Ibones de Ayous con raquetas

Desde Gabás, pequeño pueblo francés pasado el puerto del Portalet, se entra en el valle de Bious. Una pista asfaltada, cortada al tráfico en invierno, nos obliga a hacer una aproximación a pie hasta el embalse de Bious. Hasta aquí no queda nada de nieve. Pero a partir de este punto, el camino se viste de blanco y obliga a usar las raquetas para llevar una marcha cómoda hasta los ibones de Ayous. Desnivel  800 mts.
Pulmonaria officinalis.

Afortunadamente, los cuatro kilómetros que nos esperan hasta pisar la nieve están amenizados por la incipiente primavera. Racimos de flores de pulmonaria (Pulmonaria officinalis) crecen a los pies de las hayas y los enormes abetos que bordean la pista. También las simpáticas flores de las hepáticas alegran el camino.


Hemos hecho la mitad del camino y por fin empezamos a recorrer espacio nevado. El embalse sufre la misma carestía de agua que en España. El bosque comienza a despertar. Algunas hayas presentan ya cambios en las yemas.Se respira aire primaveral. Cimas que rondan 2.200 metros , Houratatere, Biscau, Aulere ,forman el telón de fondo


















Es una sensación especial caminar por la nieve en un bosque de hayas. Al superar el bosque, tras el repecho del bosque de Arazures en la vertiente geográfica izquierda, contemplamos la fascinante silueta del Midi d'Ossau.

Estamos en zona de pastos alpinos, el bosque quedó atrás. La falda del Midi d'Ossau queda toda al descubierto. A sus pies la gave de Bious cubierta de nieve.





















Ya próximos al primer ibón de Ayous disfrutamos con la perspectiva que nos brinda sobre la cabecera del valle. El pico Peyreget a la izquierda, nos recuerda que tras su collado estaríamos en Aneu, que tantas veces hemos disfrutado. La sucesión de crestas nos lleva al pico Paradis.

















Los lagos en la montaña invernal tienen un aspecto casi irreal. En un espacio ondulado como es el que construye la nieve, siempre sorprende encontrar la línea horizontal absoluta, la ausencia de relieve. Si además entran en juego los colores y reflejos que se forman en las zonas menos heladas, la experiencia es única.


























Datos y track de la ruta en http://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8233247


camino de El Pueyo. Scandix pecten-veneris."agujetas"

Esta pequeña hierbecilla, que apenas sobrepasa el palmo, de hojas muy divididas, la encontrará el atento caminante en cultivos y baldíos. Es de la compleja familia de las Umbelíferas. Esto es, las flores se disponen a modo de paraguas formando un conjunto denominado umbela.
Lineo la clasificó en 1753. 
En una ocasión me despertó la curiosidad una cita que Wikipedia atribuye  a Strindberg ,quien escribió: "Linneo era en realidad un poeta que se convirtió en naturalista".  Al encontrarme ahora a principios de la primavera con esta pequeña flor percibo el sentido de sus palabras.  Y es que esta flor evocó en Linneo ( lo imagino viendo los alargados frutos)  ni más ni menos que al divino peine que alisaba la cabellera de Venus (pecten veneris). Sólo con  el espíritu agitado por una vibración poética podría ponerle un nombre así a una planta.


Es curioso, porque esto me recuerda un fragmento de la tercera "carta desde mi celda" de Gustavo Adolfo Becquer quien escribía:  "Sucede con estos pueblecitos tan pintorescos, cuando se ven en lontananza tantas líneas caprichosas, tantas chimeneas arrojando pilares de humo azul, tantos árboles y peñas y accidentes artísticos, lo que con otras muchas cosas del mundo, en que todo es cuestión de la distancia a que se miran, y la mayor parte de las veces, cuando se llega a ellos, la poesía se convierte en prosa."  
vainas de Scandix pecten-veneris
Y me lo recuerda porque a mí me sucede exactamente lo contrario cuando me acerco a las flores. Desde la lejanía  son prosa, ejercicios de identificación botánica, valoraciones de hábitats, calibre de ecosistemas. Pero cuando desciendo, cuando me acerco al máximo a la flor que miro, la prosa se vuelve a veces poesía. La poesía que emana de las texturas, de los ritmos que cada planta posee, sus tonalidades y armonías.  Y poco importa que  Scandix pecten-veneris sea una planta vulneraria, o que se utilizase como colorante por sus taninos amarillos, o que las hojas sean comestibles y alivien la sensación de sed. 
En esas ocasiones  su nombre se graba más intensamente porque se escribe en el mismo lugar donde se guardan los sentimientos.

invernal al Pic d'Aiguillette

Desde la boca norte del túnel de Bielsa se accede fácilmente a este pequeño pico en la divisoria entre España y Francia. Todavía con suficiente nieve para disfrutar de raquetas y esquís en una ruta amena y con excelentes vistas. La cota del túnel es de 1820mts., la cima está a 2.512mts.







Desde el principio podemos ver el recorrido que vamos a realizar. No tiene secretos ni sorpresas. Un pequeño valle, cabecera del ruisseau de Horquett, en el Vallon de Saux, cerrado en su parte superior por un puerto y el pico d'Aiguillette (de la agujeta) a la izquierda.


























A medida que subimos se abren las vistas sobre el valle, y podemos contemplar la hermosa cresta del Pico Garlitz
La pendiente cada vez es más acusada.
El cierre del valle se resuelve con una empinada pala que los raqueteros deciden afrontar por la vía directa  haciendo escalera.







Una vez superado el puerto, la cara sur no presenta nieve. Aligeramos los pies para  subir al pico.


Ya en la cima sólo queda reponer fuerzas y contemplar las cumbres que nos rodean.
Las siguientes dos panorámicas completan una vista de 360º. Hacia el oeste se despliegan las crestas que unen el Pico Puerto Viejo con Barrosa. Al fondo hacia el sur el valle de la Pinarra, Semioculta en la nube el macizo de Cotiella. Del lado francés, las crestas que unen desde Troumouse hasta el Gela.

En dirección Norte y Noreste, tras el Gela se distinguen los picos Soum de Salettes y Campbieil. A nuestros pies, todo el recorrido que hemos realizado por el ruisseau de Horquet. Garlitz, Bataillance y Forqueta son las cimas que completan el panorama circular.

Hacía tiempo que no nos juntábamos los cinco para hacer algo de montaña, y aunque hace frío y cae alguna bolisa de nieve, hay que inmortalizar el acontecimiento. Alicia llevaba en la mochila unas banderolas que trajo del Nepal. El viento las agita llevándose consigo las palabras en ellas escritas. Deseos de volver a estar los cinco en una nueva montaña en el futuro.

Datos de la ruta:
Desnivel acumulado 959m.

Track de la ruta.