Camino de El Pueyo. Paronychia capitata. "nevadeta, mermasangres"

En la primera quincena de julio ,niños y jóvenes disfrutan de la montaña y la naturaleza, de la amistad y la alegría en campamentos de verano. Hoy, mi hijo Diego a regresado de Eriste, donde ha colaborado como monitor. A todos estos jóvenes que de manera altruista regalan  parte de sus vacaciones como monitores les dedico esta pequeña planta. He elegido la nevadeta porque hace bastantes  años también yo fui monitor de campamento. Entre otras muchas actividades nos proponíamos acercar la naturaleza a los niños. Por una parte buscábamos la diversión, pero siempre había una intención educadora, fomentando el conocimiento y el respeto por todos los seres vivos. Una actividad consistía en recoger algunas plantas y aplicarlas en sencillos talleres manuales. La nevadeta siempre llamaba la atención de los críos por el aspecto frágil, la consistencia papirácea de las hojas, que brillan con reflejos nacarados cuando les da el sol. Como después de recolectada mantiene su aspecto durante muchísimo tiempo, pareciendo siempre vivas, eran idóneas para adornar pequeños cestillos de cuerda. La cogíamos con mesura, puesto que no está reñida la utilización de la naturaleza con su conservación si se hace con inteligencia, y esto pretendíamos aprendieran los niños al controlar ellos mismos hasta dónde era suficiente y dónde comenzaba el exceso.
En las inmediaciones de El Pueyo, en lugares soleados, pedregosos, incluso en medio de los caminos, crece esta planta que se extiende a ras del suelo, sin levantar nunca ningún tallo. Las flores, verdosas, se esconden entre las amplias brácteas plateadas. A veces crecen formando penachos que al no enraizar forman como guirnaldas abandonadas en el camino.
Paronychia capitata es desde antaño conocida por su utilidad hipotensora, de donde le procede el nombre común de  mermasangre.

Selva de Oza III. Ibón de Acherito-Mallo las Foyas-

Tercer y último día por estos hermosos parajes. Hoy hacemos una ruta clásica al ibón de Acherito, pero dejamos abierta la posibilidad de ir un poco más allá. 



Esta noche ha caído una poderosa tormenta. Un grupo de críos ha llamado a la puerta de los que por aquí estábamos pasando la noche para que les cobijáramos mientras pasaba el chaparrón. Al final, con ayuda de la Guardia Civil, los han trasladado a todos a lugar abrigado. Por la mañana el río amanece teñido de rojo. No obstante parece que el día de hoy va a ser tranquilo y estable... por lo menos hasta el atardecer. 


Dejamos Guarrinza para subir por el barranco de las Foyas, camino habitual hacia Acherito. 
Los lugares más cálidos sirven de apoyo a Linum bienne. Lino de color azul claro y estrechas largas apuntadas, que arraiga en el talud formado por la erosión del barranco.



También en estas espuendas margosas encontramos  Anacaptis pyramidalis, bella orquídea que dispone las flores en cimas cónicas.



Observamos un bello ejemplar de malba. Es Malva neglecta, habitual de lugares por donde el ganado ha dejado una suelo bien nitrogenado.


Hemos superado el primer desnivel, y ya podemos contemplar un amplio panorama. El barranco das Foyas queda atrás, nos hemos separado ya de él.Miramos hacia el Este y tenemos a la izquierda el puerto de Palo, muga con Francia. El mallo Arañón, muestra la verruga de roca que rompe el verde tapiz. Abajo está Guarrinza, base donde se extiende la manta verde de la Selva de Oza. El Castillo de Acher presenta su silueta de mesa inclinada. Dos valles se abren, el de la izquierda nos presenta las laderas de Guarrinza, en el de la derecha el valle se encajona en el llamado Barranco del Infierno.


Pero nosotros estamos en los pastos alpinos, y esto se aparta mucho del infierno, como muestran estos clavelillos (Dianthus deltoides) acompañados, para conjugar una buena composición cromática, por Galium verum subsp. verum.


