Flores de Nonea micrantha |
Este pasado domingo se celebró en Barbastro la Fiesta del Crespillo, popular y arraigada actividad de marzo en la que a través de la degustación del crespillo se propicia que las oliveras queden preñadas. Como en Barbastro y redolada los crespillos se hacen rebozando las hojas de la borraja (Borago officinalis) traigo aquí dos plantas de la misma familia que ya podemos disfrutar, si no con el paladar, sí con los ojos.
Porte y flores de Nonea micrantha |
La primera, Nonea micrantha, de pequeñas flores tubulares azuladas y hojas híspidas, ambas características que comparte con la borraja. Es más bien escasa por esta zona. La encontraremos si deambulamos por los lugares de ambiente más monegrino del entorno de El Pueyo, y esto es en la cara sur, en zona donde brilla el yeso cristalino. Es planta que precisa de este microclima tan específico, pues se distribuye por áreas ibero- magrebíes, lugares de donde es endémica. Alcanza como mucho el palmo de altura, aunque como hace numerosos vástagos florales, donde se encuentra no pasa desapercibida.
Flores de Buglossoides arvensis |
La otra Boraginácea que presento es mucho más común en los Somontanos y prepirineo, llegando a lugares de altura. Buglossoides arvensis crece cerca de cunetas, eriales, y sesteaderos del ganado. También tiene las hojas lanceoladas, pero menos vellosas que la anterior. Por lo demás las flores, también tubulares, son normalmente de color blanco. Es fácilmente visible en diversos puntos del camino antiguo de El Pueyo.
De ninguna de estas dos especies conozco se haya dado uso alguno. No importa, ya tenemos a su hermana mayor, la borraja, para preparar en este hermoso comienzo de la primavera los sabrosos crespillos.