camino de El Pueyo. Juniperus oxycedrus."chinebro"

Añoso  Juniperus oxycedrus subsp. badia en El Pueyo
Al término de la mingua de Enero estamos. Antaño se consideraba esta fase lunar  la mejor para talar los maderos de pino negro que luego se usarían para el armazón de la casa. Prevención que garantizaba la ausencia de carcoma y otros taladros de la madera. Para otros menesteres bien valía la madera cortada cualquier otra época del año. Estas palabras desgrana D.Ramón Agraz , mientras sus expertas manos repasan la cuchara de boj que está desbastando.  ¿Y el chinebro? ¡Ah , el chinebro!  Para poco cuidado con la madera del chinebro que ésta ni se pudre ni le ataca la carcoma, de tan dura y resinosa que es.
Y es que Juniperus oxycedrus está ahora en flor. El entorno de El Pueyo tiene rincones donde se enseñorea este árbol de modesto porte. Rivaliza con la carrasca allí donde el monte se hace espesura. Tanto predomina en algunos lugares que las gentes llamaron "chinebral" a una extensa zona  en el costado de poniente de Valcheladas.
Podremos observar dos subespecies, una más arbustiva ( subs. oxycedrus)  y otra más arbórea (subs. badia) 
El chinebro tiene a veces apariencia de arbusto, pero cuando los años le respetan alcanza porte de árbol. Tronco fibroso, portento de claroscuros. A menudo de copa cónica, pero en ocasiones sus circunstancias vitales le dan aspecto de árbol tortuoso. Algunos ejemplares dispersos por los chesos blancos de El Pueyo me evocan esas imágenes de postal de la sabana africana.

conos masculinos de Juniperus oxycedrus
El chinebro es de tierra baja. El caminante claramente lo separará del enebro de la montaña por que éste tiene una raya blanca en el haz de la hoja, mientras que el chinebro tiene dos.
Es el chinebro árbol de pies machos y hembras. Hace ya un mes que los machos comenzaron a formar los pequeños conos, que ya están a punto de expulsar el polen. El ritmo de la naturaleza obrará de suerte que cuando estos conos masculinos suelten el polen dorado, ya estarán dispuestas las diminutas flores femeninas.


gálbulos de Juniperus oxycedrus
Sus pseudofrutos son en realidad conos. Juniperus oxycedrus es una conífera de la familia de las Cupressaceas.  En el árbol permanecen los frutos durante dos años, de suerte que ahora podremos ver los de color  verde cerúleo,producidos el año pasado, y  los de  marrón cobrizo, que ya llevan dos años en el árbol. En todo momento conservan  , como una cicatriz, las líneas de los tres labios de la flor.
No deja de sorprenderme que árbol tan fuerte, tanto que prospera allí donde se produjeron los incendios, sea doblemente dependiente para reproducirse. Del aire depende para la dispersión del polen. De los animales para diseminar las semillas, ya que  viajan en el vientre del animal que las comió, y germinan tras ser digeridas y excretadas.
Además de proveer de estacas duraderas, se le extraía su resina, la cedrina de tantos usos que sería largo aquí contar. Me remito al "Dioscórides" de Pío Font Quer. Por otra parte, también quedó dicho en el libro  "medicina popular en la comarca de Monzón" de José Vicente Ferrández Palacio y un servidor,  la querencia que le tenían los pastores para remediar daños  cuando se trataba de evitar infecciones en el ganado y como linimento para las fracturas de las patas.
En estos días de invierno busco las flores del enebro, al tiempo que cruje el helado suelo bajo mis pies, por la zona umbría de El Pueyo. Muchos  chinebros crecen juntos y llevan aquí muchas décadas, a juzgar por los troncos y las péndulas ramas.Me felicito por tener  tan cerca de casa tan primigenio bosque .


Camino de El Pueyo. Ruscus aculeatus. "Buxeta, rusco"

Flor de Ruscus aculeatus, y flores inmaduras
en otros filóclados. Ejemplar de El  Pueyo.

