Garmo Negro

Como Marisol y yo somos de paso corto y contemplar largo, hemos decidido que en lugar de subir al Garmo Negro de una tirada, vamos a hacer noche allí donde nos plazca. Excelente ocasión para disfrutar de un tres mil en tranquilidad (hay fiebre de tresmiles, y parece que todos andan bastante solicitados) y saborear al máximo las perspectivas que este fácil pico nos brinda sobre el Valle de Tena.

Desde la Mallata Alta,  repisa secular para el uso del ganado, el horizonte ya se abre lo suficiente como para ver los crestones glaciares formados sobre los granitos de Panticosa. Pico Xuans, Dientes de Batans, Labaza, el circo colgado  de Brazato con Bazias en su fondo izquierdo y la cresta que continúa hasta los picos de Brazato y Sarrato, y al fondo la sierra Tendenera. En la repisa de la derecha, los ibones de Ordicuso. Más tarde tendremos ocasión de verlos desde mayor altura.















Mirando hacia arriba, nos encontramos con el barranco que baja de Garmo Negro, éste aparece romo junto al falso collado que lo separa de Argualas. Varias posibiliades para subir. Elegimos la que sigue las terrazas herbosas, por el barranco ancho. Nos sugiere que podamos ver algo más de flora que por medio del caos de piedras, también desechamos subir por el barranco que nos llevaría en dirección al cuello de Pondiellos, quizá para la vuelta.





















Hemos dejado el peso extra en un pequeñísimo rellano que hemos encontrado con hierba a unos 2.750 mts, antes de entrar en el pequeño circo que forman Garmo Negro, Algas y Argualas, vamos muy bien de tiempo y valoramos la posibilidad de subir hoy mismo al Garmo Negro, y dejar algo para mañana. La poca nieve que queda se puede sortear. Afrontamos el Garmo Negro por la pedrera que va directa, pero vemos el terreno muy dañado así que nos vamos a la cresta.  A la derecha la cima del Garmo Negro, de fondo el valle de Pondiellos, del que se ve el trozo de uno de los lagos. Al fondo la silueta del Midi, medio oculta por las crestas de Soques. La cosa se pone muy interesante.




























El glaciar rocoso de Algas se extiende allá abajo, en él se aprecian claramente la barrera morrénica terminal y las laterales, debajo de las rocas móviles una pequeña cinta de hielo que sobresale por los extremos. Un bloque errático ha ido avanzando y se encuentra ya casi al final del trayecto.













Esta panorámica revela la belleza de estas crestas. En primer término, a la derecha las formaciones glaciares del Balaitus o pico Moros. Delante de él, comenzando por la derecha, el pico de Tebarray que inaugura la arista de Pondiellos, hasta el pico de la Forqueta que se une al pico Musales por la cresta de Sanchacollons. Han debido derruir los restos de la pilona de hormigón, antiestético resto de las obras de construcción de la presa de Respomuso y que afeaba el collado de Musales.
A la izquierda la masa calcárea blanca de Peña Foratata parece una insignificancia, y se aprecia la unión de uno de sus contrafuertes, el pico Ministirio que se une perpendicularmente con la cresta de Soques y L'Ourade, muga con Francia. Bancos de niebla se han formado en el país vecino.











Sin duda, la estrella de esta ascensión es la perspectiva sobre los Picos del Infierno. Sobran palabras, y son necesarios intensos minutos de contemplación.
Los ibones de Pondiellos suavizan, si cabe, un paraje tan agreste.
Cuesta apartar la mirada del Pico de Los Infiernos, pero disponemos de tiempo para mirar en todas direcciones. Hacia el oeste, el batolito de Panticosa se despliega en su totalidad. Numerosos son los ibones que podemos divisar, 23 en total en los 360º. Al fondo aparecen otros señores de los 3.000 como el Vignemale o Comachibosa, y más lejos todavía el macizo de Monte Perdido, en su vertiente Norte.
















El detalle de la sierra Tendenera es especialmente atractivo.

















En dirección oeste tenemos los dos acompañantes de Garmo Negro, también de cota superior a los 3.000, Argualas a la izquierda que se adelanta como una torre albarrana  y Algás a la derecha, cerrando el circo.























Damos por concluida la jornada, tranquilamente bajamos hasta el punto donde pensamos pasar la noche. A la mañana siguiente nos proponemos subir al  Argualas. La cresta no está para muchas bromas, pero nos depara esta hermosa panorámica del Garmo Negro y Algas,con la que nos sentimos plenamente satisfechos y dispuestos a emprender la bajada



















Estas son algunas de las plantas que nos hemos encontrado durante el recorrido:

Epipactis atrorubens, una orquídea que crece en el entorno del balneario.


