Aunque no ofrece dificultad técnica sí supone esfuerzo por la larga distancia que hay que recorrer. Además el paso rocoso entre sus dos cimas requiere un poco de aplomo para pasar por la losa resquebrajada e inclinada que las separa.
Hemos acortado camino solicitando en Panticosa la llave de paso a la pista que nos permite llegar en vehículo hasta un recodo de la Ripareta, sólo así nos animamos a afrontar su ascenso en un sólo día, nosotros que gustamos de llevar el paso tranquilo y detenernos en multitud de detalles que salen al paso.
Subiendo por la pista de la Ripera la barrera de la sierra cierra el paso con sus imponentes moles. A la izquierda , con su silueta más aguda y piramidal , sobre todas las demás cimas, se yergue el pico Tendenera.
Un desdibujado sendero sube en diagonal hacia el valle colgado que se intuye a nuestra izquierda y por donde desagua el barranco de Tendenera Para tomarlo subiremos casi hasta que la pista desaparece.
Las pedrizas que atravesamos sirven de sustento para este té de glera (Nepeta nepetella) que abunda en esta ladera. Estamos a 1.700 metros.
Acercándonos a los resaltes rocosos que rasgan la ladera encontramos Erodium foetidum subsp. glandulosum, también en torno a los 1.700m. Sus característicos dos pétalos con venas purpúreas siempre atraen a la cámara de fotos.
Poco antes de entrar en el valle volvemos la mirada atrás para ver la línea que forman la peña Las Blancas, el Mallo Forato y la Peña del Verde del Verde Hemos dejado el coche en la curva cerrada de la pista.
El primer tramo es algo monótono. Extensos prados de altas hierbas que suben sin cesar en dirección al collado de Tendenera. A nuestra derecha las cimas casi quedan ocultas.
Van animando el camino algunas plantas vistosas , como Scutellaria alpina. Ya estamos a 2100m.
Gypsophila repens forma algún pequeño césped sobre suelos menos profundos
Invertimos una buena parte de tiempo para recorrer este valle solitario. Es una zona alejada de las grandes rutas de montaña, por lo que aunque en pleno agosto no nos encontramos más que con un pastor que lleva su rebaño a los pastos altos. Al frente se abre el puerto de Tendenera y a la derecha se comienza a dibujar más de cerca el Pico del mismo nombre.
El pico Tendenera visto desde las proximidades del cuello de Tendenera. Es la cima que se aprecia como más elevada, a su izquierda una antecima y entre ambas un paso que es el más expuesto y aéreo. Desde aquí se aprecia la verticalidad de sus paredes formadas por la exfoliación de multitud de estratos que parece vayan en zigzag, en unas compresiones inverosímiles.
Desde el cuello de Tendenera , mirando hacia el camino recorrido.
Una vez en el cuello Tendenera, se abre una panorámica nueva: La Faja Basarán que está por encima del valle de Otal. De fondo comenzamos a ver el dominio de Bujaruelo y Taillón. Pero es preciso no quedarse aquí , porque la mejor perspectiva la tendremos si recorremos unos metros más arriba hacia el oeste.
Aquí sí que tenemos una visión con una calidad paisajística sin comparación: Estamos sobre el circo y valle de Otal, que se extiende rectilíneo hasta su confluencia con el valle de Bujaruelo. El puerto de Bujaruelo lo tenemos enfrente, para ver a la derecha, ya en las altas cumbres los flancos del Taillón y más allá hacia el macizo del Monte Perdido. En primer término a la izquierda vemos el trabajo en fajas del modelado glaciar sobre los puntos débiles de los estratos, así formando la faja Basarán. A la derecha se extiende la sierra del Turbón recta, bajo cuyo vértice se encuentra San Nicolás de Bujaruelo, es homogénea en la zona más distante se aproxima hacia nosotros con un resalte rocoso un poco más elevado: el pico Royo. Ya más cercano, el Pico de Otal o peña Arañonera, con un zócalo de calizas grises en su parte media y una endiablada cresta vertical. Le siguen, más cerca de nosotros diversas peñas sin nombre y menor altura, pero de singular belleza en sus formas.
