Camino del Pueyo.Sedum sediforme (uguetas)

Sedum sediforme
En los lugares más expuestos al sol, no importa que éstos sean pedregosos, las uguetas han estado almacenando humedad en sus carnosas y menudas hojas. 

Sedum sediforme, al igual que sus congéneres, es un ejemplo de adaptación a las condiciones de fuerte insolación.
Es una planta perenne que desarrolla tallos estériles recubiertos de hojas gruesas,crasas, no en vano pertenece a la familia de las Crassulaceas.
 Uno de los problemas de las plantas es mantener una temperatura suficientemente fresca. La solución más habitual es la misma que aplican los mamíferos: la transpiración. En el caso de la planta que nos ocupa ésta no puede ser la respuesta al problema porque su hábitat es escaso en agua. En su lugar lo que hace es hinchar sus células a medida que estas acumulan agua. Como el agua se calienta con más lentitud, las células se comportan como pequeños colchones aislantes, y consigue así mantener mejor la temperatura adecuada. Por otra parte sus células hacen de reserva para los momentos más críticos.
Y ahora que han recogido el máximo de nutrientes salen los tallos fértiles cuyo extremo va desenrollándose para acompasar la maduración de las flores.
Espiral de desarrollo de Sedum sediforme
Como en tantas otras ocasiones, la naturaleza echa mano de las matemáticas. De lo inmenso a lo minúsculo, hay patrones que se repiten en la naturaleza. Así , de la misma manera que las galaxias a veces forman inmensas espirales, también diminutos moluscos crecen con sus conchas  formando una espiral. Es la espiral logarítmica que sigue un patrón matemático para  constituirse.No son ejemplos aislados. Lo observaremos en la maravilla de los frondes de muchos helechos.  Sedum sediforme desenrolla sus vástagos floridos con la misma armonía del cosmos. El número áureo que inspiró a los artistas del renacimiento.

Camino del Pueyo. Leuzea conifera (cucharetas de pastor)

Flor de Leuzea conifera
He de reconocer que siento una especial predilección por los cardos. Aunque Leuzea conifera no es un cardo al uso (carece de púas, no es hiriente al tacto, sus dimensiones son modestas) reúne uno de los elementos que más me fascinan de este tipo de plantas: las brácteas del involucro. El caminante no buscará una única flor en esta especie de alcachofa desecada. No olvidará que pertenece a la familia de las Compuestas, y por tanto verá que  en la cima de cada peciolo se agrupan las flores , componiendo un capítulo. Los capítulos florales de Leuzea conifera tienen en la base lo que hace más llamativo de esta planta: las brácteas doradas, con textura de papel antiguo, que dispuestas como un tejado de pizarra envuelven un penacho de escondidas flores lilas. No es una planta delicada, ni siquiera de vistosos colores, pero a mí me gusta verla cuando ya se avisan los tonos dorados del cereal en los campos. Decía el filósofo escocés David Hume que la belleza de los objetos reside en la mente del que los contempla. No atino a acertar qué proyecta mi mente sobre esta planta para que me la muestre atractiva. Tampoco me importa. 
hojas de Leuzea conifera
Las hojas de Leuzea son de una gran variabilidad, así  que podrá entretenernos durante el paseo con la búsqueda de formas, simetrías y geometrías, y de seguro que no faltarán muestras para ello, pues caminando hacia El Pueyo la podremos ver junto a carrascas, en algún yermo, o si caminamos pausadamente bajo los árboles que cubren la falda del cerro.
De su nombre científico vale decir que el origen del específico es evidente por el aspecto de piña que tiene. El genérico se dio en honor a un naturalista francés Joseph Philippe François Deleuze que vivió a caballo entre el XVIII y XIX, quien además de dedicarse a tareas científicas enarboló la bandera de la moda pseudomédica del mesmerismo. A todas luces más visionaria e iluminada que científica, pero que todavía está en el imaginario del público como demuestra el fervor por pulseras, torques y demás artilugios con atribuciones casi mágicas.  Quizá con más fundamento en tierras de Estadilla  para reducir los dolores de muelas han usado el cocimiento de esta planta, por cierto que por allí  llaman pinocheta.

Lagos de Alba

Hacía muchos años que no subíamos a este rincón del Valle de Benasque. Calculo que han pasado unos 26 o 27. Ya había ganas, y francamente la tranquilidad del recorrido y el excepcional entorno justificaban la vuelta. En esta ocasión hemos encontrado señales azules y amarillas para seguir el trayecto hasta el primer lago. Un tramo empinado por el barranco de Turonet, hasta llegar al rellano donde chillan las marmotas. Aquella primera vez  no se las veía. Habían sido esquilmadas y todavía no habían cruzado el Pirineo tras introducirlas de nuevo los franceses.




















