En el norte el frente frío crea un día invernal. Aquí en las Bardenas, el frío llega con el viento.
La erosión ha creado estos agrestes parajes sobre depósitos de yesos y arcillas. Sólo las areniscas se resisten algo más y forman tablas horizontales.
Es tierra de pastoreo trashumante. Los pastores del Roncal bajaban al valle del Ebro sus ovejas. Los hitos marcan el territorio.
La aridez del clima y el suelo con sales disueltas selecciona las plantas que pueden vivir aquí. Suaeda vera
Planos geométricos
Fractales en la roca
Erosión diferencial
Buitreras
Otra especialista de suelos salinos, Aizoon hispanicum
Malas tierras donde aflora la costra de sal
La espiga del albardín (Lygeum spartum)
Medicago truncatula coloniza los suelos descarnados
Nos dirigimos hacia el norte de las Bardenas Blancas, entrada de los pastores roncaleses. Las recientes lluvias y el suelo impermeable de arcillas permiten la formación de balsas naturales.
También excavan profundos barrancos en las arcillas.
Los campos de cereales favorecen la presencia de Adonis aestivalis
De nuevo en el corazón de las Bardenas Blancas, el monticulo llamado Castildeterra junto al barranco de Cortinas.
Subimos al cabezo de las Cortinillas, por el camino nos encontramos con curiosas formas.
En las laderas del cabezo crece Ophrys speculum
Vista parcial de las Bardenas desde el Cabezón de las Cortinillas, hacia el Oeste
También desde el cabezón de las Cortinillas hacia el norte
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