Como nos merecemos un pequeño descanso, seguimos disfrutando de la panorámica que continúa hacia el oeste. A continuación del barranco del Infierno, la barrera rocosa que forman el puntal de Lenito, Lenito , el Achar de Forca y la punta del Rincón de Alano. Más cerca de nosotros, la barrera formada por Chipeta alto, Petraficha y Quimboa Alto, La Gorreta d'os Gabachos, y asomando el Mallo Acherito. 


























El ibón de Acherito produce rezumaderos de agua que son rápidamente aprovechados por plantas ávidas de agua como son Primula farinosa


Scilla verna


Pinguicula grandiflora.











Las aguas del ibón de Acherito ocupan una cubeta sobreexcavada en las areniscas y lutitas rojas depositadas durante el carbonífero, al ser débiles ante la erosión, contrastan sus formas suaves con las abruptas paredes de las calizas que cierran el circo por el oeste. Estas calizas han formado mallos y peñas de potentes paredes verticales.  A la izquierda  la Peña del Ibón.Haciendo horquilla  la Punta d'a Ralla. A la derecha el Mallo las Foyas, que es hacia donde ahora nos dirigimos.


La destrucción de las calizas forma un canchal donde prospera este bello ranunculo (Ranunculus carinthiacus) cuyos pétalos tienen una textura tersa y brillante.



Una tupida alfombra de Dryas octopetala ameniza la parte superior de la pedrera. Estamos a 2.000 metros, y aunque la altura es modesta, el aspecto de las montañas que nos rodean produce una sensación de mayor altura.


Estamos ya en el collado que separa el mallo las Foyas, a la izquierda, de la punta d'a Ralla, a la derecha, iniciando la cuerda rocosa que lleva hasta la Peña el Ibón. El lago de Acherito descansa allá abajo, plácidamente rodeado de onduladas formas tapizadas de verde. Detrás aparecen las agrestes paredes de Acherito, Ansabere, y de fondo ya podemos observar la Mesa de los Tres Reyes.



Los resquicios de las rocas y las terrazas que forman sirven de hábitat para un buen número de plantas que desafían la altura y los contrastes del clima.
La gayuba, repta y se asoma a los balcones.


La pequeña Iberis carnosa todavía muestra algunas flores entre las suculentas hojas.


Subimos al Mallo das Foyas, pensando que la panorámica será más abierta.
Hacia el Este,  la perspectiva de mayor altitud completa horizontes vistos anteriormente. En este caso el valle de Guarrinza que se extiende hasta conectar con el salto que abre el paso a Aguas Tuertas.













En este mismo encuadre, observamos la figura oscura del Midi d'Ossau, tras él los Arrieles y el Palas.

Hacia el Sur Suroeste volvemos a ver el marco rocoso del Ibón de Acherito, con las barreras paralelas que forman  Petrechema, los Alanos, y Lenito junto con la Sierra de Bernera, ya en la lejanía.

































Completando la visión circular, en este encuadre apreciamos a la izquierda y más atrás la Mesa de los Tres Reyes, y en primer plano la Peña del Ibón y el cordal rocoso que llega hasta Punta d'a Ralla.




Androsace villosa forma pequeños cojines en lugares más abrigados.



Proxima a la anterior encontramos algunos grupos de Asperula hirta, con los característicos verticilos de hojas agrupados de seis en seis.



 Unn rellano herboso de la cima  sirve de sustento para Pedicularis pyrenaica.



Cerca de allí, en similares condiciones, Pedicularis tuberosa, ejemplar no muy habitual en el Pirineo aragonés.


Valeriana montana.



Comenzamos a descender, pero antes nos detenemos a fotografiar  unos sauces enanos que tapizan el cascajal. Salix Pyrenaica, pie hembra.



Salix pyrenaica, pie macho.


