Camino de El Pueyo. Iris foetidissima. "lirio hediondo"

Frutos y semillas de Iris foetidissima
Un par de meses atrás, mirando las plantas que hay en el entorno de Granja Aventura ( donde quieren hacer un pequeño  itinerario botánico de especies autóctonas) me encontré unas hojas de lirio. Había muchas bajo la sombra de unas carrascas. Las hojas eran más finas y endebles que las de los lirios habituales, pero lo que me llamó la atención  fueron las vainas con las semillas todavía en su interior, eran los frutos de la temporada pasada. 
La memoria debe albergar pliegues recónditos, donde quedan agazapados recuerdos a la espera de ser activados, porque inmediatamente recordé que había visto esas vainas hace muchos años. 
Iris foetidissima
Cuando yo tenía unos 17 o 18 años, Marisol, que ahora es mi esposa, recolectaba  plantas para hacer algún trabajo de biología. Ella es la responsable de mi afición a la botánica, y con ella comenzamos a identificar lo que podíamos. En alguno de los botánicos paseos dominicales exploramos el barranco que precede a la ermita de la Virgen del Plano, junto a la pista de acceso. Allí había unas vainas onduladas, que albergaban semillas esféricas de intenso color coral. Por algún motivo eso quedó olvidado, pues no recuerdo haber vuelto por allí los años posteriores, y en los pliegos de herbario que todavía conservo no hay referencias de este lirio. Tenían que ser las mismas plantas que ahora veía en Granja Aventura. He vuelto al barranco de la Virgen del Plano, y allí estaban estos lirios, esta vez en flor.
Iris foetidissima es menos llamativa que el resto de sus congéneres. De flores estrechas, las piezas inferiores son  azul pálido, y las   superiores  son parduscas. Carece de barbas en la garganta de la corola. También se distancia de los otros lirios azules de nuestra zona cuando busca lugares más frescos y húmedos. Es seguro que además de los dos lugares señalados ocupe algunos otros lugares frescos de nuestra zona.
Debe haber desarrollado un mecanismo químico de defensa contra los herbívoros, por lo que al ser frotadas las hojas, éstas huelen de forma apestosa, peculiaridad que sirvió para dedicarle el específico de su nombre.
Iris foetidissima
A pesar de esta desagradable propiedad, no es planta que haya carecido de uso. Pio Font Quer recoge su utilización como purgante y diurética, utilizando el zumo del rizoma o bien su cocimiento. Por lo gracioso y sustancioso me permito repetir aquí una cita sobre este lirio que el mismo autor  transcribe del famoso Laguna: "Por la xíride no puedo entender otra cosa sino aquella planta vulgar que se llama comunmente espátula fétida (...)Cuanto a lo que dice Leonardo Fuchsio, que la espátula fétida tiene la raíz blanca, gruesa, cabelluda y redonda, y que por este aspecto no puede ser la Xíride, cuyas raíces son luengas y rojas, no tengo que responder otra cosa sino que ansí como los hombres, en España y en Italia y en otras muchas partes del mundo son enjutos y delicados, y en su Alemania gordos, redondos, gruesos y cebolludos, aunque los unos y los otros se llaman hombres, de la mesma suerte no se debe maravillar si la espátula fétida, la cual es la legítima xiride, en Alemania produce sus raíces gruesas y muy redondas" ...y esto era allá por el siglo XVI.
Yo ahora espero que este lirio madure, vuelva a producir sus frutos escarlata, y entonces iré allí donde crece y la visitaré por ver si surge algún otro recuerdo de los pliegues de mi memoria.

Pedruel -Tozal de Cubilás - Cabezo de Guara

Exigente recorrido en el que nos embarcamos mi hijo Diego y yo. No hay más dificultad que la extrema aridez de la ruta, el fuerte desnivel acumulado y el calor que ya se ha apoderado de la sierra de Guara. Suficiente para volver muy cansados, pero satisfechos. La ruta que hicimos se sale en ocasiones de los caminos trazados para poder contemplar algunos rincones salvajes del Alcanadre, esto a costa de caminar sobre erizones y gleras desoladas. De Guara ya se sabe, pantalón largo y mucha agua en la espalda.