Alguna vez he comentado que los promontorios rocosos de El Pueyo y  Valcheladas son una avanzadilla hacia la depresión del Ebro para algunas plantas que habitualmente encontramos en la sierra. Una muestra  podría ser el ejemplar de Ruscus aculeatus que en la falda norte de El Pueyo vive a la sombra de carrascas y chinebros. Hasta la fecha sólo he visto una mata en el enclave de El Pueyo. Su interés se acrecienta por ser, probablemente, este ejemplar  el que tiene una ubicación más meridional en la provincia de Huesca


Precisamente en estos días de enero están comenzando a abrirse las flores de este peculiar arbusto.
De la familia de las Liliáceas, el tallo sale de una raíz rizomatosa, la cual se ha utilizado en medicina popular como aperitiva y diurética. Pero lo más sorprendente lo tenemos en la parte aérea de la planta. Observando  las flores, vemos que éstas salen individuales en el centro de lo que parece ser una hoja. La clave de esta rareza radica en  que son tallos lo que parecen hojas.  La buxeta, como planta adaptada a condiciones de aridez, reduce al máximo la transpiración. Para ello las hojas son minúsculas. Para suplir el déficit de producción de clorofila, los tallos terminales se ensanchan adoptando una forma similar a las hojas. Estos tallos, llamados en botánica filóclados, son coriáceos y aplanados y terminan en una aguda espina ( el específico aculeatus se refiere a la presencia de estas espinas).  El resultado de la planta es un  amasijo de puntas de lanza que convierten al arbusto ,cuando está bien provisto de ramas, en una impenetrable maraña. Aprovechando esta constitución se ha utilizado como preventivo contra los ratones: En Alemania es el "Mausedorn" (espino de ratones) en Inglaterra son los butcher's broom (escoba de carnicero) y en Italia es llamado "pungitopo", y es que cuando se empleaban las fresqueras para guardar la carne, se colocaban en la entrada para dificultar el paso de los roedores..(Tomado de "Los árboles y arbustos de la Península Ibérica". escrito por Ginés A. López González Ed. Mundiprensa.). 
Ruscus aculeatus de Val d'Onsera

Cuando la flor madura forma un fruto globoso de llamativo color rojo, algo tóxico. Naturalmente, este fruto se asienta también en el centro del filóclado. 
Todavía no he conseguido ver los frutos en el ejemplar de El Pueyo. Es un asunto que me intriga. El rusco es planta dióica, esto  es que hay pies machos y pies hembra. Raramente tiene flores hermafroditas. Las flores, además de sus órganos fértiles, tienen elementos del sexo contrario pero estériles. La polinización se produce por la mediación de insectos. Si año tras año no se producen frutos será porque falta uno de los dos sexos. ¿cuál portará la planta que tenemos en el Pueyo? A falta de mirarla detenidamente con la lupa, y dada su forma esférica, me inclino a pensar que podría ser femenina. Entonces a nuestro ejemplar de El Pueyo le pasaría como a Penélope: aquí está esperando largamente  que llegue su Ulises.

P.D. Localizar este ejemplar no es difícil, pero hay que saber por dónde ir. Si quieres que te dé las coordenadas pídemelo a mi correo electrónico: jmsanzcasales@hotmail.com







Covachos de Quinzans y Chimiachas

Ya se sabe que por estas fechas el monte anda un tanto alborotado. Piensas ir por un lugar y te encuentras los carteles de una montería en curso. No queda más remedio que cambiar de planes, pues no queremos que se convierta en deporte de alto riesgo ir por una simple senda. Suerte que Guara da para mucho, y si queríamos caminar por el entorno de La Mallata, entre Colungo y Lecina, terminamos saliendo desde Alquezar para ir a parar a Chimiachas. Balance: un excepcional recorrido, ahora que el sol no aprieta, para recorrer parajes con reminiscencias prehistóricas.


