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Peralta de la Sal-Calasanz-Gabasa

15 de mayo de 2019.
Antes de que apriete la calor y se haga demasiado penoso caminar por tierras de la Llitera, emprendemos el camino que une las poblaciones de Peralta de la Sal y Calasanz. Después de volver a Peralta de la Sal, haremos un pequeño salto en coche para acercarnos al barranco de Gabasa. Son dos mundos opuestos: el árido y salino de Peralta y Calasanz y el ambiente fresco y de exuberante vegetación  que produce el barranco de Gabasa.



La primera parada la hacemos para contemplar la playa fósil que contiene huellas de aves. Desde lejos ya se aprecia un estrato en posición vertical en el que se aprecian incluso a distancia las ondulaciones que se produjeron en la orilla de un lago salino que existió en este paraje en el Oligoceno inferior (hace 25 millones de años)

Los ripples forman una curiosa textura que a todos nos resulta familiar si hemos caminado por un lecho de aguas someras y escaso oleaje. Aquí en Peralta de la Sal las huellas pertenecen a algún ave que dejó la impronta de sus tres dedos mientras caminaba por aquellos limos buscando de qué alimentarse.

Cerca de allí crece Chaenorhinum minus, plantita anual que crece en ambientes secos y soleados.

Seguimos la senda que está marcada como GR 23 y que nos conduce directamente a Calasanz. Su emplazamiento es pintoresco en tanto que se apiña junto al promontorio rocoso que le sirve de protección.

El camino está jalonado con pequeñas matas de Fumana thymifolia, planta mediterránea que se asemeja al tomillo tanto en las hojas como en el porte de la planta.


Ya cerca de Calasanz distinguimos sobre la roca, a la izquierda, una ermita.

Junto al roquedo crece abundantemente Lavatera maritima

Lavatera maritima es planta escasa en Aragón que indica lugares calizos y secos


Recorremos las zigzagueantes calles de Calasanz buscando la manera de subir a lo alto, hacia la ermita. Es una ermita románica,del siglo XII,  dedicada a san Bartolomé


Telephium imperati está renovando las ramas.

Verbascum  boerhavii es un gordolobo endémico del área mediterránea que cuenta con pocas localizaciones en Aragón.



Desde la ermita, todavía subimos un poco más por el resalte rocoso. La parroquial de Calasanz cierra el pueblo por el este, y se asoma al pequeño barranco que lo protege por el norte.

















Calasanz se asoma a la tierra llana.






















Continuamos el camino en dirección a la salina de Calasanz. La ermita de san Bartolomé queda atrás y presenta su singular ubicación sobre el cantil de la peña.

Antes de llegar a la salina nos topamos con un pozo de nieve. Su conservación es muy buena. La apertura superior está abocinada en una solución elegante y funcional.

Desde el interior se aprecia la construcción de la cubierta con falsa cúpula.

Unos metros más adelante del pozo de nieve ya podemos divisar los cuadros de la salina de Calasanz

La salina está abandonada como sucede con la mayor parte de las salinas artesanales. La salina fue rentable cuando la sal se pagaba cara.

Hemos vuelto por el mismo camino hasta Peralta, y antes de ir al barranco de Gabasa nos acercamos a la salina de Peralta de la Sal. También está en la actualidad sin funcionamiento, aunque el alcalde nos comenta el proyecto de reabrirla y utilizarla como lugar de terapia de sal, tal y como se hace también en Naval.

La presencia de sal hace que aquí sólo vivan especies especialistas. Spergularia maritima crece entre las juntas de las piezas de arcilla que recubren las balsas destinadas a la evaporación del agua salada.



También aparece otra planta de sales: Suaeda spicata.

Tomamos el coche para acercarnos a Gabasa. Aquí daremos un corto paseo por el fresco barranco encajado entre dos paredes rocosas.  El pueblo de Gabasa se apiña encogido entre el barranco y las peñas.

Antirrhinum molle, raro endemismo del Pirineo central y oriental, crece en los tapiales del pueblo de Gabasa.

Un puente permite el paso del estrecho y da comienzo al sendero que recorre el barranco.

Al barranco se accede franqueando la puerta que se abre en los estratos verticales.


En las rocas verticales y húmedas crece Saxifraga fragilis

La humedad permanente permite la proliferación de Equisetum telmateia

Equisetum telmateia.

Tamus communis, una enredadera de ambientes sombríos, está en flor.

Lithospermum purpurocaeruleum forma vistosos macizos 


Flores de Lithospermum purpurocaeruleum

Geum urbanum, herbácea  habitual en la montaña, baja excepcionalmente hasta esta latitud.

Al final del recorrido llegamos a la cascada que se forma al descargar en el barranco la fuente del Clot del Ull.


Track y datos de la ruta en 



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