Comenzamos a caminar en el embalse de la Sarra, evitando las curvas de la pista con el alcorce que atraviesa el bosque de pino silvestre y que gana altura sin cesar. Sólo cuando los pinos van clareando y asoman las matas rastreras de la sabina (Juniperus sabina) damos por superado el bosque. La blanquecina masa de Peña Foratata aparece al otro lado del valle.
Unos metros más arriba, y los pinos quedan definitivamente atrás. Vemos un rincón del embalse de Lanuza y el Pico Pacino presenta las dos manchas de bosque de hayas que cubren parte de sus laderas.
De fondo, la sierra de la Partacua nos recuerda con sus retazos de nieve que todavía no ha llegado el verano.
En los pastos subalpinos, Androsace villosa.
El camino podría seguir hasta el barranco que baja de Ibonciecho, pero decidimos no seguir la pista, y subir derecho por un flanco rocoso que nos evita una amplia vuelta.
No ha sido fácil conectar con el camino que viene del barranco de Ibonciecho. Algunos hitos dan pista de por dónde ir, pero también hay trechos donde hay que elegir con intuición la ruta. Al final estamos cerca de la conexión y miramos hacia abajo la ladera que hemos remontado.
Los pastos alpinos todavía están dormidos, o al menos eso es lo que parece.
Hace poco que se retiró la nieve, y por eso podemos ver Soldanella alpina, junto a una pequeña mata de Androsace Laggeri.
Hemos atravesado un pequeño nevero para coger la diagonal que cómodamente nos llevará al collado de Puyarcol. El pico ya lo vemos con nitidez a la derecha del collado.
Collado
Pico Puy Arcol
Unas matas de Saxifraga oppositifolia poco antes de llegar al collado. La he fotografiado en otros lugares, pero las de aquí me parecen de pétalos más grandes y alargados.
Cuanto más nos acercamos al collado, más se va revelando la fisonomía rocosa del pico. el carácter vertical de su cresta la hace atractiva.
El paso del collado es amplio y sencillo, una puerta que comunica valles. De donde venimos, las sierras de Ferraturas y Soques
Y traspasada la puerta, las impresionantes formas de los Picos del Infierno, Garmo Negro y Algas
Unos minutos para contemplar el paisaje y para estudiar por dónde subimos al pico desde el collado. Nos dejamos llevar por la intuición y subimos por la fracturada pero estable roca.
Desde la cima, el barranco de Pondiellos se despliega en su totalidad. Recorremos con la mirada picos y collados de este espectacular paraje.
Sin lugar a dudas, el Infiernos atrae con fuerza la atención.
También miramos con atención las formas de Garmo Negro, Algás y Cerrez. En primer término, la cresta de Toronzuelo y a sus pies, con la nieve recién retirada, el ibón de las Albas.
La posición de Puyarcol es idónea para contemplar este rincón del valle de Tena desde una perspectiva diferente.
Siempre hemos disfrutado identificando cimas y collados, y desde aquí completamos nuestro mapa mental de la zona. Aquí miramos hacia la Cubetilla.
Allá abajo destaca el embalse de la Sarra, color turquesa, a los pies de Peña Foratata.
La solitaria flor de una Pulsatilla vernalis
El barranco de Pondiellos baja hasta encontrarse con el río Gállego
De nuevo en el collado, nos hacemos la foto de rigor antes de comenzar la bajada.
La vuelta la haremos por el camino habitual, es decir iremos hasta el barranco de Ibonciecho, para así cambiar un poco la ruta. Detrás va quedando el pico Puyarcol.
Androsace vitaliana florece tempranamente, adelantándose al renacer de los pastos alpinos,...
...lo mismo hace Potentilla crantzii...
El deshielo alimenta hermosos regatos que permiten un temprano verdor en los pastos alpinos.
Pinguicula grandiflora y Primula farinosa aprovechan este aporte extra de agua.
Y Gentiana verna hace honor a su nombre y marca la llegada de la primavera en estas alturas.
El camino elegido de vuelta nos obliga a tomar un trecho la larga pista que nos lleva a la majada de Cambillón. Es un tramo algo soso y pesado, salvo que nos permite ver la cima de Puyarcol desde lejos, con su fisonomía de promontorio terminal del contrafuerte rocoso que sube hasta el pico de la Forqueta.
Una forma azulada de Linaria alpina crece entre los cascajos caldeados que bordean la pista.
Le acompaña Veronica prostrata subsp. scheereri
El contrafuerte que forma las laderas de Puy Arcol contiene en su estructura sucesión de anticlinales tumbados que revelan la energía y desplazamiento de los materiales calizos.
Antes de abandonar la pista y tomar el atajo que nos llevará al bosque, nos despedimos de este lugar echando una última mirada al Puy Arcol. (2.397m)
Datos y track de la ruta en
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