En la alternancias entre el pino y los claros del bosque, vistosos grupos de clavelillos (Dianthus deltoides)

En la mallata Baja una lustrosa mata de vincetóxico (Vincetoxicum hirundinaria subsp. intermedia)
A la altura de la mallata alta, (2200mts) forma cojinetes esta cistácea que carece de pétalos, Scleranthus perennis.










El suelo está dominado por la presencia del granito, en sus fisuras aparece esta crasulácea, Sedum atratum, creo que con la floración ya pasada.













En lugares menos extremos, donde se ha formado ya suelo fértil ,una violeta amarilla, Viola biflora.



También por estas cotas aparecen aquí y allá pequeños racimos azules de dos nomeolvides, Myosotis alpestris, acompañada de una armeria, ya teniendo a la vista la proximidad del falso collado de Algás, y a la vista de la cara este del Garmo Negro.

Parecida a la anterior, pero formando  grupos de flores más bajos,flores más pálidas y hojas más cortas, Myosotis alpina.

Han quedado atrás los granitos, una cobertura en la que se alternan calizas y pizarras que han sufrido la presencia cercana de los granitos aparecen fuertemente plegadas, ocultando el zócalo granítico. En este sustrato que perdura pese a la intensa actividad erosiva, de aristas cortantes y agudas, encontramos otras plantas que ya superan los 2.800 metros y se aventuran en los 3.000.

Arenaria moehringioides


Saxifraga pubescens subsp. iratiniana., en los recovecos de la arista.


Oxytropis neglecta, ocupando las gleras móviles del último repecho hacia la cima de Garmo Negro.



















Algunos datos:
fecha.18 y19 de julio de 2012
Altura punto de partida 1.639mts. Ibón de Baños
Altura Pico Garmo Negro. 3.066


Camino de El Pueyo. Echinops ritro. "cardo yesquero"

En una ocasión tuve la oportunidad de presenciar cómo se hace el fuego con pedernal y yesca natural. En pleno siglo XXI, me pareció arte de magia. ¿Qué otro significado podría tener hace 20.000 años? En esa demostración se utilizaba como yesca un hongo de los que crecen en los chopos, cortado con el grosor de una fina tela. Echinops ritro es llamado cardo yesquero porque con sus tallos, debidamente secos, machacados y retorcidos, se formaba la yesca con la que también se conseguía prender fuego a partir de la chispa. A este cardo, de la familia de las Compuestas,lo vamos a encontrar fácilmente ahora, en  pleno verano, desafiando al sol y la aridez en suelos pobres de la cunetas y baldíos. Las hojas están aceradas con largas púas, al igual que las cabezuelas florales, que cuando maduran adquieren un bonito tono azulado.






Como son flores de ésta época del año en que se prodigan las fiestas locales, ahí va mi contribución a la alegría general con unos "fuegos de artificio" florales

Camino de El Pueyo. Delphinium gracile

Cuando era crío,se nos enseñaba que la flor consta de cáliz y corola; y para ello, la ilustración que acompañaba a la explicación era la de una flor tal y como la dibujaría cualquier persona que quisiera dibujar lo que es considerado el  prototipo de flor. Sí, una de esas que sirven para decir "me quiere, no me quiere". Poco más nos enseñaban, de manera que en el imaginario quedaba grabado esa idea esquemática y simplista de lo que es una flor.  
Algo parecido sucede cuando se toman posturas alicortas, hechas de simplicidades y moldes que parecen representar una realidad siempre infantilizada, donde sólo hay una respuesta válida para cada pregunta, y una solución , la única válida, para cada problema. Por fortuna, la naturaleza, tozuda ella, contínuamente  nos está diciendo todo lo contrario: la realidad es mucho más compleja, aunque nadie nos la enseñe. Hermoso ejemplo de lo anterior es Delphinium gracile, pequeña planta de unos 40 cms. en ocasiones casi el doble ,  que encontraremos en las faldas de El Pueyo,  junto a los sembrados que ya se han segado, márgenes del camino  y tierras pobres en general.
 Perteneciente a la familia de las ranunculáceas, llama la atención por la forma irregular de la flor, original en su forma.  Un largo espolón se estira hacia atrás. En su interior guarda el néctar codiciado por algún insecto que deberá utilizar su larga trompa para extraerlo, y de paso, favorecer la reproducción de la flor. A nada que el caminante se detenga un poco quizá pueda contemplar las flores inmaduras, verdosas, pero que ya tienen en su silueta la forma definitiva de la flor, y tan diferente del consabido estereotipo de capullo.
No conozco que  los humanos le hallamos dado alguna utilidad a esta flor , pero en estos tiempos en los que imperan las simplicidades, me ayuda a recordar que no todas las flores son como las margaritas, que no me puedo contentar con una sola respuesta, con una sola solución a los problemas.