Peña Canciás

29 de Octubre de 2017.   Ya hace un mes de la ascensión a la peña Canciás, pero el tiempo es el que es y por más que se intenta estirar, uno llega hasta donde llega...bueno, aquí van algunas fotos. 
Hace tiempo que tenía ganas de subir a Peña Canciás, y aunque las fechas no son muy adecuadas como para disfrutar de la flora, aprovecho que suben los colegas del Club Montañeros de Barbastro. También está mi hijo Diego. 


Afrontamos la subida al Canciás por la cara norte, saliendo de Fiscal. En realidad acortamos un buen trecho yendo en vehículo por la pista que se adentra en el bosque de La Fondecella. El otoño está muy avanzado y las hayas ya muestran pocas hojas. Hay longevos ejemplares.

Peña Canciás alterna franjas de calizas y conglomerados. En una de estas bandas calcáreas una fuente deja caer un reguero de agua.

La sedimentación calcárea forma pequeñas repisas de piedra toba.

Cysptopteris fragilis ha nacido en una oquedad de la roca.

Antiguo cartel que está siendo absorbido por la corteza de un pino silvestre.

Es cara norte absoluta, y el sol sólo se intuye detrás del muro de Canciás. El bosque domina esta ladera hasta las últimas bandas calizas.


Claro de bosque forzado por una banda de conglomerados. Representan los primeros sedimentos continentales del Pirineo. Hace algo menos de 45 millones de años el mar se retira de este territorio en el que se han ido depositando ingentes masas de sedimentos carbonatados. El primitivo Pirineo se erosiona rápidamente con lluvias torrenciales que forman abanicos aluviales donde se acumulan cantos rodados de grosor medio cementados con arcillas y arenas. El paisaje debió de ser una llanura con deltas de ríos que proceden del norte. Los últimos movimientos tectónicos inclinarían levemente esta plataforma de sedimentos hacia el sur. La posterior erosión talló y dejó al descubierto estas bandas de conglomerados y calizas.


A medida que tomamos altura y dejamos atrás el bosque, aparece lo que promete ser una buena perspectiva del Pirineo Central. Desde Taillón hasta Monte Perdido asoma tras las lomas de la Sierra de la Corona

Asín de Broto empequeñecido por las montañas que le rodean.


Sin dificultad, sólo una breve y sencilla trepada para salvar el último tramo de roca y llegamos a la primera plataforma de esta mole alargada. Los estratos inclinados y abruptamente truncados hacia el norte crean una estampa atractiva.

Peña Canciás, muestra su vertical fisonomía desde este escalón previo que a 1858 metros permite el paso a la zona superior. Abajo se ve el desarrollo del valle del Ara

Me acerco a la faja tallada en la pared. José Vicente Ferrández me comentó hace un tiempo que en esta pared había algo interesante...



En efecto, aquí crecen grupos de Petrocoptis montserratii, endemismo pirenáico con muy pocas localizaciones, siempre en extraplomos calizos.

También en fisuras crece Saxifraga fragilis subsp. fragilis

Descendemos  unos cien metros para rodear un leve barranco y tomar de nuevo rumbo a la cima. Los erizones cubren ampliamente la ladera y aparecen diseminados bojes y pinos.

Añejos ejemplares de Pinus uncinata crecen achaparrados a causa de los helados vientos que proceden del norte. Me recuerdan a los pinos mugo que crecen en los Alpes y que llegan a cubrir completamente las laderas como si fuera matorral.  Aquí no hay tanta cobertura pero veo unos cuantos individuos apretados al suelo.

La sierra de la Corona extiende sus faldas hasta Fiscal. El valle del Ara se prolonga hacia el norte para entrar en el dominio de Broto y Torla. La barrera del Pirineo se impone en el fondo  y presenta en toda su extensión las cimas que bordean Ordesa: Mondarruego, Gabieto yTaillón ya con nieve; la Brecha de Rolando y el Casco. Tobacor enseña sus flancos agrestes, y detrás de él Marboré, Cilindro y Monte Perdido, para después ir perdiendo altura en Pico de Añisclo, antes de cortarse la montaña en la vertical pared de Añisclo. Por último las tres Marías. 




Tras la sierra de la Corona aparece el macizo de Monteperdido.


Fiscal, sierra de la Corona y Ordesa-Monte Perdido- Añisclo


Mi hijo Diego en las proximidades de la cima 

Foto de grupo en la cima de Peña Canciás (origen de la foto: Club Montañeros de Aragón-Barbastro)


El anticlinal que construye Canciás muestra aquí los relieves en cuesta que forma en su cara sur.
La atmósfera está diáfana y podemos mirar en la lejanía hacia el oeste.



 Bisaurín asoma tímidamente al fondo. El perfil lo protagoniza Collarada, la línea de la sierra de la Partacua se prolonga hasta Peña Telera que cierra la imagen por la derecha.

Frente a nosotros el valle del Ara. Broto  en el centro del valle. Asoma el macizo del Vignemale, a la izquierda la Peña de Otal en la sierra de Tendenera

El Midi d'Ossau asoma por detrás de la sierra de Tendeneral Peña Sabocos a la derecha
 El pico Tendenera. Impresionante la pared que desarrolla en su cara sur.


Hacia el Este aparece magnífico el valle del Ara. Tras bajar en dirección norte sur desde Bujaruelo, topa con la mole de Canciás y gira hacia el Este, discurriendo paralelo a los pliegues y estructura del Pirineo antes de encontrarse con el Cinca. 