Estamos a unos 2.300 mts. La calurosa primavera ya ha derretido casi al completo la nieve. El ibón se muestra plácido, transparente. Todavía tenemos que ascender algo más para que la vista se abra a las crestas de Alba, aunque ya comienzan a anunciarse.
Los últimos ejemplares de pino negro bordean el segundo ibón en un entorno dominado por el granito erosionado por la acción de los desaparecidos glaciares. Los tres ibones ocupan sendos escalones de un circo presidido por el pico de Alba. Este pico representa el extremo Oeste del macizo de las Maladetas, pirámide rocosa de la que partirían tres lenguas glaciares, una la que excavó el circo y la lengua subsidiaria que bajaría hasta el gran glaciar que recorriera el valle de Benasque.
























Ya en el tercer ibón podemos observar la crencha de Alba con el pico  Alba (3118mts)  a la izquierda. La vegetación se reduce a la propia de los pastos de altura, la cual crece entre los caos de piedra.
Sin pretender cansarnos mucho más nos aupamos a la hombrera que hace de partición de aguas en esta cubeta. Además del mencionado Pico de Alba, vemos a la izquierda la Tuca Blanca de Paderna (2.855), y ,ahora más diáfana ,la barrera rocosa que forma la cresta de Alba, divisoria con la cubeta de Cregüeña.

Continuando la mirada vemos los otros dos lagos visitados en este mismo trayecto. De telón de fondo el "otro" valle de Benasque, el que por la orilla derecha del Ésera nos comunicaría con Francia por el puerto de la Glera que vemos allá al fondo casi en el centro de la imagen.















Desde este privilegiado ibón alto de Alba vemos el valle de Remuñé y la cabecera del valle de Lliterola presidido por la pirámide de la tuca de Remuñe a la izquierda, más próximo a nosotros las tucas de Lliterola. En el extremo opuesto el Pico del Puerto Biello (2850mts).

Algunas de las plantas que hemos encontrado durante el recorrido:

Geranium sylvaticum














Geranium sylvaticum.
En las proximidades del Balneario de Benasque. Forma grandes grupos sobre los canchales.
Potentilla rupestris








Potentilla rupestris. Una rosácea que también la encontramos a escasa altura. colonizando taludes. Tallos rojizos, hojas con varios foliolos.


Saxifraga pentadactylis

















El barranco de Turonet tiene el aspecto de un fractura vertical en la que afloran rocas con alto contenido en hierro. Aprovechando los resquicios encontramos Saxifraga pentadactylis.


Viola saxatilis




















En los pastos que se forman a 2.000 metros, en las proximidades del Turonet de Alba, aparecen las coloridas Viola saxatilis. En esta ocasión muestra muy vivos los colores. En otras ocasiones habíamos visto esta especie pero no mostraba un violeta tan intenso. Menuda pero muy hermosa.

Anemone narcissiflora






















Algo más altos, ya próximos al primer ibón, aparece esta ranunculácea de blanco inmaculado. Sus flores de pétalos aguzados nacen en pequeños grupos sobre un tallo bien erguido. Anemone narcissiflora.



Botrychium lunaria
















En estos mismos pastos aparecen ejemplares de este diminuto y extraño helecho. Botrychium lunaria tiene un sólo fronde estéril con  lóbulos en forma de abanicos que se disponen imbricados. El segmento fértil, bien diferente está todavía inmaduro pero ya muestra las esferas que contendrán  las esporas.




Primula integrifolia










A medida que ascendemos, los pastos muestran que la nieve hace poco se retiró. Son pastos tan apenas desarrollados, donde medran las pioneras de la primavera. En torno a los 2.400 mts aparece Primula integrifolia. Tiene las hojas formando una roseta en la base. La corola , amplia y rosada tan apenas se levanta del suelo. Junto a ella aparecen otras pioneras  como son las soldanellas y alguna genciana.


Silene acaulis



















Colonizando las rocas graníticas, formando cojinetes tan apenas voluminosos para resistir los envites del viento y los rigores del frío vemos las peñas coloreadas por Silene acaulis, comenzando la floración.





Pulsatilla vernalis















En los retazos de pasto que se forman entre el caos derocas aparecen ejemplares ya muy maduros de Pulsatilla vernalis. Toda ella velluda, con su flor refleja, los pardos sépalos, y mostrando ya los frutos largamente ciliados. A sus pies , capullos rosados de Daphne cneorum. Todo el camino ha estado impregnado con el dulce aroma de este pequeño arbusto.

Datos de la ruta:
Fecha 19 de junio de 2010
Punto de partida Balneario de Benasque. 1.692mts
Altura máxima alcanzada. 2.475mts

Track de la ruta: http://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8234159