Al igual que en las peñas que contornean la sierra Tendenera
En esta ocasión nos acompañó nuestra hija menor Aurora, pero llegados a este punto las molestias que tiene en una pierna le impiden seguir subiendo. Quedan 440 metros de subida. Marisol se queda con ella haciéndole compañía y disfrutando relajadamente del paisaje. Las veo felices, me subo tranquilo.
A partir de este falso collado el terreno se vuelve totalmente rocoso. El paraje muestra una gran actividad kárstica. Terreno para alguna planta rupícola y calcícola en torno a los 2.500m.
Geranium cinereum
Sedum atratum, con la floración pasada.
Ganando altura la panorámica se abre más. Aparece a la izquierda el Vignemale.
Siguen apareciendo algunas plantas de alta montaña.
Hay que seguir por el caos de rocas con la mirada puesta en las cimas, sorteando algún resto de nevero y alguna dolina que en este terreno calizo se ha formado.
Sucesivos escalones nos alcanzan hasta la loma superior, muy cómoda y con subida evidente.
He fotografiado muchas veces Linaria alpina, y me resisto a no fotografiarla de nuevo, aparentemente tan frágil entre estas venteadas crestas.
Plantago alpina también la encuentro a medida que asciendo ya por los 2.650m
También aparece el testimonio de un ciclo de la Tierra muy lejano. Este fósil de un gusano contiene cristales de calcita. Muy bonito.
Ya a 2.750 m las vistas ganan considerablemente.
Caminando por la cresta, ya a 2.800 m puedo ver cómo el valle de Ordesa se adentra girando en una cerrada curva. En las montañas próximas las rocas giran, se retuercen, tal es el poder de la Tierra.
De Mondarruego a Gabieto y Taillón. Detrás el Monte Perdido
Es bella la cresta y el paisaje que le rodea.
Incluso aquí la vida se abre camino. Artemisia eriantha
La cresta se estrecha y para llegar a la cima principal hay que pasar por este angosto paso. A primera vista parece que todo se vaya a desmoronar, pero afortunadamente es firme, aunque muy aéreo.
Mirando hacia atrás, este paso no inspira mucha confianza, pero habrá que volver por alli. No pasa nada es fiable.
Hacia el sur, veo desde los 2850m de este pico el barranco del Puerto, que termina algo arriba de Yésero, perpendicular a este valle la sierra dominada por el Erata y el Pelopín. Tierra de Sobrepuerto. Qué bien lucen en el fondo Oroel y Canciás, y qué clara se ve la linea de Guara.
Si es sorprendente lo visto hasta ahora, al llegar a la cima se despliega la sierra Tendenera en toda su longitud. Sinuosa cresta afilada que enlaza cimas. En línea con esta sierra se ve perfectamente la continuidad con la sierra de la Partacua, que continúa hasta Collarada. El juego de grises y ocres es magnífico.
La mirada no se detiene y sigue girando hacia el sur
En dirección hacia el Alto Gállego el color cambia hacia las oscuras pizarras y grises granitos. Son Argualas, Garmo Negro, Infierno.
Cumbres, valles, circos y crestas . Vignemale como primer motivo
Lejanos valles, el picoSestrales, sobre el cañón de Añisclo y de fondo el Castillo Mayor. Son tierras del Sobrarbe. Quizá la distancia esté sólo en nuestra mente.
Esta vez tengo que hacerme yo la foto. La compañía está abajo esperando. Bien, creo que con lo fotografiado ellas querrán intentarlo de nuevo. Vale la pena.
Detalles de la ruta
desnivel acumulado 1.200m
distancia recorrida (ida y vuelta) 12km
Altura de P. Tendenera 2.845 (IGN)
Track de la ruta para visualizar mapa en :
Precioso el relato y las fotos, me apunto a la próxima!!
ResponderEliminarSiempre eres bien recibido. Espero que la próxima sea pronto. ¿Qué tal una de raquetas?...
EliminarMagnífica la excursión, las fotografías y el relato. Fantástico "paseo" por el corazón de las calizas pirenaicas!
ResponderEliminarAlbert