Además de los anteriores atractivos, no falta el interés botánico. Primera alegría de la mañana, nada más comenzar a caminar por el bosque de hayas, el "peralito" Orthilia secunda.
También es alegría ver que no me quedo solo por el interés por las plantas. Mi hija Alicia y Diego Martínez se interesan por unos crecidos ejemplares de Anthirrinum majus.
Las hayas dejan paso al pino negro. Cada vez más cerca se oye el bramido de la cascada de Cotatuero, que sólo aparece ocasionalmente entre los árboles.
Pedicularis foliosa, en un pequeño claro convertido en herbazal húmedo.
Los delicados azules de Aquilegia pyrenaica subs. pyrenaica, aislada en un talud pedregoso.
Habitante en estas rocas Antirrhinum sempervirens subs. sempervirens, con las flores inmaduras. Endemismo pirenaico que vemos colonizar aquí una pared de calizas del cretácico.
El famoso paso de las clavijas de Cotatuero, ahora aseguradas mediante guía de vida. Mi hijo Diego abre el camino y nos va comentando con emoción los pasos de estas clavijas.
No todo es roca en estos aéreos lugares. Una pequeña crucífera, Arabis serpillifolia subs. serpillifolia encuentra acomodo donde los humanos vamos un tanto apurados.
Una pequeña repisa le sirve a Diego para contemplar el panorama, antes de reanudar el paso de las clavijas, ahora en sentido ascendente. Además de la colosal verticalidad de los muros, impacta la textura del tapiz de roca, extraordinariamente quebrada y multicolor. Este es buen año para la corona de rey, Saxifraga longifolia, que asoma bajo los pies de Diego.
Alicia y los dos Diegos, en plena faena de paso por las clavijas. Al utilizar el arnés y anclaje de seguridad a la guía de vida el paso por las clavijas es ameno y agradable. Las medidas de seguridad permiten disfrutar de un entorno tan salvaje.
La hermosa flor de Geranium cinereum subs. cinereum alegra las grietas.
La cascada de Cotatuero, cada vez más cerca. En pocos metros habremos llegado al llano del circo de Cotatuero.
El agua juega en las gradas antes de precipitarse al vacío.
Un rincón bucólico para el descanso después de caminar por las agrestes paredes.
La flor de nieve, Leontopodium alpinum, emblemática flor de la alta montaña.
Gentiana lutea subsp. lutea, planta megaforbia que es propia pastos húmedos y con sustrato silíceo.
Tofieldia calyculata, pequeña liliácea también propia de pastos que no conocen la sequía.
Dejamos atrás el circo de Salarons y seguimos subiendo para encontrarnos con la Faja de las Flores. A medida que ascendemos podemos valorar mejor las dimensiones del Circo de Cotatuero y , superior a él, el valle glaciar colgado del Descargador. A la derecha se aprecia la pirámide de Punta Tobacor.
Poco a poco los verdes pastos van dejando de nuevo paso al dominio de la roca. El día sigue nuboso y no permite ver la divisoria
Lo más que se abre el cielo para dejar ver algo de la Brecha de Rolando
Damos un pequeño rodeo y pasamos por una glera donde crece Borderea pyrenaica, joya de la flora pirenaica.
El dominio calcáreo del macizo crea singulares fenómenos kársticos.
Formas de vida agazapadas entre las rocas. Viola biflora, preciosa violeta amarilla.
Ya en la Faja de las Flores, comienza el paseo de altura descubriendo parajes de inmensa belleza.
Androsace cylindrica subsp. cylindrica, en grietas y extraplomos.
Aunque parezca una senda muy aérea, es ancha y carente de pendiente, por lo que es una faja segura guardando las debidas precauciones. La comparamos con la Faja Toro de la Peña Montañesa, que nos resultó más ardua.
Estamos llegando al final de la faja de las Flores. Abajo vemos el valle de Torla y el comienzo del valle deBujaruelo. Aparece con nieve la cima de Tendenera. En breve comenzará el descenso. También vemos la senda que por una faja herbosa lleva hasta el Tozal del Mallo. El Tozal presenta un aspecto menos fiero que desde el fondo del valle. Ahora se ve como una pared que termina en loma redondeada.
Asperula hirta
Vamos bien de tiempo y la meteorología no parece que vaya a dar problemas, así que decidimos alargarnos hasta el Tozal del Mallo. La senda es sencilla, y tan apenas hay desnivel. De recompensa, regala unas excelentes vistas sobre el Pico Tobacor y la Punta del Gallinero, ésta última con unas paredes en forma de quilla de barco.
Una pequeña orquídea, Coeloglosum viride.
Un paso estrecho, pero totalmente seguro lleva al espolón del Tozal del Mallo. Detrás las paredes de Punta Escuzana, y de fondo Tendenera.
En el extremo final del Tozal del Mallo. Vertiginosa vía hacia el fondo del valle de Ordesa.
De nuevo en el final de la Faja de las Flores, toca descender y elegimos las clavijas de la Carriata para ello.
Este paso es fácil y corto, aunque siempre resulta más sencillo subir que bajar. Estamos de acuerdo que el descenso por las clavijas de Cotatuero entraña más dificultad , sobre todo al estar un tramo muy húmedo y con las clavijas en mal estado.
En rellanos herbosos en media pendiente la orquídea Orchis pallens
Veronica aphylla
Sanicula europaea, una pequeña umbelífera que prolifera en cuanto comenzamos a adentrarnos de nuevo en el dominio de las hayas.
Una gran orquídea, de color marrón, indicadora de sus hábitos parásitos: Neotia nidus-avis.
Fin de la ruta. Vista del circo de Carriata y el Tozal del Mallo.
Datos de la ruta:
Ascensión acumulada: alrededor de 1340mts.
Distancia recorrida: 16,5km.
Track de la ruta en Wikiloc:http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=7317360
Un pequeño video de la ruta lo tienes en
https://www.youtube.com/watch?v=s0skg6ZrqWs
https://www.youtube.com/watch?v=s0skg6ZrqWs