Camino de El Pueyo.Jasminum fruticans."jazmín"

A la oscura sombra del olivo crece la fresca mata del jazmín. Los alargados tubos de sus flores abren los labios proyectando como si fuera música el leve aroma de su néctar.
El jazmín está en flor, y con él todos los colores de la primavera que ya está en pleno apogeo.
Único representante en nuestras tierras de la familia de las Oleaceas, forma pequeños matorrales allí donde consigue cobijo en algún quejigo, carrasca o en los centenarios olivos que bordean el camino al Pueyo. Frente al imponente grosor de estos olivos, contrastan las delicadas y flexibles ramillas del jazmín. Esta delicadeza ha sido inspiración de poetas y pintores,quizá embelesados por el suave aroma, la finura de las flores, y la siempre presencia fresca de sus hojas, aunque para ello se fijaron en su pariente, el jazmín que se trajo de oriente y se cultiva en jardines (Jasminum officinale) y que por la palidez  de las flores motivó ser alegoría de la piel y la pureza. Becquer escribía "manos de jazmín" y Lorca "flor de jazmín y toro degollado"
El jazmín, al madurar, produce unos frutos globosos negros, brillantes, que quedan solitarios en las ramillas cuando comienza a perder las hojas.
No es un arbusto que haya tenido secular uso, si no es para agrupar sus ramillas y formar ocasionales escobas.

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