El sendero está perfectamente balizado desde Alquézar, aunque nosotros lo cogemos en la pista que sube a San Pelegrín, un poco más arriba, también indicando las balsas de Basacol y los covachos de Quinzáns y Chimiachas.
1. Entrada del desfiladero de Payuela


























Antes  de Basacol, el sendero se adentra en un pequeño desfiladero que encajona el barranco de Payuela.Una sencilla canalización  baja el agua de Basacol a Alquézar. Los buitres rondan por allá arriba volando en círculos, las manchas blancas de las rocas testimonian sus posaderos habituales.

Una enredada mata de Smilax aspera, por el común llamada zarzaparrilla, se apoya en un boj. Los frutos están madurando. Algunos se presentan abovados, otros están totalmente esféricos. Has hojas presentan alguna espina en el margen, al igual que el tallo trepador.
Smilax aspera
Un grupo de pequeñas carpas rojas permanece medio aletargadas en el fondo de la balsa de Basacol. Componen un abstracto ojo que con lentitud se va moviendo con brillos de caleidoscopio.


El camino se dirige con decisión hacia el tozal de Quizans.  Lo vemos en la izquierda, y ya se adivinan las oquedades de los covachos. La pared de su flanco sur desciende hacia el barranco del río Vero. Al otro lado del río vemos la Corona d'o Tozal, que inicialmente iba a ser parte de nuestro recorrido de hoy, y que dejaremos para cuando ya no sea temporada del jabalí. Desde esta perspectiva se adivina la potencia erosiva del río Vero cortando verticalmente lo que inicialmente formaría un único anticlinal calizo. Boj, escarpines, chinebros y carrascas constituyen la vegetación superior de estas lomas.
2. Tozales de Quinzáns  y Alquézar

La erosión sobre los sustratos calizos forma estos covachos. Me llama la atención la presencia de esta  erosión diferencial a esta altura y aislada de los actuales cursos de agua. Una de estas oquedades conserva pinturas rupestres.
3. Covachos de Quinzáns
A excepción de algunos signos esquemáticos de difícil interpretación , se puede adivinar la intención de quien pintó con simples trazos sobre esta pared.


El abrigo rocoso de Quinzáns  también hace sus alardes artísticos y compone un tapiz de tonalidades minerales. Una sabina se descuelga de la pared.


Nos hemos aupado al tozal de Quinzáns, pero la vista no es lo que esperábamos. Además de la calima que oculta la montaña al Norte, es un cerro muy amplio y plano, que no permite ver con claridad los oscuros del Vero. Hacia el Este la Sierra de Guara se extiende. Este mes de enero las cimas del Tozal de la Cabeza, y el Tozal de Guara permanecen desnudos de nieve.
3b. Cerro de Tito o Campo Luengo, detrás Tozal de la Cabeza y Tozal de Guara



























Seguimos camino hacia el covacho de Chimiachas. El camino cambia totalmente en cuanto empezamos a descender el barranco de Chimiachas.Estrecho y en pacino no extraña que aunque sean las dos de la tarde todavía dure la cencellada.  En todo el día no entrará el sol en este barranco. El suelo está congelado y la tierra cruje bajo los pies.



Hiedra y musgo mantienen los cristales de hielo formados de la niebla que estos días atrás los ha cubierto.  En este caso una estrella con corazón de encina.


Tras un rápido descenso por el barranco, pero con buena senda, hemos llegado al punto donde una señal indica remontar un poco para llegar al abrigo de Chimiachas. A su alrededor el barranco sigue haciendo curvas y más curvas hasta juntarse con el Vero. Fuertes tajos partidos por luces y sombras labrados por insólitos cauces.
4. Covachos en el barranco de Chimiachas

Las sombras aumentan el misterio del lugar. Escondido entre peñas está el ciervo de Chimiachas. Miles de años erguido y alerta.



Datos de la ruta:
distancia 7 km (sólo ida)
desnivel ascenso :470m.

track de la ruta:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8231213

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