Hemos bajado al ibón, y tras un prolongado y relajante descanso al borde de sus sosegadas aguas, nos planteamos seguir camino en dirección al Pico de la Chourique, sabemos que ya es tarde para subir a él, pero nos apetece aproximarnos lo más posible. El cambio de perspectiva, nos regala una vista del ibón de Acherito y del Mallo de las Foyas al que hemos subido (extremo derecha de la barrera rocosa)

Caminamos por las redondeadas laderas herbosas. El Chipeta alto aparece ahora como una tabla horizontal de roca. El Petraficha proyecta hacia el valle su espolón rocoso, y le imita el Quimboa Alto.
Siguiendo las lomas herbosas hemos llegado lo más lejos que el tiempo de vuelta y el tiempo atmosférico nos aconsejan. Vemos cómo las lomas terminan en un promontorio rocoso que es el Pico de la Chourique, asoman detrás de él alguno de sus dientes. Detrás la fabulosa perspectiva del mallo de Acherito y Petrechema.
                                                           El mallo de Acherito,    Sobarcal,    Petrechema,    Mesa de los Tres Reyes

Unos minutos para admirar tan agreste paisaje. Las agujas de Ansabere se exhiben en su rotunda verticalidad.



Emprendemos la vuelta. Un esfíngido está libando en las flores de la viborera (Echium vulgare subsp. vulgare)



Poco más abajo  un lución, lagarto carente de patas, cruza delante de nosotros con la parsimonia que le caracteriza.

La vuelta la hacemos siguiendo el cordal de lomas que forman frontera con Francia, lo que nos permite asomarnos al vecino valle de Ansabere , una balsa permanente crea un lunar de cielo en el prado, en la lejanía el francés pueblo de Lescún.

















Antes de emprender el descenso hasta Guarrinza, una última imagen del ibón de Acherito.




















Datos de la ruta:
Distancia recorrida (ida y vuelta) 15 km
Desnivel acumulado: 1154m.
Punto de partida: 1184m.
Mallo das Foyas: 2117m

Track de la ruta
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8232715


Powered by Wikiloc



Selva de Oza II. Valle de Guarrinza-Aguas Tuertas






Segundo día en Oza, en un ya lejano 19 de julio. El día anterior habíamos subido al Castillo de Acher  como ya comentamos en este blog. Este día  sólo queremos hacer un paseo por el valle de Guarrinza hasta llegar al valle de Aguastuertas. 

El valle se abre luminoso, y deja atrás las espesuras de la Selva de Oza.
 Cirsium palustre, como su nombre indica, habitante de pastos húmedos y proximidades de fuentes. 





























Otro cardo que salpica estos pastos, Carduus carlinifolius, con una base de hojas  similar a la carlina, y parte superior del tallo libre de espinas.


También habitual en pastos húmedos, la orquídea Dactylorhiza maculata. Hojas terminadas en agudo pico y moteadas de manchas parduzcas. 

Prunella vulgaris, primera generación de flores ya caídas y segunda generación en pleno apogeo. El último par de hojas aplicado a la cabezuela floral.

Flor de pétalos tintados de púrpura de Fragaria vesca, siempre la había visto de color blanco.




























Las areniscas rojizas del permotrías son fácilmente erosionables, en contraposición con las dura andesita, roca ígnea que forma un zócalo resistente.El punto de contacto de ambas rocas se resuelve con el diferencial de erosión que produce  el salto en la cabecera del Aragón subordán.


Los restos de un  túmulo prehistórico ocupan un resalte dominando todo el valle de Guarrinza. Testimonio de la vida ganadera en la Edad de Bronce.












 Sobre los detritos rojos del permotrías la mole caliza del Castillo de Acher, que muestra parcialmente la dirección de los pliegues del sinclinal que lo forman.


El río Aragón Subordán excava el  valle de Guarrinza,  ya modelado antiguamente por el glaciar cuaternario desaparecido.

 Duras andesitas resisten el paso del agua y forman pequeños parajes idílicos.
Al cobijo de estas rocas encontramos las flores inapertas de Lilium martagon.
   
Dos edades de Geum rivale

Saxifraga hirsuta, con sus características hojas lobuladas con largo peciolo.




























En la zona cálida de la andesita, Sempervivum montanum, ávido de sol.

 Discontinuidad rocosa: sobre una base más antigua de areniscas rojas,  acumulación de conglomerados rojos  en estratos horizontales.
El dolmen da comienzo al valle de Aguas Tuertas.
 
El valle de Aguas Tuertas, lugar de colmatación y formación de turberas surcadas por el meandro del río. Futuros carbones dentro de unos millones de años.