Hemos avanzado rápido hasta cuello Reguero. En lugar de dirigirnos hacia Cuna Alta, hemos recorrido el fresco vallecillo que forma la mallata Reguero, el objetivo acercarnos a Peña Castillazuala.  Tras un breve tramo por erizones encontramos una maltrecha senda que nos sitúa en la siguiente panorámica: El tozal de la Cabeza de Guara aparece a la izquierda, enfrente la sierra de Lupera, con Peña Ruaba como cota máxima. A nuestra derecha , ya modesta, Peña Castillazuala.




















Vamos en busca del camino que viene de la Cuna Alta. Aunque es temprano el sol comienza a hacerse valer. Abajo queda ese remanso de frescor que es la mallata Reguero, leve declive longitudinal paralelo a la sierra de Arangol donde el praderío aparece constreñido por quejigos  y bojes. La peña Castillazuala presenta su vertiginoso flanco norte. Al fondo la sierra de Balcés. La canícula, que ya comienza a hacerse presente, desdibuja las formas cúbicas de Rodellar.






















Ya tomado el sendero que viene de Cuna Alta, resulta más cómodo caminar. A la izquierda, más lejano, está el que será nuestro primer objetivo, el tozal de Cubilás. Más próximo en el centro, el cabezo de Guara.  Aparecen algunas zonas de pasto. En el centro, cerca de las verticales paredes que  terminan en Gorgas Negras está la mallata Cambol.  El señor Paulino, último residente de Pedruel, nos ha contado hace escasamente un par de horas, antes de salir, que desde Rodellar subían hasta allí con las mulas y en ese recóndito lugar cultivaban el trigo. Ahí es nada.




















Si el relieve de la sierra es en ocasiones extremadamente abrupto, sorprende la suavidad de las líneas que encontramos en sus cimas. Desde el tozal de Cubilás las formas del cabezo de Guara son suaves. Su configuración caliza produce estos relieves de dulces hondonadas, como es el caso de este valle kárstico que separa un tozal de otro. Las Gralleras  es el topónico del lugar, aludiendo a las simas que horadan el fondo del valle



















En contraste, la cara sur del tozal de Cubilás, está surcada por innumerables barrancos. La atmósfera está cargada y no se aprecia en toda su magnitud la extensión de la hoya. Entre la calima parece un océano terroso. Al pie de la sierra, la localidad de Santa Cecilia, de donde sale una marcada y más cómoda  senda  para subir a este mismo lugar.























La continuidad de la sierra  se extiende hasta el Tozal de Guara, extremo occidental y máxima altura de la sierra.


















La compleja orografía de la Sierra  de Guara queda patente en la red de barrancos que la surcan. Pliegues descarnados, profundas foces. Recónditos  pueblos, ermitas, pastos para el  sufrido ganado. El embalse de Vadiello tan apenas asoma a los pies de los mallos de Ligüerri.


En el camino de vuelta , el objetivo siguiente es el tozal del Cabezo de Guara. Trazamos una ruta que nos aleja de los erizones, aprovechando antiguos caminos de pastoreo que, atravesando las Gralleras, nos permite acometer cómodamente la subida al Cabezo.
No se ve con claridad el Pirineo axial, pero a cambio se ha creado una sugerente sucesión de siluetas horizontales. Olas de montañas que van creciendo en altura a medida que se las divisa más lejanas.  Es una visión del pasado. Extensos mantos rocosos de corrimiento se deslizan de norte a sur, plegándose a medida que opone resistencia la placa tectónica africana. De esta confrontación de fuerzas telúricas surgen las olas pétreas, las sierras que paralelas entre sí se extienden hasta la gran ola, aquella que dibujan los Pirineos que coronan los tres mil metros.





