Allá lejos, aparece el macizo de Posets, a la izquierda lo que parece ser Punta Suelza.
Bastante más cerca Cotiella con su característico color pardo rojizo, y delante Castillo Mayor con sus verticales flancos.

Me llama la atención el pliegue tumbado que forma el pico Santa Marina/Nabaín. La vegetación deja   semiocultos los estratos, pero cuando subimos de Boltaña a Fiscal vemos  los magníficos estratos verticales que cierran el río en Jánovas.

El Pirineo Axial y sus sierras interiores, están al otro lado de este valle. 
Hacia el Sureste, los planos de las sierras se superponen 

Mirando hacia mediodía las sierras  Galardón, Aineto y  Guara dispuestas en bandas paralelas. A la derecha de la imagen el pico Tozal de Guara y la cresta de Fragineto que cierra la sierra.

























Arenaria tetraqueta forma densos cojines y se parapeta entre las piedras para soportar un verano inclemente e inviernos con vientos helados.

Peña Canciás





























Algunos de los colegas  del club  Montañeros de Aragón - Barbastro que también subieron




Pico Montó

1 de noviembre de 2017. El pico Montó fuerza al Cinqueta de la Pez y lo hace girar antes de encontrarse con el Cinqueta de Agnes Cruces. Ambos unidos terminan de contornear el Montó y descienden decididos en el rectilíneo valle de Chistau. Como un  modesto gozne sobre el que gira el valle, el Montó abre los valles que señorean montañas que superan los tres mil metros: Llardana, Bachimala, Culfreda. Subimos a esta fácil cima desde las proximidades del refugio de Tabernés.


El puntal de Barrau, resalte rocoso excavado por el glaciar, visto desde las proximidades del refugio de Tabernés.

El valle del Cinqueta de La Pez.

El hielo ya hace acto de presencia en los pacos del bosque.

El camino transcurre por un sugestivo bosque de pinos silvestres a los que poco a poco irán sustituyendo pinos negros.

Allí donde el bosque clarea , un manto arbustivo de rododendros cubre la ladera del Montó.

A pesar del hielo y lo avanzado del otoño, bastantes matas de rododendro están en flor.

 El macizo de Llardana o Posets impone su silueta en el paisaje

Apenas hay sendero.Nos dejamos llevar por algún discreto mojón y sobre todo por la intuición del rumbo que queremos seguir. El manto arbustivo de rododendro es denso y apenas dejan estrechas veredas para pasar sin pisar las tendidas ramas. Hacemos una parada para contemplar los dos gigantes que tenemos a la espalda: Bachimala y Llardana o Posets.























Las ericáceas dominan esta ladera, junto con el rododendro aparece la brecina (Calluna vulgaris) que conserva desecadas sus flores y las ramas comienzan a enrojecer con el frío.

Es una ladera húmeda y sombría, el agua se mantiene helada al mediodía, esta permanente humedad favorece el desarrollo de los musgos.
El bosque teje un tapiz geométrico

Llegamos al collado del Montó y cada vez aparecen más desnudas las pizarras. La sierra de la Picaruela se extiende en suaves lomas hacia Peña Blanca y las altas cumbres de Culfreda. Al fondo, el collado de la Pez .

Nos queda seguir la alomada cresta para llegar a la cima del Montó.


En estas venteadas lomas algún ejemplar de rododendro forma pequeños cojines

La misma estrategia sigue este pino negro, que pese al grosor del tronco, no consigue despegar del suelo más allá de donde la nieve lo protege de los cristales de hielo que en invierno arrastra el viento.

Toda la vegetación se prepara para la estación adversa. En este caso creo ver las hojas de Veronica nummularia.

Seguimos el largo lomo de la sierra, que avanza e interrumpe los valles del Cinqueta

Hacia el sur, el valle del Cinqueta traza una línea recta hasta chocar con el macizo de Cotiella

Las bordas de Viciele. Los habitantes del valle conservan magníficamente el aterrazamiento de las laderas para crear pastos.

Es difícil centrar la mirada en un ángulo preciso al estar rodeados de montañas de gran personalidad.

La cima de Bachimala Gran, oscura montaña de pizarras. En  el flanco del pico del Sable, los estratos inferiores han servido de plataforma de deslizamiento y han provocado un desprendimiento masivo, aumentando la profundidad de sus escarpes. 


A pesar de que hemos llegado al Pico Montó, una cresta estrecha se prolonga y nos impide ver el fondo del valle. Decidimos continuar este trecho.

La ladera del Montó baja hasta el fondo del valle, enfrente, la oscura selva de Plan de l'Abet que sube hasta encontrarse con las rocas de los Eristes y Barbarisa.


Miramos hacia atrás para ver la cima de Punta Suelza, que ahora se desembaraza de las nubes. También asoma la triangular Punta Fulsa, con algo de nieve. El paso de los Caballos abre el camino hacia el valle de Bielsa. Por allí para el lago de Urdiceto. 

Despliegue de cimas del costado oeste del valle de Chistau.

















Por fin llegamos donde podemos ver el fondo del valle. Esto es lo que buscábamos: Viadós y Llardana/Posets.

Las bordas y refugio de Viadós.

La segunda cima en altura del Pirineo el Llardana o Posets


La reciente nieve oculta el pequeño glaciar que todavía queda en el macizo. Sí se aprecia el frente morrénico de la última glaciación .


A su costado las no menos agreste formas de los picos de las Forquetas y picos de  Eriste

Despliegue de cimas de Llardana - Eriste