Ya en el Cabezo de Guara, es preciso alejarse del vértice geodésico para poder apreciar el atractivo de este punto: la visión de la garganta de Gorgas Negras. No hay fotografía que pueda hacer justicia a semejante paraje. El río Alcanadre aparece frente a nosotros, en un corte rectilíneo, tan apenas imperceptible, debido a su profundidad del tajo que provoca. Luego gira bruscamente para pasar paralelo a nosotros.  Un pliegue tumbado muestra su corazón , con aguda uve tendida hacia occidente, como una flecha. Bajo nuestros pies nos imaginamos que sólo hay aire, y rocas.



















Me llena de  gran satisfacción  que esté Diego aquí.























Algunas de las plantas que hemos visto durante el recorrido:

Androsace vitaliana es una pequeña primulácea que encontramos formando cojinetes en los suelos rocosos de ambos tozales.

Otra colonizadora de suelos áridos y rocosos, también formando redondos cojines, esta vez de vistosas flores blancas. Arenaria tetraqueta, subs. tetraqueta es habitual una vez se ha superado la mallata de las Cabras.

Con las mismas estrategias de supervivencia en un ambiente duro, en el que se alternan con brusquedad los fríos inviernos , los veranos tórridos, y la primavera es cortísima, Globularia repens ocupa similares nichos ecológicos que las anteriores.


Viviendo a contrareloj, esta pequeña crucífera, Aethionema marginatum ya ha desarrollado numerosos pisos de frutos. Debajo unas redonditas hojas elaboran el sustento de tan atrevida labor reproductiva. Vive, al igual que las anteriores en los rellanos superiores de la sierra.


Asomándose a los cantiles que bordean la mallata de las Cabras, Saxifraga fragilis aporta una nota delicada entre tanta rudeza.

Brimeura amethystina alegra los prados en las mallatas.


La mallata Reguero es la excepción fresca y húmeda de esta parte de la sierra. Aquí crece la orquídea Platanthera chlorantha



Algunos datos de la ruta:
3 de junio 2012
Pedruel  682 mts.
Tozal Cubilás 1.942 mts.
Cabezo de Guara 1.870 mts
Desnivel máximo desde Pedruel 1.240 metros
Ascensión acumulada  1.764 mts
Longitud del trayecto. 22,5 Kms.
Llevábamos 5 litros de agua entre los dos, pero si hubiéramos llevado 2 ó 3  más no habría estado estado de más.


Track de la ruta: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8239398

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camino de El Pueyo. Santolina chamaecyparissus. "bocha"

cabezuela floral de Santolina chamaecyparissus, bocha.
La santolina es una ferviente defensora de la colectividad. Vive en asociación por partida doble. Por un lado , cada flor está agrupada con otras flores formando una cabezuela globosa.  Por otra parte, observará el caminante las plantas de la santolina formando matas globosas amarillas.
Aunque pertenece a la familia de las Compuestas, la santolina es peculiar en la configuración de las pequeñas flores de la cabezuela. De forma estrellada, como pequeñas trompetas con cinco agudos lóbulos, carecen de las características lígulas  que en las compuestas son tan habituales. Como gusta de vivir en suelos calizos, prolifera por el somontano ocupando esos taludes y resaltes que bordean los caminos. Se la conoce con los nombres de bocha y sanjuaneta en el Somontano. Por la Ribagorza se combinan ambos y surge bocha sanxuanera,   ya que  ronda cerca la festividad de San Juan cuando está en su apogeo.
Hace algunos años hice un experimento. Consistió en darlas a oler a un grupo de unos 40 críos de 10 años. Les pedí que dijeran si les gustaba su olor o, al contrario, les parecía repelente. La mitad del auditorio disfrutaba con su olor, mientras que la otra mitad no quería volverla a oler.  Ya me esperaba que no hubiera unanimidad. Alguna vez, paseando con mis hijos cuando eran menudos, había observado que su olor les producía reacciones opuestas.
Son curiosas nuestras reacciones. Ante un estímulo idéntico, nuestro cerebro puede responder de manera bien diferente. Pocas personas dirán que no les gusta el olor de la rosa. Hay estímulos para los que nos ponemos enseguida de acuerdo.  Pero no es siempre así.